CAPÍTULO 72
Ronald Weasley y Harry Potter caminaban rápidamente por los pasadizos secretos. Ronald iba delante, guiándole. Harry confiado, lo seguía de cerca. El Mapa del Merodeador se había quedado en la habitación de los chicos de Gryffindor, por lo que la "intuición" del pelirrojo era lo único que podía salvar al Niño que Vivió de las garras de la muerte.
En Hogwarts ya se había dado la voz de alarma. Los estudiantes corrían desesperados, el Ejército de Dumbledore, junto con los profesores, intentaban tranquilizar un poco al alumnado. Los animales estaban inquietos. Y Dumbledore...estaba sentado tranquilamente en su despacho, esperando que los mortífagos hicieran el amago de entrar a Hogwarts.
Hermione se dirigía veloz hacia el Pasadizo de la Bruja Tuerta, pero Greyback captó su olor desde el Bosque Prohibido. Captó el miedo y el temor de la bruja...su sufrimiento. Y eso le excitó como si de un afrodisiaco se tratase. Haciendo caso a sus más puros instintos, echó a correr siguiendo su olor.
La castaña podía notar que algo no andaba del todo bien. Su sexto sentido la advertía del peligro...pero ella decidió hacer caso omiso y continuar corriendo hacia el pasadizo. No podía pararse en pleno campo de batalla. A su lado, Theodore y Pansy. Draco, Luna y Blaise la cubrían la espalda. Corrían lo más rápido que sus piernas les permitían, pero aún así, no pasaban del todo desapercibidos para los Dementores, quienes, al verlos y sentir todo su temor y miedo, se dirigieron velozmente hacia ellos. Pansy chilló al verlos aproximarse, y por instinto, se paró de golpe. Estaba aterrada, totalmente aterrorizada.
- ¡Pansy!-gritó Draco corriendo hacia ella y zarandeándola en un desesperado intento para que reaccionara.-¡Reacciona! ¡Vamos!-Pero ella no reaccionaba, sólo podía ver como esos inquietantes seres se aproximaban hacia ellos. No había tiempo y Draco lo sabía. No podía realizar un Patronus o delatarían su posición. Lo único que se le ocurrió al rubio fue coger a Pansy y echar a correr con ella en brazos.-¡Deprisa, tenemos que irnos!-les gritó a sus amigos.
Continuaron corriendo sin darse cuenta de que Fenrir Greyback no iba a dejar que su presa se escaquease con tanta facilidad. Con una sonrisa malévola, cogió rapidez y embistió contra Hermione Granger. Ella chilló y cayó al suelo. Los Slytherins se pararon mientras veían con horror como el licántropo se colocaba encima de ella y la giraba para que quedasen cara a cara.
- Veo que aquí tenemos a una preciosa Sangre Sucia.-comentó Fenrir acariciándola la cara.
- Aléjate de ella, Greyback.-dijo Theodore sacando su varita.
- ¿No has aprendido a que no tienes posibilidad contra mi, muchacho?-preguntó Fenrir sonriendo de lado. Con un movimiento de manos y un hechizo no pronunciado, la varita de Theodore se escabulló de las manos del Slytherin y fueron a parar a las del licántropo. Blaise, Pansy, Draco y Luna, varitas en mano, comenzaron a atacar a Fenrir, pero él sólo reía.-Incopetentes. ¿En serio pensáis derrotarme así?
- Será mejor que les sueltes, Greyback.-dijo una voz a sus espaldas. El tono que había utilizado era frívolo, pero al hombre lobo sólo le hizo reir.
- Rodolphus Lestrange.-comentó Greyback.-Veo que continúas vivo. A Nuestro Señor no le va a agradar esto.
- Muy cierto.-comentó una segunda voz.
- Por eso te vas a quedar callado.-dijo una tercera.-¡Avada Kedavra!
Fenrir lo esquivó con destreza, pero en su descuido, se había desplazado de Hermione, liberándola de la prisión de sus brazos.
- Vete, Granger.-dijo Regulus Black.
- Nosotros nos encargaremos de Greyback.-dijo Evan Rosier.
Hermione los miró y asintió con la cabeza. Después, echó a correr junto con los demás Slytherins. Ya casi estaban llegando. Los Dementores eran lo único que les impedía el paso.
- ¡Expecto Patronun!-siseó Rodolphus. Un zorro salió de su varita y se dirigió hacia los Dementores.-¡Marcharos!
