† 26 †

-Escucha, Astrid, perdona si no te dije, pero es que…- intentó hablar Lagertha, pero la mencionada la interrumpió de inmediato.

-¿Es que, qué, mamá?- arremetió- Yo no tenía problemas si me lo hubieses mencionado, me enoja que me mentiste diciendo que ibas a trabajar y, en realidad, estabas con él.- aclaró frunciendo el entrecejo.

-Que yo sepa aprovechaste para estar con tu novio, ¿o me equivoco?- contraatacó la adulta.

-¡Sí! ¡Lo Admito! ¡Te mentí!- aceptó harta de dar las mismas vueltas a la situación- Pero es que no quiero que me separes de él, créeme, es una persona muy buena a pesar de su mala vida.- se justificó suavizando su tono de voz.

-No cambiaré de opinión, Astrid, aún eres pequeña.- negó su madre.

-¡Oh, mi Thor!- la joven rodó los ojos fastidiada- Ya no lo soy, tengo 17, mamá.- renegó.

-Pero no tienes la edad suficiente para tener novio.- volvió a refutar.

-El amor llegó, ¿y quieres sinceridad? ¡Ese chico fue el que me intentó robar!- soltó enojada y se arrepintió al instante, eso no estuvo en su favor.

-Y justamente de ese imbécil.- refunfuñó Lagertha- ¿Te amenazó?- cuestionó entrecerrando los ojos.

-No lo hizo.- contestó con rapidez- ¿Sabes una cosa? Te contaré lo que sucedió.- de esa forma, Astrid empezó a relatarle lo sucedido, y aunque su madre estaba en la duda de su elección, no quería exponerla a peligros.

-Lo siento, Ast. Te prohíbo estar con él.- decretó con voz más baja que la que había estado usando antes.

-¡Mamá! ¡No! ¡No puedes hacernos esto, por favor!- rogó tomando sus manos.

-Esa vida que él lleva, te arriesgará a muchas cosas: drogas, alcohol, prosti...- se detuvo abruptamente en aquella palabra en especial que la hizo pensar en su propia situación- ...Tución.- terminó en un hilo de voz y sin atreverse a verla a los ojos.

-¿Por qué lo último lo dijiste de esa forma?- cuestionó la chica extrañada al notar el cambio- Como si ya lo has vivido o recordado algo... Mamá, ¿hay algo que deba saber?- volvió a interrogar con más seriedad.

-Astrid...- la adulta suspiró, antes de seguir hablando- Sobre el viaje de trabajo, bueno, en una parte te mentí diciéndote sobre una empresa.- dijo jugando con sus dedos, una clara señal de su nerviosismo.

-Explícate.- pidió ella al no entender su punto.

-Tal empresa no existía.- volvió a suspirar, sabía que su hija tenía que saberlo- Fui con él de viaje, nos conocíamos hace unas semanas y hasta éramos novios en ese viaje. Le mencioné que no trabajaba y me llevó a un lugar.- relató para después tragar saliva.

-¿Y qué era ese lugar?- preguntó empezando a sospechar.

-Un prostíbulo.- ante la reacción alterada de su hija no evitó que sus ojos se cristalicen- Al principio no quería, pero al final, perdí hacia su encantadora forma de tratarme, tengo que admitirlo, hasta me gustó trabajar allí a los tres días.- confesó con un nudo en la garganta.

-¡Mamá! ¡¿Cómo puedes decir eso?!- exclamó completamente desconcertada.

-Sé que suena horrible, pero Drago me dio trabajo aquí en las mañanas, algunos frecuentan a esas horas. No es tan malo como crees.- trató ella de convencerla.

-¿Y así piensas que te quiere?- interrogó furiosamente entre dientes.

-Lo hace, no hay duda; de hecho, me pidió matrimonio.- declaró Lagertha con una gran sonrisa, mientras levantaba su mano derecha para mostrar el precioso anillo en su dedo anular.

-¡¿Qué?!- esa fue la gota que derramó el vaso, su rabia la apoderó.

