† 06 †
La comida no era la gran cosa, de hecho, Patán se había encargado de "comprar" todos los ingredientes para el almuerzo. Mientras disfrutaban de tan delicioso almuerzo, hablaron sobre las cosas más chistosas que habían presenciado. Las risas no paraban al oír aquellas locas historias de ambos. Hiccup no podía estar más agradecido, en su vida nunca se imaginó enamorarse de alguien, pensaba que enamorarse de alguien no traía nada bueno y que solo era para perder el tiempo, pero su "teoría" cambió al conocerla. No podía dejar de verla ni por un día, y algo le decía que tenía que estar pendiente a cada rato, malos presentimientos a veces invadían su cabeza.
-¿En serio? Jaja... -reía Astrid, mientras el castaño le contaba una historia que había ocurrido con su amigo pelinegro.
-Tuvo la cara rasguñada por semanas. ¡Estaba deforme!- exclamó él entre risas.
-Pobre, que lástima por él.- comentó la chica bajando la intensidad en sus carcajeos.
-Sí, debiste ver su…- el Haddock fue interrumpido por cierta personita que se encontraba detrás suyo.
-¿Su qué? ¿Cara?- preguntó Patán enojado, al parecer tenía buen tiempo escuchando. Por otro lado, Patapez, quien se hallaba detrás de él, mordía su mano para que no se le escape la risa.
-¡Patán!… Hola, amigo- le saludó el ojiverde nervioso.
-Muy chistoso, cabeza de carnero.- arremetió el ojiazul, fulminándolo con la mirada. Sin embargo, al observar a la rubia, su semblante cambió a uno mucho más amigable y le sonrió- ¿Quién es la damisela?- preguntó tratando de olvidar el tema y enfocarse en la chica.
-Cierto.- murmuró, antes de carraspear- Ella es Astrid. Mi Lady, ellos son Patán y Patapez.- los presentó y la ojiazul alzó una ceja con gracia al escuchar tan peculiares nombres.
-¿Mi Lady?- preguntó el rubio con picardía mirando a su mejor amigo, quien se sonrojó levemente.
-Qué bueno conocerlos.- intervino la Hofferson para evitar el tema- Hiccup me dijo muchas cosas respecto a ustedes.- añadió con una amable sonrisa.
-Y a nosotros sobre usted.- sonrió el Jorgenson maliciosamente, tomaría venganza por lo que había dicho el castaño- Hiccup me ha dicho que usted es una chica muy hermosa y ya veo que no se equivoca.- eso hizo que el Haddock se sonrojara con más intensidad.
"Nota: Jamás le digas algo a Patán." anotó mentalmente, recordando lo que había dicho en la noche anterior.
† † †
Después de haberse despedido de Astrid y salir, literalmente, disparado, fue en busca de un poco de dinero y algunas cosas que al menos no enojarían a su jefe. Llegó casi a la media noche a su "hogar", más bien era un pequeño rinconcito con un colchón viejo y fundas de basura como sábanas. La lluvia en esa noche estaba un poco fuerte y hacía que temblara, al acomodarse vió que todos estaban ya en su quinto sueño, menos alguien.
-Llegaste y, otra vez, tardaste.- le reclamó el Ingerman, quién todavía estaba despierto.
-Lo siento, esta vez se me hizo más complicado.- se disculpó rápidamente.
-Sabes que no te creo, ¿verdad?- su amigo lo miró con suspicacia.
-No te estoy pidiendo que lo hagas.- se sentó en su colchón e iba a recostarse, pero se le ocurrió algo- Oye, Patapez… ¿Me podrías hacer un favor?- cuestionó y el rubio suspiró con pesadez.
-Suéltalo ya, Hiccup.- contestó.
-Mañana puedes conseguirme ingredientes para hacer un almuerzo, algo simple; dos platos, vasos y un mantel como decoración.- pidió, mientras hacía gestos con sus manos para "una mejor explicación".
-¿Y se puede saber por qué dos?- le miró nuevamente con una sonrisa picarona, provocando otro sonrojo en el ojiverde.
-Bueno, quería invitar a una amiga.- respondió desviando la mirada y alzando sus hombros.
-¿Tienes amigas?- preguntó Patapez confundido.
-Conocí una, ¿me vas a ayudar?- volvió a cuestionar con rapidez para evitar más preguntas de su parte.
-Tal vez.- el rubio sonrió con diversión- Pero respóndeme a esto: ¿Por qué quieres invitarla a comer?- interrogó mostrándole, por primera vez, un real interés en la respuesta.
-Para celebrar… Emm… ¿Nuestra amistad?- se excusó de manera muy torpe.
-Eres un pésimo mentiroso.- le comentó su amigo en medio de una pequeña risa- ¿Te gusta?- volvió a interrogar volviendo a su seriedad.
-Te odio.- le murmuró Hiccup con el entrecejo fruncido- ¡Sí! Me interesa y quisiera conocerla más.- admitió resignado.
