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Ansel por fin parece tranquilizarse entre mis brazos, sin embargo eso no hace que la presión en mi pecho disminuya, sigo preocupada por él, pero no hay mucho más que pueda hacer salvo abrazarle.

En mi cabeza aún sigue dando vueltas mi celo, no estoy preparada para pasarlo en la aldea, quiero pasarlo en la cueva que fue mi hogar durante tantos meses, pero no sé cómo decirlo ni explicarlo y tampoco puedo llevar al lobezno conmigo puesto que estará en peligro y al estar en mi celo no podré protegerle en absoluto.

Tengo que hablarlo con Namjoon y con JungKook, creo que ambos son los que necesitan el aviso cuanto antes, Namjoon por sel el líder de la manada y JungKook por ser mi pareja.

Pasan varios minutos, en los que todos estamos en silencio, los Alfas mirándome a mí, con el lobezno aún sentado en mi regazo, que poco a poco comienza a dormirse, acaricio con suavidad la espalda del omega, su respiración es cada vez más pausada y en algún momento, le escucho roncar un poco.

—Aysel, déjale dormir un rato en mi habitación, pareces preocupada por algo y no creo que hablarlo con el lobezno aquí, aunque esté dormido, sea muy cómodo. — Jimin me sorprende al haber intuido mis pensamientos, asiento agradecida y me levanto de la mesa, sujetando con fuerza al lobezno para que no se me caiga.

Jimin se levanta por igual y me guía hasta el piso de arriba, caminamos un par de minutos por el pasillo que da a las habitaciones hasta que nos paramos en una; Jimin abre la puerta y me deja a la vista una preciosa habitación en tonos pastel, completamente limpia y ordenada; los chicos han estado remodelando, por lo que hora, cada uno tiene su propia habitación y privacidad, Jimin ya no comparte habitación con Taehyung.

Pasamos y dejo a Ansel descansar sobre el gran colchón, casi al instante en el que le suelto agarra a la almohada como si fuese una persona a la que abrazar. Le miro durante unos minutos, no quiero abandonarle y entiendo que se sienta así después de todos los abandonos y malos tratos por los que ha pasado.

Bajamos de nuevo al salón, TaeHyung está recogiendo el plato que a roto Ansel hace un rato y me siento culpable por no haberlo recogido yo, Hoseok y Yoongi están recogiendo los platos y cubiertos, JungKook, Jin y Namjoon recogen la comida que han traído antes, Jimin me acompaña hasta el salón, ambos nos sentamos.

—No te preocupes, si aún no lo entiende acabará por hacerlo. — apoyo mi cabeza en su hombro, estoy realmente agotada, siento su mano peinar mi pelo a lo largo de mi espalda con cuidado y despacio, ese gesto me relaja.

Escucho pasos y no tardo en ver a los seis Alfas restantes entrando en el salón, todos se sientan, JungKook a mi otro lado, abrazándome por la cintura, ese gesto provoca que me aleje un poco de Jimin quien hace una mueca antes de mirar hacia delante.

—Aysel, no te preocupes más por esto, Ansel  ya sabe lo que hay, lo entenderá. — las palabras de YoonGi me ayudan, pero esa no es mi preocupación.

—Hay otro problema, pero ese debo hablarlo solo con Namjoon-Ah y con JungKook-Ah. — una vez más, puedo sentir una oleada de placer dirigida a mí, realmente Jungkook ama que le llame así, no lo hago seguido, pero cuando lo hago, me hace saber que lo aprecia, pues paso un tiempo en que era al único en que no lo nombraba con cariño.

Sus dedos se ciernen en mi cintura en un gesto que hace de mis terminaciones nerviosas un caos, puedo captar eso como una pregunta silenciosa en la que se preocupa de que será lo que tengamos que hablar que los demás Alfas no lo puedan saber.

Se inclina sobre mí y su nariz empiezas rozar en la piel de mi cuello, inhalando un aroma inexistente y mis mejillas se calientan al mismo tiempo en que pienso en las mariposas en mi vientre por la cercanía y el pensamiento de mi celo junto a él.

Además, tener unos claros espectadores a los que Jungkook no parece tomarle importancia.

Mi loba está ansiosa y yo muy nerviosa, ahora mismo soy un caos completo.

Siento todas las miradas sobre mí y lo odio, no me gusta ser el centro de atención.

—Chicos, podéis subir un momento, creo que esto es mejor que lo hablemos ya. — los cinco Alfas asienten a las palabras de Namjoon y salen del salón en cuestión de segundos, dejándonos a los tres solos, en un completo silencio durante varios minutos. —Aysel, ¿Qué tienes que decirnos?

