Brian después de que la cena terminara se fue sin poder decirle todo lo que tengo por decir. Es mi hermano y a traicionado mi confianza. De todo modos no se librará apenas llegue a la empresa pienso ir y hablar con él.

Ya he pospuesto la alarma dos veces pero no tengo ganas de levantarme estoy muy a gusto.

Mensaje de My Odioso hermano:
Levanta tu trasero de la cama que llegarás tarde.

Leo el mensaje y maldigo que me conozca tanto. Me levanto después de remolonear unos minutos. Tomo mi desayuno y me visto como siempre.

Bajo el elevador tomándome una foto y posteandola en Instagram. Al momento tengo varios comentarios. Al llegar a la primera planta saludo al conserje mientras voy en busca de mi auto. Un Maserati, es negro completo, lujoso y de grandes dimensiones.

La empresa familiar no queda muy lejos del hotel. Así que llegó temprano. Subí directo a la oficina de Brian; necesito hablar con él.

Abro la puerta de su oficina sin tocar.

—¿Dónde están tus modales?—dice sin apenas moverse de la silla.

—¿Dónde está tu honestidad?—respondo su pregunta con otra pregunta.

—Ya padre ha hablado contigo. —dice levantándose del asiento.

—¿No tienes ni idea de lo que me haz hecho? Cierto.—pregunto mientras me acomodo al frente de él.

—Necesitas crecer y madurar. Con una buena esposa...

—No quiero casarme y lo sabías, aún así me engañaste trayéndome a esta trampa.—siento como la rabia va creciendo.

—Branly, algún día me lo agradecerás.—dice levantándose y caminando a mí dirección.

—¿Qué te voy a agradecer? Que me case con una persona que no amo para complacerlos o que tenga un hijo como tú y mira cómo está tu matrimonio. No me jodas, no quiero terminar como tú.—termino por decir.

Cuando iba a responderme tocaron la puerta.

—Adelante.— dice mi hermano acomodándose la corbata.

No pude evitar reír con lo que acaba de aparecer. El destino no deja de presentarnos cara a cara. Siempre busca la manera de tener que ver esos hermosos ojos cafés.

—¡Esto es demasiado!—exclama ella.

—¿Se conocen?—preguntan mi hermano y mi vecina al unísono.

—Lamentablemente.—responde ella cruzándose de brazos.

—Para mi es todo un placer.—digo guiñándole un ojo a lo que ella responde con cara de repugnancia. Es la única chica con la que no me funciona eso.

—Bueno, los presento formalmente. El es Branly Ruscher tu nuevo jefe y ella es Ada Andrade tu secretaria.—dice mi hermano.

—¡No!

—¡Si!

—¡De ninguna manera trabajaré para ti!—dice arrugando la nariz.

—Ada, no digas tonterías a eso vinimos.—veo que Milena me da con el codo.

—No voy a trabajar con este idiota.—repite nuevamente.

—Ok, estás en todo tu derecho pero si te decides estaré esperándote en mi oficina.—le digo mientras salgo camino a mi escritorio.

Salgo de ahí con mi cara bien en alto me encanta molestarla al parecer trabajar aquí no será un caso perdido. Miro a mi alrededor y todos están de trajes menos yo, que predecible.

Al entrar a mi oficina me siento en la silla detrás de mí escritorio. Miro a mi alrededor y todo está como me gusta por esta vez sí me alegro de que Brian me conozca.

No puedo disfrutar mucho porque una rubia, bien furiosa por cierto, irrumpe en la habitación.

—¡Aquí estás!—dice acercándose a pasos rápidos.

—Buenos días.—digo tratando de mantener mi sonrisa pero no sé porque preciento que esto no terminará nada bien.

—¿Buenos días?—pregunta cruzándose de brazos.—¿Es todo lo que me dirás? Me debes muchas explicaciones.

—¿Por qué mejor no te sientas Monika?—trato de calmarla.

—No, no. Tú me vas a escuchar.—dice poniendo las manos de forma brusca sobre la mesa.—¡Tres malditos años!. Ni un mensaje, ni una llamada, te escribía y apenas me respondías, sabía de ti por tus publicaciones.

—Bueno, es que...—me interrumpe y continúa hablando.

—¡Callate y escúchame! Yo te amo, cómo puedes tratarme de esa forma.—se deja caer en la silla.—¿Con cuántas mujeres me engañaste?

—Bueno...

—No, no me digas, no quiero saber. Te perdono, pero no lo vuelvas a hacer.

<<Pero que está diciendo está loca>>

—Branly eres mi vida, serás mi esposo padre de mis hijos y estaremos siempre juntos.—dice como si todo eso fuera a pasar realmente.

—Realmente no quiero casarme, ni tener hijos.—le solté de golpe borrando la sonrisa de su cara.

No se en qué momento pero me ha abofeteado, y una risita al fondo de la oficina llama mi atención. Es ella, esa maldita bicha se está burlando de mi.

—¿Interrumpo algo?—pregunta haciéndose la inocente.

—No, tranquila yo ya he terminado aquí.—dice Monika mirándome con cara de odio.

—Bien, ya veo que decidiste ser mi secretaria.—digo tocándome la parte de la cara en qué me golpeó.

—Si, pero con una condición.—dice sentándose lo más educada posible en la silla.—Trabajare para ti, con la condición de que no seas tan idiota.

—Bueno bicha, no puedo prometerte nada.—digo y veo como su cara se enrojece un poco.

—No tienes remedio.—dice levantándose.—Donde pongo mis cosas.

—Ese es tu escritorio.—le muestro una hermosa mesa que está al frente de la mía pero en el costado izquierdo de la habitación.

No puedo evitar mirarla, está muy bonita con ese vestido negro y su pelo suelto. Al fin y al cabo no será tan aburrido eso de venir al trabajo.

Hablando de trabajo, me pongo a revisar alguna de las carpetas que tengo delante. Una de ella pertenece a los Bernardinos. Este contrato nos hará ganar mucho dinero.

—Necesito que me hagas un favor.—digo levantando la vista de los papeles.

—Par eso estoy aquí, pídeme lo que quieras.—responde ella.

—Cuidado con lo que dices, puedo ser muy mal pensado.

—Es tu asunto si le encuentras doble sentido a mis palabras.—dice acomodándose en la silla.

—Pero también será tu asunto si me provocas demasiado.—digo dejándola sin palabras.

Hola mis bombones.

¿Que creen de este capítulo?

¿Crean que entre estos dos las cosas fluirán?

No olviden dejar su estrellita y sus comentarios.

Los Amoo♥️