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No sabía que tan seguro sería planear una fiesta de cumpleaños para un lobezno, si sería fácil, difícil, ajetreado, es demasiado, pero se que valdrá la pena.
He tomado el trabajo de hacerle todo esto a Ansel en su cumpleaños.
La fiesta sería en el patio de la casa de sus padres, por suerte no he trabajado sola y doy suerte que hoy sea fin de semana, ya que no me gustaría faltar al trabajo.
Todos han estado ayudando, los Alfas van y vienen, ya que se turnan en mantener distraído al lobezno, haciéndole creer que estoy escondida y debe encontrarme, me cuentan que a veces se desanima y dice que me he ido, que no le engañen más, me duele, pero debo seguir, la sorpresa casi está lista.
Solo falta arreglar algunas decoraciones y podremos traerle, los invitados, sus amiguitos y los más cercanos que le agradan al cachorro vendrán en unos minutos.
—¿Necesitás Ayuda? — una voz me sorprende a mis espaldas, la sonrisa que me brinda me llena de calidez y mi loba levanta y agita lo cola con emoción al reconocerlo, sus ojitos se cristalizan y sabía que ya venía esto.
No hace falta más palabras, cuando frente a mí su piel tersa cambia a una gran mopa de pelo rubio caramelo, la edad le pasa factura y esos rayos que causan las canas que brillan contra los rayos del sol dan un contraste diferente a su pelaje.
Mi loba me da paso a la transformación en segundos y ya estoy corriendo para abalanzarme hacia ella y restregarse contra su pelaje y tener su olor dulce en mi.
Me pegó a ella buscando su calor, su lengua se pasa por detrás de mís orejas y toda mi cara en intenciones de besos, aún en sus ojos color miel puedo ver las lágrimas de emoción, tristeza y felicidad contenidas en una sola.
Su hocico viaja a mi cuello y olfatea y se que eso va por dos razones, una, ver si todo está bien, que aún no tenga aroma, una de las cosas diferentes y únicas que me diferencia, siempre hace ese acto, lo ha hecho siempre con todosy se que nunca lo dejara y dos, ver si mi loba y yo, no hemos sido marcadas.
Mientras, yo hago lo mismo para asegurarme de que es ella, mi madre y no un sueño, su olor es el mismo yen segundos el olor a bosque, a pino y tierra húmeda se une al de mi madre, mi padre aparece junto a ella y yo voy a refugiarme en sus enormes patas donde me escondía cuando era una cachorra en cuanto el se acerca.
El aroma de mi padre perfecto ara un camuflaje y quizás no sea un olor de ensueño y perfecto, pero el hecho de que sea mi padre quien lo tenga, a mi me gusta y no hay otro que supere el hecho que sus feromonas paternales me acojan tan bien como lo haría, un padre exactamente, un Alfa, rudo, grande, fuerte, pero que por sus hijos la debilidad es grande.
Mis padres me envuelven entre sus cuerpos, siendo el cuerpo de mi padre más grande nos cubre a ambas y nos envuelve, nuestros cuerpos hacen un borrón de pelajes y podré tener 18 años, pero nada de esto cambia y su lo hiciera una parte de mí, se rompería.
—Mi cachorra. — la voz gruesa de mi padre vuelve a llenar mis oídos y sabía que nada de él había cambiado.
—Te extrañe mi niña. — mi madre es la siguiente en hablar y su dulce voz hace erizar mi pelaje y siento una relajante vibra inundar mi cuerpo.
Mi padre ronronea y mi madre empieza a lamerme las orejas como si realmente fuera una cachorra y yo no me quejo, no me avergüenza, para ellos sigo siendo la niña de papás y no me molesta, cinco años sin ellos y esto es perfecto y ahora en adelante se que si lo siguen haciendo yo igual lo seguiré anhelando, igualmente mi loba, quien mueve la cola y cierra los ojos por ser minas y arrullada.
—Tambien los extrañe mucho. — me muevo hasta dejar mi cabeza sobre las patas delanteras de mi padre y este pasa a lamer mis orejas, mientras lo madre oculta su hocico en mi cuello, no podía más que sonreir y sentirme realmente feliz, lo extrañe.
—Mi pequeña Cachorra. — mi padre vuelve a repetir, pero seguido muerde un poco mi oreja, lo suficiente para hacerme quejar un poco. — Eso ha sido por no cumplir tu promesa de volver, por tardarte, creía que estabas muerta ¿Sabes cuándo sufrí para poder hacerme esa idea? ¿De que mi única hija ya no estaba en este mundo conmigo? ¿Con su familia?— mi loba dejo la cola entre la patas y bajo las orejas.
—Lo siento mucho en verdad padre. — dijo con voz baja, si bien no era una omega ni una gamma, mi padre era el único al que estaría sumisa de esta manera, respeto, honor y amor.
