❤️Capítulo 26❤️

No puedo negar que me emociona la idea de preparar la ceremonia, escoger vestido, la iglesia. Este ha sido mi sueño durante los primeros siete año de mi vida, luego se volvió más como una meta de vida. Casarme con un hombre que realmente me ame y me haga feliz.

Ahora es diferente, nada es real. Me casaré con un idiota que aunque le he cogido cariño sigue siendo un imbécil. Realmente no comprendo el por qué hago esto. Claro está que por el chantaje del vídeo pero hay algo más, emotivo, lo hago para ayudarle y también porque no me gustaría verlo casado con otra persona. Cosa que no debería de importarme si no me interesa él, pero lo hace.

Mile estaba histérica al llegar solo se tranquilizó al ver que estaba totalmente bien. Me abrazó literalmente por tres minutos. Luego le comenté todo lo del viaje, el accidente, nuestras folladas y nuestro compromiso. No le agradó la idea del casamiento pero no tiende de otra que aguantarse al igual que yo.

—Ahi viene la casada.

—Aun no lo estoy. —reclamo mientras cierro la puerta que da a la terraza.

—¿Ha aceptado todas tus cláusulas?—asiento.

—Sabia que aceptaría.

—¿Y entonces ya?

—¿Ya qué?—indago.

—Te vas a casar realmente.

—Al parecer si, quisiera despertar y que todo esto fuera un sueño.

—Eso no va a pasar.—me trae de vuelta a la tierra.

—No seas tan mala y dejame soñar.

—No Ada, no es momento de soñar. —se acerca a donde estaba yo.—Esto es algo serio, estamos hablando de un matrimonio durante todo un año. ¿Lo has pensado bien?

—No tengo mucho que pensar, no hay opción.

—Sabes que es lo que pasa en esta historia.—niego.—Que muy a dentro de ti lo quieres, quieres casarte y desearías que fuera real. Desearías que realmente el te quisiera como esposa de verdad, sin contratos ni mentiras.

—Eso no es...

—Te callas y me escuchas.—me dice alzando la voz y callo.—Es lo que pasa que te has enamorado y no sabes cómo afrontarlo, no tienes los ovarios para decírselo porque tenés que juegue contigo como con las demás y entonces prefieres ser su esposa falsa para aunque sea por un año tener eso que tanto deseas.

No pude responderle, no sabía que decir.

Por una parte tenía razón, tenía mucha razón. Me conoce mejor que cualquiera. Y hasta ahora no había tenido el valor ni de plantearme verdaderamente lo que siento.

—Si.—hablo por fin.—Si, estoy enamorada del imbécil de mi jefe. Ha sido diferente y extraño, es una conexión que no había sentido con nadie, una química especial que solo aparece con él. —la miro y puedo notar una pequeña sonrisa salir de la comisura de sus labios.

—¡Entonces amiga manda a la mierda las cláusulas y disfruta de ese imbécil durante ese año!—me grita.—Y si realmente estás segura de lo que sientes deberías decirle o al menos cuando sepas si el te corresponde, sino, folla las veces que quieras y disfruta cada momento que pase.

—Estas loca.—sonrío.

—Loca estás tú.—me tira un cojín.

—Acabo de verlo desnudo.—admito y puedo notar como mis mejillas se sonrojan. —Me ha pedido que me quedara y le he dicho que no.

—Ves.

—¿El qué?

—Que realmente estás loca. —se pasa la mano por la cara.—Dices que estás enamorada y le niegas pasar tiempo con él cuando te lo pide. ¡Me vas a volver loca!

—Crees que debería a verme quedado.—asiente.

—Por supuesto mujer deja el miedo y que sea lo que Dios quiera. —me levanto muy decidida a ir a ver a mi querido jefe. —Deja que todo fluya y disfruta al máximo a ese dios griego.

Ambas sonreímos y la abrazo.

—Gracias.

—Anda tigresa a por tu presa —le tiro un cojín y ella me tira un beso.

Abro nuevamente las puertas cristalizadas de la terraza y siento como el aire fresco rápidamente despeina mi cabellera suelta. Me hago paso entre las flores que dividen los departamento y ahí lo veo.

Despliego suavemente tus puertas de cristal pero aún así nota mi presencia.

—¿Se te quedó algo?—niego.

—Pensé que hay una forma diferente de cerrar un trato.—muerdo mi labio y enseguida una sonrisa se apodera de su rostro.

—Pues a que esperamos. —dice levantándose del sofá.

—Sientate, no quiero lastimar tu herida.—le ordeno, el me obedece y vuelve a sentarse.

Me subo a horcajadas sobre el y empiezo a besar su cuello. El aprieta mis muslos y pasa su lengua por el óvulo de mi oreja. Me separo un poco y retiro la pequeña blusa que protegían mis senos, dejando estos descubiertos. El los lleva a su boca y comienza a pasar su lengua sobre mis pezones haciendo que estos se endurezcan.

Me bajo y me arrodilló frente a él. Bajo su pantaloneta dejando a la vista su pene el cual ya está duro. Lo agarro entre mis manos y lo atraigo hasta mis labios dejando un pequeño beso sobre su cabeza. Luego paso mi lengua suavemente sin dejar de mirarlo por su glande. Luego comienzo a intensificar el movimiento combinando mis manos y la boca, tensa su mandíbula y aprieta los puños.

Sonrío y me levanto.

Comienzo a retirar mi chort dejando ver mi encaje más abajo. Me muevo de un lado a otro sensualmente y terminó por retirar mi blumer y entonces vuelvo a subir a horcajadas sobre él introduciendo su polla en mi vagina y comienzo a moverme.

—Te vez hermosa así.

—¿Así como?—susurro sin dejar de moverme.

—Así encima de mi, moviéndote para mí.

No le respondo pero le dejo bien claro que me ha gustado su alago ya que aumento la velocidad.

—Joder.—sale de su boca.

—¿Te gusta?—pregunto en forma provocativa.

—Me encanta.—surra y encaja sus manos en mis nalgas.

Siento un gran placer tener su polla dentro de mi, sus gemidos y su voz ronca diciendo cosas a mi oído hacen que no pueda controlarme y me vengo encima de él. Después de escuchar mi gemido de placer y ver mi cara el se muerde el labio y si viene junto conmigo.

—Ada.—dice mientras me levanto. —Ten cuidado con follarme así, harás que me vuelva adicto y te quiera solo para mí.

—Ten cuidado tu de que yo me vuelva adicta a tu polla y no quiera compartirla con ninguna otra. —este me sonríe. —Voy al baño.

Me dirijo al baño a lavarme sonríendo como una tonta.

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