† 07 †

-Hiccup, tienes que aceptarlo. Él estuvo contigo desde el día que naciste, acéptalo.- insistía Patapez, quién perseguía al castaño, quién caminaba un poco furioso al ver a aquel policía.

-Ese señor ya no es importante desde que me mintió.- le respondió con rencor.

- Pero, Hiccup, ¡es tú padre!- le volvió a exclamar, asombrado de su terquedad en negar a su progenitor.

-¡Ya no lo es! ¡¿Un padre te engañaría, te mentiría diciéndote que ya no trabajaría más en algo que arriesgue su vida?!- se defendió apretando sus manos en puños.

-No he tratado alguna vez con él, pero se nota claramente que te quiere.- el Ingerman se cruzó de brazos.

-A mí no me interesa, yo no lo quiero.- el ojiverde usó una voz tajante, no sólo para convencer a sus amigos, sino que a él mismo también.

-¿Y qué hay de tu madre?- Patán por fin se dignó a intervenir en el dilema- ¡Ella ha de estar en peores condiciones!- se puso a pensar en cómo estaría la señora Haddock. El Jorgenson también tenía problemas familiares, sobretodo con su padre, es por esa razón que terminó en las calles igual que Hiccup. Sin embargo, no había día en que no pensara en su mamá, por eso pensó en la de su amigo.

-Quién la manda a ser cómplice.- contestó el castaño de inmediato- Chicos, ambos me mintieron, eso jamás se los perdonaré.- el chico no daría su brazo a torcer.

-Estás mal, amigo.- el rubio lo miró con tristeza- Tú no perteneces aquí, nosotros ya no tenemos familia, pero tú sí. Estás cambiando por un rencor estúpido tuyo; no te debieron mentir, pero eso no significa que los dejes, te aman.- sólo por un instante, Patapez creyó haber convencido a su amigo.

-Tú qué sabes, Patapez. Como acabas de decir, ya no tienen padres.- atacó el Haddock con crueldad.

Lo triste de la vida de sus amigos, era de que ambos perdieron a sus familias y ya no tienen forma de volver a una vida decente. En el caso de Patapez, él perdió a sus padres a los 6 años en un accidente automovilístico, esa noche estaba aterrado y sólo atinó a huír de la escena al ver a sus padres muertos, ningún otro familiar lo buscó, así que fue así como empezó su vida en las calles. Mientras que en el caso de Patán, fue algo más parecido al de Hiccup; pues tenía muchos desacuerdos con su padre, ya que él estaba metido en el bajo y peligroso mundo de las drogas y el alcohol, Patán quería que su padre saliera de ese ambiente, pero su progenitor sólo respondía con arrebatos y golpes, así que a los 5 huyó de casa. Sin embargo, cuando regresó a su hogar una semana después, tuvo el trauma de verlos asesinados, quedando también huérfano y volvió a su vida callejera. Patapez y Patán se conocieron a los 8 y después conocieron a Hiccup al poco tiempo que éste dejara su hogar.

-La calle no es lo tuyo, regresa a tu hogar.- bramó él pelinegro recordando su pasado con rabia. Y también pensando en que, a pesar de los años, el castaño aún no se acostumbra y no tiene estómago para sobrevivir en la calle y hacer sin remordimientos lo que su jefe les encarga.

-Una vez más, no lo haré.- contestó Hiccup empezando a enojarse.

-¿Y si te lo pide ella?- Patán trató de usar otra carta para el juego.

-¿Astrid? No.- negó rotundamente- La quiero, pero yo tomo mis decisiones y nada ni nadie me hará cambiar de opinión.- caminó furioso.

-Qué más queda.- murmuró él Ingerman cansado de intentar- No cambiarás; vayamos a robar algo.- comentó y, sin más que decir, los tres salieron a conseguir algunas cosas, sin saber lo que el destino les tenía preparado.

† † †

-Llegué.- avisó Astrid mirando a todos lados, fue raro para ella ver que su mamá no se encontraba en su hogar, pero las luces estaban prendidas.