—Y sabes que no puedo estar mucho tiempo enojado contigo. — deja caer su cabeza en mi lomo en la formación de un abrazo en nuestras formas animales
Mi madre le sigue mi padre, hace los mismos actos que mi padre, me regaña, me saluda, me lame y por último, vuelve a darme cariños, envolviéndome de manera protectora como cuando estaba cachorra, con miedo a que todos me dañarán por ser diferente a los demás y por más que haya crecido, eso, jamás va a cambiar.
Pronto, el aroma de chocolate llega a mi y mueve mi cola frenéticamente de nuevo.
MinHo estaba acá.
Pero su olor achocolatado amargo, me hace que está enojado y triste, podía verlo en su cara cuando nuestras miradas cruzaron.
Pero aunque quisiera seguir así, no puedo evitar ver a MinHo, se mantiene lejos, molestó, por lo que me alejo con pesar y con cuidado de mis padres, quienes asienten y me dejan espacio con mi hermano menor.
Corro de nuevo cuando la piel mi hermano es ahora pelaje, llegó hasta él acercándome con cuidado a él, como si en cualquier momento fuera a explotar si hago algún movimiento brusco y conociendo su personalidad, puede que sea posible.
Me dejó caer a su lado, su cabeza baja y se mantiene así, cabizbajo ante mí, se que esta molestó y triste, porque también él, era uno de los que más me esperaban, yo sé lo prometí, le dije que volvería por él, por todos, él estaba pequeño, la promesa que se le hace a un niño y nunca se cumple, son las que más duelen.
Mi hocico se adentra en su cuello y gimoteo un poco en forma de disculpas, él me responde con otros quejidos más,se que con él no hace falta palabras y puedo sentir su aroma cambiar de amargo, a dulce, de verdad el tema de su aroma era algo extraordinario y debía admitir que era magnífico, su aroma, era por su humor.
Y siendo un Delta era aún más sorprendente.
Pronto me corresponde y a nuestro alrededor, mis padres se nos unen junto a YoonSeok y Lia y ahora sí, se podría decir, que estamos en familia.
Pero, no estábamos completos y por eso nos vimos en la obligación de separarnos para poder terminar todo.
Por qué si bien estábamos todos, faltaba el pequeño y más importante, el cual nos dio un motivo para poder vernos por fin al frente de todos sin escondernos y si bien no vamos a revelar aún nuestro secreto, se nos hace más fácil, porque ahora nos hemos encontrado, reconciliado.
Escucho el timbre y desde la puerta puedo oler el aroma de Yoongi y Hoseok, quienes salen al jardín trasero segundos después para poder terminar todo con más rapidez.
Me avisan que Jin y Namjoon vienen dentro de unos minutos con la comida que Jin prometió traer, con tando en eso, el pastel que quiso hacerle al pequeño.
Taehyung, Jimin y Jungkook, estan en su turno de distraer al pequeño, quien también están por llegar.
Por eso, cuando todo estamos en la casa, nos "escondemos" y le dejamos entrar.
Puedo escuchar al pequeño preguntar por mí y aunque todos los olores nos pueden delatar, puedo sentirle desanimado, porque es obvio que mi aroma no lo puede percibir al no tener uno.
Pero el pequeño a tan solo entrar a casa, sale corriendo a su habitación, su carita, está rojita, Puedo ver cómo Lia trata de cogerle entre sus brazos y el pequeño empieza a sollozar, pero segundos después, pide que le dejen solo.
—Creo que si alguien está así, yo deberé irme en verdad. — digo, tras dar tres toques a su puerta y entrar, su carita cambia drásticamente mientras los demás cogen chance de acomodar todo, el humor del pequeño era tan pésimo que no se ha dado cuenta de todos los olores que lo esperan en el jardín en espera de gritar su sorpresa y un gran feliz cumpleaños.
—¡Noona! — grita y corre a mi, logro cogerlo a tiempo y doy pocas vueltas abrazándolo fuerte mientras el aspira el olor en mi cuello, uno que no tengo, pero aún así lo hace, buscando algo que no encontrara, pero que le gusta.
—¿Estas bien? — asiente en mi cuello y me siento en la cama con él —¿Has visto ya tu habitación? Creo que a alguien se le ha olvidado que día es hoy. — sonrió, porque por fin he podido sacar los demás regalos que le tenía guardado y los he acomodado en su habitación en casa de sus padres, me mira con confusión, si, sin duda lo a olvidado con todo lo que ha pasado en la mañana. — Seis añitos no se cumplen todos los días pequeño... ¡Feliz Cumpleaños! — sonrio y abre su boquita en sorpresa mientras sus mejillas se tornan carmesí.
—¡Estoy de cumpleaños, Noona! — dice emocionado y con orgullo trata de localizar todos los regalos que le he dejado.
—Asi es peque. En realidad fue hace unos días, pero acá está la celebración, pero vamos, algunos te están esperando. — le extiendo mi mano y él la toma con mucha emoción, cuando caminamos al patio, todos pueden gritar y acercarse para darle regalos al pequeño.
