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Rosé camina junto a mí hasta mi puerta, la abro y la invito a pasar, ambas entramos al salón y veo como ella se sienta.

—¿Quieres un café? — pregunto sin saber muy bien qué debo hacer.

—Si no es una molestia...— susurra algo cohibida.

Asiento y entro en la cocina, ya he sanado por completo, aunque sigo ocultando mi herida en el cuello, ahora solo queda una cicatrices de color rosa pálido, si las tocó siento un cosquilleo, pero no dolor.

Pongo la cafetera a calentar con el agua y el café, solo es cuestión de esperar a que esté listo, saco dos tazas y las pongo sobre la encimera, también cojo algunas Chips que pongo en un pequeño plato, la hora de comer se acerca, pero aún es pronto para hacer la comida, llevo el plato con las galletas al salón y lo dejo sobre la mesa de café, vuelvo a la cocina y el café ya está listo, lo sirvo y vuelvo al salón.

Me siento junto a Rosé y doy un sorbo al café, me he aficionado a tomarlo sin leche ni azúcar, pero al parecer mi compañera no está muy de acuerdo con mis gustos.

—¿Te importa si me hecho un poco de leche y azúcar? Esto está demasiado amargo. — sonrío divertida y cojo su taza, vuelvo a la cocina y vacío un poco del café en la cafetera para poder echar más leche, después, le echo dos cucharadas de azúcar y le devuelvo la taza a Rosé.

—Muchas gracias, yo en verdad no puedo con la bebida amarga. — agradece y yo sonrío en su dirección. —Bueno, ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro, — le sonrío y me siento en el sofá de manera que me quedo mirándola de frente. —pregúntame lo que quieras.

—¿El aroma de IU no te agrada? — me pregunta y parece algo temerosa ante mi respuesta, pero parece que la frase no termina ahí así que espero a que continúe. —Es que antes te has puesto el cubrebocas en cuanto has podido y... bueno... el aroma de IU es dulcísimo, no conozco a nadie a la que no le atraiga.

—Bueno, en realidad... — no veo malo el explicar mi desagrado hacia su aroma por lo que no me freno. — su aroma hace que mi nariz arda, soy bastante sensible a los aromas y el suyo es demasiado fuerte para mí.

—Oh... a mí me pasa con los aromas demasiado cítricos, — hace una mueca bastante divertida que me provoca una carcajada. — pero a todos nos pasa, supongo que todos tenemos un aroma que no aguantamos.

—Sí, supongo que es cierto. — le doy la razón mientras le doy otro sorbo a mi café, cierro mis ojos y dejo que el gusto amargo del café me relaje, las emociones están a flor de piel y eso es demasiado peligroso después de lo que ha pasado esta tarde.

Tengo miedo de lo que ha pasado, no sé cómo, pero estoy segura de que ha sido mi loba la que ha movido a los árboles y sus ramas, no tengo ni la más mínima idea de cómo ha podido hacer algo así y me pregunto si podré hacer algo más o si mis padres, también pueden hacer cosas como estas.

El sonido de mi móvil me saca de mis pensamientos y abro los ojos, Rosé me mira extraña, supongo que he estado demasiado tiempo hundida en mis pensamientos, alargo la mano y cojo el móvil, en la pantalla aparece el nombre de Namjoon y me preocupa lo que me vaya a decir, sobre todo después de la última vez, tras unos segundos cojo la llamada y acerco el móvil a mi oreja.

—¿Sí?

—Aysel, ¿Estás bien? — su pregunta me sorprende, él debería estar preocupado por TaeHyung, no por mí.

—Deberías estar preocupado por TaeHyung, Namjoon.

—Estoy en el hospital con él, acaba de salir de una pequeña intervención. — una pequeña alarma se dispara en mi mente, la preocupación vuelve a inundarme y me encuentro con la mirada perdida intentando, de algún modo, escuchar los pensamientos de TaeHyung, pero es imposible, no tenemos ningún enlace ni yo cuento con esa capacidad. —Él está bien, han tenido que quitarle una garra de su pecho, estará bien.

—Menos mal. — respondo más segura, no me perdonaría que algo le pasase al castaño.

—Aysel, — la voz del Alfa mayor vuelve a llamarme. —Jin-Hyung no ha sido capaz de ver este ataque, ¿Cómo has sabido que IU estaba en peligro?

—No lo sé, de un momento a otro he empezado a sentirme nerviosa, casi sofocada y agobiada... — me sorprende que Jin no haya sido capaz de predecir lo que ha pasado esta mañana, pero prefiero no tocar ese tema. — Y de repente... estaba corriendo en dirección a IU.

—Muchas gracias Aysel, no sé lo que ha pasado, aún no he visto a nadie que no sea a TaeHyung y él no puede decirme nada ahora mismo.

—No te preocupes, cuida de él, por favor. — le pido y la culpabilidad me supera, si yo no hubiese salido corriendo de esa manera ninguno de los tres hubiese resultado herido, TaeHyung no estaría ahora mismo en el hospital, estaríamos tomando algo o bromeando.

—Lo haré, en cuanto despierte y esté mejor le diré que te llame, suenas bastante afectada. — me sorprende que Namjoon haya comprendido mi estado de ánimo con solo escucharme hablar.

—Yo... — no encuentro las palabras indicadas para hablar, solo quiero terminar con la llamada.

Rosé me extiende la mano, dejando la palma hacia arriba y me hace un gesto con la cabeza; por un momento me había olvidado de que se encuentra junto a mí; le entrego el celular  y le regalo una sonrisa algo triste, me levanto del sofá mientras ella habla con el líder de la aldea.

Subo las escaleras que dan al segundo piso y me paro frente a la habitación de Ansel cuando viene de visita.

Me sorprendo al darme cuenta de que llevo ya unos días sin verle, tan solo hablando con él por mensaje y me entristece que tal vez piense que le estoy abandonando, me prometo a mí misma ir el día siguiente a la casa de mi hermano y jugar con él un rato, no quiero que se sienta que no quiero estar con él o que me he olvidado de él.



(...)

Rosé me devuelve el móvil con una sonrisa en su rostro, ambas nos hemos sentado en mi cama, mi habitación es el lugar que más seguro siento de toda la casa, es el lugar en el que no me siento presionada, enjaulada, solo me siento yo misma.

Rosé me habla desde hace varios minutos y aunque intento prestarle atención a sus palabras hay una duda que me carcome por dentro.

—Rosé, — la llamo y ella se calla en seguida. —¿Porqué no has estado en la escuela esta mañana? — la nombrada me mira sorprendida y algunos segundos después, me sonríe con amabilidad.

—Al parecer los alfas te lo explicaron todo sobre la aldea, ¿No? — asiento aunque no estoy muy convencida de ello, algo en mi interior me asegura que hay algo que no me están contando, pero prefiero no centrarme en ello. —La mayoría de los profesores si trabajan por las mañanas, pero profesores como yo no lo hacemos así, nosotros trabajamos determinadas tardes a la semana durante un número de horas, para dar apoyo a los lobeznos que les cueste más alguna asignatura.

—Eso debe ser divertido. — digo algo divertida al imaginarme a un montón de lobeznos haciendo de las suyas en una sala llena de material de estudio.

—Sí y no. — Rosé también se ríe. —Es divertido cuando hacemos algún juego para que a los lobeznos les interese, pero cuando les da por comportarse como auténticos animales... me ha tocado coger a más de uno de sus orejas y llamar a sus padres.

—Trabajar con lobeznos debe ser interesante. — susurro para mí misma. —Seguro que aprendés mucho sobre ellos. — Rosé asiente ante mis palabras y me sonríe nuevamente.

Pasamos hablando un tiempo más, hasta que mi estómago ruge con ganas, me sonrojo por el sonido y mi acompañante se ríe en voz baja, me disculpo y ambas nos levantamos para ir a hacer la comida, a ambas nos apetece algo de carne así que nos limitamos a hacer algunos filetes.

Una vez hecha la carne nos sentamos en la mesa del comedor y comemos en silencio, sigo sintiéndome nerviosa por lo que pasó esta mañana, sigo preguntándome cómo he podido hacer eso y si lo habré hecho alguna vez más antes.

Hay fragmentos de mi pasado que no logro recordar y me asusta que, lo que ha pasado hoy, se repita en alguno de esos momentos que no logro recordar, se me pasa por la mente pedirle a Jimin que busque en mis recuerdos, pero descarto la idea al recordar que cuando le pedí que lo probase conmigo no pudo ver más que los recuerdos más recientes.

No logro entender porque Jin no ha podido predecir lo sucedido, tampoco el por qué Jimin no pudo ver mis recuerdos, no logro entender nada y me asusta que sea culpa mía, que sea yo la que no les permite usar esos poderes.

Que yo esté mal, como siempre.




(...)

Lisa llega a mi casa cuando el sol comienza a ocultarse, Rosé y yo hemos estado gran parte de la tarde conociéndonos un poco, aunque hemos hablado sobre todo de música.

Invito a Lisa a entrar al salón, viene con una mochila y parece bastante llena, la deja junto a ella en el sofá y se sienta, nos saludamos y no sé cómo comenzar la conversación.

—Te he traído un pijama. — Lisa se lo dice a Rosé y esta la abraza y le agradece, parecen ser bastante unidas y eso me alegra.

—Bueno, ahora que estamos las tres, — comienza Rosé quien ahora me mira a mí, igual que Lisa. —¿Qué ha pasado antes?, cuando los alfas han atacado a IU.

—No lo sé. — les digo la verdad, no tengo ni la más mínima idea de lo que ha pasado esta mañana. —Tenía a uno de los alfas encima, estaba escuchando los quejidos de dolor de TaeHyung y las veía a ustedes...

—Pero Aysel, no puede haber sido solo por vernos, yo también te vi, — Lisa me corta y comienza a hablar de algo que me da pánico. —ese alfa estaba intentando marcarte sin tener ninguno su forma humana y sin haber hecho el amor, tal vez... tal vez tu loba te defendió.

—No lo sé, la verdad no entiendo nada de lo que ha pasado, solo sé que cuando los he escuchado a los cuatro... mi loba a tomado el control y ha provocado, de alguna manera, que las ramas sujetasen a los alfas.

—¿No lo has hecho antes? — me pregunta Rosé y yo solo alzo mis hombros.

—Hay partes de mi pasado que no logro recordar por lo que no estoy segura de haber hecho algo así antes. — confieso mientras rasco mi nuca, lastimosamente ahora debo reconocer que no recuerdo todo y que pueda que la mayoría de mis recuerdos sean inventados, pero por otro lado no veo la necesidad de mentir con respecto a este tema y mucho menos después de haber usado la voz de alfa con ellas.

—Tal vez Jimin Alfa...

—Rosé, ¿Se te olvida que Jimin Alfa no ha vuelto a usar sus poderes desde que acabo con la vida de una persona? — sé que debo centrarme en la conversación, pero la duda me carcome y me pregunto quién fue esa persona.

—Ya lo hemos probado, — comienzo a explicar y ambas me miran extrañadas. —hace unos días estuve con él y le pedí que lo intentase conmigo, para demostrarle que no pasaría nada... pero no pudo ver más que mis recuerdos más cercanos.

—Sí que tienes fe en él, Aysel. — esta vez es Rosé la que me corta y me pregunto a qué se refiere. —Jimin Alfa nunca ha pretendido hacerle daño a nadie, él es demasiado bueno y amable, pero...— la escucho suspirar y veo como centra su mirada en Lisa durante unos segundos. —él antes no era de esta manada, le encontró Hoseok Alfa, estaba en el bosque, rodeado por una jaula de madera, en ese momento ambos eran bastante jóvenes...

Así que Hoseok, ya ha traído a otros acá a la aldea, no solo a mí.

—Hoseok Alfa le liberó y se preocupó cuando algunos Alfas de esa manada llegaron corriendo y en vez de ir a por él fueron a por Jimin, Jimin Alfa acabó con la vida de todos esos Alfas con tan solo un pequeño roce. — la historia me sorprende, él me dijo que solo ha matado a una persona en su vida y sin embargo se lo ha hecho a más de uno.

