Capítulo 8 ✨

En mi bolso comienza a sonar mi celular al ver la llamada me doy cuenta de que es él.

- Dime - contesto el celular con fastidio.

- ¿Dónde estás? - se deja escuchar una voz grave que sonaba muy bien, era sexi.

- En la Uni todavía ¿Porqué preguntas?.

- Te espero en cinco minutos en la entrada de la universidad.

- ¿cómo voy a llegar en cinco minutos a la entrada? - le digo frunciendo mi ceño mientras las chicas me observan pelear y hacen mueca burlándose de mí.

- ¡cállate y corre! - cuando le voy a responder el muy idiota de Hyun-Su me cuelga la llamada.

- Me voy chicas ya me llamo el tarado - me levanto sin ganas, estaba tan cómoda sentada hablando con mis amigas como para ir a ver a ese hombre.

- ¡Suerte Helen! Nos llamas más tarde para saber si estás viva todavía - Alaia sonríe y toca mi hombro.

- ¡Alaia no puedes decir algo más alentador a la pobre Helen! - Eun-Jin se me acercó y me abraza para animarme.

- ¡Tranquilas chamas voy a estar bien! con toda la información que me dio Eun-Jin voy a saber cómo sobrellevarlo, además yo no le tengo miedo a él, si se pone pesado lo pongo en su lugar así sea a tanganazo.

Me despido de mis amigas y me voy hacia la entrada, voy caminando normal como siempre camino, si Hyun-Su pensaba que iba a salir corriendo por que él lo dijera estaba muy equivocado.

Llegó a la entrada y hay estaba parado al lado de su auto, su rostro reflejaba lo molesto que estaba.

- Te dije que llegarás en cinco minutos y llegaste en veinticinco, ¿porqué no me obedeces? - dice el chico mirando el reloj en su mano.

- ¡Yo Tengo que obedecerte! ¡Por Dios! Si no obedecí a mi madre ¿por qué tendría que hacerlo contigo? - volteo mis ojos mientras sonrió, este chamo esta loco si cree que voy hacer todo lo que él me diga.

- Tu madre tal vez nunca te castigo por eso no la obedecía, pero no soy tu madre, yo si te puedo castigar y de una forma que ni tú te imaginas - los orbes de Hyun-Su se volvieron más oscuros al mirarme y una pequeña sonrisa pícara que hacía acelerar como loco a mi corazón.

Hyun-Su mientras habla se acercaba cada vez más a mí, estaba tan cerca que podía sentir su respiración en mi rostro y esa mirada tan retadora que me descontrola.

- ¿Me estás amenazando? eso es lo que quieres decir al castigarme. Escucha, no sé qué película te viste y te dejo más loco de lo que eras, pero créeme, sé defenderme y no me vas a tratar como a una esclava, te equivocaste conmigo - le doy un empujón para que se alejarse de mí. Tener a Hyun-Su tan cerca me hacía sentir muchas cosas que eran nuevas para mí y que no quería sentir en ese momento.

Él se vuelve acercar a mí, por un momento pensé que me iba a besar; cuando de pronto escucho la puerta de su auto abrirse. No me había fijado que estaba parada justo en la puerta del auto y se acercó para abrirla. ¡No se porque me imaginé que me iba a besar! ¡Qué me pasa!.

- Súbete - Hyun-Su me veía mientras yo trataba de esconder mis nervios por tenerlo tan cerca, no entendía porque me sentía segura al hablar de él con mis amigas y decir que lo podía controlar, pero cuando lo tenía cerca mi cuerpo reaccionaba de otra manera encontrar de mi voluntad.

- ¿Para dónde vamos? - le digo mientras él me subía casi a la fuerza a su carro.

- ¡Solo súbete y cállate! - Hyun-Su subió al carro y cerró las puertas con seguro.

- Si no me dices para donde vamos comenzaré a gritar, te lo estoy advirtiendo - por más que trataba de abrir la puerta no sabía dónde estaba el botón del seguro.

- ¡De verdad que eres insoportable, por todo tienes que gritar! - el chico tapa sus oídos con sus manos para después sonreír burlándose de mi voz.

- Si, y voy a gritar sino me dices para donde vamos - me sentía un poco nerviosa de estar encerrada en ese auto con Hyun-su, no era porque le tenía miedo a él sino que sufro de claustrofobia.

- ¡Ya deja de exagerar! solamente te llevo a mi casa - dice Hyun-Su haciendo una pequeña sonrisa para después mirarme con su cara obstinada.

- ¡Qué! ¡Como que vamos a tu casa, estás loco o que! - ahora si estaba alterada al escuchar que iríamos a su casa. ¡Él y yo solos en su casa! No podía permitir eso, él estaba planeando algo, lo presentía.

- ¡Tranquila! Solo será un par de horas ¡está bien! No te preocupes no te pasará nada malo ¡tranquila! - Hyun-Su me miró y mordió su labio inferior para después soltar la risita tan odiosa que tenía.

Mi corazón latía tan rápido que creo que se podía ver como movía mi blusa, mi cuerpo temblaba y me sudaba las manos; pero tenía que guardar la calma así que no dije más nada en todo el camino, pero estaba segura que si intentaba actuar como Christian Grey lo mataba eso lo tenía claro en mi mente.

Llegamos a su casa, a pesar que estaba oscuro se veía que era una mansión muy lujosa y hermosa. Cuando iba a abrir una enorme puerta para entrar siento como me agarran por mi brazo.

- ¡Qué te pasa! ¿por qué me agarras así? - me suelto de su agarre y respiro profundo, es difícil lidiar con la actitud de Hyun-Su.

- No es por ahí, no abras esa puerta - él me veía con calma y relajado. Era extraño lo cambios de humor de este chamo.

- Si no es por ahí entonces por donde es - ya estaba obstinada de esta situación con este hombre.

- Es por allá - Señaló con su dedo índice.

Lo que me mostró era un camino por donde se ve que no pasa nadie, estaba abandonado parecía un camino de las películas de terror; por ese camino lo más seguro que si pasaba a la media noche te saliera algún espanto. Quedaba retirado de esa enorme mansión que vi al llegar. Enseguida mi mente junto con los nervios me comienzan a asustar.

"¿A donde me llevará? esto está muy lejos de esa mansión; será que me va a matar y enterrar mi cuerpo en este lugar para que nadie me consiga". Me decía en mi mente mientras caminaba a un lado de él.

- ¡Ya me duelen mis pies! ¿cuándo vamos a llegar? ¿Porqué tiene que estar tan lejos? - mis quejas estaban haciendo que Hyun-Su perdiera la paciencia.

- ¡Falta poco! - respondió obstinado de mis quejas mientras alumbraba el camino con la linterna de su celular.

Estaba muy oscuro y no se veía bien el camino a ese sitio tan extraño que me estaba llevando, solo caminábamos siguiendo la luz de la linterna y en total silencio.

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