11

La semana pasó demasiado rápido que sin darme cuenta ya es viernes... Al fin tendré mi merecido descanso. En el transcurso de la semana, había estado evitando a Abdel. Fue algo que me dolió más de lo que tenía planeado pero lo necesitaba para poder aclarar mis pensamientos y sobre todo mis sentimientos, le pedí a mi jefe salir antes de mi horario de salida con la condición de que llegaría antes a trabajar para completar las hora mínimas de trabajo, por lo tanto me tuve que levantar más temprano de lo habitual.

Abdel me mandó un mensaje ayer preguntando si me encontraba bien porque no me había visto últimamente, le dije que sí y no he vuelto a ver mi teléfono para saber si me respondió. Eso me dio alas, eso quiere decir que si se preocupa por mí después de todo.

Había quedado con Aina de salir a comer, ella se iba a escapar de su trabajo para que salir juntas, que raro. Dijo que ella no se perdería la oportunidad de escapar conmigo porque es algo que no sucede dos veces en la vida. Ella se sorprendió cuando le planteé mi idea porque sabemos que no soy así, incluso me pidió que la pellizcará para verificar que no estuviera soñando.
A veces pienso que si tiene algo con nuestro jefe pero me da cierta pena preguntarle, digo es mi amiga y si ella quisiera decirme algo al respecto lo habría hecho desde hace tiempo. Tampoco voy a andar de metiche o juzgándola por lo que hace y que no.

Así que cuando llegue a la oficina no había casi nadie, solo los de limpieza que terminaban su trabajo. Ellos son los que trabajan de noche para que en la mañana toda la empresa esté impecable.
Fui a mi escritorio para trabajar tranquilamente hasta que me dieron unas ganas horribles de orinar así que me dirigí al baño de damas para no perder más tiempo cuando miré que Abdel venía junto con el jefe por lo que rápido me escondí en un pequeño cuarto de limpieza que estaba cerca para que no me vieran. Ellos iban platicando y cuando pasaron escuché.

—¿Gemma Palacios está viniendo a trabajar? —me sorprendió que preguntara por mi, en realidad no esperaba que Abdel hiciera algo como eso, mi corazón se aceleró de inmediato.

—Claro que sí, ¿por qué la pregunta? —nuestro jefe sonó extrañado.

—Simple curiosidad —contestó él indiferente.

—He escuchado que ustedes tienen algo, ¿es así? —pero que chismoso salió. Que hablando de chismosos me salí del pequeño cuarto de limpieza una vez que pasaron para escucharlos bien.

—No, nosotros no tenemos nada —esas palabras me cayeron como un balde de agua helada. Creo que un golpe hubiera dolido menos.

—Me alegro por ti eres muy guapo y joven, hay demasiadas mujeres bellas para que termines con alguien como ella.

¿Alguien como yo? ¡Pendejo! Si yo soy alguien excepcional.

Se alejaron, así camine de vuelta para entrar al baño sin ningún problema. Cuando entre me invadieron las ganas de llorar. Joder, dolía y mucho. Él realmente me gusta y oír esas palabras de su boca fue algo muy doloroso. Me vi en el espejo y vi como mis ojos se llenaban de lágrimas y mi nariz se ponía roja sin quererlo. Me siento mal, muy mal.
Iba a llorar y mucho, entonces recordé que iba a salir con Aina, esta noche ella sería mi paño de lágrimas. Me salí del baño, ni orinar pude por el dolor que sentía mi órgano latente.

****

Aina estaba acompañándome en mi casa. No me ha dejado sola desde que salimos de la empresa.

Primero fuimos a comprar chucherías o cualquier cosa que se nos antojara, no pude con la tentación y agarré muchos chocolates de todos los sabores existentes, entonces ella supo inmediatamente que tenía el corazón roto.
Así que aquí nos encontrábamos, en mi casa hechas un desastre comiendo porquerías dañinas para la salud mientras lloraba por las palabras que salieron de Abdel. Las dos andábamos en bata yo por mi costumbre de dormir así y ella por su costumbre de dormir desnuda. Sí, debajo de la bata no tiene nada será raro pero ya me acostumbre.

—Definitivamente es un idiota —volvió a repetir molesta.

—Ya Aina. Él tiene toda la razón, no somos nada —mi voz se volvió a quebrar.

—Pero aún así ¡Hasta se han besado! —gritó de nuevo.

—No le eches más sal a la herida —más lágrimas salieron de mis ojos.

—No creí que sería esa clase de hombre —murmuró entre dientes.

—Él me dijo que era así —expliqué para tratar de justificar su acción porque muy en el fondo quiero creer que fue por eso.

—Lo estás justificando —volteó los ojos fastidiada.

—No es así, solo digo lo que él me dijo —agarré una servilleta y limpie mi nariz llena de mocos.

—Por eso está solo —asintiendo como si ahora entendiera todo.

—Si me gusta mucho —las lágrimas volvieron a salir de mi rostro. Lo más probable es que en estos momentos mis ojos estén hinchados, mi cara y nariz rojas de coraje.

—Pero él a ti no —dijo seria. ¡Vaya mejor amiga que tengo!

—Gracias por los ánimos —la miré molesta.

—Perdon cariño —me miró con tristeza—. Él se lo pierde, ven aquí —extendió sus brazos para que me acercará mientras hizo un puchero. Y así lo hice me abrazo muy fuerte, y cuando creí que ya no tenía más lágrimas para soltar volvieron a salir.

Esta noche le lloré como nunca le había llorado a nadie en mi vida.
¿Realmente hice mal? Por primera vez intenté ser más "atrevida" con alguien y resultó de lo peor. Por eso no era así, ne gusta llevar las cosas con calma, si tan solo hubiera así desde el principio nada de esto estaría pasando.
¿Llorar sirve de algo? Tal vez no, no lo sé, lo que si sé es que él es mi fortaleza y mi mayor debilidad.
Necesito que mamá me abrace y me diga que todo estará bien.
Necesito muchas cosas sin embargo no tengo nada. Dejé de pensar cuando Aina empezó a acariciar mi cabello. No supe en que momento me quedé dormida.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top