CAPITULO 38
Querido hijo:
Nos complace mucho que hayas decidido asentar la cabeza y unirte a las filas de Nuestro Señor. ¡Estamos muy orgullosos de ti! ¡Tu decisión ha sido la correcta, jamás lo dudes!
Y para celebrarlo, ¡haremos una fiesta!
Por cierto, aprovecho esta carta para comunicarte que tenemos que hablar contigo de tu matrimonio con Daphne Greengrass. Puedes considerar la decisión algo precipitada, pero te aseguro que es lo que más nos conviene; recuerda el prestigio que eso supondría a la familia y el honor que le daría al apellido.
Besos,
tu madrastra.
Theodore arrugó la carta con las manos. Daphne Greengrass...apenas había superado lo de Hermione, le costaba muchísimo verla con Ronald y no partirle la cara a puñetazos al maldito pelirrojo. ¿Cómo podía estar con él? Estaba casi seguro de que la había chantajeado, pero ella...parecía haberle olvidado por completo...siempre con Weasley, besándose en cualquier corredor, hablando, riéndose...
Tal vez estar con Daphne no fuese tan mala idea, si no fuese porque era la chica más superficial que te podrías encontrar. Siempre pensando en sí misma, además de que era una cualquiera.
¿Es eso lo que debía hacer? ¿Casarse con ella? Sabía a la perfección que no soportaba su presencia, y la aptitud de completa obsesión que la muchacha tenía hacia él no parecía ser de mucha ayuda.
Desde que había cortado con Hermione, Daphne le seguía a todas partes, lo que era raro en ella, porque siempre había preferido la compañía de los demás a la de él.
Theodore sospechaba, que Daphne estaba celosa de la castaña por conseguir algo que ella no podía tener. Aunque ahora eso cambiaría...
Theodore aceptó unirse al Señor Tenebroso porque no tenía nada que perder ahora que Hermione le había dejado; pero casarse con alguien a quien no amaba...era otra cosa. Sin embargo, debería aceptar. Al fin y al cabo, un matrimonio concertado no exigía amor y sus padres estarían orgullosos de él.
En la sala de los Menesteres, Ron y su amante, Lavender, estaban disfrutando como nunca de su rato de descanso con un agitado encuentro de pasión.
- ¡Oh..Merlín...Ron...sí!-gritaba Lavender mientras Ron jugaba con sus pezones.
- De verdad eres la mejor.-dijo Ron besándola apasionadamente en la boca.
- Lo sé.-dijo Lavender devolviéndole el beso.-Ron...¿porqué has vuelto con Granger?
- Porque sus conocimientos serán muy útiles para el Señor Oscuro.-mintió Ron.-Además, no deberías preocuparte de eso. Estoy contigo ¿no? Seguimos juntos. ¿No es eso lo único que importa?
- Sí.-respondió Lavender.-Sólo es que hecho de menos estar contigo como antes. Ya sabes, besarnos en público y que los demás nos digan la buena pareja que formamos. Pero supongo que tienes razón, además, viéndolo por otro lado, así podré codearme con el resto de mortífagos.
- ¿Ves cómo al final todos salimos ganando?-preguntó Ron besándola el cuello.
- Pero me tienes que prometer que la dejarás.-dijo Lavender.
- Te lo prometo.-dijo Ron.-De todas formas, ella para mi no significa nada más que un cuerpo caliente.
- ¡Hermano!-dijo Rodolphus identificando la sombra que se acercaba a él.
- ¡Rodolphus!-dijo Rabastan.-¡Por Merlín! ¿Qué te han hecho?-dijo señalando su deplorable estado.
Rodolphus había perdido algo de peso y ya había signos que denotaban que estaba algo deshidratado. Heridas, sangre y magulladuras se veían por todo su cuerpo y el dolor se reflejaba en su rostro.
- Unas cuantas sesiones de tortura con el Señor Oscuro y con Bellatrix.-dijo Rodolphus.-Pero no te preocupes, no tiene importancia.
- No deberíamos haber...-empezó Rabastan.
- Ya te he dicho que no tiene importancia, Rabastan.-dijo Rodolphus antes de que su hermano terminase la frase.-Peores cosas hemos pasado.
- En eso tienes razón.-Rabastan esbozó una media sonrisa.-He venido a verte porque quería informarte de que los Nott van a dar una fiesta ya que su hijo, Theodore, ha decidido iniciarse como mortífago. Además, también quería saber como estabas y decirte que te vamos a sacar de aquí como sea. Barty, Antonin, Waden, Augustus y yo estamos planeando algo para sacarte. