Cap. 21: Contratiempos (Parte I)


Kagura... ¿El señor Sesshomaru aún está ocupado? - Preguntó Rin.

- Si, lleva toda la mañana en reunión.

Se abrió la puerta de su oficina y salió Sesshomaru acompañado de un hombre de mayor edad que él. Caminaron juntos hasta el ascensor y salieron del edificio sin decir nada.

- Parecía enojado... - Dijo Rin con un leve deje de preocupación en su voz.

- Rin, Sesshomaru siempre está enojado... Tú pasas con él más tiempo que cualquiera, ya deberías saberlo... En realidad, ahora que lo pienso, no sé cómo lo aguantas.

La castaña sonrió débilmente.

- No, no siempre está enojado, sólo... es un poco serio... Kagura, ¿Quién era ese hombre que iba con él?

- Era uno de los abogados que ve algunos de los temas de su padre. Al parecer el señor le dejó hartos líos a Sesshomaru. Cuando el abogado llamó para agendar la reunión, me pareció que estaban poniendo trabas a la alianza con China.

- ¿Y por qué harían eso?

- No lo sé Rin, la verdad es que yo no me involucro mucho en esos temas, sólo soy su secretaria. Además, él es demasiado reservado con respecto a esas cosas. 

- Oh, comprendo. Bueno... espero que no tenga problemas.

Kagura se encogió de hombros sin darle mayor importancia al tema.

- Rin... Ehm.... ¿Te parece si almorzamos juntas? Digo... aprovechando que Sesshomaru no está, seguramente tendrás más tiempo...

- ¡Si claro! ¿Quieres salir o...?

- Si, vamos, hay un lugar cerca de aquí que es muy bueno, yo invito.

- Que linda, pero no es necesario...

- Ay vamos, no seas tímida, fue mi idea, además... eres la única persona aquí que me agrada. - Rin no pudo evitar reír ante su comentario.

Fue con Kagura a almorzar y al volver a las oficinas notó que Sesshomaru aún no regresaba.

Rin: (14:12)

Hola! Todo bien? En la mañana parecías molesto... Almorzaste? 

Sesshomaru: (15:26)

Si, nos vemos más tarde.

"Que comunicativo..." Suspiró algo resignada, quería poder ayudarlo de alguna forma, pero si él no le decía ni le pedía nada, no había mucho más que pudiera hacer... 

Cuando ya todos se iban, Sesshomaru regresaba a su oficina con cara de pocos amigos. Se cruzó con Rin y ella le sonrió con ternura, mientras arreglaba sus cosas para irse. Verla de alguna forma lo hizo sentir mejor. Pero su mal humor volvió rápidamente al recordar que ni siquiera podría pasar la tarde con ella, porque tenía que quedarse revisando un sin fin de papeleo...

Se sentó frente a su computador y en encima de su escritorio encontró un pequeño chocolate sobre una nota:

"Para que endulces la vida :) 

Un beso."

Salió de su oficina con prisa y alcanzó a encontrarla antes de entrar al ascensor con los demás.

- Kimura. 

Ella se detuvo y se giró a mirarlo.

- ¿Quieres que te espere? - Preguntó Kohaku.

- No, no te preocupes, ustedes vayan. - El joven asintió y cerró las puertas del ascensor. Rin caminó hacia él. 

- ¡Hola! Sessh... - No terminó de hablar cuando sintió una mano del peliblanco en su espalda acercándola a él y sus cálidos labios sobre los suyos. 

No pudo evitar corresponder a su beso por algunos segundos. Sus labios expertos le provocaban miles de sensaciones a la vez, pero no podía dejarse llevar por ellas ahí.

- Sesshomaru, aquí no... cualquiera podría vernos. - Dijo en un débil susurro

- Ya no hay nadie, todos se fueron... pero bueno, sólo quería verte a solas un rato... Gracias por el chocolate. - La castaña sonrió feliz.

- No me agradezcas por eso, era solo un pequeño chocolate. Sesshomaru... ¿Necesitas que te ayude con algo? No es necesario que te lleves todo el peso solo, para eso estoy aquí... Quizás no tengo mucha experiencia, pero... 

- Rin, ya me ayudas demasiado. No te preocupes, son unos temas que tengo que solucionar yo.

- Bueno... Pero si necesitas algo...

- Si, tranquila. 

La castaña sonrió, miró hacia los lados para comprobar que no había nadie cerca y se acercó a besarlo. Él la rodeó con sus brazos, feliz de poder sentirla nuevamente y ese suave y tierno beso se les comenzó a escapar de las manos. Ella no pudo evitar morder su labio inferior y en ese momento él se separó levemente de ella. 

- Si vuelves a hacer eso, no voy a dejar que te vayas de aquí.

- Lo siento... - Le respondió riendo. - Ya, debería irme... no quiero quitarte más tiempo. - Volvió a besarlo, esta vez de despedida, cuando sonaron las puertas del ascensor abriéndose y antes de que alcanzaran a separarse por completo, Rin escuchó a sus espaldas una voz que la dejó paralizada.

