Capítulo ✨41✨

Los días fueron pasando tan rápido que no nos dimos cuenta. Ya había llegado el mes de junio, ya tenía cuatro meses viviendo en este país. Los días transcurrieron en total calma y tranquilidad. Iba a la Uni y los fines de semana ayudaba a la señora Choi en el restaurante. Alaia tenía ya casi tres meses y apenas se le estaba comenzando a notar su barriga; Eun-Jin y yo la consentimos mucho ya que no era bueno para el bebé que su mamá estuviera siempre triste. Mi relación con Hyun-su iba super bien estos meses, aunque todavía no estoy clara que relación tenemos los dos, no sé si somos amigos o novios. Ya había terminado nuestro primer semestre en la universidad y lo mejor es que todos lo habíamos aprobado.

A pesar de todos los días tranquilos que teníamos, había días en que Hyun tenía su mirada triste, todavía le dolía la muerte de su madre, era muy difícil para él haberse quedado sin su familiares que amaba. Lo más extraño que pasó estos meses fue no saber nada del padre de Hyun-Su, parece que se hubiera desaparecido de Seúl, nadie sabía de él, nadie lo había visto; esa ausencia de ese hombre hacia que Alaia y todos nosotros estuviéramos en alerta constantemente, ya que Alaia estaba muy nerviosa por su bebé.

Al terminar nuestro primer semestre teníamos dos meses de vacaciones y Hyun-Su y yo decidimos pasarla en la casa del logo, primero queríamos ir a otro lugar de vacaciones, pero no queríamos dejar a Alaia sola sin saber que estaba tramando el viejo loco.

— Amor despierta — dice Hyun acariciando mi cabello delicadamente .

— Amor es todavía temprano, que vamos hacer despierto a esta hora — gruñó mientras me cubro con las sábanas.

— Te voy a llevar a un lugar hermoso donde solía ir con mi hermano cuando venía a este lugar, así que levántate — Hyun, me quita la sábana que cubría mi rostro, se sube encima de mí y comienza a repartir besos por toda mi cara y cuello.

— Está bien ya me desperté, vamos a ese lugar entonces — está manera de despertar con todos esos besos se sentía tan bien.

Hyun, nunca me decía cosas lindas, como, te quiero o te amo, él no me decía nada de esas cosas que nos gusta escuchar de la persona que queremos, pero si era extremadamente cariñoso conmigo así no me dijera que me quería.

Ese día fuimos a pescar en el lago, Hyun atrapó varios peces yo ninguno, después caminamos hacia una montaña donde había un hermoso río y entre las rocas caía una cascada, era un hermoso lugar, al verlo me emocioné mucho, entro al río y Hyun me sigue, estábamos en pleno verano y aquí es muy fuerte el calor en esta estación del año.

Estas vacaciones con Hyun fueron increíbles, todos los días hacíamos algo diferente, desde pasear por ese hermoso bosque hasta cocinar la comida de mi país, que por supuesto a Hyun le encantó, sobre todo las arepas, tuve que pedir varios ingrediente fuera de Corea ya que aquí no venden esos productos, pero quería que Hyun se sorprendiera con las deliciosas comidas venezolanas.

Como todo lo bueno termina rápido ya esas ocho semanas de vacaciones habían terminado y ya estábamos en septiembre, ya era hora de regresar a la universidad. Esa noche antes de regresar a la cuidad preparaba mis maletas en el cuarto mientras que Hyun desde la cama acostado no me quitaba la mirada de encima.

— ¡Ya deja de verme así! — le digo con timidez.

— ¿Por qué no puedo mirarte, si te ves tan bien con mi camiseta — contesta Hyun acercándose a mí con sus ojos mirándome con deseo.

Él se para delante de mí dejando ver ese cuerpo tan definido que tiene con unos bóxer negros que le quedaban tan bien, la diferencia de tamaño era algo que me gustaba, verlo como tenía que bajar hasta casi ponerse a mi altura para poder besarme era lindo. Hyun coloca sus manos en mi cintura y hace que me acerque a él, al sentir su erección un gemido sale espontáneamente de mí haciendo que él haga una sonrisa. Sus manos bajan hasta mis glúteos y los apreta mientras muerde mi cuello suavemente, me quita la camisa y pasa su mano por mis senos, estaba deseoso de ellos y los acaricia con su lengua, él se separa un poco de mí y aquella mirada que me da hace que lo bese mientras trató de que mis gemidos no salgan, siento los fuertes brazos de Hyun levantarme para llevarme hasta la cama cargada. Él se coloca entre mis piernas y termina de desnudarme, se acerca para besarme y mis manos tan traviesa comienza a quitarle el boxer, Hyun me ve y sonríe y me ayuda a quitar su ropa interior quedando los dos completamente desnudos, acarició su espalda mientras el besa mis senos y sin avisar y de sorpresa entra dentro de mí con una fuerte embestida haciendo que un fuerte gemido salga de mi, esos ataques sorpresa de Hyun al momento en que menos me lo espero me encantaba, me hacía llegar al orgasmo enseguida al ver como tan delicadamente acariciaba mi cuerpo para después hacer una embestida tan fuerte que me controlaba. Al terminar  nos quedamos abrazado para dormir un rato, de seguro, Hyun esa noche no me dejaría dormir mucho. Mientras tanto su pecho sería mi almohada.

