Capítulo 24.
❝ Un poco de valentía. ❞

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Ser hijo único podía tener sus ventajas, pero para Jin no había nada bueno. Todo le resultaba negativo. La mirada de su madre estaba sobre él las veinticuatro horas del día, a veces se sentía vigilado a pesar de que la mujer no se encontraba a su lado. Paranoico era la palabra correcta que ahora lo describe, además de su desastrosa timidez.

Ahora que su novio Yoongi encontró otro empleo, ya no lo veía tanto como antes, si acaso una corta llamada de buenos días por las mañanas, y por la noche un simple mensaje junto a una fotografía.

Jin suspiró sin ánimos, cómo extrañaba los besos de Min Yoongi. El de cabellos castaños se encontraba regando las plantitas de un estante, usando un delantal con bolsillos. Escuchó la campanita de la puerta anunciando que un cliente entró al local, por lo que se apresuró a llegar a la caja registradora para atenderlo.

Vaya sorpresa la que se llevó al ver a Namjoon. No ha tenido la oportunidad de hablar con él, sólo se han visto una vez en el departamento de Yoongi.

ㅡ Hola, bienvenido. ¿En qué puedo ayudarte? ㅡ dijo, tratando de que su voz se escuche fuerte, clara y segura.

ㅡ Oh, tú eres Seokjin, ¿verdad? ¿Trabajas aquí?

Jin le hizo una seña poniendo su dedo índice sobre sus labios, pidiendo que no dijera nada. Bajó la mano de golpe al ver a su entrometida madre llegar a su lado con el ceño fruncido.

ㅡ ¿Cómo conoces a mi hijo, y quién eres tú?

ㅡ Mamá, por favor. Sólo es un cliente ㅡ le dijo en voz baja.

Aquello bastó para que Namjoon entendiera lo que pasaba, el miedo en los ojos de Jin y sus manos temblando.

ㅡ Permítame presentarme, mi nombre es Kim Namjoon, trabajo en la universidad a la que Jin asiste. Soy un profesor de apoyo ㅡ le mostró su sonrisa más brillante y ofreció su mano.

ㅡ Yo soy la madre de Seokjin ㅡ para la sorpresa del chico, ella aceptó la mano de Namjoon y solo de esa forma pudo respirar de nuevo ㅡ. ¿En qué te podemos ayudar?

ㅡ Estoy buscando un arreglo para mi persona especial, quisiera alegrar su día.

No había que ser unos genios para saber que su persona especial es Jungkook, y Jin no pudo evitar sentir algo de envidia. Tal vez ellos no eran una pareja, pero se trataban como una. Pero no podía quejarse, él seguramente entraría en pánico si algún día Yoongi decide hacerle un regalo. Y ojalá nunca lo haga, porque probablemente terminaría en la basura o se lo devolvería por miedo a la reacción de su madre.

Quien terminó atendiendo a Namjoon fue su madre y él sólo se quedó mirando todo desde la registradora. No se sentía bien físicamente, y quería regresar a casa. Se quedó ahí de pie sin hacer nada todo el tiempo que Namjoon estuvo en la tienda, preguntándose si tal vez debería pedirle que le diga a Yoongi que no se olvide él y le envíe pronto un mensaje.

Pero no hizo nada, de hecho, se fue a seguir con su tarea de regar las plantitas mientras su madre cobrara por el arreglo floral.

༄

En el camino de regreso a casa, ninguno de los dos habló, pero Jin siempre hablaba consigo mismo en su mente. Se imaginó la posible reacción de Jungkook cuando viera a Namjoon llegar con su regalo, ambos libres y sin madres molestas que les prohiban su amor.

Suspiró, llamando la atención de su mamá.

ㅡ ¿Te pasa algo, cariño? ㅡ le preguntó levantando una ceja.

ㅡ Nada, mamá. Sólo estoy cansado y tengo muchas tareas qué hacer para mañana, creo que no dormiré ㅡ respondió sin ánimo, viendo cómo sus pies se movían sobre el caminito de piedras de su casa.

ㅡ Bueno, entonces voy a preparar una cena deliciosa que te dé mucha energía para que hagas tus deberes ㅡ le regaló una sonrisa antes de buscar en su bolsa la llave de la puerta.

Jin asintió, la verdad le daba igual. Hace días que no sentía hambre pero nadie sabía, y tampoco quería molestar a Yoongi con sus tonterías.

Entonces algo llamó su atención. Más bien de los dos. Había un pequeño ramo de rosas en su puerta con una tarjeta, contó al menos unas cinco rosas de un color rojo muy intenso. Se apresuró a tomarlo antes que su mamá, quien cambió toda su bondad por su actitud manipuladora.

ㅡ Dame eso, Seokjin ㅡ exigió.

Reconoció la letra de Yoongi, de su novio y sólo por eso retrocedió un par de pasos.

ㅡ No. Esto es mío.

ㅡ No lo pediré dos veces, dáme eso.

Jin tembló en su lugar, pero su mente le animaba para que luchara por su amor y por lo que quería por primera vez en su vida.

ㅡ Ya dije que no ㅡ trató de que su voz ya no temblara tanto.

ㅡ Supongo que es de ese tal Min Yoongi. Desde que ese maldito se acercó a ti, has cambiado, eres otro Seokjin. Y no me gusta tus modos, seguro ese Min te está cambiando.

ㅡ Sí, es de Yoongi, pero déjame decirte que él no es como tú crees. Él es bueno conmigo, es muy trabajador y amable, no lo juzgues sólo por su apariencia. Te prometo que si haces el intento por conocerlo, te sorprenderá. Por favor, créeme.

Le pidió de forma amable a pesar de todo, porque tal vez podría lograr que así lo aceptara o se diera la oportunidad de tratar a Yoongi. No supo cómo tomar el extraño brillo en los ojos de su mamá, era extraño, hasta que notó la mandíbula tensa de ella. Estaba molesta, aunque eso era muy poco para las llamas vivas en su interior.

Seguramente venía algo malo para él por tratar de defenderse y alzar la voz, expresar sus deseos y opiniones.

ㅡ Vamos dentro, Jin. Aquí no es lugar para hablar sobre tonterías como que un Min es amable y que te ama.

La señora Kim abrió la puerta para su hijo y se hizo a un lado para que entrara. Por algún motivo, Jin tuvo muchísimo miedo y más porque el interior estaba oscuro. Se sentía como si estuviera en una película de terror, donde su propia casa es su cárcel, y su madre su verdugo.

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~Nota~~
Es momento de orar por Jinnie y también para que no me tiren piedras, aaaaaa. No estoy del todo conforme pero bueno uu.

¿Qué les pareció la actualización? Espero que les haya gustado aunque sea un poquito ♡.

¡Nos leemos pronto!