Cap. 17: La verdad de Rin (Parte II)
[Hola! Espero que les esté gustando la historia, sólo vengo a recordar que este Fanfic tiene lenguaje subido de tono, por eso leer bajo su propio criterio, yo cumplo con avisar. P.D: Muchas gracias por sus votos! <3]
***
Los rayos de luz comenzaron a iluminar su habitación y de pronto despertó de golpe. Miró a su alrededor y notó que estaba acostada en su cama; sin entender mucho lo que había sucedido, buscó su celular y miró la hora: las 8.30.
- ¡Mierda! - Saltó de la cama, corrió al baño y en eso, el olor a café llegó a su nariz. De pronto comenzó a recordar lo que había pasado la noche anterior y no pudo evitar sentirse como una tonta. Fue a la cocina y ahí encontró a su peliblanco, al igual que la vez anterior, sentado tranquilamente bebiendo café.
- Sesshomaru... estabas aquí ¿Por qué no me despertaste? mi alarma no sonó.
- La apague cuando comenzó a sonar, quería dejarte descansar.
- Vamos a llegar demasiado tarde...
- Tu jefe no se enojará.
- No quiero tener privilegios por estar durmiendo con mi jefe...
- Bueno, entonces puedes devolverme el favor de otra forma. - Le dijo con una leve sonrisa de lado.
Rin se sonrojó y negó con su cabeza sonriendo.
- Rin, ya vamos tarde, así que por qué no aprovechas de decirme qué fue lo que pasó anoche.
Suspiró cansada, era obvio que no iba a dejar pasar el asunto así como así, pero realmente no quería hablar del tema...
- Me da miedo estar sola en las noches, eso es todo. - Dijo restándole importancia. - ¿Tú me acostaste? - Preguntó avergonzada. Él asintió. - Gracias... Y siento haberte molestado, era tarde, no debiste haber venido...
- ¿Qué hubieses hecho si no hubiera venido?
- Nada, iba a estar bien.
- No lo parecía, no era cualquier cosa Rin, estabas teniendo un ataque de pánico. - Dijo con seriedad, como si la estuviera regañando, Rin entrecerró sus ojos con molestia al notarlo.
- Bueno, pero no pasó nada. Ya me disculpé por molestarte, ¿Qué más quieres que te diga? - Habló con molestia.
- ¿Tu amiga lo sabe? - Rin asintió. - ¿Entonces por qué te dejó sola?
- Porque yo le dije que saliera. Ya deberíamos ir a la oficina, es tarde... - Dijo en un intento por dejar el tema atrás.
- ¿Por qué te pasa eso?
- No es nada...
- Debe haber una razón.
- ¡Pero no quiero hablar de eso! - Habló con firmeza.
Sesshomaru frunció el ceño con molestia, enterarse de qué había pasado con ella sería tan fácil como levantar su celular, hacer un par de llamadas y tener toda su información en menos de 5 minutos, lo hacía todo el tiempo con clientes o con posibles socios, pero no quería inmiscuirse de esa forma en su vida, no sin su permiso...
- Me preocupaste, Rin. - Dijo serio.
- No tienes por qué. No debí haberte hablado anoche, siento haberte molestado, pero no quiero darte una idea errónea, nosotros no tenemos una relación, no tengo que darte explicaciones de lo que me pase y tú no tienes porqué preocuparte por mi. Es sólo sexo... quizás simplemente deberíamos volver a como estábamos, no tengo tiempo para estas cosas.
No entendía por qué estaba diciendo todo eso, era como si las palabras simplemente salieran de su boca y se arrepentía apenas las decía. O quizás si sabía por qué lo hacía; tenía miedo, tenía miedo de ilusionarse con alguien como él y después terminar como idiota, porque por primera vez sentía algo así por alguien y si todo terminaba mal, sentía que el golpe sería demasiado fuerte como para soportarlo y ya tenía suficiente con qué lidiar, así que mejor terminar todo antes de llegar a eso. Además, se había prometido a sí misma que iba a hacer las cosas bien y estar con Sesshomaru era un riesgo muy grande, de un momento a otro sintió que todo empezó a avanzar muy rápido y un simple descuido con él podría terminar con toda su carrera. No podía darse ese lujo, no podía cometer un error tan tonto después de todo lo que se había esforzado para llegar a donde estaba.
