Capítulo 3. Ropero

Capítulo 3. Ropero


La agencia armada de detectives completa miraba a Sakunosuke quien leía una investigación. Suspiraron de verlo tan tranquilo, quien se acerco fue Kunikida – Sakunosuke-san, debo decir que te respeto mucho

- ¿Qué ocurre Kunikida?

- Akutagawa sale todos los días, debe estar formando un vínculo con su destino ¿no deberías hablar con él?

- Él no me ha dicho nada sobre el asunto, no quiero hacerlo sentir incomodo

- Creo – interrumpió Yosano – que ni él se ha dado cuenta, podríamos ayudarlo

Los ojos de todos brillaron, Oda simplemente suspiro. – creo que es hora de entrometerse

- ¡SI!

Todos fueron a la sala de reuniones, allí dejaron algunas fotografías, Kunikida usaba el proyector para la información recopilada en su USB, Kenji y Naomi hacían cartas de amor para emergencias, Yosano preparaba un botiquín de primera vez. Sakunosuke únicamente suspiro desesperado ¿ahora que se suponía que debía hacer contra la agencia?

Mientras tanto, Akutagawa era limpiado de polvo para hornear en su mejilla por el dedo del joven tigre – en serio, no puedo creer que te llenaron todo, que desperdicio

- Está bien, déjalos, se divirtieron. Compraré después más

- Oh, ahora eres un hombre rico

- No tanto, puedo comprar polvo para hornear y quizá una crepa ¿te gustaría probar?

Atsushi volvía a reír, y su corazón a palpitar. No había notado lo fácil que era hacer al chico tigre reír. Y le encantaba.

- Oye, aam ¿entonces? la crepa ¿te gustaría... probarla?

- Si, me gustaría – añadió - ¿te parece mañana?

- Aún hay tiempo hoy

- ¿seguro? Pero los niños

- Oh vamos, las galletas ya están y ellos tienen clase ¿no es así?

- Bueno, si...

- ¿entonces... vamos?

Atsushi sonrió – claro, vamos. Tomare mi abrigo.

Subieron juntos al autobús, Atsushi miraba por la ventana pues a pesar de que vivió en Yokohama por mucho tiempo, nunca tuvo la oportunidad de visitar sus tiendas o calles si no era de noche.

Siempre llevando el cargo en sus hombros y siempre sintiéndose cobarde de lo sucedido, no tenía derecho a vivir, por lo que no tenía derecho a divertirse, bien, ahora sí.

Llegaron a Yokohama, Akutagawa llevaba a Atsushi de la muñeca, lo cual, no molestaba a Atsushi y para el agente, bien, el ni siquiera se había dado cuenta. Llegaron al parque Yamashita donde rápidamente encontraron donde sentarse, frente a la fuente, las flores estaban pendientes de ellos, aunque Akutagawa le pidió que lo esperará.

Atsushi podía ver como la fuente llenaba de roció a las flores. Sonrió de poder disfrutar aquello.

Akutagawa por su lado había comprado un par de creppas y había llegado de vuelta con el menor, tuvo una pequeña pauta al verlo, el viento movía ligeramente su cabello, sus ojos atentos al roció de las flores, el azabache sintió como su corazón dio una vuelta entera y su rostro caliente. – probablemente es el clima – se dijo a sí mismo.

Se acerco entregándole a Atsushi su creppa, esté respondió con una sonrisa tierna. – gracias, ¿Por qué no me lo dijiste? Dime, ¿Cuánto te debo?

- No es nada, invito yo

- Pero yo

- Insisto

- Está bien, yo invito el café.

- Uno para llevar, hay una exhibición de las flores, debemos verla

- Está bien, comamos primero

- De acuerdo.

Atsushi dio el primer mordisco y sus ojos brillaron por tan dulce y encantador sabor, Akutagawa nuevamente se sonrojo, pero el tigre comenzó a llorar - ¿qu-que pasa?

- Estaba pensando que Kyouka-chan adoraría este sabor...

Akutagawa lo miro, recordó a su mentor, levanto su mano dejándola sobre su cabeza y el tigre lo miro completamente confundido - ¿Qué haces?

- Confortarte

- Oh... - Atsushi tuvo un pequeño rubor en sus mejillas, sonrió más tranquilo y siguió comiendo.

Akutagawa comió su crepa, pero tampoco quito su mano, al contrario, únicamente la bajo un poco dejando sus dedos entrelazarse con su cabello gris. Ambos estaban cómodos de ello.

