Cap. 16: La verdad de Rin (Parte I)


Rin llegaba a las oficinas el lunes por la mañana algo nerviosa y pensativa, no tenía ni la menor idea de cómo serían las cosas desde ahora en adelante con el peliblanco y eso era algo que le había quitado el sueño todo el fin de semana. Por más que Kagome le dijera que simplemente se dejara llevar y viera como resultaba todo, eso era algo que simplemente le costaba demasiado hacer. No podía dejar de pensar que era una pésima idea ilusionarse con él y en todas las razones por las cuales no debía involucrarse más, pero no importa cuánto lo pensara, sólo le bastaba verlo para olvidarse rápidamente de todo eso...

Y la conversación que se daba sólo a algunos pasos de ella y de sus compañeros la dejó más intranquila aún.

- Hey Sesshomaru, ¿Nos vas a decir si es verdad lo que dicen los rumores?

- De qué hablas Bankotsu. - Preguntó con un tono más serio de lo usual, algo que no le interesaba en absoluto eran los chismes.

- Me contaron que te vieron en una cita el viernes por la noche... - Dijo con un tono insinuante. - Y que te veías bastante interesado...

Rin no pudo evitar atragantarse con su propia saliva al escucharlo. ¿Sabrán que es ella? Sesshomaru la veía de reojo algo divertido por su expresión.

- ¿Qué? ¿interesado? - Preguntó Koga asombrado. - ¡¿Con quién?!

- Tsk. Sesshomaru en una cita... Si claro. - Dijo Kagura con voz molesta y tono de burla.

- No sé en qué momento mi vida privada se convirtió en tema de conversación en estas oficinas. Si estoy saliendo con alguien, pero no es asunto de ninguno de ustedes... - Dijo con la intención de dejarlo en claro para Kagura. - Ahora vuelvan a sus puestos o no lo pensaré dos veces antes de buscar a personas más interesadas en trabajar que en andar husmeando donde no les corresponde. 

Koga y Bankotsu se miraron asombrados y Kagura quedó con cara de decepción disfrazada de molestia, pero aún así era fácil notar lo que la mujer de los ojos escarlata sentía en ese momento, Rin no pudo evitar sentirse mal al respecto.


- ¿Estás bien, Rin? - Le preguntó Kohaku, distrayéndola de sus pensamientos.

- ¿Ah? ehh, si... ¿Por qué me preguntas?

- Llevo hablándote un rato y no me escuchas, hoy pareces más distraída que lo normal.

- Ah, no, debe ser porque no dormí muy bien anoche, eso es todo.

- ¿Y qué opinas? - Le preguntó con cara de intrigado.

- ¿De qué?

- De que el señor Taisho esté saliendo con alguien, ¿No te da curiosidad saber quién podría ser? 

Rin tragó pesado. Que hablaran de eso en la oficina realmente complicaba todo, si alguien llegara a enterarse, todo por lo que tanto se había esforzado se iría a la basura de un momento a otro... ¡¿Por qué se tuvo que fijar en él?!

- No lo sé Kohaku, él lo dijo, es su vida, no deberíamos estar hablando de eso...

- Ay, vamos Rin... ¿Cómo no te intriga ni un poco? El hombre es aterrador, sé que es apuesto y todo, hasta yo puedo notarlo... pero es un sociopata.

- Eso es algo duro, ¿No crees? - Dijo seria.

- Tú misma dijiste que era complicado y todo. 

- Lo es, pero eso no quiere decir que sea un sociopata. Y ahora que lo conozco más, me agrada bastante. Y sabes... no quiero seguir hablando de esto, es mi jefe, es raro. 

Pasó el resto del día trabajando con una leve sensación de incomodidad por los comentarios de Kohaku, sobre todo porque a ratos estaba segura que podía sentir su mirada sobre ella... o quizás era sólo su imaginación, todo este asunto la tenía muy paranoica. 

***

- ¿Así que está saliendo con alguien? - Preguntó Rin divertida al entrar en su oficina una vez que él le dio permiso. 

Él sonrió de lado levemente al verla y escucharla, no había podido verla en todo el resto del día después de esa desagradable conversación de la mañana. Llevaba todo el día algo estresado con todo el papeleo y trabajo que tenía por el asunto de China, y no entendía bien porqué, pero solo con escuchar su suave voz se sintió mejor.

- Lo dije para que dejaran de preguntar...

- Si, lo supuse... Bueno, yo sólo pasaba a despedirme y preguntarle si necesita que lo ayude en algo.

- No, puedes irte a descansar. Yo tendré que quedarme hasta más tarde, aún tengo algunos temas que solucionar.

- ¿De verdad no necesita que me quede a ayudarlo?

- No es necesario.

- Bueno, hasta mañana señor Sesshomaru... - Se despidió con una tierna sonrisa y salió de la oficina algo extrañada. Es verdad que él siempre era serio, pero hoy lo estaba aún más... Quizás sólo es porque tenía mucho trabajo... pero entonces ¿Por qué no pidió ayuda? Antes nunca tuvo problemas en pedirle que se quedara hasta más tarde... 