- ¿Crees que aún estaría aquí si fuera sólo sexo?
- Ya te lo dije, perdón, no debí haberte hablado anoche, me sentí débil...
- Tsk. Te estás comportando como una niña. - Dijo molesto, acercándose a ella, Rin retrocedió y él la acorraló contra la pared. - ¿Eso es lo que quieres? ¿Volver a como estábamos? - Le preguntó con una voz ronca y seria, que la hizo sentir extraña.
- Si... - Respondió nerviosa. ¿Por qué cada vez que él se acercaba se sentía así?, Sintió que su respiración se agitaba y la forma en que la tenía aprisionada hizo que su cuerpo se acalorara... Quería mantenerse seria, necesitaba terminar con esto, pero en ese momento lo único que podía pensar es en que se moría por sentir sus labios recorriendo su cuerpo una vez más, lo único que quería era estar entre sus brazos.
Él tomó con firmeza su mandíbula, levantando su mirada.
- Dime qué sientes por mi, Rin. - Preguntó con firmeza mirándola a los ojos y pegando su cuerpo al de ella. Nunca nadie le había hablado de esa forma, quizás en otra ocasión simplemente hubiese tomado sus cosas y se hubiera largado de ahí... No, en otra ocasión para empezar no hubiera pasado la noche con ella. Pero esto era distinto y necesitaba una respuesta... Ella decía que no quería nada más, pero todo su cuerpo, sus gestos y su mirada le decían todo lo contrario, necesitaba saber qué era lo que ella sentía, necesitaba saber si era correspondido.
- Sesshomaru... qué haces... - Habló con dificultad intentando evitar su mirada.
Se acercó aún más a ella, notó como sus mejillas se sonrojaron, veía su pecho subir y bajar por su respiración agitada y entrecortada, sus exquisitos labios carnosos entreabiertos y la forma en que lo miraba... No podía evitarlo, aunque estuviera molesto, esa mujer despertaba sus más profundos deseos...
- Respóndeme.
- No... no quiero. - Dijo con timidez y no pudo evitar dejar escapar un suave jadeo involuntario al sentir como su miembro se endurecía ante la cercanía de ambos.
- Mierda Rin... - Habló con dificultad. - Dilo de una vez...
- ¡¿Qué quieres que te diga?! ¿Que me gustas demasiado? ¿Que siento cosas por ti?... Bueno, ahí lo tienes. Si sé que no es solamente sexo entre los dos, nunca lo fue, al menos para mi... Por eso necesito alejarme de ti, no puedo hacer esto.
- Ya te lo dije una vez, no voy a alejarme de ti, eres mía Rin. - Le dijo al oído con esa voz ronca y a la vez suave que la hacía temblar. Mordió levemente su oreja y comenzó a besar su cuello.
- Ahh, Sesshomaru... - Dijo casi en un gemido. - ¿Qué... qué quieres de mí?, ¿Qué pretendes lograr con todo esto...? ¿Por qué... te interesas tanto en mi? Ya me tienes... no entiendo qué más quieres...
- ¿Acaso no está claro? Me encantas, mocosa. - Dijo levantándola y enrollando sus piernas alrededor de él. La pegó contra la pared y comenzó a besarla con desespero. - Te quiero sólo para mi, quiero que estés conmigo.
La llevó hasta el sillón y se recostó sobre ella, Rin le sacó su corbata y desabrochó los botones de su camisa, él se deshizo del resto de su ropa, quedando solo en boxer. Rin gemía al sentir cómo presionaba su miembro erecto contra ella, aún con la ropa entremedio ese roce se sentía realmente exquisito. Sesshomaru metió una mano por dentro de su pijama y de sus bragas y comenzó a tocarla, su deseo aumentó aún más al notar que ella estaba húmeda, la tocó lentamente de arriba a abajo, y luego haciendo movimientos circulares sobre su clítoris logrando que Rin se retorciera de placer. Metió un dedo, haciendo que ella gimiera con más fuerza y luego dos, la penetraba con sus dedos y exquisitos movimientos que la tenían extasiada.