† † †

Dispuesto a hacer lo prometido, Hiccup buscó por toda la ciudad la casa Thorton, ese fue un detalle que se le olvidó, no tenía ni la más mínima idea de en dónde vivían. Recorrió barrios en busca de al menos una señal, pero nada. Estaba claro que los gemelos no son de la alta sociedad, así que no pasaría por "la zona de ricos", tampoco baja, así que evitó ir a las zonas pobres. Normalmente, la gente de clase media vivía en pequeños suburbios, pero bien bonitos y cuidados. Caminó y caminó, hasta que, finalmente, los vio paseando en un parque cercano.

-¡Gemelos!- los llamó corriendo.

-¿Hiccy?- soltó Brutacio extrañado cuando volteó y lo vió.

-Qué bueno que los encuentro.- comentó el castaño aliviado, pero luego vió con seriedad a la chica- Brutilda, necesitamos hablar.- le indicó y ella ladeó la cabeza.

-¿Qué sucede? ¿Algo anda mal?- cuestionó preocupada.

-Necesito que me des una explicación, pero primero vamos a sentarnos.- pidió con calma y caminaron hasta un banco que había a unos pasos. Necesitaban estar sentados para la plática que se venía.

† † †

-Es oficial, ese hombre quiere tu dinero.- acusó Astrid volviendo a cruzarse de brazos a la defensiva.

-Ni lo ha mencionado.- refutó su madre.

-Porque está fingiendo.- la muchacha estaba perdiendo la paciencia, con fuerza de voluntad, evitaba gritar- Escucha, ayer en la mañana, antes de venir aquí contigo, me estaba siguiendo. Tengo un mal presentimiento mamá, algo no está bien.- reveló rogando a los dioses para convencerla.

-Cosas de tu edad.- minimizó la mayor y Astrid gruñó por lo bajo sin creer lo terca que su madre podía ser.

-Aunque sea, dime que dejarás ese trabajo.- pidió.

-No lo sé, me divierto mucho, pero creo que te lo estás tomando muy a pecho.- opinó y su hija volvió a gruñir.

-¡¿Quieres que me lo tome con más tranquilidad?! Decirte: "¿Que tal lo hiciste con ese hombre?"- bramó indignada.

-Hey, soy prostituta, pero no tengo relaciones con nadie.- aclaró su madre.

-Eso significa ser prostituta, vender tu cuerpo.- respondió la menor.

-El único hombre que conoce mi cuerpo desnudo es Drago, y tu padre, que esté al lado de Odín.- señaló con completa seguridad.

-¿Entonces?- Astrid abrió las palmas de sus manos.

-Soy bailarina.- contestó y su hija se dejó caer sentada en el sofá detrás de ella.

-Al menos, eso es menor.- musitó por lo bajo.

-En cuánto tenga el dinero suficiente, lo dejaré.- prometió- El de tu papá es para tus estudios y tendrás que acostumbrarte a mi nueva relación.- añadió en un tono más severo.

-Eso significa que yo también puedo tener la mía.- declaró sin bajar la guardia.

-¡No! Estás castigada, tendrás prohibido salir y cuándo lo hagas, será conmigo o con Drago.- sentenció la adulta acercándose con autoridad a ella.

-Ni loca lo hago. Ese hombre me da mala espina.- negó también poniéndose de pie para encararla.

-Pues me tendrás que hacer caso y acostumbrarte. ¡A tu habitación!- alzó la voz y señaló las escaleras.

Resignada y enojada, Astrid bufó y subió para encerrarse en su cuarto, Chimuelo la siguió.

† † †

-Pero eso es ridículo.- rió la gemela al escuchar la teoría de Haddock que alguien más agarró su celular para enviar la foto- Nadie ha cogido... ¡ESE HIJO DE TROLL! ¡THROK!- se detuvo cuando iba a negarlo una vez más, pero se acordó del pelirrojo y, enojada, se fue del banco, seguida por los chicos.

Brutilda estaba furiosa, el chico le había mentido e hizo algo que Astrid jamás se lo perdonaría, pero la pagaría caro, de eso se encargaría ella misma. Pensaba ir a buscarlo en su casa, el chico no era de salir por no tener muchos amigos, pero lo encontró dando vueltas en la laguna de aquel parque.

-¡MALDITO INFELIZ! ¡¿TÚ TOMATES MI TELÉFONO?!- agarró al chico por la camisa, él solo la miró asustado.

-No sé de qué hablas, estás loca.- se defendió de inmediato alzando sus manos.