Al amanecer y después de desayunar regreso a mi apartamento, íbamos en el carro de Hyun escuchando música coreana y latina, me da risa la expresión de Hyun al verme cantando en español.

Al llegar nos recibe la señora Choi y Alaia que ya tenía una enorme barriga.

— Amiga me alegro mucho de verte, como a crecido tu barriguita — sonreímos mientras coloco mi mano en su enorme vientre.

—  Yo también me alegro de verte Helen, ya tengo casi cinco meses, ya falta poco para que nazca mi bebé — Alaia estaba muy contenta y eso era bueno ya se veía que había superado a ese hombre. 

Hyun se le queda mirando la barriga a Alaia y sin decir nada se da la media vuelta y se va. No lo entiendo, Hyun a veces actúa de una manera que desconcierta, él estaba preocupado que su padre lastimara a Alaia y al bebé pero a la vez no estaba cómodo cerca de ellos.

Entro al cuarto después de despedir a la señora Choi que se iba al trabajo y Alaia entra detrás de mí con curiosidad de saber cómo me había ido estos dos meses junto a hyun, sonrió al verla y nos sentamos en la cama para comenzar una larga conversación de chicas.

Esa misma semana comenzaron las clases en la universidad, Eun-Jin y yo convencimos a Alaia que fuera con nosotras, ella sentía miedo hasta de salir a la universidad.

Esa misma semana también cumplía años Hyun y quería celebrarle su cumple con una fiesta sorpresa, ese día decoramos el restaurante de la señora Choi, colocamos globos negros y morados. Esos colores no eran alegre para una fiesta pero ellos tenían un significado para nosotros. Como a Hyun le gustaba los libros su pastel estaba inspirado en un libro, hasta una pequeña piñata había. De seguro está fiesta de cumpleaños era muy diferente a las que había tenido antes tan elegantes.

Llamo a Hyun y le digo que venga rápido al restaurante de la señora Choi que es algo urgente. Al verlo llegar apagamos la luz y encendemos las velas del pastel. Hyun entra y Alaia, Eun-Jin, la señora Choi, el señor Park y la señora Jin-Mi comenzamos a cantar el cumpleaños feliz. Al encender la luz Hyun tenía su rostro ruborizado. Comenzó a reír al ver la piñata, era la primera vez que veía una. Todos la pasamos super bien esa noche.

Ya todos se habían marchado y me quedo a recojer el desorden del restaurante, noto que Hyun le hace señas a la señora Choi para que nos dejar solos a lo que ella le da una sonrisa de complicidad que me llamo la atención. Hyun me toma de la mano y salimos al hermoso jardín que estaba afuera del restaurante, mientras él mostraba en su rostro nerviosismo.

- Gracias Helen por está fiesta de cumpleaños es la mejor que he tenido en vida.

- ¡De nada!, quería verte feliz hoy y lo logré.

- ¡Helen yo...yo! - Hyun se seca el sudor de su frente con sus manos. Mientras el frío me estaba congelando Hyun estaba sudando por los nervios - Helen ¡Tú! ¡Yo!. Ya ni se lo que digo. Helen ¿Quieres ser mi novia? - me encanta lo tímido que puede llegar hacer algunas veces este chico. Sonrió al escuchar su propuesta y dejo pasar mis brazos por su cintura.

- ¡Hyun claro que sí quiero ser tu novia!. Aunque ya te consideraba mi novio antes de que me lo propusieras.

- ¡Ya según tu yo era tu novio!

- Claro Hyun, se te hacía muy difícil ocultar que estás loquito por mí así que ya te consideraba mi novio.

- ¡Disculpa yo loquito por ti!, pero que ego el tuyo Helen.

- ¡Eso lo aprendí de ti!.