- Ahh, Sesshomaru... Te quiero dentro mío... - Jadeó entre la excitación que sentía en ese momento.
Él le sacó su pijama, dejándola solo en bragas y presionó su miembro contra ella.
- ¡Ahh, por favor!
- No quiero que vuelvas a portarte así, ¿Me escuchaste? - Le dijo al oído con esa voz ronca y seductora.
- Si... está bien...
Él bajó sus besos hasta sus pechos, succionando, lamiendo y dejando mordidas a su paso, haciéndola gemir mientras simulaba estocadas que aún con la ropa interior puesta, hacían sentir el roce de sus cuerpos demasiado placentero.
- Ahora pídelo de nuevo, Rin.
- Ah, Sesshomaru... por favor... hazme tuya de una vez.
Él sonrió levemente de lado al escucharla, se sacó su boxer, le sacó sus delicadas bragas y la embistió con fuerza y profundidad haciéndola gritar.
Él gruñó al sentirse aprisionado de nuevo en su cálido y húmedo interior. Entraba y salía de ella deliciosamente lento, y luego cada vez más rápido, comenzó a sentir que los gemidos de la castaña se hacían cada vez más seguidos y sintió como entre la excitación, enterraba sus uñas en su espalda.
- Aún no. - Le dijo separándose de ella.
La ayudó a incorporarse, él se puso detrás de ella y Rin quedó parada con sus piernas estiradas y sus manos afirmadas en el sillón. Sesshomaru la tomó con firmeza de sus caderas y volvió a penetrarla en esa posición, con fuertes embestidas que eran aún más profundas que antes, recorrió su espalda perlada por el sudor con sus manos, pasó por su cintura, hasta llegar a su trasero, el que apretó con fuerza, mientras la embestía cada vez más rápido.
- ¡Ahhh, más fuerte!... dios... ¡me voy!
- Di que eres mía Rin, quiero escucharlo. - Le dijo tomando su cabello y jalándolo hacia atrás.
- Soy tuya Sesshomaru... sólo tuya, ahhh por favor... más...
Él gruñó al escucharla y haciendo caso a su pedido, comenzó a embestirla con más fuerza y rapidez, hasta que comenzó a sentir esas palpitaciones en el interior de Rin.
- ¡Ahhhh, dios! - Gimió la castaña al llegar al orgasmo y sentir que explotaba de placer.
- Mierda... tengo que salir. - Habló con dificultad al recordar que no estaban usando protección.
- Noo... ahhh... córrete dentro mío por favor... quiero... sentirte - Le pidió entre jadeos y gemidos. Al escucharla ya no pudo más y se dejó ir, soltando un ronco gemido y liberando todo sus fluidos dentro de ella.
Rin se dejó caer sobre el sillón y él a su lado.
- Uff, eso estuvo... bien... - Dijo la castaña con su respiración aún agitada.
- Más que bien, pero... deberías tomar algo, no sé si quiero ser papá aún.
Rin soltó una risita al escucharlo.
- Si, descuida, tengo anticonceptivos...
- Bueno... Deberíamos darnos una ducha.
- Si, pero creo que no me puedo mover, mis piernas no funcionan...
La tomó en brazos y caminó hasta el baño, Rin no pudo evitar reír, le encantaba que la cargara con tanta facilidad.
- Sesshomaru, ahora sí que llegaremos demasiado tarde...
Él la bajó en el baño y tomó su celular para hacer una llamada.
- Kagura, estoy en una reunión con Rin. Llegaremos como en dos horas, por si alguien pregunta. - (...) - Ok. - Dijo secamente y cortó. - ¿Ahora sí estás más tranquila? - Le preguntó con suavidad, Rin asintió y se metieron juntos a la ducha.
Sesshomaru hizo un gesto de incomodidad cuando sintió el agua caliente cayendo sobre su espalda.
- ¿Qué pasa? - Le preguntó Rin.
- Me rasguñaste, salvaje.