-¡Gracias a Loki!- escuchó la exclamación de Brutacio desde el segundo piso, a los pocos segundos, lo vió bajando junto a su gemela por las escaleras- Ya nos estábamos sintiendo solos.- comentó al estar frente a ella. No obstante, Hofferson sólo los observaba con gran asombro en su rostro.

-¿Qué carajos hacen aquí?- logró preguntar aún en su sorpresa.

-Te dije que haría la tarea ¿no?- Brutilda le habló con una sonrisa orgullosa en sus labios.

-Creí que no cumplirías tu palabra.- contestó la otra rubia con honestidad.

-Todo solo para que mi amiga sea feliz.- dijo con una sonrisa picarona- Ahora ven que no entendemos nada de álgebra.- añadió con rapidez.

Los gemelos se la llevaron, literalmente, a rastras a su habitación. Todo estaba hecho un completo desastre y Astrid ni se molestó en preguntar sabiendo cuál era la respuesta. Cuadernos por doquier, cama desarreglada y hasta ropa se encontró regada por cualquier parte de esa pequeña habitación. Brutilda sentó a su amiga en la cama y despejó algunas prendas para sentarse ella misma junto a Brutacio, luego la quedó mirando.

-¿Qué?- pregunto la ojiazul confundida.

-Cuéntanos qué paso, absolutamente, todo y con detalles.- pidió el chico entusiasmado.

-¿De qué hablas?- Astrid se sonrojó ligeramente, creyendo saber por dónde iba el tema.

-Tu cita con aquel ladrón, creo que se llama Hiccup.- habló la de dos trenzas, poniendo una expresión pensativa al recordar el nombre del Haddock.

-Primero: Ese es su nombre. Segundo: No fue una cita.- aclaró la Hofferson.

-No, claro que no.- le dijo ella con sarcasmo.

-Solo comimos y…- la interrogada intentó relatar los hechos, pero el Thorton la interrumpió.

-¡Se besaron!- el rubio se estaba pasando un poco.

-¿Qué? ¡No!- gritó sonrojándose más- Por Thor, solo somos amigos. Almorzamos y luego regresamos.- contó frunciendo el ceño y desviando la mirada.

-¿Viniste sola?- Tilda alzó una ceja.

-Sí.- admitió- Pero no es que él no quiera acompañarme, solo que la policía estaba cerca del sector.- lo defendió sintiendo la extraña necesidad de hacerlo.

-Te creo, porque vive en la calle.- pensó Brutacio- Pero algo me dice que estás enamorada.- mostró una sonrisa pícara tras sus palabras.

-¿Quién? ¿Yo? ¿De él?- cuestionó entre risas nerviosas- Bueno, solo les diré esto, porque son mis mejores amigos.- añadió antes de suspirar aún con nervios.

-¡Cuenta rápido y deja las cursilerías a un lado!- exigió la gemela.

-No sé por qué, pero desde la primera vez que lo ví, mi corazón empezó a latir de otra manera, como si un nuevo sentimiento surgiera. No lo había tomado en cuenta ni me importaba, creí que era por el susto; cuando no lo ví de nuevo mi corazón volvió a latir como si nada, normal. Pero las dos veces que nos hemos visto, todo cambia, mi corazón se acelera y me siento nerviosa al lado de él. Estoy confundida.- Astrid trató de explicar lo mejor que pudo el tormento por el que pasaba.

-Estás enamorada, Ast. Esa es la única respuesta a todas tus preguntas y dudas.- le aseguró su amigo.

-¿Tú crees?- ahora ella alzó una ceja.

-Mi cerebro funciona solo para este tema. Se nota que el chico te quiere mucho, como para que no te robe ni te haga alguna maldad, eso significa algo.- señaló el gemelo argumentando su punto.

-¿Y ese algo es…?- ok, debemos de reconocer que la gran Astrid Hofferson es lenta cuando se trata de sentimientos y el amor.

-Que se enamoró perdidamente de ti, ningún ladrón se portaría bien con alguien aunque fuera una chica; en cambio, él lo hace contigo, el resto no le importa, pero tú sí.- la de trenzas apoyó a su hermano.

