CAPÍTULO 71
HOLA HOLA!! Mis queridos y queridas lectoras y lectores
Se hacerca navidad!! asi que les dare su regalo a delantado
espero que sea de su agrado
Feliz Navidad!!
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~
Sin previo aviso, las marcas oscuras de todos los mortífagos, comenzaron a dolerles al mismo tiempo. Gritos desgarradores se escuchaban en la siniestra y lúgubre prisión de Azkaban.
Su señor les reclamaba.
Era la hora de la guerra.
Bellatrix había muerto y el Innombrable clamaba venganza.
Voldemort había supuesto que el responsable de la muerte de Bellatrix debía de ser alguien de la Orden, o eso o algún mortífago traidor. Pero de todas formas, el que le había traicionado no le preocupaba por ahora. Le habían dado la escusa que necesitaba para atacar Hogwarts. O Dumbledore le entregaba al responsable de la muerte de su amante, aunque dudaba que fuese tan estúpido para hacerlo, o conquistaría el colegio.
En estos momentos, Ronald Weasley estaba hablando tranquilamente con Harry Potter. El plan de su Señor era sencillo, atacarían Hogwarts y él, como buen amigo del Niño que Vivió le propondría salir a la batalla por los pasadizos de Hogwarts; porque como nadie solía conocerlos, le tendería la emboscada perfecta y acabaría con Harry Potter antes de que se encontrase con Lord Voldemort.
Nadie sospechaba del ataque, y la cicatriz de Harry no paraba de dolerle. Voldemort había previsto esto y había decidido dar un ultimatum a Dumbledore: o le entregaba a Potter y al responsable de la muerte de Bellatrix o atacaría Hogwarts. Si Dumbledore no conocía al asesino, entonces eso significaba que había sido alguno de los suyos...entonces, pagaría la osadía...
Mientras, en la Mansión Crouch, los mortífagos comenzaron a chillar, asustando a los Slytherin y a Minerva. La marca les ardía, Voldemort les reclamaba. Debían marcharse, acudir al llamado de Su Lord.
- ¿Qué está pasando?-preguntó Minerva preocupada por Severus.
- Marca...-logró responder Evan.
- Tenemos que volver a Hogwarts.-dijo Hermione.
Las sombras y la oscuridad ensombrecían el cielo, los Dementores fieles a Voldemort también acudían a su llamado; los hombres lobo se apresuraban a correr hacia los límites de Hogwarts, eran ellos los que vigilarían el Bosque Prohibido y los que impedirían que ninguna criatura mágica atravesase el bosque para ayudar a Dumbledore. Los centauros presentían el peligro, los animales tanto muggles como mágicos, estaban inquietos. Los muggles sabían que algo no marchaba del todo bien, el agua de los mares y de los ríos se agitaban violentamente.
Todos estaban confundidos.
Dumbledore mandaba lechuzas al Ministerio, alertándoles del peligro. Convocó patronus para avisar a los miembros de la Orden. Tendría que idear un plan para proteger a Harry, aún a costa de todas las vidas de los estudiantes del castillo. Harry era la pieza central del tablero y el único que debía mantenerse con vida si era necesario...aunque siempre que el propio Albus estuviese a salvo.
- ¿Qué sucede, Albus?-preguntó Molly apareciendo en su despacho.
- Al parecer se acerca la hora de la batalla final.-respondió Dumbledore.-Tenemos que proteger a Harry.
Los mortífagos, los dementores, los hombres lobo y otras criaturas mágicas, rodeaban Hogwarts, aunque a simple vista no se viesen. Todos los ángulos estaban cubiertos; y en frente de todo ese ejército, Lord Voldemort sonreía para sus adentros.
Todavía no era el momento de atacar. Primero deberían hacerlos salir a todos. No dudaba de que Dumbledore sacrificaría a todos los alumnos con tal de salvar su pellejo, pero se reservaría a Potter hasta el último momento. ¡Maldito bastardo! ¿Acaso no se daba cuenta de que él ya había ganado la batalla?
- Mi lord...
- Hola Rabastan.-saludó Voldemort.-Crouch, Rookwood, Macnair y Dolohov. Es hora de divertirnos.-sonrió malévolamente.
A una orden de Voldemort, los dementores avanzaron hacia el castillo. Podían sentir la intranquilidad de los estudiantes, sus sabrosas almas de las que se alimentarían en unos pocos instantes. Su Señor les había prometido un festín y no dudaban de que cumplirían con su palabra.
Voldemort alzó la varita y lanzó el primer ataque, como señal para que los demás mortífagos y criaturas avanzasen. Tenían que sembrar el terror, hacerles dudar, huir...para que Dumbledore se quedase totalmente desprotegido.
En el interior del castillo, alguien chilló. El hechizo que había lanzado Voldemort había causado que el techo se rajase y el piso temblase. Los estudiantes se agarraban a donde podían. Algunos querían creer que era un simple terremoto, pero otros sabían que algo estaba ocurriendo.
Ronald Weasley sonreía para sus adentros. Harry estaba agazapado entre los sillones. La cicatriz le dolía tanto que le impedía pensar con claridad. El pelirrojo lo sabía, por esto también sabía que El Niño Que Vivió se fiaría de él hasta el final.
- Harry, ¡mira esto!-dijo Ron mirando "casualmente" por la ventana. El pelinegro se acercó y empalideció de repente.-Hay que salir de aquí.
- ¡Ron, tenemos que quedarnos para ayudar a Dumbledore!-dijo Harry.
- Podremos ayudarle desde el exterior.-comentó Ron.-Si salimos por los pasadizos, les pillaremos por sorpresa.
- Buena idea, Ron.-dijo Harry siguiendo al pelirrojo.-Cogeré el mapa.
- ¡No!-sentenció Ron.-El mapa no será necesario, sólo nos retrasaría. Conocemos perfectamente los pasadizos, podemos hacerlo solos.
- ¡Entonces vamos!-dijo Harry.-¿Pero a cuál?
- ¡Al de la Bruja Tuerta!-respondió Ronald.
- ¿Por dónde nos metemos, Hermione?-preguntó Theodore.
- ¡Los pasadizos!-respondió Hermione.-Hay uno debajo de la Bruja Tuerta. Así entraremos al castillo sin que nadie se de cuenta.
- ¿Y qué hacemos con ellos?-preguntó Draco señalando a los mortífagos.
- Les cubriremos las espaldas.-contestó Pansy.-Al fin y al cabo, son aliados.
- ¿Dónde está Weasley?-preguntó Zabini.
- Lo más seguro es que esté con Potter.-contestó Luna.
- Entonces hay que darse prisa.-dijo Hermione guiándoles hacia la Bruja Tuerta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top