Capítulo 4. Oído de tigre.

Capítulo 4. Oído de tigre. 




Atsushi lo miraba, el azabache acaricio sus mejillas - ¿Qué es esto?

- Tengo entendido que se llama beso...

- Si, he leído de ellos...

- Yo vi a Dazai-san

Volvieron a verse poniéndose totalmente rojos. Se separaron ligeramente, Atsushi había tapado sus labios con sus dedos. El azabache lo miro, se preocupó en ese momento y talla su propia nuca con culpa – Atsushi, yo, bueno lo siento...

- Está bien, creo... - lo miro por fin a los ojos - ¿es malo acaso?

- No, no que yo sepa. Hasta donde sé, no es malo

Atsushi sonrió ligeramente. No supieron en qué momento se recostaron uno al lado del otro, miraban al techo hasta que bien, se quedaron completamente dormidos. Por la mañana, Atsushi había despertado primero, miro al azabache un momento y sin intensión alguna comenzó a ruborizarse. Llevo su mano hacia la oreja del mayor, aunque su intención era solo tocar su piel, el azabache rápidamente abrió sus ojos, una mirada fija y fiera. Atsushi se sorprendió y el azabache calmo su mirada – buenos días.

- Bu-buenos días ¿Qué fue eso?

- Tengo el sueño ligero – menciono - ¿Qué ibas a hacer?

- Solo... Quería tocar tu piel.

Akutagawa cerro sus ojos, se quedaron así un rato y abrió solo uno de sus ojos para mirarlo - ¿Qué esperas? Tócame.

Atsushi comenzó a reír, acerco sus manos para tocar sus mejillas y cuello. Akutagawa lo miraba, el pequeño Atsushi tenía una mirada tierna y divertida, se veía igual que un niño, olvidando completamente su rostro serio y decadente de la mafia. El agente se sintió totalmente aliviado de ello.

Mas tarde, los niños desayunaban, Atsushi los ayudaba a mantenerse limpios, fue la primera vez que los vio, una chica vestida de enfermera, su nombre era Elise, y a su lado el doctor del orfanato. Se presento únicamente como Mori.

Al terminar, Mori sonrió pidiéndole a Atsushi que salga a jugar, así que, juntos, nuevamente, fueron a Yokohama en autobús. Atsushi reía con cada cosa que platicaban. Todo era divertido para el chico, todo era nuevo y para el azabache era encantador. Aunque también reía prefería hacerlo a sus adentros, adoraba poder ver el cuerpo sincero de Atsushi.

Entraron a un restaurante de curry, donde Akutagawa le pidió esperarlo sentado.

Subió unas escaleras buscando a su mentor quien estaba al final del pasillo, en una mesa de té, con vista al precioso mar desde el ventanal – Sakunosuke-san

- Has llegado, me alegra

- Lamento la demora – menciono – culpa mía.

- Bien, debemos hablar ahora, es algo serio y privado

- ¿tardará mucho?

La pregunta le dio curiosidad, - no, ¿Por qué?

- M-me están esperando abajo – menciono nervioso.

Sakunosuke sonrió, palmeo el hombro del menor – siéntate un momento

- Si.

Una vez ambos sentados, cara a cara, el mayor comenzó – No daré vueltas, iré directo al grano. Nos dimos cuenta de que tu sintonía está saliendo en tus palpitaciones, encontraste a tu destino y su camino se está formando.

- S-sí, eso parece – respondió igual de nervioso.

- La verdad, la agencia debe estar pendiente de esto, así como cualquier organización de gobierno

- Si, es comprensive – respondió. Pensando que incluso Atsushi había admitido que de igual cuenta fue vigilado. Todo tenía sentido para él de esa forma

- Bien, nos tomamos la libertad de buscar tu sintonía. – Akutagawa se sonrojo totalmente – solo porque no nos decías nada, y parecía que no conocías nada de estas cosas

- N-no conozco, pero quiero conocer, conocer más de mi destino.

Sakunosuke sonrió – perfecto, por que incluso invitamos a Hichiyo Higuchi al café por la tarde

Akutagawa se sorprendió por completo - ¿Qué? ¿Qué dijo?

- Pero, bueno imagino que ya lo sabias si pasaste la noche con ella, es normal ¿sabes? No tienes de que apenarte

- No, no Sakunosuke-san, e-eso no es lo que usted cree

- ¿no? ¿Qué es lo que creemos?

El azabache se puso totalmente rojo, - debo sincerarme con usted. Sakunosuke-san, ayer estuve y bese a un chico – menciono. – ese chico es lindo y es el que hace mi corazón palpitar.

- Comprendo, cometimos un error. – suspiro – debo avisar para que le cancelen a la chica ¿no es así?

- Si por favor, hoy, incluso bien... Espera por nosotros abajo, quiero presentarte y explicarte todo

- Comprendo – sonrió - ¿vamos?