Hermione no se detuvo y entró en el pasadizo de la Bruja Tuerta. Todo estaba demasiado oscuro y no podía ver nada. Podía escuchar los gritos de Hogwarts y los ataques del exterior. Estaba cansada y asustada, pero no podía detenerse, tenía que buscar la manera de ayudar. Corría todo lo que podía, sabía que sus amigos la estaban siguiendo. Pero de repente, empezó a escuchar pisadas apresuradas. Se paró y les indicó a los Slytherins que hicieran lo mismo. Estaban quietos pero seguían escuchándose pisadas...y cada vez se oían más cerca.
- ¿Crees que es por aquí, Ron?-preguntó Harry.
- Confía en mi, Harry.-respondió Ronald.
Harry.
Ron.
Hermione suspiró. Había estado imaginándose su reencuentro durante demasiado tiempo, pero nunca había esperado que fuese en plena guerra y en unos túneles oscuros que eran prácticamente desconocidos para los demás. Theodore vió su expresión y la agarró la mano en un intento de tranquilizarla.
Las pisadas se detuvieron. Hermione agudizó el oído para escuchar más atentamente.
Ron se giró hacia Harry con la varita en la mano. Su expresión era burlesca, divertida.
- Ron...¿qué haces?-preguntó Harry.
- ¿Tú qué crees, Potter?-preguntó Ron levantando la varita.-Terminar la misión. ¡Avada..!
- ¡Expeliarmus!-dijo Hermione aparenciendo detrás del pelirrojo. Weasley chocó contra una de las paredes.-¡Accio varita!
Ahora Hermione tenía la varita de Ronald. Él estaba desarmado, indefenso. Ronald se estaba cabreando y Hermione no podía hacer más que sonreir.
- ¿Verdad que duele cuando estás indefenso, Weasley?-preguntó Pansy.
- ¿Hermione?-preguntó Harry indeciso.-¿Pero...cómo..?
- Las preguntas para más tarde, Potter.-dijo Draco.
- ¡Tú, asquerosa sangre sucia!-chilló Ronald.-Pagarás caro tu atrevimiento, inmundicia.
- No, Weasley.-contestó Hermione frívolamente.-¡Serás tú el que lo pague!-levantó su varita.-¡Y vas a pagar todo lo que me has echo sufrir!
- ¿Alguien me puede explicar lo que está pasando aquí?-preguntó Harry.
- Lo que ocurre, Potter.-dijo Blaise.-Es que tu queridísimo amigo Weasley, a pesar de ser un maldito traidor y embustero, ha estado a punto de acabar con tu vida.
- ¿Se puede saber qué estás diciendo?-preguntó Harry.-Él no pretendía matarme...nunca haría eso.
- Igual que tampoco violaría a nadie ¿verdad?-preguntó Hermione mirándole con resentimiento.-Dime una cosa, Potter. ¿Se puede saber qué hacías en los túneles en plena guerra y sin el Mapa del Merodeador? ¿No sabes que cualquiera podría atacarte? ¿Qué a lo mejor los mortífagos conocen estos túneles y pueden tenderte una emboscada?-se acercó a Ronald.-¿Me puedes decir cómo tu queridísimo amigo tiene esto..?-le arrancó la manga izquierda de su uniforme, dejando revelar su Marca Tenebrosa.-...¿tatuado en el brazo?
Harry abrió los ojos. Ahora todo tenía sentido para él.-¡Ron...pero qué has echo!
- Lo que mi señor debería haber hecho hace mucho tiempo, Potter.-contestó Ron mirándolo con odio.-Acabar con tu miserable y patética vida.
- ¡Cállate!-ordenó Harry.-Me has engañado. Has violado a Hermione...
- Y a Luna.-recordó Blaise.
- ¿A Luna también?-preguntó Harry.
- Y a Lavender...cuando vivía.-respondió Hermione.
- ¿Porqué, Ron?-preguntó Harry.-¿Porqué lo hiciste?
- Porque quise.-respondió Ron con sencillez.
- Ya he escuchado suficiente palabrería.-dijo Draco.-¡Desmaius temporatum!-Ron cayó al suelo totalmente incosciente.-Se quedará desmayado durante varias horas. Hay una guerra por ganar y no podemos permitir perder el tiempo de forma inecesaria.
- Voy con vosotros.-dijo Harry.
Juntos comenzaron a correr hacia el interior del castillo.
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