❤️ CAPITULO 10❤️
Después de discutir varios minutos con Mile sobre si aceptar o no el trabajo, fui directo a la oficina del señor imbécil.
Al parecer no llegue en buen momento ya que al entrar veo a una chica rubia pegarle con todas sus fuerzas en la jeta al idiota. No pude evitar reír así que deje salir unas pequeñas risitas.
—¿Interrumpo algo?— pregunto haciéndome la que acabo de llegar.
—No, tranquila yo ya he terminado aquí.—dice la rubia, que le habrá hecho este sánaco para que esté así de alterada.
—Bien, ya veo que decidiste ser mi secretaria.—me preguntó.
—Si, pero con una condición.—digo sentándome en la silla.—Trabajare para ti, con la condición de que no seas tan idiota.
—Bueno bicha, no puedo prometerte nada.
<<¿Bicha?>>
—No tienes remedio.—digo levantándome.—Donde pongo mis cosas.
—Ese es tu escritorio.—me señala.
Veo con el rabillo del ojo que me está mirando pero lo dejo pasar ya que no quiero volver a abrir una discusión.
—Necesito que me hagas un favor.—me dice.
—Par eso estoy aquí, pídeme lo que quieras.—respondo.
—Cuidado con lo que dices, puedo ser muy mal pensado.
—Es tu asunto si le encuentras doble sentido a mis palabras.—me acomodo en la silla porque ya se que esto terminará mal.
—Pero también será tu asunto si me provocas demasiado.—dice, no se que responderle.
—¿Qué necesitabas?—pregunto cambiando de tema.
—Agua.
—¿Agua?—no puedo creer que no pueda levantar su trasero sexy de la silla, que no digo que sea sexy su trasero pero la cuestión es que yo sabía que esto pasaría.
—¿Bien como la quiere?—digo muy educada.
—Bien fría.—dice sonriendo.—Como que hace mucho calor aquí.
—Si, está haciendo algo de calor.—me siento incómoda.—Enseguida se la traigo.
Salgo rápidamente de la oficina directo a la cafetería en busca de su agua. Pero antes me desvío hacia la oficina de mi querida amiga.
—¿Qué haces aquí?—me pregunta sarcásticamente.
—No lo voy a soportar.—digo dejándome caer en la silla.
—Este es de lo mejorcito que puedo conseguirte, debes pensarlo bien si quieres desistir. —me dice cerrando la carpeta que tenía en sus manos.—No te voy a obligar a trabajar y mucho menos a estar cerca de una persona que no quieres.
—Es que es tan idiota.—reclamo.
—Aun me tienes que contar cómo fue que se conocieron.—dice ella poniendo cara de enfado.—Conoces a un chico guapísimo y no me cuentas.
—Es el idiota del avión y de la piscina.—digo haciendo una mueca.—Lo de lindo solo lo tiene por fuera.
—¡No te puedo creer!—da un grito, como si no se esperara eso.
—¿Sorprendida?—interrogo levantando mis manos y dejándola caer en mis muslos.
—Osea sabía que era un mujeriego, egocéntrico bien lindo, pero no que fuera así.—dice ella mirándome con cara de terror como si su descubrimiento fuera lo peor.
—Bueno, pues ya vez la gente no es siempre lo que parece.—digo levantándome.—me tengo que ir hablamos más en casa voy a buscar el agua del señor imbécil.
—Brillitos de suerte para que sobrevivas tu primer día.—dice mi amiga moviendo los dedos como si en realidad estuviera soltando brillos.
—Te amo tonta.—dije con una sonrisa enorme mientras cerraba la puerta.
Al salir de ahí fui a la cafetería cogí el agua y fui directo a su oficina. Al entrar no veo a nadie.
Camino en dirección de mi escritorio y hay una nota que dice: Te demoraste demasiado y me aburría. Me fui al bar de la esquina con una chica, puedes tomarte el agua si quieres. Creo que para cuando leas la nota ya yo no tendré sed. Ah también puedes irte, ya terminó tu primer día.
Besos, cuídate de regreso a casa Bicha.