Movió su cabeza algo confundida, pero decidió no darle más vueltas al asunto. Tenía la tarde libre, así que aprovecharía de ir al hospital a ver a su hermano.

***

Luego de ese extraño día, Kagome y Rin cenaban juntas en su departamento, cuando el celular de la mayor comenzó a sonar.

- Espérame un segundo, Sango me está llamando, vuelvo enseguida. - Dijo levantándose de la mesa, Rin asintió sin darle importancia, pero no pudo evitar escuchar lo que hablaba su amiga sólo a algunos pasos de ella.

- ¿Qué pasó? - Le preguntó Rin cuando Kagome volvió a sentarse.

- Nada, el otro día que fui donde Sango, Miroku llevó a un amigo de él y ahora me llamaba para ver si quería juntarme de nuevo con ellos.

- Si, había olvidado preguntarte cómo lo pasaste ese día, ¿Qué te pareció el amigo de Miroku? ¿Te gustó?

- La verdad es que si, lo encontré muy interesante y divertido, hace tiempo no me pasaba con alguien... aparte que está guapísimo.

- ¿Entonces irás? 

- No, les dije que mejor otro día, estoy cansada, tuve mucho que hacer hoy... - Respondió evitando la mirada de la castaña.

- No me mientas Kagome, hace un rato me habías dicho que saliéramos a cenar las dos, pero yo preferí quedarme en casa... Tienes ganas de salir, ¿Por qué no vas?

- Da igual Rin, podemos juntarnos en otro momento. - Dijo levantando sus hombros y quitándole importancia al asunto.

- ¿Es por mi, cierto? Ya no soy una niña Kagome, puedo cuidarme sola, voy a estar bien...

Kagome suspiró con profundidad.

- Sé que no eres una niña, pero eres como mi hermana y me preocupo por ti. Sabes que no puedes quedarte sola en las noches, no quiero que lo pases mal por mi culpa, de verdad no me molesta quedarme, no es como que no los veré nunca más...

- Kagome, por favor sal con tus amigos, me harás sentir mal si te quedas sólo por mi, no quiero sentirme como una carga... Ya hemos conversado sobre esto.

- Está bien Rin... - Contestó indecisa, pero prefería no pelearse con ella. - Pero prométeme que me vas a llamar si te sientes mal o si pasa cualquier cosa.

- Siii, lo prometo... ¡Ya anda!

- Está bien... 

Fue a su pieza a arreglarse y pocos minutos después salió lista para irse.

- Adiós, te quiero. - Le dijo besando su mejilla como despedida. - ¡Y llámame!

- Como tú digas, mamá. - Dijo rodando sus ojos y Kagome no pudo evitar reír.


Rin lavó los platos y se puso a ordenar para mantener su mente distraída e intentar olvidar el hecho de que estaba completamente sola en ese departamento. Ordenó toda la casa y esa sensación de incomodidad en su pecho no se iba, una vez que no tuvo nada más que hacer miró la hora. Las 22.43, suspiró frustrada... "Genial, probablemente esta noche no dormiré..."

Se puso pijama cuando sintió un leve ruido, enseguida comenzó a pasearse por todas las piezas y prendió todas las luces de la casa. Comenzó a sentir cada vez más fuerte esa opresión en su pecho y fue a juntar sus cosas para pintar, probablemente eso la ayudaría a distraerse. Dejó todo sobre la mesa, puso música fuerte y apenas tomó un pincel notó sus manos temblorosas... así no iba a ser capaz de hacer nada. 

Dejo todo ahí y se sentó rendida en el sillón. 

- "Ya no soy una niña Kagome, puedo cuidarme sola." - Dijo imitando su propia voz con tono de burla. - Hpm. Si claro...

Fue a buscar una manta para cubrirse, se volvió a sentar y puso una película, la que no logró ver ni un minuto, ya que a cada mínimo ruido se desconcentraba por completo. Comenzó a sentir un escalofrío recorrer su espalda y como el miedo se apoderaba de su cuerpo, comenzó a sudar y se sentía cada vez más temblorosa... cuánto odiaba todas esas sensaciones. 

"No pienso llamarla, Kagome hace mucho por mi, y no pienso arruinar su noche..." Se repetía a sí misma, cuando comenzó a sentir un nudo en su garganta y las lágrimas juntarse en sus ojos. 

- ¡Odio ser tan cobarde! - Gritó entre dientes con desesperación, apretando sus puños con fuerza.

"Rin, cálmate, deja de pensar estupideces, ya no pueden hacerte daño, no saben quién eres ni dónde vives... ¡Olvídalo de una vez!" 

Intentaba detener las lágrimas que caían de sus ojos sin poder lograrlo. Se sentía tan débil, tan vulnerable...