-Quería oír eso.- Patapez sonrió con satisfacción- No te preocupes, Patapez Ingerman mañana traerá lo necesario.- aseguró con orgullo. Mientras que Hiccup, aún con pleno sonrojo y agradecido por al menos quitarse un peso de encima, se acostó en su casi cama y cayó de una en un profundo sueño, soñando solamente con ella.
† † †
A la tarde siguiente, Hiccup volvió a buscar a Astrid en la salida de la escuela. Esta vez, Brutacio pudo conocerlo como su hermana y lo analizó de pies a cabeza. Antes de despedirse de la Hofferson, le dijo que estaba aprobado y, además, que lo aprovechara, porque es bastante guapo; palabras que hicieron sonrojar a la joven, quien tomó del brazo a Hiccup y lo alejó de sus amigos para evitar más comentarios vergonzosos.
-Estuvo excelente la comida, Hiccup.- dijo ella sonrojada una vez que terminaron de comer en el mismo callejón del día anterior- Qué llena estoy, creo que será mejor ir a casa, antes de que mamá trate de reportarme como desaparecida.- rió nerviosa y desvió su vista del Haddock.
La ojiazul se enojaba consigo misma por tener tantos nervios al estar con él, se sentía como una niña tonta.
-Ven, te llevo.- le ofreció el muchacho levantándose y luego la ayudó a hacer lo mismo.
Solo dejó que Patán se encargara de lavar los platos, el resto de la limpieza estuvo a cargo de Patapez. Astrid cogió su mochila y se dispuso a salir con Hiccup, pero algo en el camino los interrumpió, o mejor dicho, alguien.
-Ay, no.- maldijo el ojiverde por lo bajo al verlo cerca, no tenía una ruta de escape.
-¿Qué sucede?- preguntó la muchacha confundida.
-Un policía.- respondió él con pesar, pero no dejaba de ver con enojo a aquel oficial, cosa que le pareció extraña a la rubia- Mi Lady, sabes que quiero ir contigo, pero…- él intentó disculparse, pero ella se le adelantó.
-Entiendo, no mencionaré nada.- le aseguró para tranquilizarlo, mientras entrelazaban sus manos- Nos vemos luego, Hiccup.- le sonrió siendo correspondida con otra sonrisa por parte de él.
-Adiós.- se despidió y ella salió como si nada de eso hubiera pasado, no tuvo ningún encuentro con alguien. No obstante, otra vez, la suerte no estaba de su lado al notar que el policía se acercaba hacia donde ella estaba, al parecer, la había visto salir de aquel callejón.
-¿Qué estaba haciendo ahí, señorita?- le interrogó el oficial seriamente- Sabe que este sector es muy peligroso, y más para las jovencitas como usted.- añadió observando a todos lados.
-Sí… Emm…- la Hofferson pensó rápidamente en una mentira- Verá, sucede que ví algo y entré al callejón para ver si no era algún animal o algo por el estilo.- mintió rogando a los dioses para que le creyera.
-Ya veo.- musitó el hombre no muy convencido- Mejor vaya a su casa, aquí no es seguro.- indicó y Astrid asintió de inmediato.
-Ya iba en camino, oficial…Haddock.- lo nombró al ver su nombre en la placa de su uniforme- Adiós.- se despidió y salió rápido, antes de que le siguiera interrogando. Por otro lado, el señor no le había creído en nada y fue a revisar por si encontraba alguna banda.
-¡No puede ser! Viene para acá- dijo Hiccup furioso al verlo acercarse- Chicos, escóndanse rápido.- les ordenó a sus amigos lo más bajo que pudo.
Los tres se escondieron en un bote de basura cercano, esperando a que se vaya.
-No hay nadie.- dijo el pelirrojo extrañado. Revisó por cada esquina, el lugar se encontró en su totalidad vacío. Comprobó una vez más y, al no notar nada, decidió creerle a la jovencita y se fue.
-¿Ya se fue?- le preguntó Patán asqueado por el olor.
-Déjame revisar.- Hiccup alzó un poco la tapa y notó que el espacio estaba libre- Ok, no hay moros en la costa.- avisó y sus amigos salieron de los botes a toda velocidad.
-Qué bueno, el olor era insoportable- se quejaba el más bajo, pero Hiccup ni le escuchó, sólo observaba con detenimiento a aquel policía que ya se encontraba lejos de ellos- ¿Qué sucede?- cuestionó irritado del trance en el que se encontraba.
-Nada.- contestó de inmediato aún asomado en la pared vigilando, Patapez se acercó.
-Hiccup, amigo- habló tenuemente cuando estuvo a su costado- ¿Acaso el que está ahí es tu…?- el rubio no pudo siquiera acabar su pregunta.
-No lo digas.- lo cortó Hiccup con rapidez- Ese sujeto no tiene nada que ver en mi vida.- añadió furioso, antes se darse la vuelta y caminar lejos de ahí, sin mirar atrás.
¡Hola hola, genteeeeeeee!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💘
¿Ya están esperando ese reencuentro de Estoico con su hijo? Calma, eso se vendrá más adelante, por mientras, podemos ir disfrutando del desarrollo del Hiccstrid y otros acontecimientos que se vienen ✌🏻.
Bueno, eso es todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! 💕
A_Hiccstrid
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