No lo puedo creer, el muy idiota se fue solo porque tarde unos minutos, bueno eso no es asunto mío. Mirándolo de otra perspectiva me alegra que podré tener el resto del día libre de imbéciles.
Respiro profundo y me siento en la silla a tomarme el agua.
<<¿Por qué estás haciendo lo que él te dijo>>
—No estoy haciendo nada, solo estoy tomando agua.
<<Exacto cosa que el dejó en su nota>>
—Eres muy fastidiosa, no se cuándo dejaras de meterte en mi vida.
<<Corrección, nuestra vida. Recuerda que yo soy tu>>
—Bien, bien tú ganas.—dije soltando el agua y empezando a recoger mis cosas.
Cogí mi bolso junto a mi teléfono y salí cerrando la habitación. Después todo se puso negro.
—¿Estas bien?—escucho que me preguntan.
—Si, solo estoy algo mareada.—respondo llevando una mano a mi cabeza, me duele mucho.
—Lo siento mucho, yo no miré y después...
—Tranquilo no pasa nada.—dije al fin abriendo los ojos y viendo con claridad.
—Ven te ayudo a levantarte.—me agarra fuerte y me levanta hasta quedar frente con frente.
<<Es muy lindo>>
—¡Callate!—solté y al parecer en voz alta.
—Esta bien, me callo pero no estaba hablando.—dice el chico mirándome raro.—¿Quieres que te acompañe a la enfermería?
<<Guapo y ahora cree que estas loca>>
—¡Por tu culpa!—hay no, no puede ser.
—Si lo sé, no fue intencional, te juro que...
—No no tranquilo estoy bien, gracias.
—Al menos me darías el gusto de invitarte a un helado, ya sabes el de la culpa fui yo.—sonrie.
—Esta bien, de todos modos ya iba de salida.—acepte con mi mejor sonrisa.
—Perfecto, voy busco mis cosas y nos vamos.
(…)
—¿Sabor?—pregunta él delante del carrito del helado.
—Chocolate.—dije en una risita, amo el helado no puedo negarme a uno.
—Bien que sea dos de chocolate y dos de fresa. Por favor.
—Toma, por la sonrisa que pusiste supe que te gusta mucho así que compré dos pero si gustas puedes pedir más cuando termines.
<<¿Será este nuestro ser amado?, No te duermas chica que no todos te dan vía libre de helados>>
Sonrio al escuchar a mi loca mente pero esta vez decido no hablar para no volver a meter la cucharita.
—¿Trabajas en la empresa?—pregunta él.
—Si empecé hoy, soy secretaria de un imbécil de ojos azules.—dije sin pensar.
—De ojos azules así como esos que están ahí.—dijo señalándome hacia mi espalda.
—Te doy la tarde libre y vienes a comer helado con mi hermano, eso no me lo esperaba.—dice el señor Ruscher.
—Con mi tiempo libre puedo hacer lo que quiera.—hable mirándolo directamente a los ojos mientras pasaba mi lengua por el helado.
—Hermano.—se saludan los chicos.
<<¿Hermanos? Ahora sí se te complicó la vuelta, esperemos y este bomboncito no sea igual de estúpido que el hermano>>
—Bueno y dejaras a tu compañía sola mucho tiempo.—dice el más pequeño.
—No, ya me iba.—dice el mayor mirando a una rubia que se ve a unos metros.
—¿Son hermanos?—pregunté rapidísimo.
—Si, lamentablemente ese capullo es mi hermano.—bueno ya se que nos llevaremos bien.
—¿Cómo te llamás por cierto?—dije cambiando de tema.
—Ah, si verdad. Me llamo Bairon Ruscher. ¿Y tú?
—Yo soy Ada Andrade.
—Un placer.—dijo besando mi mano.
<<Ahhh, que LINDO>>
Nota de la autora:
Holis, bombones cómo andamos. Yo derretida con estas calores.
Pero bueno quería saber si les gusta esta historia que cada día crece y crece un poquito más.
¿Creen que habrá Bairada? Xds fue el primero que se me ocurrió si se le ocurren otros me dicen. ♥️
¿Y qué opinan de nuestro papi egocéntrico?😏
Déjenme muchos comentarios, amooo leerlos.
Besos.💅❤️
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