Tomó su celular y con sus manos cada vez más temblorosas marcó el número de Kohaku, pero antes de llamarlo se arrepintió y lo dejó a un lado.

"No... si le hablo a Kohaku, seguro que Kagome se enterará, porque debe estar en casa de Sango... y si se entera, no volverá a dejarme sola nunca más en su vida. No quiero ser una carga para ella, no puedo seguir siéndolo." 

Buscó entre sus cosas una pastilla para dormir, pero para su mala suerte, no le quedaba ni una y ya era muy tarde para salir a comprar una. Cada vez sentía que su desesperación era más grande y estaba sumida en todos esos pensamientos que la atormentaban. Tomó su celular nuevamente y envió un mensaje.

Rin:

Hola! Cómo estás? aún en la oficina?

Sesshomaru: 

No Rin, son casi las 12, todo bien? Ya deberías estar durmiendo

Rin:

Si, todo bien, es sólo que Kagome salió y pensé que podríamos hacer algo, pero tienes razón, no me había dado cuenta de lo tarde que es, nos vemos mañana!

"¡Qué tonta! ¿Por qué le hablé? ¿Qué esperaba...? ¿Que viniera corriendo a verme? Idiota, entiéndelo, entre ustedes solo se trata de sexo..."

Quería gritar, sentía que se quedaba sin aire, se ahogaba y las lágrimas no dejaban de caer de sus ojos. Odiaba tanto sentirse así, odiaba ser tan débil... 

Los minutos se le hacían eternos, luchaba por dormir, realmente estaba cansada y sentía sus ojos pesados, pero simplemente no podía, sólo estaba tirada en ese sillón, con la luz prendida mirando hacia el techo, cuando de pronto sintió que tocaron la puerta... Casi muere del susto, sintió su corazón detenerse por un segundo y se acercó temerosa.

- ¿Q-quién es? - Preguntó con la voz entrecortada.

- Yo...

"Maldición" se secó rápidamente sus lágrimas, arregló su cabello en un inútil intento por verse presentable y abrió la puerta.

- Sesshomaru, pensé que no vendrías, es tarde... - Dijo intentando sonar bien.

- Quise verte. 

Inconscientemente Rin se acercó a él y lo abrazó, él se extrañó al sentirla, era primera vez que ella lo abrazaba y no recordaba cuando fue la última vez que él abrazó a alguien... Sin pensarlo mucho más, correspondió a su gesto.

- ¿Estás bien Rin? ¿Pasó algo?

- No... nada, si, estoy bien... Lo siento - Respondió reaccionando a lo que estaba haciendo e hizo el intento de separarse, pero él se lo impidió. Ella se sintió aliviada, extrañamente estar entre sus brazos la hizo sentir mucho mejor, de a poco todas esas sensaciones comenzaron a desaparecer... A su lado se sentía segura.

- Estabas llorando, ¿Qué pasó?

- Estaba viendo una película y me dio pena, eso es todo.

- Eres una pésima mentirosa... - Levantó su mentón con suavidad para mirarla a los ojos. - Estás pálida y estás temblando, ¿Qué pasó Rin?

- Ya dije que nada.

Sesshomaru entrecerró sus ojos con molestia, pero prefirió no insistir, realmente no se veía bien y no pudo apartarla de él, así que sólo siguió abrazándola, hasta que la escuchó susurrar. 

- ¿Puedes... quedarte conmigo?

El asintió y se sentaron en el sillón, Rin se recargó suavemente en su hombro mientras él acariciaba con cuidado su cabello, a los pocos minutos finalmente dejó de llorar y se quedó dormida. Con cuidado de no despertarla la cargó en sus brazos, la llevó hasta su habitación y la acostó en su cama, él se recostó a su lado sin comprender nada. ¿Por qué estaría así? Podía ver en sus ojos que estaba asustada, no era un llanto cualquiera, notaba la desesperación en su mirada. Además, hace ya un tiempo había notado que habían algunos temas que a Rin no le gustaba conversar, siempre que los tocaba ella simplemente los evadía... Igual que ahora ¿Qué le habrá pasado para terminar sintiéndose así?

Sintió una extraña sensación invadir su pecho al verla tan frágil, Rin generalmente se veía muy segura, pero ahora era todo lo contrario. Lo extrañó mucho verla así, tan indefensa... sintió una profunda necesidad por protegerla y cuidarla, de no apartarse más de su lado... Fue lo mismo que sintió cuando ese idiota se quiso aprovechar de ella afuera del restaurante, en ese momento ni siquiera la conocía, con suerte la había visto un par de veces, pero no pudo dejarla sola.

Nunca antes había sentido eso por alguien, nunca antes había dormido abrazado a una mujer sin hacer nada... Nunca había sentido esa sensación de no poder alejarse de alguien. Definitivamente esto era más que un simple capricho.

Y había una parte de él que en el fondo deseaba que ella sintiera lo mismo y como nunca antes, sintió miedo de que no fuera así.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top