Su carita al recibir regalos de todo tipos, tamaños, colores, me hace feliz, más, cuando al parecer, es la primera vez que celebran su cumpleaños de esta manera, ya que siempre había sido entre sus padres y abuelos y a veces con los Alfas, sus amiguitos corretean con él en cuatro patas y puedo ver la alegría en su pequeño cuerpecito.
Mi madre está hablando con la señora Yon, Mi padre y mi hermano YoonSeok con Namjoon y por la forma en que lo hacen, puedo saber, que se trata de algún tipo de trabajo, quisiera ir y decirles que dejen eso para después, pero realmente poco puedo hacer.
MinHo está hablando con Jimin y Taehyung y aunque me hubiera gustado conocer a su pareja hoy, me ha dicho que prefiere hacerlo en otro momento y que hoy le ha tocado trabajar turno doble en su trabajo.
Siento que alguien toma mi cintura y me exaltó en mi lugar, pero al no percibir aroma, puedo saber de quién es, más cuando escucho su voz cerca de mi oído
—¿Ni siquiera un Hola en todo el día? — su voz es un susurro y enseguida, siento la mirada pesada de alguien en ambos, más que que nada en Jungkook.
Sonrió un poco, porque se que es mi padre y no puedo evitar reír cuando es Jungkook quien me mira, por suerte, cree que río por él.
Mi padre aún está algo rencoroso con Jungkook, por aquella ves en la fogata en la que llegó y no pudimos hablar un poco más.
—He estado ocupada, pero, Hola. —le digo sin más y puedo ver como sus ojos se plantan en mis labios y yo respiro profundamente mientras, es mi loba hace estragos dentro de mí y no ayuda.
—Aysel ¿Me ayudas a buscar más comida en la cocina? Estos peques comen mucho y quieren más. — es Jin quien me grita desde la mesa de pasapalos y río por como los lobeznos le piden más al ser él quien reparte.
Asiento para entrar y Jungkook me sigue, al menos esto me sirve para poder desviar el tema de hace segundos, porque si bien no hubo palabras, los actos no faltaron.
Jungkook quería besarme.
—Aysel... Creo que ya te lo dije una vez... Pero si debo decírtelo de nuevo, entoces lo haré... —Jungkook empieza a hablar mientras ambos acomodamos algunas bandejas. —Me muero por besarte.
De repente, sus manos ya no están en la bandeja, si no en mi cintura, me mira y puedo ver el destello en sus ojos.
—Jungkook, yo... — Me siento, nerviosa, mucho. —Todos están afuera, están los niños y Ansel puede venir. — un mini gruñido sale de sus labios y me sorprendo.
—Ansel... Ansel... Ansel.... Aysel, el pequeño, me agrada mucho, es tierno, adorable y se que te ama mucho, pero ahora somos parejas, el debe entender y debe adaptarse ¿Cómo hace con sus padres? Él los respeta y les da su espacio a pesar de pedir su atención, se que eres nueva y se ha encariñado contigo mucho y piensa que eres solo de él, se que no quieres defraudarlo y tampoco a su familia, pero... Por favor. — realmente, sabía bien que tenía razón, pero no solo ponía al pequeño como excusa.
Y es que no era solo el pequeño, estaban mis padres, a los cuales no le he presentado a Jungkook como mi pareja, podrán conocerlo, pero lo conocen por lo que es, uno de los Alfas de la manada, más nada.
Además, había una razón, que necesitaba que Jungkook la supiera.
—Si bien no es solo el pequeño Jungkook, quiero que sepas algo... Debes tener en cuenta, que no esperaste mucho para estar con otra, el mismo día de la que decías que era tu única omega me reto y trato de matarme para quedarse contigo, ese mismo día me pediste ser tu pareja, sí, se que acepte, pero debes saber, que no estoy tan de acuerdo con eso, no esperaste mucho, ni siquiera unos días, es extraño, y me hace sentir como plato de segunda mesa. — su rostro cambia al saber el como me siento con respecto a eso. — Tampoco es que por esa razón no quiera besarte, pero debes saber eso, la otra razón, aún me la reservo... Ahora, debemos llevar esto.
Me separo de él y tomo mi bandeja mientras él se queda algo perplejo y cabizbajo en la cocina.
Mi loba me reprende, pero no es algo de lo que quiera discutir ahora, así que la ignoro, hoy considero un día especial y quiero disfrutarlo, tengo una responsabilidad, tengo una pareja que atender, pero ya lo dije antes y no creo que sea necesario repetirlo, sin contar, que a Jungkook le dije, que esto, debía ir poco a poco, porque me sentiré sofocada, es mi primera relación y aunque tenga ejemplo para seguir y a quienes preguntarle, también en estos casos, deberé aprender de los errores.
No quiero defraudarlo a él tampoco.
No lo quiero hacer con nadie.
Hasta ahora, no me arrepiento y no considero esto un error el haber aceptado a Jungkook, pero hoy, utilizare el atajo de: dejarlo para luego.
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