30

Ha transcurrido un año.

Un muy largo año.

Cuando me mudé con mi mamá y papá Abdel y Laia se casaron al mes. Laia me envió invitación para que todos fuéramos, ese día lloré mucho porque no pensé que lo harían tan pronto. Yo estuve haciendo planes para mi boda y la que se terminó casando fue ella. Mamá me consoló y me sentí peor porque ella no tenía porque estar lidiando conmigo.
Supongo que Laia tenía la esperanza de que fuera, pero no fue así.
Junto con la invitación vino una carta de ella que a la semana leí y también terminé llorando.

"Hermana, nunca tendré palabras para decir lo siento.

Quiero agradecerte todo lo que hiciste por mi, de verdad espero verte en mi boda. Te juro que me arrepiento de el daño que te cause. No fue mi culpa, solo paso.

¿Te acuerdas de los sueños que te contaba cuando éramos niñas? Yo perfectamente que si te a cuerdas, eras la única que se preocupaba por mi y se quedaba despierta conmigo hasta que me lograba dormir.

El día que vi a Abdel por primera vez, esos sueños se reprodujeron en mi mente como una película. Cuando lo miré a los ojos sentí esa sensación de conocerlo de toda la vida. Sentí una conexión cuando estrechó mi mano, no sé cómo explicarlo. Sentía que lo conocía de toda la vida.

Y después saber que él también tenía los mismos sueños, fue tan impactante. La persona de mis sueños era él. Y yo era la chica de sus sueños.

Esa noche nos ganó el impulso y fue cuando llegaste, no era la mejor manera de que lo supieras.

que piensas que antes sucedieron  cosas, sin embargo no fue así nosotros te respetamos en todo el tiempo que estuve en tu casa. El día que Abdel se quedó haciendo tarea nos quedamos platicando sobre nosotros y fue que descubrimos que tenemos gustos similares y fue donde descubrimos lo de los sueños.

Ese día tu tardaste en llegar, de un momento a otro nos acercamos y fue que sucedió, nos olvidamos de todo.

Y es que, joder, a partir de que Abdel estuvo cerca yo dejé de tener, por primera vez, esos sueños. 

Y todo fue gracias a él.

Sabes que te amo demasiado y no me gusta que las cosas se hayan dado así, si por mi fuera nada de esto hubiera pasado, sin embargo pasó.

Lo siento tanto. Te adoro tanto, eres lo mejor que me dio la vida. Nunca lo olvides, por favor.

Con amor Laia"


Ese día aún más por las cosas que escribió, si ellos hubieran hablado desde el principio se hubieran evitado tantas cosas pero no, lo callaron todo.
Me costó poder superar todo y leer la carta no ayudó en nada, después de meses le conté a mi mamá lo sucedido. Ella lloró junto conmigo y estuvo todo el tiempo conmigo. La noticia le afectó más a ella, estuvo a punto de entrar en un coma diabético. Estuvo en el hospital por un mes hasta que se recuperó y regresó a la casa conmigo. No debí de haber dicho nada pero ella merecía saber la verdad, estuve a punto de suicidarme por la culpa y cuando tuve el valor de hacerlo mamá despertó ese día.
Ese día mamá se encontraba muy mal, la sedaron y el médico dijo que al día siguiente despertaría sin embargo no fue así, pasó una semana y ella seguía igual entonces decidí que al quitarme del hospital iba quitarme la vida y justo cuando iba a salir de la habitación del hospital ella abrió los ojos y susurró un "hija". Me sentí tan aliviada de que haya despertado porque por mi culpa ella se puso mal. Ella insistió que no fue mi culpa y fue que las dos nos prometimos cuidarnos mutuamente.
A papá nunca le conté la verdad, capaz y odiaba a Laia de por vida y no quería eso, a pesar de todo ella es mi hermana y muy en el fondo de mi corazón la sigo queriendo.

