† 12 †
Apenas cerró la puerta, las lágrimas cayeron. Al sentir débiles sus piernas, se fue deslizando lentamente por la pared, hasta quedar sentada, fue ahí cuando Chimuelo bajó de sus brazos y fue corretear por toda la casa, mientras que Astrid se quedó con la cabeza siendo tapada por sus rodillas. Ese recuerdo invadía su cabeza, sentía su respiración tan cerca, sus labios a punto de chocar. Quería, necesitaba hacerlo, pero el miedo le ganó. No obstante, sabía que dentro de esa fachada de chico rebelde y de ladrón, había un Hiccup de buen corazón, y hasta lo había demostrado con ella. Quería revertir ese momento, volver al pasado dónde estaba a punto de unir sus labios con los de él, por desgracia, todo perdona menos el tiempo, solo había que esperar hasta que lo volviera a ver para decirle que lo quería.
-¿Paraste de llorar?- alzó la cabeza sorprendida, Brutilda estaba recostada en la pared viéndola, mientras que Brutacio estaba sentado en las escaleras.
-¿Qué hacen aquí?- cuestionó desconcertada.
-Dijiste que podíamos quedarnos a dormir.- habló de nuevo la gemela, mirándola con seriedad.
-Bien por ustedes, necesitan inflar sus colchones.- contestó sin ganas.
-Ya lo hicimos.- el rubio sonrió apenas, pues el estado destrozado de su amiga le preocupaba.
-Ahora dinos qué te pasa.- exigió Tilda, porque a ella no le gustaba para nada que su amiga esté llorando por un hombre.
-Nada.- mintió Astrid llevando un mechón de cabello tras su oreja.
-No mientas, no lloras por gusto.- refutó Tacio mirándola con sospecha.
-¡No me pasa nada!- la Hofferson alzó sus voz apretando sus manos en puños.
-Ast, sabes que puedes confiar en nosotros, ¿pasó algo con Hiccup?- volvió a interrogar la de trenzas suavizando su tono de voz.
-No.- al fin, la joven dijo su dolorosa verdad y sus lágrimas cayeron más y más rápido- Casi nos besamos.- lamentó en un sollozo.
-¡¿Cómo?! ¡Oh, por Loki! Tienes que contar todo...- el gemelo se emocionó rápidamente, hasta que cayó en cuenta de una palabra que había descartado- Espera... ¿Acaso dijiste casi? ¿No se besaron?- preguntó confundido.
-No, fui una cobarde.- la Hofferson admitió dejando caer su cabeza hacia atrás, chocándola contra la puerta.
-¿El miedo de nuevo; nena?- suspiró Brutilda- Te he dicho miles de veces que sí te quiere. ¿Te gustaría que te repita todo el sermón?- alzó una ceja en amenaza.
-No, gracias.- contestó con sarcasmo- No pienses que no quería besarlo, era mi mayor deseo, pero la cobardía…- mordió su labio y desvío la mirada para encontrarse con Chimuelo olfateando toda la cocina.
-Tranquila, H, mañana puedes ir a hablar con él.- la calmó Brutacio con una cálida sonrisa, la cual la ojiazul imitó.
-Espero que sí, jamás me había sentido tan enamorada.- confesó en voz baja para luego mirarlos de nuevo- Pero ahora quiero que conozcan a alguien.- ella se puso de pie y fue directo a la cocina, siendo seguida por los gemelos, quienes se maravillaron de inmediato al ver al adorable cachorro.
† † †
Lentamente fue abriendo los ojos, su visión estaba algo borrosa; mientras se adaptaba al ambiente, no reconoció en qué lugar estaba, no era su hogar. Tomó impulso para tratar de levantarse, pero un terrible dolor de cabeza no lo permitió, seguido de una mano que, lentamente, lo empujó para que se vuelva a recostar.
-¿Dónde estoy?- logró pronunciar con voz débil.
-Estoico, que bueno que despertaste.- su esposa lo abrazó cuidadosa y súper preocupada.
-Mi vida, descuida, estoy bien.- la calmó, mientras correspondía su abrazo frotando su espalda.
-Me tenías preocupada, no despertabas.- dijo Valka al separarse.
-No recuerdo nada desde que traté de arrestar a un ladrón, ¿qué pasó?- preguntó entrecerrando los ojos tratando de recordar lo sucedido.
-Te golpearon en la cabeza y quedaste inconsciente, amigo, te tuvimos que traer al hospital.- habló Bocón, quien se encontraba a su lado con una sonrisa aliviada.
-Muchas gracias.- le sonrió en agradecimiento- Pero no fue el que quise arrestar, alguien más estuvo allí. Me atacó por detrás, no pude ver su rostro.- poco a poco fue recordando, pero no la cara del otro sujeto.
-Cariño, mejor deja descansar a tu mente. De un poco; volveré en media hora, necesito desayunar algo y de paso te traeré de comer. ¿Ok?- le pidió la castaña acariciando dulcemente con su pulgar el dorso de la mano de su esposo.
-Anda, estaré bien.- él le dió un tierno beso en los labios, y ella se fue- Más preocupaciones, primero Hiccup y luego mi accidente.- murmuró él pelirrojo frustrado viendo hacia dónde había salido su esposa.
-Estoico, tengo que decirte algo.- habló nuevamente el rubio, pero con un tono más serio.
-¿Qué sucede?- el mencionado volteó a verlo con atención.
-Sucedió después de aquel accidente que tuviste. Estaba caminando por mi institución, y ví a un chico con capucha negra caminando por los pasillos, pero no estudia allí.- informó extrañando al Haddock.
-¿Y qué con eso?- dijo él sin entender.
-Aún hay más. Una de mis alumnas es amiga de ese chico, lo sé porque en la salida la ví salir con él. Creí que solo se trató de una conducta adolescente, ella y yo hablamos en la salida, pero él no estaba presente; lo buscamos y lo ví yendo hacia la salida, ella lo llamó. Y eso es lo que captó mi atención, el chico se llamaba… Hiccup.- reveló con precaución para luego observar cómo su expresión se alteraba al oír aquel nombre.
-¡¿Hiccup?! ¡¿Era él?! ¡¿Mi hijo?!- estaba sobresaltado, esperaba con ansias de que fuera él.
-Solo sé que era el mismo chico que me encontré en la mañana, pero tenía una capucha y no permitía ver su rostro; puede haber probabilidad de que sea, pero de todas formas, él desde pequeño sabía que era dueño de la preparatoria, no creo que se atrevería a entrar.- opinó su amigo tratando de que mantenga la calma.
-En eso tienes razón, pero algo me dice que no está muerto, hasta siento que está cerca de nosotros.- musitó en voz baja el policía.
-¿Quieres que le diga a tu esposa?- interrogó el director.
-No, sería peor si todo fuera falso.- negó el pelirrojo de inmediato, no quería darle una falsa alarma a Valka.
-Podrías tener razón, tal vez no sea él.- Bocón chasqueó con la lengua- ¿Seguirás investigando?- preguntó curioso.
-El tiempo que pueda, no descansaré hasta encontrarlo.- habló el Haddock decidido a encontrar a su hijo.
¡Hola hola, genteeeeeeee!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 🖤
En el final del capítulo anterior vimos cómo se sufrió Hiccup después de ser rechazado por Astrid, ahora en este vimos el sufrimiento de la misma rubia. 🥲... Además, de saber qué fue lo que pasó con Estoico después de tremendo golpe que se llevó por parte de su hijo y sus esperanzas de estar cerca de él.
Bueno, eso es todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! (。・ω・。)ノ♡
A_Hiccstrid
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