7
Aún no terminaba de asimilar la idea de que invité a Abdel a un cita. Tengo demasiado tiempo de sobra para poder arreglarme, así que con toda la calma del mundo me fui a duchar porque no iría apestosa.
Estando en la tina de agua remojada pensé demasiado. ¿Que pienso? Creo que hasta la pregunta ofende para mi misma, simplemente estoy pensando en él. Hasta cierto punto es raro, antes me habían gustado muchas personas pero de forma normal, común no que con Abdel es extraño, hay como una fuerza sobrehumana que me dice que tengo que estar con él. Mi corazón me lo dice y el corazón no miente, ¿no? Mamá siempre dice: "haz lo que tu corazón diga" así que sé que estoy haciendo lo correcto.
Una vez terminé salí del baño para dirigirme a la habitación y así poder escoger que ropa voy a usar, tengo que verme bien bonita. Camine al ropero para escoger, mayormente tengo vestidos y faldas largas, no suelo usar pantalones. Finalmente me decidí por un vestido, no tenía tantos porque no los usaba, solo para ocasiones especiales lo que significa que rara vez me los ponía y creo que ésta ocasión lo merece. Ésta ocasión es especial para mi.
El vestido es color negro. Mi abuela siempre decía que la ropa color negro te hace ver mas delgada, creo por eso agarré el vestido negro. Me miré en el espejo, no se ve tan mal, susurró mi conciencia. Se ajusta a mi delgado cuerpo, el vestido no era largo ni tan corto, me quedaba a la medida de las rodillas. Lo que lo hace perfecto para mi, no suelo usar ropa corta porque no es de mi agrado, solo cuando hay demasiado calor.
Fui a peinarme y decidí hacer una coleta alta, mi cabello era largo así que se lucía mejor. Empecé a maquillarme con lo básico que sé eso se refiere a pintarme los labios de color rojo intenso, el delineado de ojos no pudo faltar. Cuando termine de echarme perfume estuve lista y salí de mi casa. Solo llevo un pequeño bolso, igual de color negro. En mi pequeño bolso solo se encuentra mi cartera, el labial y mi pequeño perfume.
Iba caminando, mientras pensaba en que debía decir o hacer, realmente estoy muy nerviosa, me siento como las jóvenes en su primera cita con su crush, lo cual es raro ya que yo no soy una muchacha para actuar así. Supongo que es culpa del amor.
Lo vi caminando hacia mi casa, aunque él está mirando las casas por lo que no me ve. Lleva una camisa de color rojo, que por casualidad es el mismo color de labial que llevo puesto, y su pantalón es de mezclilla. Es la primera vez que lo veo sin su típico traje, le asienta muy bien el estilo, demasiado bien diría yo.
Se ve realmente guapo, supongo que la palabra guapo le queda corta. Cuando me vio y sonrió, eso hizo que me pusiera más nerviosa de lo que ya estaba.
—Te ves linda —hablo cuando nos acercamos
—Muchas gracias —le di un beso en su mejilla en forma de saludo, al alejarme me regaló otra sonrisa.
Ay diosito ayúdame, en estos momentos necesito de tu sagrada ayuda.
—¿Quieres ir a un restaurante por aquí cerca? —señaló una de las calles, creo que a alguien se le quedó mi maña.
—Vamos —respondí mientras empecé a caminar. En realidad no sé a donde quiere que vayamos por lo solo camino sin rumbo fijo.
Él me indico por donde por lo que solo lo perseguí. Íbamos hablando de cosas simples, como por ejemplo, el cómo nos fue en la oficina esta semana, también salió el tema de su bienvenida en la empresa y de que todas morían por él. Sí, él lo sabía pero no le prestaba atención. Eso hizo que me sintiera especial, lo que me gusto. Soy privilegiada de estar con él.
Una vez que llegamos al restaurante, el mesero nos guió a una mesa luego se retiró y en seguida regresó con los menús. En lo que decidimos que pedir el pobre mesero se quedó esperando por nuestros pedidos, Andel pidió una lasaña y yo no sabía que pedir. Si he asistido a restaurante pero fueron pocas veces que hasta las puedo contar con mis manos, por último elegí una pasta acompañada de champiñones. Supongo que desespere al mesero por haber tardado tanto, Abdel no comentó nada al respecto.
A los pocos minutos llegó de nuevo el mesero con nuestra comida. Mis tripas sonaron indicando que la comida se ve deliciosa y es que hasta el olor es exquisito, ya me imagino que es una delicia de comida.
El lugar no se ve lujoso, más bien es sencillo y eso para mi es perfecto. Sus paredes son de color crema con detalles dorados, eso le da un lindo toque al lugar.
—Estuvo delicioso todo —dijo mientras se limpia la boca con una servilleta.
—Ni como negarlo, la comida es fantástica y ni hablar del lugar, es realmente acogedor, gracias —le sonreí agradecida.
—No es nada, es bueno que conocieras el lugar, cuando recién llegue aquí fue al primer lugar que vine, y me gustó, desde entonces vengo aquí cada que puedo —eso hizo que mi corazón diera un vuelco. Me trajo a su lugar favorito, eso se me hizo tan tierno. Fue un lindo detalle.
—Vaya eso es genial —admití por su confesión—. Yo llevo más tiempo que tú aquí y no lo había visto este lugar —mire alrededor. A pesar de ser un lugar pequeño llega mucha gente.
—Ahora lo conoces —me sonrió—. ¿Nos vamos? —dijo mientras le hizo una seña al mesero para pedir la cuenta.
—Si, esta bien —agarre mi bolso y saqué dinero. Cuando el mesero llegó y dijo cuanto era le pague de inmediata antes de que él lo hiciera. El me miro extrañado
—¿Que haces? Yo voy a pagar —reclamó.
—Claro que no —hable con ironía—. Además no te quejes que me tocaba pagar a mi ésta vez —dije recordando lo de los cafés del otro día.
—Está bien, no iré en tu contra —miro la mesa de nuevo, ¿se molestó por qué pague?
—Esa es una sabia decisión —me levante de mi asiento, él también lo hizo.
Juntos salimos del restaurante y no pude evitar sentirme bien. A pesar del pequeño inconveniente todo salió perfecto.
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