Capítulo 10 ✨

Llegamos a mi apartamento y apenas me baje del auto Hyun-Su acelero y se va, ni espero a que entrara al edificio. Ya eran las dos de la madrugada y las calles estaban solas, no había ni un alma por aquellas calles, así que salgo corriendo hacia el edificio.

Entro al apartamento y lo primero que hago es ir al baño y darme una buena ducha para quitarme todo ese barro que tenía encima, hasta mi cabello estaba lleno de ese barro que se había secado y era algo horrible quitarlo, el baño con agua tibia me hizo dar más sueño del que ya tenía.
Me tumbo en la cama y me arropó con una cobija que es tan suave que parece que duermes en las nubes. Ya estaba a punto de dormirme cuando comienza a sonar mi celular.

" ¿Quién podrá ser a esta hora? ¡Déjenme dormir!". gruñó mientras busco en la oscuridad mi celular que lo tenía en la cama.

" ¡Es mi mamá! " . Grito animada y salgo corriendo a encender la luz para ver a mi mamá por la videollamada.

- ¡Hola Helen! ¿Cómo está mi hermosa princesa?.

- ¡Hola mami bendición!, me alegro mucho verte! - estaba emocionada por poder ver la hermosa carita de mi mamá en la pantalla del celular.

- ¡Dios te bendiga hija! ¿Te alegras de verme y entonces porque no me has llamado? Si no te llamó yo, tú ni te acuerdas que tienes a tu madre - mi mamá hace un perchero que me conmueve el corazón. Ella tenía razón no la había llamado desde que llegué a este país.

- ¡Perdón! Es que estaba muy ocupada con lo de la universidad - le pongo carita de perrito regañado y mi madre se ríe.

-¿Cómo te va con tus clases? ¿Te tratan bien? - esa era la pregunta que quería evitar que mi madre me hiciera, si le contaba todo lo que me había pasado en tan solo unos días viviendo aquí, de seguro se vuelve loca y me viene a buscar.

- Todos me tratan bien, la señora Choi está muy pendiente de mí, ya tengo dos grandes amigas en la Uni, Alaia e Eun-Jin así se llaman.

- ¡Me alegro mucho que te esté saliendo todo bien hija!, llama más seguido tu hermana y yo queremos saber de ti.

- Te prometo llamar más seguido, por cierto ¿cómo está Emily? - le digo mientras hago un gran bostezo.

- Ella esta bien, tu hermana te extraña mucho. ¡Cariño te ves cansada! ¿Qué hora es que andas bostezando? - mi mamá frunce el ceño extrañada.

- Aquí son las cuatro de la madrugada - mis ojos se cerraban solitos del sueño que tenía.

- ¡Cariño porque no me habías dicho y yo llamando a esa hora!, hablamos otro día mi amor, duerme tranquila, pórtate bien, come bien y no andes tan tarde en la noche en la calle, te queremos mucho princesa de la mami, siempre acuérdate de eso.

- Está bien mami hablamos otro día, yo también te quiero mucho y a Emi. Un besote para las dos - le tiro besitos con la mano y cuelgo la llamada. Apenas colgué me quedé profundamente dormida

Un tic tic de mi alarma me hace despertar, ya eran las 6: AM y era hora de levantarme para ir a la universidad. Sentía que no había dormido nada, mi cuerpo se sentía tan pesado que se hacía casi imposible levantarme de la cama; pero no había de otra me tenía que levantarme y ir a clase.

Me aseo y me visto con unos jeans azul claro, una blusa negra, una chaqueta azul oscuro y tenis negros, así comienzo un nuevo día en mi vida. Me voy a la Uni y en mi bolso cargaba el sobre de dinero que Hyun-Su me había dado para la compra de la remodelación.

Voy en el autobús y la suave brisa que entra por la ventana, delicadamente y fría en mi rostro hace que me quedé dormida por un rato, abro mis ojos al ver a unos niños reírse de mí; tal vez estaba roncando por eso se reían. Bajo del autobús y camino una calle para llegar a la universidad.

Entro al salón de clase y ahí estaba él, sentado con su mirada perdida en la ventana como siempre; aunque no lo quiera admitir y que ahora lo odio por su manera de tratarme, lo tengo que decir, Hyun-Su hacia que mi corazón se acelerara cada vez que lo veía, era algo que no podía evitar.

- ¡Hola Helen, entraste y ni saludaste! - dice Eun-Jin mientras me daba un abrazo.

- Claro como nos va a saludar si estaba era mirando a su galán - afirma Alaia con una mirada algo pícara.

- ¡No lo estaba mirando! Y él no es mi galán, ni siguiera llega a galán, la verdad es feo si lo miras bien - las tres volteamos a ver a Hyun-Su detenidamente y no se podía mentir él realmente era muy guapo, su cabello, sus ojos, sus labios todo él era provocativo a la vista.

- ¡Buenos días, chicos! - entra el profesor haciendo que cada una se siente en su lugar y dejáramos de ver a Hyun-Su para comenzar la clase.