- ¡¿Rin?! ¿Qué haces Sesshomaru?

La castaña se dio la vuelta para verla, pero no sabía qué hacer ni qué decir. Sesshomaru gruñó con molestia y se separó levemente de ella, pero sin soltarla por completo.

- ¿Qué haces aquí Kagura? Ya te habías ido. - Habló Sesshomaru con una voz más fría que lo habitual.

- Yo... olvidé algo... ¿Qué hacen ustedes aquí? Rin... ¿Estás bien? ¿Sesshomaru te está obligando a algo?

- ¿Qué? ¡No! No... nosotros...

- ¿Entonces simplemente eres una pequeña mojigata? - Rin agachó su mirada, sintiéndose mal por sus palabras. - ¿Y tú? ¿Piensas cogerte a todas las mujeres que ponen un pie en estas oficinas?

- Cuida tu tono Kagura, recuerda con quién estás hablando. Rin y yo estamos juntos, así que deja de comportarte como una loca.

- Ustedes... ¿Están juntos?

- Si y si le dices una palabra de esto a alguien, estás despedida ¿Escuchaste?

- Sesshomaru... - Le dijo Rin en voz baja. No quería que tratara así a Kagura, toda la situación la tenía muy nerviosa.

Kagura la miró por un momento y movió levemente su cabeza, como si estuviera negando.

- Pensé que eras más inteligente Rin... - Dijo y finalmente salió de las oficinas.


- Tranquila, no le dirá a nadie. 

- Si... eso espero. - Respondió algo pensativa y decaída, alejándose de él. 

- De todas formas volveré a hablar con ella mañana.

- No, no te preocupes, yo hablaré con ella, tú ya tienes suficiente con qué lidiar... Bueno, será mejor que me vaya, nos vemos... - Dijo la castaña y caminó hasta el ascensor.

***

Rin llegó al otro día a las oficinas y Sesshomaru no estaba ahí, no pudo evitar sentirse algo extrañada. 

- Kagura... hola, ¿Podemos hablar?

- No diré nada de lo que vi, si eso es lo que quieres saber. Ahora tengo que continuar con mi trabajo, con permiso.

- Kagura...

- ¿Sabes Rin? Siento lástima por ti. 

Rin arqueó una ceja, ese comentario comenzó a molestarla.

- Es verdad que vine e a pedirte que no le digas nada a nadie de lo que viste ayer, porque si se sabe, podrían echarme de la universidad y traerme muchos problemas... pero además, decidí ser yo y no Sesshomaru quien hablara esto contigo, porque te aprecio y pensé que si lo conversábamos lo entenderías y quizás las cosas entre las dos podrían seguir como antes, pero si no quieres escucharme ya es cosa tuya...

- Ya te lo dije, no le diré nada a nadie, pero no quiero estar cerca de ti. - Suspiró molesta. - Rin, aunque nunca te lo dije, yo sé que tú sabías que entre Sesshomaru y yo había algo y aún así... ¡Ahhhg! - Se giró enojada para no verla, sintió ganas de llorar por un momento. - ¿Por qué te hacías la simpática conmigo? Te estuviste riendo de mí todo este tiempo, pensé que eras distinta, pero finalmente terminaste siendo igual que todas las otras conquistas de Sesshomaru, aunque por lo menos ellas tenían la cortesía de reírse de mí en mi cara, tú lo hiciste a mis espaldas.

- No me hacía la simpática contigo, Kagura. Me agradas, nunca me he reído de ti, de verdad te aprecio. Si ya no quieres estar cerca de mi, lo entiendo y no voy a insistir, pero tampoco me voy a alejar de Sesshomaru, lo siento mucho... él me gusta... y quizás más que sólo eso. Eso es todo lo que tenía que decirte...

- ¡¿Cómo puedes ser tan ingenua?! Sesshomaru no es la persona que tú te imaginas... No deberías estar arriesgando tanto por alguien como él... 

- Sé perfectamente la clase de persona que es Sesshomaru, pero quiero creer que él también me quiere...

- Por favor Rin... Sesshomaru no quiere a nadie, nadie le importa ni se preocupa por nadie más que él. ¿Sabes? Espero estar equivocada... porque creo que eres una buena persona, pero con él no te espera nada bueno.

Kagura se fue y Rin volvió a su puesto de trabajo... Quería poder confiar en que ella guardaría su secreto, aunque no tenía otra opción. Además, no dejó de pensar en sus palabras durante todo el día, su cabeza daba mil vueltas y Sesshomaru no ayudaba en nada... aún no regresaba a las oficinas, no sabía dónde estaba y en todo el día ni siquiera le había enviado un mensaje... 

Bueno, no es como que eso fuera extraño tampoco, él no era la clase de hombre que acostumbra a dar explicaciones de cada cosa que hace... 


¿Por qué se sentía tan intranquila?

¿De verdad estaba siendo muy ingenua?

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