† 08 †
-Lo primero que te digo y lo primero que haces.- murmuró Hiccup furioso, le hartaba el hecho de que Patán siempre terminara acorralado.
-Lo siento, sabes que no soy muy bueno corriendo.- se excusó el pelinegro.
-Lo curioso, es que yo debería ser el más lento, por mi contextura.- comentó Patapez y el Jorgenson lo fulminó con la mirada, su comentario no le ayudaba en nada.
-Te juro que la próxima vez, dejo que te capturen.- volvió a hablar el castaño caminando más rápido para adelantarse.
-Ni tú te lo crees.- musitó el Ingerman por lo bajo.
-¡Hiccup, dejaste inconsciente a tu…!- Patán no pudo terminar su oración, pues el ojiverde se dió rápidamente la vuelta y le propinó una fuerte cachetada.
-¡Al policía!- interrumpió iracundo- A nadie más.- añadió bajando más su tono de voz.
-¡Eso duele!- renegó su amigo sobando su mejilla golpeada- ¿A dónde carajos vas?- pregunto confundido al verlo caminar hacia otro lado.
-A ver a Astrid, al menos esta vez, la acompañare a casa.- respondió siguiendo su camino y sin molestarse en voltear a verlos.
-¿En ese estado? ¿Furioso?- interrogó Patapez viéndolo caminar.
-Me iré calmando, no sería capaz de gritarle.- contestó y luego giró un poco su cabeza para verlos por sobre su hombro- Nos vemos luego.- se despidió y siguió con su camino.
-Adiós.- respondieron los otros dos al uniso.
† † †
-Y por eso tenemos que hacer dos operaciones con "x"…- estaban en clases de matemáticas, casi toda la clase estaba bien dormida por las aburridas explicaciones del profesor. En cambio, Astrid miraba para la pizarra, pero no estaba atendiendo.
-¿Ast, estás bien?- le susurró Brutilda.
-¿Eh?- la chica volteó a verla confundida y su cerebro se demoró en entender las palabras de su amiga- Oh, lo siento. Sí lo estoy.- contestó a su pregunta.
-Sigues pensando en él.- más que una suposición, era una afirmación por parte de Brutacio.
-Bueno, yo...- la joven no terminó por el llamado de atención de su profesor.
-¿De qué están hablando?- el adulto se paró frente a la carpeta de la rubia en busca de una respuesta- Dígannos, somos todos oídos, ¿no es así, clase?- miró al resto de alumnos.
-Sí.- respondieron vagamente los jóvenes.
-Le decía a los gemelos que no tienen que ser los resultados iguales- mintió la Hofferson.
-¿Y por qué ellos no me preguntaron?- el maestro alzó una ceja.
-Profesor...- habló Tilda- Recuerde que usted dijo que no le pregunten en sus horas de clases.- señaló con una sonrisa de lado.
-Bueno, continuemos.- terminó el tema con rapidez y regresó a la pizarra.
-Nos salvamos de un gran castigo.- comentó el gemelo.
-Sí, pero quiero que acabe toda clase.- suspiró Astrid.
-Para ver a Hiccup.- su amiga le sonrió en forma pícara.
-No creo que venga, no puede arriesgarse.- dijo la ojiazul sin saber que el chico en realidad la venía a recoger, y hasta le tenía una sorpresa.
-Muy buenos días, alumnos- habló el director Bocón abriendo la puerta. La clase lo miró con atención- Profesor, necesito que la señorita Astrid Hofferson venga conmigo.- solicitó.
-Como usted diga, puede salir.- accedió el profesor, mientras que la mencionada solo miró confundida al director y salió.
† † †
-¿Qué sucede?- le preguntó dirigiéndose a la dirección.
-Tu mamá quiere verte, está allí adentro.- Bocón le abrió la puerta- Las dejaré solas para que conversen.- su alumna asintió y entró a la oficina.
El director cerró la puerta y caminó por todos los pasillos de la preparatoria. Revisó si había comida suficiente en la cafetería y si no vendían algo extraño, como drogas, cigarrillos, etc; como suele ocurrir algunas veces. Al no encontrar nada, decidió caminar un rato por el perímetro de la escuela. Mientras salía, vió que un chico con capucha estaba cerca a la entrada.
-Disculpe, ¿busca a alguien?- se atrevió a cuestionar y el chico, con mirada baja, se quedó quieto a una buena distancia muy lejos de él.