Al finalizar sus crepas, ambos se levantaron, fueron hasta un pequeño puesto de café donde Atsushi pidió dos. Akutagawa lo miraba haciendo lo suyo cuando recibió un mensaje de su mentor

"No llegues tarde, tenemos que hablar"

"De acuerdo, solo estoy en un paseo"

Atsushi llego después de ello, le dio su café – oye y le pusiste

- Tres de azúcar – sonrió amplio – sí, igual al mío.

Akutagawa devolvió la sonrisa – vamos

El parque era hermoso en sí, pero aquella exhibición era sobre flores con formas, había algo de todo, flores hechas con las flores, corazones, estrellas. Gatitos, Atsushi estaba alegre viendo cada uno de ellos. Su corazón latía con más fuerza cada que Atsushi le sonreía.

La ciudad comenzaba a oscurecer, el café ya estaba frio. Ambos iban de regreso a la parada de autobús - ¿te divertiste?

- Muchísimo Akutagawa, fue emocionante, rico, me encanto todo. Muchas gracias por traerme.

- No es nada, yo... aam, te llevaré al orfanato

- ¿Por qué? – pregunto entre risas – puedo quitarme solito. Soy un tigrecito

Akutagawa comenzó a reír – vamos, déjame llevarte.

- Si – respondió igual de alegre y animado.

El autobús no tardo mucho dejando a ambos chicos subir, una vez más se sentaron juntos, iban susurrándose las cosas que vieron en el día y Akutagawa sugirió un par de lugares a donde podían ir.

Llegaron al pueblo donde Atsushi compro un poco de chocolate para darle a sus niños, fue cuando precisamente un niño paso corriendo y lleno a Akutagawa de café caliente, aunque no se lastimo gracias a Rashomon, tenía manchas de chocolate en su abrigo.

Atsushi le pidió ir con él al orfanato, quitaría la mancha en un segundo. Así fue como termino en la habitación de Atsushi mientras el menor estaba limpiando el abrigo. "– puedes ver lo que quieras, no tengo mucho. No tardo –" y la verdad, su curiosidad le gano.

Miro sus pocas cosas, entre ellos había encontrado aquel viejo collar que se rompió en su pelea. Sonrió tiernamente, eran dos partes que si se unían podía recrearlo, era un corte perfecto. Obviamente.

Atsushi regreso sonriente – está listo

- Vaya, eres demasiado bueno con eso

- Cuando estás en la mafia, debes aprender a quitar manchas...

- Oye, está bien, no tienes que recordar eso

- Ya es tarde Akutagawa, ¿y si te quedas?

Akutagawa se puso totalmente rojo – ah, yo es que no quiero molestar

- No es molestia, hoy fuiste muy amable conmigo, déjame darte servicio.

- De acuerdo, me quedaré – le sonrió.

- Entonces ven conmigo, tomemos un baño juntos

Y si, volvió a sonrojarse. Fueron juntos al baño del orfanato, obviamente era grande para que los niños se bañaran en conjuntos. Atsushi comenzó a quitarse la ropa y el azabache se puso totalmente rojo - ¿Qué esperas? Quítate todo.

- Eh, ya... si

Akutagawa se quitó su ropa también. Dejo todo en un canasto donde Atsushi había dejado su ropa también. Atsushi no dudo en tomarlo para lavar su espalda, y bien, Akutagawa tuvo que hacerlo devuelta.

Cuando terminaron, Atsushi se quedo en toalla, una seca por supuesto. – ve a mi habitación, toma la ropa que quieras para dormir, voy a poner esto a lavar, mañana lavaremos todo temprano

- De acuerdo.

Akutagawa regreso al cuarto del menor, allí abrió el pequeño armario, tenía 3 pares de ropas de cama, tomo la que le pareció más grande. Fue cuando su celular comenzó a sonar, - maldición, me olvide de Sakunosuke-san – expreso mirando su celular. – no, si contesto me regañara. Pero si no contesto se enojará.

Al final termino contestando.

- Akutagawa, ¿Dónde estás?

- En... bueno, es un pueblo, pero estoy en un orfanato

- ¡¿PERO QUE RAYOS HACES?!

- Bueno, tuve un accidente con chocolate caliente y termine quedándome con un amigo, estoy bien. Volveré temprano, lo prometo.

Pudo escuchar de nueva cuenta el suspiro del mayor. – bien, llega a la agencia sano y salvo ¿de acuerdo? Buenas noches

- Buena noche, descanse.