El día pasó algo lento o yo lo sentía así por el sueño que todavía tenía, ni siquiera iba a poder descansar el fin de semana porque tenía que trabajar en la remodelación ¡Qué fastidio!

Ya era la tarde y después de haber terminado todas las clases tenía que ir al centro comercial a comprar las cosas que necesitaba, así que se me ocurrió invitar a mis panas para no ir sola.

- chicas me acompañan a comprar algunas cosas para Hyun-Su - les digo volteando mis ojos al pronunciar su nombre.

- ¡Ya te dio tu primer trabajo! dime ¿Qué te puso hacer ese tipo? - dice Alaia con mucha curiosidad.

- Tengo que remodelar una habitación que el usa como biblioteca, aunque no lo creas el demente le gusta leer - las chicas se ríen mientras caminamos hacia el estacionamiento.

- Yo te acompaño Helen - dice Eun-Jin abriendo la puerta de su carro.

- ¡Yo no puedo chicas!, tengo que hacer otras cosas en la tarde y no voy a poder ir con ustedes - Alaia sonó algo misteriosa y nerviosa, era la primera vez que la veía actuar así.

- ¡Está bien Alaia yo iré con Eun-Jin! - me le quedó mirando a Alaia mientras ella revisa su celular "¿Por qué esta nerviosa? ¿Alaia, para donde irá?". Me pregunté en mi mente al ver que mi amiga no dejaba de ver su celular y reír.

- ¡Adiós, amigas que se diviertan en sus compras, nos vemos el lunes adiós! - gritaba Alaia alejándose de nosotras para ir a quien sabe que lugar.

- Eun-Jin llévame donde vendan muebles muy lujosos tengo que hacer esto bien y que el idiota ese quede satisfecho, tal vez viendo lo increíble que soy me deje tranquila con esa deuda que tengo con él.

- Ok vamos a donde mi madre compra las cosas de la casa, mi madre siempre lleva decoración muy linda a casa de esa tienda.

Subimos al auto y vamos directo a la tienda, al llegar me sorprendió lo enorme que era, había de todo para remodelar, eran tan lindo todo lo que hay vendían que no sabía que elegir. Vi a lo lejos un sofá cama de color negro y recordé que a él le gustaba ese color así que lo compre. Compre un librero de color blanco que combinaba con una lámpara que podía moverse para cualquier lado así estaría más cómodo en el sofá y tendría luz suficiente para cuando leyera de noche.

Me dirijo a donde están las pinturas y agarro una de color negro.

- ¡Helen en serio vas a comprar ese color de pintura! - dice Eun-Jin algo extrañada.

- Así lo quiere él, que sea las paredes negras ¡te lo dije él está loco! - ruedo mis ojos y sigo mirando los tonos de pinturas.

- ¡Helen me sorprendes! Ya haces todo lo que diga Hyun-Su, se ve que ya te llevas mejor con él - dice mi amiga con una gran sonrisa en su rostro.

Las palabras de Eun-Jin me retumbaron en mi cabeza. Como era posible que yo estaba haciendo lo que me dijo Hyun-Su, donde estaba mi orgullo. Es cierto que había hecho un plan para llevarme bien con él y poder sacarle ventaja a su debilidad, pero no tenía que hacer todo lo que dijera. Recordé que él había dicho que odiaba el color morado; así que el otro color de pintura que agarre fue morado. Todavía tenía que sobresalir ese color y decidí comprar una alfombra del mismo tono, así a Hyun-Su le quedaría claro que yo no iba a hacer lo que él me dijera, que yo tomaría mis propias decisiones asi trabajará para él.

Ya casi eran las ocho de la noche, le doy la dirección al chófer de la tienda para que lleve todo lo que compre mañana a primera hora a la biblioteca de Hyun-Su.

- Helen ya terminamos las compras que te parece si vamos a comer algo- dice Eun-Jin tocando su estómago

- ¡Si vamos!, la verdad no comí nada desde esta mañana y tengo mucha hambre - mí estómago hacía tanto ruido que se podía escuchar.

- ¡Te voy a llevar a un lindo lugar donde venden comida mexicana, siempre voy con papá a comer en ese lugar. La comida picante nos encanta a papá y a mí! - Eun-Jin se escuchaba muy emocionada por llevarme a ese restaurante.

Subimos a su auto y fuimos a ese restaurante, las calles de Seúl seguían repletas de personas, y eso que era de noche, esta cuidad tenía muchos sitios donde divertirse y pasarla bien bailando y tomando alcohol; aquí a las personas les encantan tomar después del trabajo. Llegamos al restaurante, es muy lindo tenía decoración mexicana y los dueños era muy amable.

- ¡Hola Erick! - dice Eun-Jin con mucha confianza con el chico.

- ¡Hola linda! Tenía días que no te veía preciosa - contesta un chico alto, delgado con cabello rizado castaño oscuro y aunque no parecía ser de Corea tenía sus ojos rasgados que lo hacían lucir muy lindo.