-A nadie, sólo vine a visitar. Con permiso.- dijo con amargura. Bocón lo vió extrañado, pero siguió caminando.
-Ha de buscar a alguien.- dedujo para sí mismo.
-Eso estuvo cerca.- murmuró él Haddock, mientras se quitaba la capucha. Estaba consciente de que su padrino era el director de la institución, pero no le importó con tal de ver a su rubia.
† † †
-No entiendo.- negó Astrid con la cabeza- ¿Te irás por 2 semanas a Dinamarca?- preguntó desconcertada.
-El trabajo lo requiere, soy su última esperanza para obtener los beneficios que necesitamos, ahora más que nunca.- respondió su madre con paciencia.
-Pero es que, desde que murió papá, dijiste que estarías más cerca de mí.- recordó la joven.
-Lo sé, cariño.- Lagertha tomó las manos de su hija entre las suyas- Te prometo que regresare lo más pronto que pueda, pero puedes quedarte en casa de los gemelos, ya hablé con sus padres, o viceversa.- propuso con una sonrisa.
-Creo que viceversa.- rió la menor.
-Me tengo que ir, el avión sale en 2 horas y debo estar en el aeropuerto en 30 minutos.- se puso de pie y fue imitada por su hija.
-Te quiero, mamá.- dijo para luego darle un abrazo.
-Yo también, cuídate.- respondió Lagertha, mientras correspondía el abrazo- Y no hables con extraños.- añadió haciendo que la adolescente sonriera.
† † †
-¿Tu mamá se fue y te dejó para ti sola la casa?- cuestionó Tacio incrédulo. Hace poco había tocado el timbre de salida, Astrid solo había ido de vuelta al salón para recoger sus útiles y, en el camino, le contó a sus amigos.
-Sí.- contestó la rubia con simpleza- Aprovecharé esta semana para salir un poco en las tardes y, tal vez, pasear con Hiccup por ahí.- un sonrojo se presentó en su rostro.
-Y empezamos desde ahora.- ni la Hofferson ni los Thorton hablaron, entonces... ¿Quién fue?
-¡Hiccup!- exclamó al verlo- Casi me haces dar un ataque.- la chica por poco le daba un puñetazo.
-Lo siento.- el castaño se alzó de hombros- ¿Los puedo acompañar?- preguntó con una sonrisa.
-Hiccy, no sabes las ganas que tenemos de acompañarlos, pero tenemos algunos asuntos que resolver.- respondió Brutacio pasando su brazo por los hombros de su gemela.
-¡Brutacio!- grito "furiosa" la Hofferson entre dientes..
-¡Adiós, pásenla bien! ¡Nos vemos en la noche en tu casa, Ast!- gritó el rubio tomando de la mano a la de trenzas para salir de ahí con rapidez- ¡Y no hagan travesuras!- gritó otra vez mientras se alejaban, sus palabras provocaron un sonrojo en ambos.
¿En qué estaba pensando?
-Creo que mejor es hora de irnos.- le dijo la chica nerviosa y con el sonrojo pegado a su rostro.
-Sí, tienes razón.- el ojiverde le dió toda la razón.
Caminaron por los pasillos desde el salón de la chica, hasta la cafetería; se encontraron recorriendo toda la escuela como si resultaran ser alumnos nuevos. Ninguno de los dos habló, luego de lo que Tacio les dijo no se atrevieron a acercarse ni mirarse, estaban nerviosos y avergonzados. Para la desgracia del Haddock, y la irrelevancia de la ojiazul, el director se cruzó por ahí.
-Señorita Hofferson.- saludó al verla- ¿Habló con su mamá?- se atrevió a preguntar en riesgo de quedar como un chismoso.
-Sí, se fue hace un momento.- contestó ella con una amable sonrisa.
-Qué mal, quería decirle lo tan buena estudiante que es.- lamentó el rubio.
-Director, no exagere, solo hago lo que puedo.- dijo ella desviando su mirada al techo algo avergonzada- Si no es molestia, tengo que irme con mi amigo.- volvió a mirarlo, pero se encontró con una expresión de desconcierto.
-¿Cuál amigo?- interrogó él mirando a todos lados.
