CAPÍTULO 64
A la mañana siguiente, Hermione despertó muy animada. Aunque no le gustaba la idea de quedar con los mortífagos, sabía que Regulus y Sirius se tendrían que reencontrar tarde o temprano. Ronald aún no había vuelto de su escapada con Bellatrix, y al parecer, no vendría hasta el lunes, es decir, dentro de dos días.
Se vistió tranquilamente y se dirigió hacia la lechucería. Tenía que escribirle una carta a Sirius. Necesitaba verle antes de quedar con Petunia.
SB;
Te espero dentro de una hora en La Casa de los Gritos.
HG.
Tras atarle el pergamino a una de las lechuzas, se dirigió hacia las Mazmorras para encontrarse con su novio. Apenas habían tenido tiempo de estar juntos desde que comenzaron con ese estúpido plan. La situación era un poco irónica, aunque suponía que nada sospechosa. Lavender Brown podía ir a todos los sitios que quisiera, con o sin compañía, y las Mazmorras no eran la exceptción.
- Hola.-saludó Lavender fríamente a sus amigos de Slytherin.
- Brown.-saludaron en el mismo tono.
- Nott.-dijo Lavender dándose la vuelta y saliendo por el retrato. Nott la siguió en silencio mientras la observaba dirigirse hacia la Sala Multiusos. Debían aparentar indiferencia.
- ¿Sucede algo, Hermione?-preguntó Theodore cuando estuvieron seguros de que nadie les había seguido.
- Necesito que me lleves a la mansión Crouch.-respondió Hermione.-Tengo que hablar con Black.
- Está bien.-suspiró Theodore resignado. Se acercó a ella, y con delicadeza, rodeó su cintura con sus brazos. Sus rostros estaban tan cerca, que Theodore no pudo resistir el impulso de rozarlos, para después, besarlos arduamente.
- ¿Le ocurre algo a la parejita?-preguntó Macnair con desdén. Theodore y Hermione se separaron rápidamente.
- He venido a hablar con Black.-respondió Hermione.-Supongo que ya le habéis explicado mis orígenes y la situación en la que nos encontramos actualmente.
- Por supuesto que lo hemos hecho.-contestó Rabastan.
- Bien.-dijo Hermione.-Así me ahorráis trabajo. Black, tenemos que ir a La Casa de los Gritos, he quedado allí con Sirius. ¿Sabes aparecerte?
- Claro.-contestó Regulus acercándose hacia ella y tocándola ligeramente el brazo. Miró una vez más a sus compañeros, e hizo una mueca de desagrado que sólo ellos pudieron ver. Acto seguido, desaparecieron rápidamente.
- Bueno Theodore...-empezó Crouch.-...parece que Granger tardará un rato en volver. ¿Quiéres quedarte con nosotros hasta su regreso?
- Está bien.-contestó Theodore tranquilamente.
Cuando Regulus y Hermione se aparecieron en la Casa de los Gritos, se separaron rápidamente y observaron su entorno. La casa estaba casi derrumbada, a oscuras y completamente llena de moho. Las maderas crujían a cada paso que daban. Subieron por la escalera y se dirigieron a una de las habitaciones.
La misma habitación donde Sirius, Harry, Ron y ella se conocieron por primera vez.
- Hermione, te estaba esper...-Sirius cortó la frase al ver que, tras ella se encontraba su hermano. Ambos Black se quedaron inmóviles, con la mirada fija en el otro. Hermione se hizo a un lado para darles más intimidad. Regulus avanzó un paso y Sirius lo imitó.
Se reconocían. Lo podía ver en sus rostros.
De repente, las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de Sirius, y acortó la distancia con rapidez, envolviendo a Regulus en un fuerte abrazo, que él correspondió.
Hermione sonrió, y, cuando se quiso dar cuenta, una silenciosa lágrima de felicidad recorría su mejilla.
- ¿Pero cómo..?-preguntó Sirius, separándose un poco de su hermano para observarle mejor.-¿Regulus?
- ¡Soy yo Sirius!-respondió Regulus.-Soy yo.
- Creí que habías muerto.-susurró Canuto.