Me le acercó y lo beso ya era oficial que estamos tontamente enamorados. Esto me fuera parecido tan cliché antes pero ahora andaba como una tonta volando en las nubes y sintiendo mariposas en mi estómago, estoy pasada de cursi la verdad.

Los meses fueron pasando entre la universidad, las salidas de amigos, ir a pasear con Hyun. ¡Perdón con mi novio! Así suena mejor. Llegó noviembre, llegó el frío de diciembre, ahí llore despidiendo el año porque no estaba cerca de mi familia; aunque Hyun enseguida hizo todo lo posible para alegrarme. Paso enero y febrero y llegó marzo.

Alaia estaba en su último mes de embarazo, su barriga era enorme y todavía no sabíamos el sexo del bebé porque no se dejaba ver en los ultrasonidos. Ella se veía feliz con el hijo que pronto tendría y ya ni nombraba al señor Kim. Llamaba por teléfono a su padre que estaba en España esperándola feliz a ella y a su nieto. Alaia ya tenía planes lejos del señor Kim, su plan era terminar la universidad y regresar a vivir con su padre y su hijo a su país.

Hyun siempre me decía que era extraño que su padre se fuera quedado tranquilo sin hacerle daño a Alaia por haberlo dejado. por eso vivía diciéndome que me cuidará mucho cuando saliera. El estaba muy paranoico con respecto a su padre.

Todo iba bien, días tranquilo y algo cálidos ya la nieve se estaba desapareciendo y el sol nos volvía a calentar poco a poco. Todos esos días bellos eran perfectos hasta que un día después de salir del médico Alaia y yo nos encontramos al padre de Hyun afuera del hospital.

Él se nos acerca y le coloca un arma en un costado a Alaia mientras me hace señas que me calle mostrándome el arma. Alaia estaba muy nerviosa y le suplicaba que nos dejara tranquilas pero él no hizo caso. Llegaron dos hombres más que nos golpearon a mi amiga y a mi haciendo que perdiéramos el conocimiento.

Despierto y voy en un auto, intento abrir mis ojos pero el golpe que recibí fue tan fuerte que me mantiene todavía sin sentidos. Intento abrir mis ojos otra vez y veo a Alaia inconciente a mi lado y de brazos y pies atados.

Nos llevaron a un lugar que parecía un deposito abandonado, el señor Kim nos encierra en una habitación y se va. Alaia y yo solo nos podíamos mirara ya que estábamos atada de manos y pies y amordazadas. Pasaron como tres horas y no llegaba nadie, no podía sentir ni mis monos ni mis pies por la posición tan incómoda en que estaba. Me preocupaba mucho Alaia y el bebé, temía que por esta situación se fuera adelantar el parto.

Mi cuerpo esta tan cansado que trato de moverme y no podía, mis pies estaban muy entumecidos. La puerta se abre y veo entrar a unos hombres y detrás de ellos al señor Kim que traía un rostro de satisfacción al vernos a las dos en el suelo. Se le cerca a Alaia y le acaricia el cabello.

- ¡Mi amor!, mira cómo estás y todo por tu culpa por ser tan tonta, te dije que no te fueras de mi lado y eso es lo primero que hiciste. No soporto a la gente que me traiciona Alaia. Ahora de ti solo quiero ese bebé que llevas en tu vientre - Él se levanta y se dirije hacia mí, me agarra por el cuello y lo aprieta haciendo que me costará respirar - Tu, eres lo peor que le ha podido pasar a mi hijo, por tu culpa él perdió a su madre y su prestigio ahora va hacer un don nadie. Le arruinaste la vida a mi hijo - el hombre me suelta y yo trato de volver a respirar.

Era obvio que este tipo le gustaba hacer sentir culpable a los demás de sus propios errores. Para él y su mente retorcida todos eran culpable menos él de las cosas que estaban sucediendo.

Se vuelven a ir dejándonos solas en medio de la oscuridad. Ya teníamos mucho tiempo ahí sin comer ni tomar agua. Ya por mi mente comenzaba a pasar ideas negativas que ese hombre esta vez si nos iba a matar, nadie sabía dónde estabamos, así que sería difícil un rescate, ya me encontraba perdiendo la esperanza cuando veo a mi amiga con su enorme panza. Ella estaba llorando y muy preocupada, seguro que por su bebé. En ese momento entendí que tenía que ser fuerte para ayudarla a ella no me podía derrumbar en la negatividad mientras con nosotras había un ser inocente que no tenía culpa de nada. Teníamos que luchar y tratar de mantenernos con vida por ese bebé.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top