- Te presentó a mi amiga Helen - dice Eun-Jin mientras me veía muy alegre.

- ¡Un gusto de conocerte Helen!, me llamo Erick - el chico me enseña su mano para presentarse y cuando le doy la mía el la agarra con mucha delicadeza y le da un pequeño beso. Me sentí tímida por Erick y lo único que hice fue mostrarle una pequeña sonrisa.

Erick nos lleva a una mesa que estaba al fondo, era la única mesa que quedaba desocupada ya que él sitio se encontraba repleto de gente. Nos da el menú diciéndonos que esa noche él solamente nos atendería por ser clientes vip.

Comienzo a ver el menú y no sabía que elegir, nunca había probado la comida mexicana, así que espero que Eun-Jin elija para yo pedir lo mismo que ella.

- ¡A mí me traes las enchiladas verdes que tanto me gustan! - Eun-Jin se veía contenta como si era la primera vez que venía a comer a este
sitio, debe ser porque el ambiente era como de fiesta y trasmitía mucha alegría.

- Yo también comeré lo mismo que ella - le digo a Erick.

- ¿Estás segura de que quieres enchiladas? - me pregunta mi amiga con una sonrisa como de: ¡esta chica no sabe nada de comida mexicana!.

- Si, ¿ por qué me preguntas si estoy segura? - me sentí extrañada de la pregunta de Eun-Jin.

El chico nos ve, se ríe y se va a buscar la comida que pedimos.

Me quedo observando el restaurante y al sentir esa alegría comienzo a extrañar a mi familia, a mi país a mi gente alegre y hermosa. Una voz acompañada de un buen olor me saca de mis pensamientos.

- Aquí está la comida chicas, que la disfruten - dice Erick colocando los platos en la mesa.

La comida se veía riquísima y el olor que tenía era increíble, Eun-Jin lleno un vaso con agua y lo colocó al lado de mi plato, me llamo la atención la risa burlona de Erick y de ella al ver que tome una gran porción de enchiladas y la comí.

- ¡No joda! ¡Esto pica mucho, está fuerte! ¡Agua, Agua necesito Agua! - miro el vaso de agua que estaba al lado de mi plato y me lo tomo todo, ya entendí por qué ella había puesto ese vaso de agua y sus risas.

- ¡Helen tienes la cara roja! Por eso te pregunté si estabas segura de comer enchiladas - dice Eun-Jin mientras reía.

- Sabía que era picante, pero no me imaginé que era así de picante, me duele los labios y la lengua - sonrió apenada de no poder con las enchiladas.

- El tono rojizo en tu rostro te hace ver más linda - dice Erick mirándome con una tierna sonrisa.

Fue algo incómodo el comentario de Erick lo único que pudimos hacer mi amiga y yo fue verlo y reír, era obvio el chico estaba coqueteando conmigo.

- ¡Que te parece si mejor te traigo algo menos picante, pero igual de delicioso! - dice Erick interrumpiendo ese momento vergonzoso que hizo con su comentario del tono rojo de mi cara.

- Sí, está bien, probaré otra comida menos picante.

Erick se fue a buscar algo más que comer y enseguida mi amiga empezó con sus consejos de amor.

- ¡Helen te fijaste como te mira Erick!, yo creo que le gustas, hasta te coqueteo. Deberías hacerle caso a él, es un chico muy lindo - mi amiga hablaba muy rápido mientras trataba de convencerme que le había gustado a Erick.

- Está muy guapo pero, no lo sé, yo no tengo tiempo para enamorarme - le digo tomando otro vaso de agua para calmar el ardor de mi boca.

- ¿No tienes tiempo o más bien no te quieres enamorarte? - dice Eun-Jin entre cerrando sus ojos.

Ya teníamos un rato esperando a Erick y ya estaba pensando que se había olvidado de nosotras, lo busco con mi mirada y lo veo salir de la cocina con una sonrisa que lo hacía lucir bello.

- Helen aquí te traigo unas quesadillas, de seguro que te van a gustar, y no pican - las quesadillas se veían muy deliciosas, no era como yo me la estaba imaginando, ya que en Venezuela le llamamos quesadillas a una especie de pan dulce, estas quesadillas eran muy diferente.

Las probé y estaban muy buenas. Erick se había portado muy amable conmigo, era un chico muy atento y alegre y me cocino unas quesadillas que no estaban en el menú, pero él las hizo para mí. Eun-Jin estaba acostumbrada a comer comida picante porque en Corea la mayoría de las comidas son picantes, pero yo no estaba acostumbrada: lo único picante que había comida eran los Doritos picantes más nada.

- ¡Gracias Erick está muy rica la comida! - levanto mi dedo en señal de que había hecho un buen trabajo cocinando.

- ¡Me alegro que te gustará Helen!, eso quiere decir que vendrás más seguido por aquí verdad - Erick me seguía mirando con esos ojos rasgados y lindos que tiene y yo perdida en ellos, este chico era alguien muy especial y tierno y eso me gustó mucho.

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