—¿Cómo pudo matar a esos alfas si él solo puede modificar sus recuerdos? — pregunto extrañada, sé que puede matar a alguien, pero no pensaba que pudiese hacerlo inmediatamente.

—Si todos tus recuerdos se borran es como si dejases de existir, Aysel. — me explica Lisa. —Jimin borró todos sus recuerdos con un solo toque, pero lo hizo en defensa propia, lo creían un fenómeno por su poder, lo tenían enjaulado y planeaban usarlo como arma para otras manadas y apoderarse de las Aldeas, a Jimin lo robaron de su verdadera manada, de su familia... Sin embargo...

—¿Quién fue la persona? — ambas me miran, saben a lo que me refiero y aunque durante unos segundos parece que no van a decir nada acaban por hacerlo.

—Acabó con la vida de su pareja, su primera y última pareja. — abro mis ojos sorprendida, dudo que él pueda perdonárselo alguna vez, le conozco desde hace poco menos de un mes, pero si algo se de él es que ama con todo su ser.

—Eso debió ser duro. — ambas asienten a mis palabras.

—Pero parece que le estás ayudando y eso él lo apreciará, te lo aseguro. — asiento ante sus palabras, pero quiero saber por qué acabó con la vida de su pareja.

Durante unos minutos me debato entre preguntarlas o no, tal vez me estoy metiendo demasiado en la vida privada de Jimin, pero me cuesta no preocuparme por él, no saber de su pasado; al final decido preguntar a Jimin cuando vea el momento indicado.

Poco a poco acabamos por cambiar de tema, Rosé saca el tema de las parejas y me explica lo que es un mate o pareja destinada, la versión que conoce, más amplia, la que le habían contado su familia desde pequeña, parece ilusionada al contármelo por lo que me quedo en silencio y espero a que me lo explique.

—¿Se lo imaginan? — acaba por preguntarnos a Lisa y a mí. —Encontrar nuestro mate, esa persona de la que cuidaremos o que nos cuide...

—Tampoco creo que tengamos que depender de nadie. — digo un tanto seria, me molesta que los omegas siempre sean los que obedezcan todas las palabras y órdenes de los Alfas. —Es algo enfermizo, ¿No cren? — ni siquiera Lia, que su mate es mi hermano, obedece sus órdenes o mi hermano le da alguna, lo mismo con mis padres.

—Tal vez, pero siempre ha sido así y cambiar las cosas, costará mucho tiempo, tal vez ni siquiera podamos comprobarlo nosotras mismas cuando suceda. — responde Lisa.

—Aun así, ¿Has encontrado ya ha alguien que te llame la atención? — Rosé cambia nuevamente de tema y me hace gracia; me debato en admitir que he encontrado a mi mate, pero que no le aguanto, me debato en si contarles la verdad o no.

—Mi loba si le ha encontrado, pero yo no. — ambas me miran algo sorprendidas, pero no digo más.

—¿Cómo es eso posible? — pregunta Lisa al aire.

—Espera, eso sucede cuando conoces a tu mate, tu loba se enamora al momento de esa persona, pero tú no. — asiento ante las palabras de Rose, Jin me lo explicó bien, por lo que entiendo a lo que se refiere. —Eso quiere decir que has encontrado a tu pareja Destinada... — parece sorprendida cuando lo dice.

—Le he encontrado, pero hay dos problemas, el primero, — digo ante sus miradas atentas. —él ya tiene pareja y no sé si está marcada y la segunda, es que no le aguanto, las pocas veces que hemos estado juntos hemos acabado discutiendo, decir que nos llevamos mal, sería poco, sería mentir.

—Dios... — susurra Rosé. —pero aunque tenga pareja, debes luchar por él, ¡Es tu pareja destinada Aysel!

—No lucharé por él, Rosé, — admito completamente segura de mis palabras. —No le aguanto y cada vez que estamos cerca, la sensación que nos invade a ambos es inaguantable y ambos no lo vemos para bien, lo vemos como un gran problema y a ninguno nos gusta.
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