A tres semanas del escándalo sobre los dueños de ONAN ENTERTAINMENT y el lindo omega de cabello rosa, el asunto estaba casi zanjado. Todavía podían leerse artículos y publicaciones en redes con distintas opiniones, pero no era nada que causara una real preocupación.
Perth Tanapon era parte del pasado de la compañía y por lo demás todo seguía su curso. La señorita Namtan felicitó a Chimon por su unión con los jefes y le aconsejó no ocuparse tanto de las habladurías. Jennie por su parte le hizo un par de bromas al respecto, pero también se alegró por ellos tres. Incluso la señora Namwong le llamó un día para expresarle lo feliz que estaba por lo bien que le estaba yendo.
Todo seguía un buen rumbo. Realmente el destino conocía sus caminos y para Chimon lo único que hacía falta era dar por terminados sus estudios universitarios.
Tenía cinco semanas para presentar su acto y ya estaba en ello. Tenía su propia canción. Ohm le ayudaba cada noche luego del trabajo con la melodía y los arreglos y Nanon le ayudaba con la coreografía en el salón de baile que tenían en casa.
A cuatro semanas estaba casi todo listo para su presentación y en la empresa era más que eficiente como asistente.
La señorita Namtan tuvo que dejar su trabajo como secretaria debido a su estado y Chimon tendría que encargarse de todo, cosa que no se le hacía realmente difícil después organizar y crear si propio esquema de trabajo.
Un lunes como de costumbre en la compañía realizaba sus labores con su característica sonrisa. Todos en el edificio conocían su personalidad y era fácil agradarle a cualquiera, no por ser el compañero de los jefes, sino por ser quien era. Preparaba la agenda para el resto de la semana cuando dio traspié con la silla giratoria haciéndolo caer al piso de culo. Era un golpe leve, pero lo dejó mareado y confundido. Por suerte sus alfas no se encontraban en la oficina, porque hubiese sido todo un show. Eran un poco —demasiado— sobreprotectores y dramáticos por decir algo, pero a él le gustaba demasiado toda esa atención, aunque jamás se los diría o los tendría todo el día rondándolo y no lo dejarían trabajar.
Pensó que tendría un moretón en una de sus pompas, pero nada más, sin embargo, el aturdimiento seguía presente, así que decidió ir con el doctor Thanapat para que le diera algún analgésico que minimizara el malestar.
—Hola doctor Thanapat.
—Chimon ¿Qué te trae por aquí? Y por favor dime Film, a secas, con toda confianza.
—Está bien, Film. Puedo tener un analgésico, por favor. Tuve un pequeño accidente con la silla de mi escritorio y caí al suelo.
—¿Te duele algo en particular?
—Un poco la cadera, pero es más el mareo y el aturdimiento. No fue tan mala la caída.
—Déjame revisarte para saber qué tipo de medicina darte. Siéntate en la camilla.
Chimon obedeció y se sentó. El doctor era muy amable con él y mientras lo auscultaba le hacía conversación.
—Debo confesarte Chimon, que yo ya sabía que esos dos alfas y tú eran compañeros.
—¿Cómo lo supo? Es decir, incluso yo tardé un tiempo en descubrirlo.
—Cuando estuviste aquí la aquella primera vez, dijiste que olías madera y cítricos. Son los aromas de ellos dos. Lo sé porque he estado en algunos eventos en los que ellos participan y ahí no utilizan inhibidores, por lo que es fácil identificar sus aromas. No dije nada, porque no era mi asunto, pero luego de eso hice mi propia investigación al respecto. Espero que no te moleste.
—No hay problema Film. Incluso yo tuve que pedir un poco de ayuda. Esto de los compañeros múltiples es algo sorprendente y yo aún no asimilo todo por completo.
El doctor palpaba con mucho cuidado y respeto el cuerpo de Chimon. Para confirmar que no había ningún golpe de consideración.
—¿Te duele la cabeza?
—Un poco.
—¿La cadera?
—Sí.
—¿El vientre?
—No. No me duele, pero si hay una ligera dureza, aunque esa no es por la caída. Hace una semana que mi vientre está tenso. Creo que estoy comiendo de más.
—¿Has tenido mareos por la caída o antes de eso? ¿náuseas? ¿acidez?