-El que está aquí, a mi…- ella giró hacia donde había estado el castaño, se dió cuenta de que él no estaba- Pero dónde se habrá metido.- murmuró todo su alrededor.
-¿Cómo era?- preguntó Bocón para ayudarla a ubicarlo.
-Ropa medio rasgada y vieja, y una capucha negra.- contestó preocupándose en no decir su físico, por si acaso.
-¿No es el que está caminando hacia la salida?- señaló a un chico que caminaba rápidamente de espaldas a ellos.
-Déjeme ver.- ella dirigió la mirada hacia dónde le habían indicado y sonrió- Sí, ese es… ¡Hiccup!- olvidándose del director, salió corriendo para alcanzarlo.
-¿Hiccup?- Bocón se quedó sorprendido al oír aquel nombre- ¿Será...? No, él sabe muy bien que yo soy el director, no se atrevería a entrar.- dió un suspiro cansado y se encaminó hacia su oficina.
† † †
-Hey, ¿por qué me dejaste sola?- Astrid lo alcanzó y ambos disminuyeron la velocidad una vez fuera de la institución educativa.
-Disculpa.- dijo con remordimiento al volver a dejarla sola de esa forma-
Sólo es que ese sujeto no me agrada.- se excusó sin atreverse a mirarla.
-¿Eh? ¿De qué estás hablando? Ni siquiera se conocen- dijo ella extrañada, pero luego lo observo bien y se dió cuenta de que había algo que él no le decía- ¿O, sí?- cuestionó alzando una ceja y cruzándose de brazos.
-Hace años, eso no importa.- él le restó relevancia- ¿Quieres ir a tu casa o caminar por ahí?- propuso para que ella se olvide del tema.
-Primero: Vamos a tu "hogar". Segundo: Quiero que me cuentes por qué no te agrada, porque se nota y mucho. ¿De acuerdo?- indicó con firmeza y sin dejar su forma rígida.
-Mi Lady, es algo que no me gusta contarle a nadie. Entiéndeme.- negó el de ojos verdes.
-Si no lo haces, no vuelvo a aceptar otra invitación tuya.- chantajeó e Hiccup se sorprendió al verla con una determinación que hasta me daba miedo.
-Eres terrible, ¿lo sabías?- dijo en medio de una pequeña risa- Está bien, tú ganas.- aceptó, claramente, porque no iba a soportar el no verla nunca más.
-¡Y así es como Astrid Hofferson gana!- celebró victoriosa.
-Presumida.- musitó el chico y, segundos después, recibió un puñetazo en el hombre por parte de ella- ¡Auch! ¡Oye, pegas duro!- se quejó sobando la zona golpeada y la rubia sonrió orgullosa.
Caminaron mientras que Hiccup le contaba algunas cosas que le gustaban. Ella lo oía con atención, su voz era tan encantadora, el mejor sonido que ella había escuchado en toda la faz de la tierra. Se sonrojaba de momento cuando él, con intención, la abrazaba. Puras risas entre los dos, cada uno contando las locuras que había hecho, y hasta la Hofferson le había contado sobre el problema con el profesor de matemáticas, obviamente, con algunos cambios; si le dijera que estaba justamente pensando en él, podría burlarse. Llegaron donde habían ido a comer la noche anterior, al parecer ese lugar era el pequeño hogar del castaño.
-Bonito lugar.- sonrió la joven.
-Gracias.- respondió el muchacho- Sé que no es lo mejor, pero es cómodo.- sonrió de lado.
-Si cómodo te refieres con dormir en un colchón totalmente sucio y dañado, pues sí, yo le llamaría, comodidad.- dijo ella, antes de soltar una leve risa, la cual contagió al ladrón.
-Jaja, así le puedes decir.- la ayudó acomodarse sobre el colchón, luego él hizo lo mismo.
-Bien, ahora me vas a contar.- la rubia lo miró expectante.
-Creí que lo habías olvidado.- el Haddock rascó los cabellos de su nuca- Bueno, es que, él y yo…- él no pudo seguir, ya que alguien los interrumpió.
-¿Hiccup?- habló una persona cerca de ellos.
¡Hola hola, genteeeeeeee!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 🖤
¿Y quién piensan que será esa personita misteriosa que aparece al final del capítulo? ¿Será bueno o malo? Estaré leyendo sus respuestas 👀
Bueno, eso es todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! ❤️🔥
A_Hiccstrid
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