Me pregunto cómo debo abordar el tema, si dar una pequeña explicación antes o ir directa al grano; soy consciente de que, mientras debato mentalmente cómo comenzar, pasan varios minutos en los que solo se escucha a los demás Alfas en la planta de arriba. Al final prefiero ir directa al grano.

—La semana que viene comienza mi celo. — JungKook abre sus ojos en sobre manera a mi lado, Namjoon parece sorprenderse un poco, pero lo disimula bastante bien. —No estoy preparada para pasarlo aquí, me gustaría volver al bosque durante los días que dure el celo. — escucho el gruñido de mi novio justo a mi lado y veo la cara asombrada del líder frente a mí.

—No entiendo por qué quieres ir al bosque a pasar tu celo, estarías en mucho menos peligro pasándolo aquí. — Namjoon habla aún con un poco se asombró, sé que tiene razón pero...

—Para pasar mi celo aquí, no me veo preparada, eh pasado todos mis celos en el bosque y me preocupa lo que pueda pasar si lo paso aquí, sobre todo teniendo a Ansel junto a mí. — intento explicarme de la mejor manera posible.

—Podríamos hacer algo. — es JungKook quien habla esta vez, fijo mi vista en él, en su mandíbula definida, sus finos y rosados labios y sus preciosos y oscuros ojos. —Ya que no creo que a Ansel le agrade saber que vas a irte unos días y ni si quiera es por el trabajo, tú no puedes pasar tu celo aquí y ambos necesitarán alguien que los proteja mientras tanto... — creo que Namjoon ha entendido a dónde quiere ir a parar JungKook, sin embargo estoy tan cansada que no soy capaz de atar cabos. —podríamos ir los tres al bosque, Ansel puede aprender sobre la naturaleza y la caza, tú pasas tu celo y yo los protejo a ambos de cualquier imprevisto o peligro. —  su sonrisa aparece, mostrando sus dientes delanteros, aunque no es difícil asimilar esa sonrisa a la de un conejito, sigue pareciéndome la sonrisa más hermosa que jamás he visto.

Y aunque Ansel se quedaría con sus padres para mí celo y ya había hablado con ellos y Ansel sabe perfectamente lo que es y lo que sucede, la idea de Jungkook no me parece para nada mala, en cambio, empieza a gustarme, más cuando ha dicho que él puede enseñarle sobre la naturaleza y la caza.

—Me parece una buena idea Kookie-Ah, ¿Te parece bien? — me pregunta el peli-morado, me dejo caer en el hombro de JungKook y asiento, es bastante relajante saber que, por una vez, no tengo que preocuparme por lo que pueda pasar mientras mi celo aparece.

—Perfecto. —  me limito a decir. —Aún así, mi celo dura apenas tres o cuatro días. — JungKook se atraganta con su propia saliva, cosa que me hace un poco de gracia. —Mi celo es el de un omega, pero dura como el de un alfa. — acabo por explicar.              


(...)

Al llegar a casa Ansel parece estar realmente agotado después de todo lo que ha jugado y de la conversación que tuvimos hace ya varias horas. No ha habido forma de despertarle en ningún momento, por lo que Jin nos ha traído en la camioneta, junto a JungKook, para evitar que yo tuviese que traerle hasta casa en brazos a las tres de la madrugada.

JungKook ha llevado a Ansel hasta su habitación, no he podido evitar observar todo movimiento que hace mi novio, realmente atento y cuidadoso con el omega, en mi rostro se estira una enorme sonrisa y cuando el Alfa cierra la puerta del menor se acerca a mí, con una hermosa sonrisa también en su rostro.

—Puedo... ¿Puedo quedarme a dormir aquí esta noche? — me pregunta, a lo que yo me sorprendo bastante, por lo que sé de los Alfas, sobretodo lo que me han explicado a lo largo de los meses que estoy aquí, es que un Alfa rara vez pide algo a su pareja.

—Cl-claro, —  mi voz sale estrangulada por la sorpresa, Jungkook ha insistido en el tema muchas veces, pero hay algo en hoy, que no puedo negarme más, siento que ya ha sido suficiente y no puedo negarme más las ganas que realmente tengo de que se quede y duerma conmigo. —pero no tienes ropa de cambio ni pijama. —  JungKook me sonríe y baja al salón, después escucho la puerta principal abrirse y cerrarse tras unos minutos, bajo en dirección al salón y le encuentro revisando una mochila en su hombro, no puedo evitar reírme. —Dime que no es verdad. —  mi risa sale sin cuidado de mi garganta mientras él se sonroja levemente.

