† 21 †

-¡Sobre mi cadáver voy a agradecerle a ese adolescente!- Estoico estaba enojado, sabía perfectamente quién había salvado a su esposa, pero temía que solo fuera un engaño por parte de su primogénito. Tal vez la haya salvado, pero también casi la mata de un gran susto cuando hizo que lo internaran.

-Cariño, para que me ayudara significa que no le gusta hacer el mal- trataba de tranquilizarlo la castaña.

-No, mi vida, tengo una sospecha de ese muchacho y ningún ladrón cambiaría, nadie lo hace.- le refutó el pelirrojo sin querer cambiar de opinión.

-Creo que tu esposo tiene razón.- intervino Bocón con calma- Puede ser que te engañó, después esperara hasta que te acerques a agradecerle y te hace algo peor.- dijo analizando la situación, pues si ese era el mismo pandillero que había golpeado a su amigo, no era tan bueno como cree la ojiverde.

-Está bien, no lo buscaré.- aceptó Valka resignada y cruzándose de brazos.

-Mejor, no quiero que estés en peligro.- en los ojos del Haddock se notaba mucho su preocupación.

-Descuida, todo estará bien.- le aseguró ella y le dió un beso en los labios, para después irse a su habitación.

-Lo vas a buscar, ¿cierto?- preguntó el rubio observando a su pensativo amigo.

-Haré que pague por todo, tiene una larga lista de antecedentes.- musitó con voz cargada de rencor, mientras apretaba sus manos en puños y no se atrevía a ver al padrino de su hijo. No sólo esperaba convencer a Bocón estar enojado y resentido con Hiccup, sino también a él mismo.

-Es raro que solo sea una lista de robos, parece que trabaja para Manodura.- opinó.

-Aún no entiendo el método de Drago, pero ese será otro que pagará caro.- aclaró molesto el policía.

-Me tengo que ir, hay una reunión de profesores. Si tengo noticias de Hiccup, te informo.- le avisó dispuesto a caminar hacia la salida.

-Son 7 años, Bocón, 7 malditos años en los cuales mi vida y la de mi esposa han sido un infierno.- las lágrimas empezaron a acumularse en sus ojos, pero él no las iba a dejar caer.

-No pierdas las esperanzas, puede ser que esté en otro hogar.- lo animó el rubio colocando una mano sobre su hombro.

-Espero, no quiero verla sufrir, ni yo tampoco lo quiero hacer.- musitó él por lo bajo.

-Estoico, ¿tú crees que el chico de la capucha que te golpeó, sea el mismo que salió con mi alumna?- cuestionó Bocón con el ceño fruncido.

-No lo sé. ¿A qué viene la pregunta?- preguntó Haddock en respuesta.

-Porque la descripción de Val es igual a la del chico. Varios testigos que vieron el enfrentamiento que tuviste esa vez que te golpeó, dieron la misma descripción.- respondió en seguida.

-Podrá ser, estaríamos más cerca de atraparlo. Tenemos que acercarnos a la chica.- él miró con seriedad al director y este asintió secundándolo.

† † †

-Me alegro de que llegaras, Astrid.- habló Heather, mientras la llevaba a la sala principal- Señoritas, ella es Astrid Hofferson, nueva porrista.- la presentó al resto del grupo que las esperaba.

-Hola.- saludó la ojiazul sin mucha gracia, las otras solo se limitaron a mover la mano algo intimidadas por su imponente actitud.

-Muy bien, empecemos.- declaró la pelinegra y se sentaron en el suelo, empezando sobre el tema de las olimpiadas y todo el cronograma. Astrid estaba totalmente aburrida, este no era tema de su interés y, por ende, no era su decisión estar en el equipo, pero no podía refutar - Entonces, quedamos en que los ensayos empezarán en 3 semanas. Por ahora, me voy a enfocar con Astrid; pueden irse.- todas rápidamente se marcharon cuando ello lo solicitó.

-Creo que ya es hora de irme.- dijo la rubia sin ninguna intención de quedarse a solas con ella.

-No, no, mejor quédate. Ven, toma algo.- Heather la sentó en unos muebles y trajo dos vasos.

-¿Qué es esto?- interrogó alzando una ceja y sospechando de la bebida.

-Es tequila.- respondió con simpleza la otra chica.

-No bebo.- informó alejando el vaso y la Berserker rodó los ojos- ¿Por qué quieres que me quede?- volvió a preguntar Hofferson con tono tajante.

-Ast, sé que tu amiga y yo no tenemos una buena amistad, pero sería genial ahora que nos veremos, ser más amigas. Piénsalo, con Brutilda no tienes nada, en cambio conmigo conseguirás más popularidad.- propuso la ojiverde con una extraña alegría de acercarse a la joven.