- Si por favor

- Y de adelantado, te ofrezco una gran disculpa

- Vamos por favor Sakunosuke-san.

Bajaron a donde vieron el lugar vacío – disculpe, jefe – hablo Sakunosuke - ¿ha visto al amigo de Akutagawa?

- ¿el chico bonito de cabello gris y ojos bonitos?

- Si, ese – respondió Akutagawa – le pedí que me esperará.

- Después de que subiste estuvo tranquilo, tapaba sus orejas extrañamente y después le ofrecí agua, el cuanto destapo sus orejas, su rostro no estuvo nada bien, tomo el agua y se disculpó. No tiene tanto que se fue.

- Mierda, el escucha todo – menciono el azabache preocupado

- Gracias jefe – dijo Sakunosuke mientras ambos corrían a buscar al chico.

Era algo obvio pero simple de olvidar, Atsushi era un tigre, su vista, reflejos, olfato y oído estaban más allá de lo normal. Y el negocio no era algo como una guarida ultrasecreta. Corrió hasta la parada de autobús con Sakunosuke esperando encontrarlo, pero tampoco fue su destino. – ahora ¿Qué hago?

- Bien, tenemos al mejor agente de todos ¿no?

- Si, Rampo-san sabrá qué hacer.

Al llegar a la agencia, como era obvio, habían olvidado la cita con aquella chica rubia, tomaron a Akutagawa de la fuerza y lo llevaron al café de abajo. Sakunosuke no podía perder tiempo contra la agencia, fue directamente con Rampo para hablar de la situación anterior – Rampo, te respeto mucho – menciono

- Y yo a ti, empezamos esto juntos – menciono – pero ¿sabes? El chico del que está alineándose el destino de Akutagawa es bastante peligroso

- ¿a qué te refieres?

- Lo mato ya, por así decirlo

- El chico tigre de la mafia

- Así es, aunque fue dado de baja por el exjefe, y sus lacayos cercanos están encerrados, presiento que el mal augurio será parte del destino

- Lo entiendo, pero Akutagawa parecía contento

- Eso pasa al inicio, pero recuerda, el destino puede dividirse.

- Dividirlos – hablo Sakunosuke pensativo.

¿realmente separaría sus destinos por su bien?

- Escucha – decía Akutagawa – lamento lo que está pasando aquí pero

- Galletas – dijo Naomi dejando una bandeja en la mesa

- Yo no planee nada de esto – hablo Akutagawa

- Bebidas – dijo Tanizaki dejando dos vasos de jugo en la mesa

- Y realmente no me interesas – termino Akutagawa

- Panecillos – dijo Kenji

- Chicos, gracias, pero no puedo hacer esto, ella no le gusto – menciono

Higuchi sonrió mirándolo – al contrario, Akutagawa-senpai, usted me gusta mucho

- Si y yo – la miro - ¿qué?

- Mi pecho late constantemente cuando pienso en usted, un valeroso agente que da su vida por todos, tan poderoso y amable ¿Cómo no enamorarse de usted?

- Son destinados – se decían Naomi y Haruno mientras tomaban sus manos.

- Deberían ir a una cita de verdad ahora

Fuera de la cafetería, Atsushi podía escucharlos, solo quería confirma todo. No era tonto y no planeaba llorar, pero había aprendido a confirmar las cosas por oídos y ojos propios, y basto aquella escena para el ex mafioso para conseguir eso.

Iba a entrar solamente para enfrentarlo cuando lo escucho – no deberías hacer eso – expreso una voz grabe.

Atsushi volteo mirándolo, un pelirrojo – disculpe – hablo desconcertado - ¿Quién es usted?

- Mi nombre es Sakunosuke, ¿me acompañarías?

- No voy con extraños...

- Escuche que "Nakahara Chuuya" se escapó de prisión.

Los ojos de Atsushi se abrieron sorprendido, Sakunosuke lo vio, estaba asustado. – vamos, o acaso ¿prefieres que algo le pasé a él? – Atsushi miro a sus espaldas, Akutagawa estaba irritado, pero no era grosero con sus compañeros. Atsushi suspiro

- Lo seguiré, Sakunosuke-san

- Correcto. Vamos.

Sakunosuke se había llevado a Atsushi a la parada de autobús allí, ambos se sentaron a esperarlo. – entonces, usted dijo que Chuuya-san.

- Si, se liberó, por eso pensé que estarás más seguro en el pueblo donde vienes ¿no es verdad?

- ¿lo volverán a atrapar?

- La agencia se encargará, por favor, quédate tranquilo

- Si... - suspiro profundo, no se veía bien

- ¿Por qué le tienes tanto tiempo?

- El siempre... juro que únicamente el podía matar a Dazai-san

- ¿el hombre de negro?

- Así es...

- ¿estás en peligro?

- No, no lo sé... Chuuya-san siempre ha sido, muy fuerte...

- El portador de la gravedad ¿no? – suspiro – tengo algo que decirte...

- Claro señor 




...

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