—He tenido un par de mareos y náuseas en las mañanas, pero supongo que es por la presión de mi presentación. Estoy a unas pocas semanas de terminar mis estudios en la universidad.
Film inspeccionaba discretamente al omega. Había sentido un pequeño bulto en el vientre mientras lo revisaba. Tenía una sospecha, pero no diría nada hasta estar totalmente seguro.
—Chimon ¿Has estado en celo recientemente? No malinterpretes, solo es curiosidad de médico.
El omega de cabellos rosados estaba rojo hasta las orejas. No le parecía irrespetuosa la pregunta, pero aún le daba un poco de vergüenza el recuerdo de todo lo que pasó semanas atrás, cuando él y sus alfas entraron en celo.
—Yo... eh, hace un mes fue mi último celo. Ohm, Nanny y yo... emmmm...
—Tranquilo muchacho. No tienes que decirlo, entiendo perfectamente. Me gustaría que fueras al baño y realices esta prueba, tengo algunas dudas sobre tus malestares y quisiera comprobarlo antes de dar un diagnóstico objetivo.
Frente a los ojos de Chimon había un pequeño sobre de color lila con una imagen de una cigüeña cargando un bebé envuelto en una manta en su pico. Chimon se la quedó viendo sin entender por un par de segundos, hasta que la realidad le cayó como un enorme balde de agua helada.
—Esto es una prueba de embarazo. Pero... ¿por qué?
—No te asustes chico, es solo una prueba. Según tus síntomas hay una posibilidad, además eres un omega enlazado y tienes a nada menos que dos alfas dominantes con los que ya pasaste tu celo. Anda. Haz la prueba y después de tener el resultado veremos qué hacer.
Otro traspié casi hace caer a Chimon mientras entraba al baño del consultorio con prueba en mano. Estaba, más que nervioso, aterrado por la posibilidad de un embarazo. No porque no lo deseara, pero aún tenía que realizar su presentación en la universidad.
¿Y qué dirían sus alfas? Nunca habían hablado de tener cachorros. No sabía si ellos querían tenerlos o no y peor aún, si estaba embarazado ¿de cuál de sus dos compañeros era el cachorro?
Cinco minutos más tarde, Chimon salió del baño temblando de pies a cabeza, cual gatito remojado. No había visto el resultado, no tenía el valor de hacerlo. El miedo era casi
tan grande como la ilusión que se había comenzado a asentar en su corazón por la posibilidad de un cachorro.
Film tomó la prueba y la observó por un largo momento antes de hablar.
—Bien Chimon. Es mejor que te sientes, estás pálido y tembloroso. No vayas a caerte de nuevo, eso no sería nada bueno en tu estado.
...eso no sería nada bueno en tu estado... Dioses.
El significado de esas palabras envió un escalofrío por todo el cuerpo de Chimon, que sin ningún cuidado se dejó caer sobre una de las sillas del consultorio. Tendría un cachorro, un hijo de uno de sus alfas. Un pequeño bebé fruto de un gran amor, pero ¿y su otro alfa? Aún ni siquiera sabía de quién de ellos era el cachorro, no lo sabría tan fácilmente hasta que naciera ¿Estarían ellos tan emocionados como él por la criatura que ahora vivía en su vientre? ¿Estarían bien con qué esté embarazado sin saber cuál de ellos era el padre del cachorro?
El móvil de Chimon sonó en su bolsillo. Todavía en el estupor del nuevo descubrimiento sacó el aparato y sin mirar el identificador respondió la llamada.
—Hola.
—Chimon, cariño ¿estás bien? ¿Quieres que regresemos a la compañía?
Nanny... Era su alfa quien lo llamaba. Aún más aterrado volvió a la realidad.
—Chimon ¿Qué sucede? Habla mocoso o ahora mismo volveremos a la oficina.
Ohm había tomado el teléfono, era quien hablaba ahora. Se escuchaba preocupado, ambos lo hacían, pero ¿por qué?
—¿Qué? ¿Por qué van a volver? Están en una reunión importante.
—Cariño, recuerda que podemos sentirte y justo ahora podemos sentir tu miedo. ¿Está todo bien?
—Estoy bien. No es nada. No tienen que suspender su reunión.
—¿Estás seguro?
—Sí, seguro. Cuando estén de vuelta hablamos.
¿Qué diablos iba a decirles?
𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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