- ¿Qué? ¿Me dices salvaje a MI? ¡Mira como me dejaste tú! - Le dijo mostrando las marcas en su cuello y en su pecho. - Y estoy segura que mañana tendré tus dedos marcados aquí. - Dijo girándose para ver su trasero.
Él sonrió levemente de lado al verla.
- Está bien que tenga mis dedos marcados, porque es mío.
Rin no pudo evitar reír, mientras movía su cabeza negando.
Terminaron de ducharse juntos, se vistieron y aprovechando que aún les quedaba tiempo, Rin preparó desayuno para los dos y se sentaron a comer en la mesa.
- ¿Pintas? ¿O estas cosas son de tu amiga? - Le preguntó refiriéndose a las cosas que Rin había dejado el día anterior cuando tuvo la intención de pintar y no pudo.
- Si, son mías... Sólo lo hago de vez en cuando... - Pausó indecisa de lo que iba a decir, pero respiró profundo para armarse de valor. - Sesshomaru, gracias por haber venido ayer y quedarte conmigo... Siento haberte hablado así, no lo merecías, supongo que lo hice porque... me da miedo que me hagas daño.
- No te haré daño Rin, lo prometo.
Ella asintió y se acercó para besar con ternura sus labios.
- Creo que te debo una explicación... - Suspiró antes de hablar. - La razón por la que... me pasan esas cosas...
- No tienes que decirlo si no quieres. - La interrumpió.
- Está bien, puedo compartirlo contigo... sólo se me hace extraño, porque no he hablado esto con nadie más aparte de Kagome...
Sin saber como comenzar a hablar, comenzó a mover con nerviosismo sus dedos, mientras Sesshomaru no despegaba su mirada de ella.
- Ehm... Hasta los 14 viví con mis papás y mi hermano que es dos años mayor que yo. Un día, unos hombres entraron a mi casa suponiendo que mi papá no estaría, porque él salía mucho por trabajo. No sé si entraron con la intención de robar o simplemente para abusar de mi mamá, pero fue por la noche, cuando todos dormíamos y se metieron a su dormitorio. Cuando encontraron a mi papá también, supongo que se asustaron o algo, ya que las cosas no resultaron como esperaban... y entre forcejeos, terminaron asesinando a mis papás.
Rin pausó un segundo y tragó saliva antes de continuar.
- Mientras eso ocurría, mi hermano mayor me encerró en el armario que había en nuestra pieza para esconderme y con su celular marcó a la policía. Ellos entraron en nuestra habitación y como se dieron cuenta que faltaba yo, me empezaron a buscar mientras mi hermano intentaba que no se acercaran a mi. Terminaron hiriéndolo gravemente, quedó inconsciente y no alcanzaron a matarlo porque llegó la policía antes y ellos tuvieron que arrancar, pero mi hermano quedó en coma y yo... quedé sola.
Sesshomaru se quedó sin palabras, no sabía qué decir y se sentía como un imbécil por haberla presionado a hablar de algo que ella simplemente no quería recordar.
- Después de eso me mudé con mi abuela Kaede, hasta que ella falleció y desde ahí que vivo con Kagome. Y la razón por la que no puedo estar sola en las noches, es porque me enteré que hace algunos años uno de esos hombres salió de la cárcel por "buen comportamiento" o algo así, y sé que puede sonar estúpido, pero me da pánico pensar en que podría volver a buscarme y hacerme lo mismo que le hizo a mi familia...
- Rin, siento mucho lo que pasó con tu familia, no era mi intención presionarte para hablar... Y no suena estúpido, no digas eso, comprendo tu miedo, pero quiero que sepas que desde ahora en adelante, jamás voy a dejar que alguien se acerque a ti con la intención de hacerte daño. - Tomó su rostro con delicadeza. - Te prometo que mientras viva, jamás voy a dejar que alguien te lastime. - Dijo besando su frente con ternura.
Rin le sonrió tiernamente, conmovida por su gesto. Pudo sentir la sinceridad de sus palabras, además su mirada no era como todas esas miradas que odiaba cuando la gente se enteraba de su historia, miradas llenas de lástima... Esta era una mirada con comprensión, una mirada que la hacía sentir segura.
Se acercó más a él y lo besó dulcemente en los labios.
- Gracias...
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