Heather, desde hace un par de años atrás, empezó a tener un interés en Astrid, pues le gustaba mucho su actitud y complejidad; ella sólo tenía intenciones de tener una amiga leal y valiente como ella, pero claro está que la rubia la veía como una reina malvada y no se acercaba a ella para nada. Heather tampoco hacía nada para cambiar su propia actitud y ser vista de otra manera, pues su popularidad es todo lo que tiene y no está dispuesta a arriesgarla por nada ni nadie.

-Escucha, Heather. Tú no eres una buena influencia para mi vida, Tilda tampoco en algunos rasgos, pero también es de confianza, algo que para mí, tú no lo eres. Entrenaré solo por la preparatoria, olvídate de que seremos amigas.- aclaró la joven y, sin decir nada más, se fue.

† † †

Al frente de la misma casa de la pelinegra, Dagur se encontraba en un pequeño callejón que había cerca.

Él siguió a Astrid todo el camino, desde su casa, hasta allí para de una vez cumplir con su misión, la cual lo favorecería grandemente. Luego de una eternidad de espera, vió salir a la chica y, sin nada que se lo impidiera, salió de su escondite y caminó como de casualidad.

-¡Rubia! Qué bueno verte.- exclamó corriendo hacia ella y sobresaltándola. Cuando se dió cuenta de quién se trataba, la muchacha bajó un poco su guardia.

-Hola, Dagur. ¿Cómo estás?- lo saludó siguiendo con su camino y mirándolo con atención.

Aparte de haber metido a su novio en un mundo lleno de delincuencia y violencia, había algo en ese sujeto que no le agrada para nada.

-Bien, ¿y tú?- devolvió el saludo.

-Mejor, gracias a Thor, no soportaba estar en esa casa.- comentó en tono burlón haciendo reír al chico- ¿Qué te trae por aquí? ¿Vienes a robar?- hasta ella se sorprendió por la naturalidad con la que expresó aquellas palabras.

-Aproveché en la mañana.- negó él también con normalidad- Vine a recorrer por aquí a ver si encuentro alguna víctima extra.- añadió alzando sus hombros.

-Si me vas a robar, dilo de una vez.- pidió ella alzando su índice derecho apuntándole con el mismo.

-¡Nah! No quiero que Hiccup me mate.- volvió a negar fingiendo escalofríos- Hablando de él... ¿Qué tal va su relación?- se atrevió a preguntar con un interés detectado por Hofferson.

-¿Relación?- ella trató de fingir.

-Hey, no me mientas, mi hermano me contó que ya eran novios.- fue él el que terminó mintiéndole.

-Va de maravilla.- se limitó a contestar cuando sintió que el ambiente se volvía más tenso.

-¿Qué te parece que ahora que estás con Hiccup, nos conozcamos mejor? Podríamos pasar más tiempo juntos.- propuso con una sonrisa cínica que Astrid no vió cuando se dió cuenta que caminaron por un callejón sin salida.

-¿Sabes una cosa? Debo irme.- la chica intentó caminar en dirección contraria, pero Dagur sólo la jaló de la muñeca y la acercó más a él.

-Por favor, creo que sería buena idea.- siguió hablando con cinismo, mientras apretaba su agarre y la acorralaba contra la pared.

-Dagur, suéltame que me lastimas.- exigió forcejeando y ejecutó una mueca de asco cuando el pelirrojo empezó a besarle el cuello y con su otra mano apretaba su cadera.

-Ast, Hiccup no te dará lo mismo que yo: amor... Placer...- logró murmurar entre sus besos y eso último la estremeció.

-Para mí, el amor de Hiccup es suficiente, no puedo pedir más.- refutó tratando de que su voz suene lo más segura posible, no le dejaría saber el miedo que ahora le estaba generando- Así que escucha con atención, yo amo a Hiccup y no quiero que te me acerques por nada en el mundo.- sentenció con firmeza y le propinó un golpe en la zona baja, logrando que él la soltara una vez que se arrodilló en el suelo y llevó sus manos a su entrepierna adolorido.

-¡YO TE AMO, ASTRID!- le gritó, mientras que ella salió corriendo de allí derramando lágrimas.

Dagur seguía retorciéndose del dolor, el golpe había sido demasiado duro. La vió correr, pero no se molestó en seguirla, había hecho una parte de su trabajo. Rió al verla temblar de miedo, sabía que era demasiado débil bajo esa fachada de rebeldía, solo un poco más de práctica y evitaría que lo vuelva a golpear en esa parte.

-Descuida, rubia. No serás mía, tampoco de Hiccup, pero sí de muchos.- habló para sí mismo, sin dejar de ver por donde ella había corrido.



































































¡Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 🖤

Terminamos este capítulo con drama, como debe ser, ¿no es así? Jejeje... ¿Cuáles creen que sean los planes de Dagur? ¿Heather merecía tener límites por parte de Astrid? ¿Estoico y Bocón se acercarán a la verdad? 👀

¡Tantas preguntas! Pero ya iremos desarrollando cada respuesta a su debido tiempo.

Bueno, eso es todo por hoy...

¡Nos leemos pronto! 💕









































































































































A_Hiccstrid

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