- Me dieron el beso del dementor.-confirmó Regulus.-Pero Hermione y varios de mis compañeros mortífagos rescataron mi cuerpo de Azkaban ayer, al igual que mi alma.
- Utilizamos el Rito Scar para conseguirlo.-dijo Hermione.-Sé que está prohibido por el Ministerio, pero era la única forma de traerle de vuelta.
- ¿Hermione...tú..?-sonrió Sirius. Rápidamente, Canuto se dirigió a la castaña y la envolvió en un fuerte abrazo.-Muchísimas gracias, Hermione.
- De nada, Sirius.-respondió Hermione sonriendo y disfrutando del abrazo.-Creo que será mejor que me vaya. Tenéis mucho de que hablar.
- De acuerdo, Hermione.-dijo Sirius.-Muchísimas gracias de nuevo. Nunca me había imaginado que volvería a ver a mi hermano.-sonrió.-Mañana tenemos que ir a ver a Petunia ¿de acuerdo, Hermione? Al parecer tiene sus propios recuerdos de Dumbledore. Creo que Dumbledore sabía todo lo que les iba a pasar a Lily y a James.-su sonrisa se volvió triste.-Y no les avisó.
- Pero Sirius...-dijo Regulus.-...James y Lily Potter están vivos.
- ¿Cómo dices?-preguntó Sirius abriendo desmensuradamente los ojos.-¡Eso no es posible!
- Si que lo es.-respondió Regulus.-Después de enterarme de que El Señor Oscuro era en realidad un mestizo, descubrí que para matarle se necesitaba destruir los Horcruxes, objetos mágicos que El Imnombrable utiliza para ser inmortal. Conseguí encontrar el medallón de Slytherin y esconderlo, pero me enteré de la profecía que afectaba al hijo de los Potter...y como sabía lo unido que estabas a ellos...decidí prevenirles, pero no me hicieron caso. Por lo que...tuve que borrarles la memoria para conseguir que se alejaran. Les dí nuevas identidades y les cambié de país. Los que murieron fueron animales que tuve que hechizar para que se hicieran pasar por réplicas perfectas.
- Entonces...-empezó Hermione.-...¿todavía están vivos?
- Por supuesto, hasta donde yo sé.-respondió Regulus.-Están vivos y felizmente casados. No tienen hijos y han olvidado que existe Harry. Pero no me quedó elección. Dijeron que Dumbledore los avisaría y protegería cuando llegase el momento.
Sirius volvió a abrazar a Regulus.-Gracias...hermano.
Hermione decidió dejarles a solas por unos momentos. Si los Potter estaban vivos...tal vez...sólo tal vez...podrían convencer a Harry para que derrotase a Dumbledore y a Voldemort.
- La batalla final se acerca, Colagusano.-dijo Voldemort.-Weasley cree de verdad que vamos a permitirle ser mortífago durante el resto de su vida. En realidad creo que piensa que me es de utilidad. Pero lo que no sabe, es que cuando conquiste Hogwarts, él morirá.-esbozó una sonrisa malvada que provocó que un escalofrío recorriese la columna de Colagusano.
- ¿Porqué creéis que tarden tanto?-preguntó Theodore impaciente.
- No te impacientes, muchacho.-respondió Rodolphus.-Regulus y su hermano tienen que hablar de todo lo que ha pasado en estos años. Dales por lo menos unas horas más.
- Supongo que tienes razón.-dijo Theodore exasperado.
"Ya me he callado durante demasiado tiempo, hermana." pensó Petunia Dursley mirando una foto en la que Lily Evans y ella estaban juntas. Por aquel entonces eran muy jóvenes, y aunque siempre estaban discutiendo, se querían muchísimo. "Tengo que hacer justicia. No puedo permitir que ese hombre se siga saliendo con la suya. Perdóname, no puedo cambiar lo que te hizo. Debería haberte ayudado de alguna manera. Pero te prometo, que la historia no se volverá a repetir."
Unas silenciosas lágrimas caían por sus mejillas mientras contemplaba con tristeza el rostro sonriente de su hermana.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top