En cuanto colgó, termino de vestirse y con ello Atsushi apareció - ¿listo?

- Si, gracias

- Déjame ponerme el mío – menciono bajando la ropa del ropero – sabes, esto es emocionando – mencionaba mientras subía el pans por sus piernas – jamás he dormido con alguien, es lindo hacerlo contigo – termino mientras tomaba la playera y se la ponía – bien, a dormir Akutagawa

- Ah, si... eh, claro que si

Atsushi volvió a reír - ¿Qué te pasa? Estas todo soncito desde hace un ratito

- No estoy del todo seguro, pero es cierto que no carburo

- No te preocupes, el doctor del orfanato podrá revisarte mañana – tomo su brazo – vamos, sube a la cama.

Atsushi subió primero, pegándose a la pared, Akutagawa se acercó, pero su corazón nuevamente se volvió loco, sentía la cara calienta y está vez fue obvio su sonrojar. Atsushi se paro en la cama tocando su cara – estas caliente Akutagawa – expreso. Tomo los brazos del mayor y lo jalo para acostarlo – quédate aquí, iré por un trapo con agua fría – añadió.

Akutagawa podía sentir el olor del chico tigre, olía a flores y pasto. Miro el techo oscuro y pudo escuchar su corazón ir como loco. Cerro los ojos mientras miro como Atsushi se acercaba nuevamente. – en verdad Mori-san, tiene fiebre – decía el menor.

Aquel hombre toco la frente del azabache y sonrió – estará bien Atsushi, créeme. No te preocupes demasiado. Déjalo descansar ¿sí?

- ¿seguro?

- Si – menciono y se acercó al menor, toco su frente y sus mejillas - ¿tu como sigues? ¿los latidos se hacen más fuertes?

- So-solo es situaciones extrañas

- ¿Cómo cuáles?

- Bueno, hoy cuando Akutagawa toco mi cabello sentí que mi corazón iba a salirse por mi boca.

Mori comenzó a reír. – todo está bien. Confía en mí. Acuéstate y duerme

- Si, claro. Muchas gracias y perdón por despertarlo

Mori se retiró y Atsushi miro su cajonera movida - ¿dejo algo? – cuestiono el menor a los actos del doctor, pero Akutagawa se movió para hacerlo olvidar de ello. – Akutagawa ¿Cómo estás? – pregunto viendo al mayor moverse y abrir los ojos

- Creo que tuve un paro cardiaco

- ¡AH! – grito espantado.

Sin pensarlo dos veces, subió su cuerpo al del azabache, dejando su cuerpo entre sus piernas, Atsushi pego su oreja de tigre al pecho del mayor. Akutagawa una vez más se puso totalmente rojo. – se escucha acelerado, estoy preocupado, pero Mori-san dijo que deje de preocuparme tanto, que estas bien

- Lo mi-mismo dijo mi doctora, no te preocupes tanto

Atsushi bajo del estómago del mayor y suspiro – la verdad, es que mi corazón a estado igual – menciono recargándose en la pared. - ¿habremos atrapado algo en el rio?

- Podría ser probable – respondió sentados a su lado

Sus hombros chocaron y nuevamente se sonrojaron, sus corazones se aceleraron. Se miraron sorprendidos el uno al otro, realmente fue un susto para ellos. Eso querían para explicar por qué sus corazones dieron un gran salto. – oye, no será que ¿tu traes algo?

- Yo diría que tu traes algo

- Tú, esto empezó cuando me acusaste en el pueblo

- No es así, empezó cuando tú me sonreíste

- No es cierto

- Si es cierto.

- Pero yo te sonreí hasta después de eso, así que fuiste tu primero

- Tú me sonreíste primero en la cafetería cuando nos conocimos

Ambos se sonrojaron totalmente. – así que si, es tu culpa – acabo Akutagawa.

Se miraron a los ojos un momento, Atsushi los cerro un poco relajando su expresión, Akutagawa llevo su mano a la mejilla de su compañero de cama. Terminaron por cerrar sus ojos, y fue tan cálido como brisa de verano, un beso suave y tierno de parte de ambos.

Se miraron nuevamente, apartaron sus labios y juntaron sus frentes – me siento un poco mejor

- Si, los latidos se calmaron...

- Si, se calmaron...

El menor tomo las manos del mayor, este se reclino y volvieron a besarse, esta vez, recostados sobre la cama. 


...

¡Gracias por leer!

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