-¿Será cierto? ¿Estoy enamorada de él y él de mí?- la joven aún mantenía sus dudas.

-Creemos que sí.- confirmó su amiga- Pero, ¿le dirás a tu mamá?- cuestionó en un tono más bajo, como si la mencionada estuviera en la casa.

-No, me castigaría de por vida y no me dejaría verlo.- contestó de inmediato.

-Tienes razón, entonces, este es nuestro secreto.- Brutacio hizo un gesto con su mano de cerrar sus labios.

-Confío en ustedes.- Astrid les sonrió.

† † †

-¡Auxilio! ¡Se llevan mi bolso!- gritó una mujer desesperada, mientras veía cómo los tres ladrones jóvenes, salían disparados. Le acababan de robar su bolso con una suma de dinero importante.

-Corre rápido, Patán, no quiero que la policía nos atrape por tu culpa.- logró decir Hiccup entre jadeos, corriendo y mirando hacia atrás para ver a su amigo.

-Ya me estoy cansando.- el pelinegro paró y se quedó atrás, mientras sus amigos siguieron corriendo, la suerte no estaba de su lado al sentir que lo acorralaban.

-¡Alto ahí!- dijo el comandante, más conocido como Estoico.

-Jeje, oficial Haddock, qué gusto volver a verlo.- el de ojos azules trató de escapar, pero fue en vano, estaba acorralado por puros policías.

-A mí me daría gusto llevarte a la cárcel.- bramó él policía contra él.

† † †

-Lo logramos, chicos.- celebró Patapez exhausto, mientras se tiraba al suelo y volteaba a ver a sus amigos, pero se percató que faltaba alguien- ¿Y Patán?- miró para todos lados buscando algún rastro de su amigo, pero no encontró nada.

El castaño gruñó frustrado. "¿Por qué siempre tiene que ser Patan?". Pensó.

Caminaron por unos callejones, saltaron algunos muros hasta que llegaron al lugar donde se produjo aquel delito. Sorprendentemente, había más de una patrulla de policías rodeando a su compañero.

-Tenías que arruinarlo.- murmuró él Ingerman, luego se pusieron un buso negro con capucha, ocultando sus ojos para arriba.

† † †

-Ustedes sigan buscando a los otros.- ordenó el pelirrojo a sus policías- Yo me encargo de él.- volvió a mirar al joven de manera intimidante.

-Señor Haddock, por favor, podemos arreglarlo. Prometo dejar de robar con tal de que no me lleve a prisión.- intentó otra vez Patán para no ir a la cárcel.

-Eso debiste pensarlo antes. Pagarás una gran condena por robo a más de una persona, al menos ,no es tanto como la de asesinato.- Estoico no quitaba su mirada amenazante del ojiazul- Mi pregunta es: ¿Dónde está el bolso?- preguntó sin dejar de apuntarle con su arma.

-Yo, no lo tengo, oficial.- contestó Patán temblando de miedo.

-Debe tenerlo uno de tus amigos.- gruñó por lo bajo- Vamos, de igual manera irás a prisión por otros delitos.- una de sus manos soltó su pistola para sacar las esposas.

-Yo no creo eso.- Estoico no terminó de voltear cuando sintió un golpe fuerte en la nuca, dejándolo inconsciente- Vámonos.- le indicó el Haddock menor al Jorgenson con una expresión seria en el rostro. El más bajo salió corriendo sin rechistar.


















































¡Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💖

¿Un capítulo con muchas emociones y algo intenso no es así? ¿A alguien más se le estrujó el corazón al imaginarse a unos Patapez y Patán pequeños, solos y en las calles?... Lamento si es algo trágica sus historias, pero así era el modo en que se hicieran los amigos de Hiccup ¯⁠\⁠_⁠(⁠ツ⁠)⁠_⁠/⁠¯.

Bueno, eso es todo por hoy...

¡Nos leemos pronto! 😋





































































































A_Hiccstrid

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