—Tenía pensado preguntártelo antes de irnos, pero no me ha dado tiempo así que... preparé la mochila por si acaso. — termino de bajar y me acerco hasta él, tengo la necesidad de tocarle, de que él me toque simplemente de pegarme a él y no alejarme. Apoyo mi frente en su pecho y soy capaz de sentir sus músculos tensarse y relajarse, después siento sus manos grandes rodear mi cintura y su cabeza apoyada en la mía.

(...)

Subimos a mi habitación y yo cojo mi pijama del armario, para después ir al baño a cambiarme y dejar a JungKook cambiarse cómodamente, me da vergüenza que pueda verme desnuda, me resulta algo incómodo y demasiado nuevo para mí.

Vuelvo a la habitación ya cambiada y le encuentro observando mi habitación, como si nunca antes hubiese estado aquí, sin embargo la que más me choca al entrar es ver el torso desnudo de JungKook, que solo está vestido con unos pantalones cortos de deporte, soy capaz de apreciar los definidos hombros y brazos mucho mejor, cómo su pecho se nota ejercitado, su bien definido Eight-pack acabando en una profunda y marcada "V" 

Su torso definitivamente atenta contra mis instintos y me obliga a controlarme, tomo una profunda bocanada de aire antes de entrar por completo a la habitación, dejo la puerta entre abierta por si acaso el omega se despertase más tarde y me tumbo en la cama, dónde espero a que lo haga JungKook.

—Estás realmente cansada. —  susurra tras tumbarse junto a mí, apoya su mano en mi cintura y me apega a él, de forma en que mis manos chocan con su torso desnudo, llenándome de calambres y un deseo que me obligo a controlar.

—Antes de ir con vosotros he ido al orfanato, a hablar con la Señora Yon, —  relato medio adormilada. —para pedirle que cuide de Ansel en mi ausencia, luego cuando he ido a por el enano me ha enredado y he acabado jugando y enseñando a mejorar su audición a los lobeznos, más luego lo que ha pasado en tu casa. Qué va, no estoy cansada en absoluto. — me burlo un poco, consigo escuchar su risa, que me parece realmente hermosa y agradable.      

—Lo pillo, lo pillo. —  me sigue la broma y ambos seguimos riendo.

—¿Y tú que has hecho hoy? — pregunto pues me interesa saberlo.

—Hmm, no mucho, e ido a la comisaría para terminar de rellenar unos informes, después he acompañado a Jin-Hyung a comprar para la cena y... abrir las ventas y sacar con revistas el fuerte olor de la casa. —  ambos reímos con su último comentario. —Aysel, quiero besarte. —  sus palabras me dejan en blanco, las ha dicho tan de improvisto que no soy capaz de recomponerme lo suficientemente rápido. —Lo siento, he sido muy directo.

—Está... bien, supongo. —  mis ojos aún permanecen abiertos a más no poder por la sorpresa y cuándo miro a JungKook veo que no ha entendido muy bien mi respuesta, pero ni yo la entiendo, no sé si me refiero al beso o a la disculpa. —Si... si tú quieres que, hm, nos besemos... — no sé cómo explicarme pues siento que a cada palabra que digo no hago más que cagarla.

O al menos hasta que siento sus finos labios juntarse con los míos, en un movimiento lento y cariñoso, las sensaciones y las emociones explotan en mi estómago, cómo si dentro de éste tuviese una manada de lobos correteando y tratando de escapar de ahí.

Mis manos se mueven por instinto hasta su nuca, acariciando el pelo corto de ese lugar, JungKook aprovecha, para pegarme más a él, nuestros torsos chocan y yo solo siento cómo las sensaciones incrementan poco a poco, siendo cada vez más fuertes.

Sus labios se mueven con cuidado, me deja llevar el ritmo en algunos momentos, en los que realmente siento el cariño escapar de cada uno de mis poros, o al menos hasta que nos vemos obligados a separarnos por la falta de aire, mis ojos se abren y por mero instinto busco los suyos, que se encuentran de un color más negro de lo que me espero. Besa mi frente y me apega más a él.

—Será mejor que durmamos, si seguimos así... creo acabaré por perder el control. — asiento a sus palabras pues me encuentro tan al límite que no sé qué podría pasar si no parásemos, puedo sentir con clara evidencia la fuerte erección que golpea contra mi cadera.

—Buenas noches, Kook. — me acurruco más en su pecho, entre sus brazos y aprovecho para inhalar el inexistente aroma de mi pareja, sintiéndome realmente más agusto.

Mis labios pican por más contacto con los labios del contrario y por llegar más allá, sin embargo prefiero forzarme a dormir, siendo que JungKook tiene toda la razón, cierro mis ojos y dejo escapar un suspiro, para minutos después, caer rendida entre los brazos de la persona a la que amo, de la persona que me gusta.
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