Cuando Abdel vivía conmigo, él era el que pagaba todo por lo tanto tenía dinero guardado y con el de Aina me dio para subsistir los primeros meses. Pero el dinero no es eterno, así que con el paso del tiempo tuve que buscar un trabajo. Me llevó un poco de tiempo conseguir trabajo, hasta que un día una señora con su hijo se mudaron cerca de la casa de mis padres. La señora estaba buscando a alguien que le cuidara a su niño, Tommy. Lo supe porque fui a darles la bienvenida con mamá y le llevamos galletas que nosotras mismas hicimos, nos cayó muy bien la señora y entramos en confianza rápido. Ella tiene 30 años y es madre soltera, me pregunto porque será soltera si es una señora muy guapa de cabello negro y ojos muy bonitos, a pesar de tener 30 años aparenta menos edad.

Tommy es un niño muy especial, tiene autismo tiene 6 años de edad y es muy inteligente. Es un niño de cabello castaño y ojos grandes de color miel como su madre.
Me llevó un poco de tiempo acostumbrarme a sus cuidados, pero solo era cuestión de ser paciente.

Tenía que estar al pendiente de sus medicamentos, llevarlo a una escuela especial, ir lo a buscar y llevarlo a su casa, Tommy decía que era su enfermera. Bueno no lo decía, casi no habla, sólo lo señala mediante unas tarjetas con las que se comunica con todos.

Ésta tarde su mamá no iba a llegar aún y tengo que ir a hacer la despensa por lo tanto, tengo que llevarlo conmigo. No es muy difícil llevarlo conmigo ya que es muy tranquilo.

Cuando entramos al supermercado, agarré todo lo que tenía que comprar para la casa y si el quería algo lo ponía dentro de la canasta para que en el camino lo comiéramos. Cuando iba a pagar lo dejé en unas de las bancas cerca para que me espere porque tengo que hacer fila, lo que significa gente. Y a él no le gusta estar rodeado de gente, se desespera y entra en uno de sus ataques. Por él no me preocupo porque se queda quieto y es muy obediente.

Cuando lo dejé sentado y le indique que esperará hasta que llegara a su lado, me fui a formar la fila para pagar cuando entraron 4 personas vestidos de negro. Me asuste, pero no por mi. Tommy es quien me preocupa, él se va a asustar.

—¡Arriba las manos todos! —gritó uno de ellos apuntando con su pistola a todos lados.

Los otros 3 estaban obligando a las personas a ponerse en el suelo que se agacharan. Me agache lo más que pude y de forma lenta me moví entre la gente para acercarme a Tommy y poder estar cerca de él. Mantuve la mirada baja viendo mi camino.

—¡Detente! —gritó el asaltante que entró primero cuando vio que me movía. Me detuve asustada.

—Necesito estar con el niño —indiqué señalando a Tommy, quien se encuentra sentado jugando con sus deditos. Mi niño no es consciente de lo que sucede a su alrededor.

—¡Dejalo ahí! —él lanzó un disparo al techo, supongo que fue para causar me miedo, cosa que logró.

Tommy empezó a gritar muy fuerte del susto mientras se tapaba los oídos y negaba con la cabeza.

—¡Callate! —gritó apuntándolo. El miedo aumento cuando vi que el apuntó a Tommy.

—No es su culpa —dije tratando de acercarme a Tommy para calmarlo.

—¡Quédate ahí! —volvió a señalarme con el arma.

Tommy empezó a gritar más fuerte cuando alzó la mirada y me vio asustada.

—¡Que te calles! —lo volvió a apuntar.

Vi como le quitó el seguro al arma para disparar, no sé de donde saqué tanta velocidad para correr, solo sé que corrí hacia Tommy y cuando llegué a él lo empuje lo más lejos posible, en eso sentí la bala atravesar mi cuerpo. Tommy me miró por primera vez a los ojos y gritó "Gemma".

Vi que en sus ojos salieron lágrimas mi corazón se oprimió porque por primera vez dijo mi nombre, cuando volteé a ver al que me disparó lució sorprendido. Nos miramos a los ojos y sentí esa conexión de la que me habló Laia, a él se le pusieron rojos los ojos y dirigió el arma a su cabeza y se disparó. Era lo que menos pensaba que haría.

Mis ojos se sienten pesados y lo último que oí fue a Tommy gritando mi nombre de nuevo, una sonrisa llegó a mis labios.

Las cartas de Tarot cobraron sentido.

Ahí entendí cual fue mi destino

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