-¡NO MIENTAS!- arremetió, mientras lo sacudía con fuerza- ¡AYER ESTABAS MUY INTERESADO POR MI CELULAR, TÚ DEBISTE TOMARLO SIN ME QUE DE CUENTA!- dedujo y lo siguió jalando, tanto que parecía que, en cualquier momento, su camisa se iba a romper.

Pero él no parecía querer responder.

-Dí la verdad, si no quieres salir lastimado.- amenazó el ojiverde alzando su puño, listo para golpear. Mientras que Brutacio, sólo a unos pasos detrás de su amigo, golpeaba también su puño con su palma, mientras hacia una mueca "intimidante".

-¡Está bien, está bien!- aceptó logrando zafarse del agarre de la chica- Lo tomé, pero yo no hice nada, fue Heather.- empezó a relatarles todo lo que había pasado, pero admitió que no sabía nada de lo que la pelinegra estaba tramando.

-¡ESA IDIOTA! ¡LAS PAGARÁS!- gritó Tilda al viento moviendo exageradamente sus brazos, captando la atención de todos- ¡¿USTEDES QUE VEN?!- les gritó también y se esfumaron.

-Tranquila, hermanita, al menos sabemos que no fue tu culpa.- dijo Tacio, antes de chocar su frente con la de ella.

-Gracias por la verdad, pero para la próxima, evita ser cómplice.- habló Hiccup con Throk luego de ver con dolor a los gemelos. El aludido asintió y se alejó con rapidez- Vamos, chicos, tenemos que hablar con Astrid.- les indicó al par de rubios, quienes no dudaron en seguirlo.

† † †

Astrid estaba en su habitación, su enojo evitaba que llorara por lo que había sucedido en la mañana. Pero simplemente le dolía oír a su madre decir que estaba tan "ciega por el amor" que ni se detenía a pensar en qué clase de mundo "su novio" la estaba metiendo, pensaba que lo que hacía era algo correcto.

Pero ya no más, adiós a esa chica tranquila y sumisa de mamá.

Vio que la ventana de su habitación estaba abierta, como el segundo piso no estaba tan alto, no habría problema con un salto. Silenciosamente, caminó tratando de no chocar, saltó con cuidado y sin ser vista y corrió directamente hacia la ciudad. Al parecer hoy también sería un mal día, en medio camino, se encontró con alguien desagradable.

-Tiempo sin vernos.- habló el chico acercándose, mientras ella retrocedía.

-Aléjate, Dagur. Voy a decirle a Hiccup.- amenazó observando a todos lados, se estaba quedando sin escapatoria, este sujeto otra vez la estaba acorralando.

-¿Sigues con él? Creí que te habías aburrido.- se burló acercándose más, e inmediatamente, la acorraló en un muro en donde había chocado.

-¡Déjame en paz!- gruñó molesta, mientras ponía sus manos en su pecho para empujarlo.

-Sigues siendo difícil, eso aún me sigue provocando.- le susurró al oído apretando sus caderas con ambas manos y dejándola completamente sin escapatoria entre él y el muro.

-¡Ayuda!- gritó pero nadie la acudió.

-No grites, estamos solo los dos, solos, podemos hacer lo que queramos.- fue besando su cuello, pero ella aún forcejeaba.

-¡Suéltame, imbécil!- iba a darle otro golpe en la zona baja, pero el pelirrojo lo bloqueó.

-No, ya no funcionará.- dijo y empezó a besarla desde el cuello hasta el mentón- Acércate más.- finalmente, consiguió llegar a sus labios, con fuerza, apretó su cabeza para que no se escape- Tus labios son deliciosos.- le murmuró sobre ellos.

-¡¿Qué es todo esto?!- gritó una voz, sobresaltándolos a ambos.

-No…- susurró Astrid, por el grito, ambos se sobresaltaron y vieron de quien se trataba- Hiccup...- lo nombró con lamento.





































































¡Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. ❣️

Y, por favor, no me maten por dejarlo con todo el drama y el suspenso, pero si me matan, ya no podré continuar con la historia y nunca tendrán el esperado desenlace.

¿Cómo creen que reaccionará Hiccup? ¿Dagur sacará provecho de la situación? 👀

Bueno, eso es todo por hoy...

¡Nos leemos pronto! 💖































































































A_Hiccstrid

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