Pistas
DESTINO FINAL 6: EL FIN DEL BIG BANG
Capítulo 9: Pistas
Era una mañana nublada en el cementerio, la noche anterior había llovido a cantaros y todo el suelo estaba como un lodazal exceptuando donde había césped, pero aun así el suelo se notaba muy blando.
―No puedo creer que Howard y Bernadette, estén muertos. Acababan de casarse ―decía Stuart con tono triste.
―Sí, una lástima de esa muñequita, a mí me hubiera gustado jugar con sus "dos postres" ―decía el idiota de Barry kripke.
―No entiendo ―volvía a hablar Stuart―, ¿encargaron a la funeraria construir una piscina en medio de las dos tumbas?, ¿a Howard y Bernadette, les gustaba tanto la piscina?
―Ji, ji, ji ―se reía Kripke y todos le miraron ceñudos―. Eh, cada vez que lloro hago un ruido como de risa, es mi otra enfermedad aparte del rotacismo.
»veras Stuart ―le susurraba Kripke―, eso de allí no va ser una piscina, eso es la tumba de la madre de Howard, ella también murió.
―Eso es horrible... toda una familia muerta.
―Sí, al principio yo también creí que construirían una especie de piscina, era tan grande que podían meter a la ballena de Liberen a Willy ―explicaba Kripke―, pero una vez vi a la madre de Howard y lo entendí todo... en vez de Liberen a Willy, más bien esa señora parecía a "me comí a Willy". JI, JI, JI.
Todos se dieron la vuelta.
―¡Estoy llorando, estoy llorando gente!
―¿Por qué la tumba de la madre de Howard, está en medio? ―preguntaba Penny―, ¿no deberían estar Howard y Bernadette juntos?
―Parece que así lo estipuló en su testamento tanto Howard como su madre. Bernadette no hizo testamento.
Ya habían colocado los ataúdes de los esposos en sus respectivos sitios y faltaba mover el enorme ataúd de la madre de Howard, labor que era hecha con una grúa de esas para mover contenedores que llegaban al muelle.
La grúa tardaba demasiado y por lo tanto los amigos decidieron adelantar las cosas y salir al frente para despedirse de los esposos fallecidos.
Un viento sobrenatural hizo caer una corona de flores y los pétalos fueron llevados por la corriente de aire hacia la cabina del operador de la grúa. Resulta que el hombre era alérgico a las flores de la corona y le dio un ataque de asma.
El hombre soltó los controles y el ataúd casi aplasta a los amigos. Por fortuna, el movimiento de caída del ataúd, movió la grúa y uno de sus apoyos de seguridad a los costados se hundió en el terreno fangoso.
El ataúd cayó a pocos centímetros de los amigos y su contenido quedó expuesto. El cuerpo parecía haberse contorsionado por la contracción muscular del rigor mortis.
Las chicas gritaron y nadie podía culparlas. El obeso cadáver tenía una expresión de risa macabra y uno de sus obesos brazos les señalaba mientras el otro mostraba la palma de la mano haciendo el número cuatro.
.
.
Los amigos volvieron al apartamento de Sheldon y Leonard a prepararse algo para los nervios. Las tazas de té tintineaban debido al temblor de todos.
―...Chicos ―decía Penny―, tal vez deberíamos ver la página de ese tal Capitán América, ya saben, ese que cuando está enojado se convierte en una armadura verde que vuela y lanza martillos desde la palma de sus manos ya que es un dios que viene del olimpo.
A Sheldon casi le da un infarto, pero Leonard intervino antes de que comenzara otra pelea.
―Penny, mezclaste y mal a todos los súper héroes de Stan Lee. Además, no es la página del Capitán América, es la página del Capt. leon
―¿Leono? ―decía Amy―, ¿habla de esos Thundercats?
―Te equivocas Amy ―decía Sheldon―, es leon sin acento, no Leono y no habla de los Thundercats, sino de chicas gato.
―Thundercats... chicas gato, estupideces, es lo mismo ―concluía Amy.
―Chicos ―volvía a insistir Penny―, apenas una semana del accidente del tren y Raj murió. Dos días después Howard y Bernadette murieron. Además, ¿no se acuerdan lo que les dijo ese hombre acerca de que la muerte nos perseguiría?
―Por favor Penny ―la contradecía Sheldon―, incluso alguien con la cuasi nula educación tuya de un colegio rural del medio oeste, no podría creer en algo tan de ocus pocus, díselo Leonard.
―Ehmm...
―¡Leonard! ―le gritaba su compañero de apartamento.
Bueno, es que son demasiadas cosas que pasan al mismo tiempo.
―¡Saben! ―les reñía Penny―, iré a ver lo que dice esa página de ese Thundercat.
―"...Para esquivar el toque de la muerte" ―rezaba la página web que por una desconcertante coincidencia apareció como página de apertura en el laptop no de Sheldon, sino de Leonard, la cual estaba prendida, pese a que él aseguraba que la había apagado.
―Qué demonios ―decía Leonard y Penny le mandó a callar.
―"...Debes estar atento a las señales. Estas varían dependiendo del gusto de los sobrevivientes, por ejemplo, aquellos que sobrevivieron de un ejercicio en paracaídas, verán pistas en programas y revistas de deportes extremos que les indicarán cuándo y cómo atacará la muerte; los amantes de la música, encontraran pistas al cambiar de forma aleatoria el dial para sintonizar emisoras; y así sucesivamente..."
―¡Por Leonard Nimoy! ―gesticulaba Sheldon―, ¡qué montón de patrañas!, ¡si yo el Homo Novus, decidiera el destino de la gente, mandaría a castrar a este sujeto!, ¡eso es lo que hacemos en Texas con los cerdos!
―Tienes razón ―le apoyaba Amy―, yo por mi parte ordenaría más bien que lo caparan, es lo que hago con los monos que quieren pasarse de listos.
Leonard y Penny, cansados de "Shelmy", fueron al apartamento del frente y Sheldon recordó algo importante.
―Amy, hoy es nuestro aniversario y se suponía que debía invitarte a ver cómo trabajaba Yo, es decir, el Homo Novus, ya sabes, para apreciar la labor de un genio.
―Sheldon... ―decía extasiada Amy porque su novio se acordó de su aniversario.
―No me interrumpas mujer. Decía, como mi brillante idea no pudo ser, en cambio te regalo estos DVDs, son viejos pero pertenecen al mayor genio de la historia, seguro valdrán mucho en el futuro.
Los DVDs pertenecían al género terror y eran: A la sombra del Kilimanjaro, que trataba de mandriles asesinos por la sequía en África; Link, de un chimpancé homicida que hace de mayordomo; y Shakma, un mandril objeto de experimentos médicos, la portada rezaba: "lo torturaron en nombre de la ciencia, ahora Shakma viene a vengarse"
Amy abrazó a su novio que se vio incómodo con la muestra de afecto de la mujer.
CONTINUARÁ...
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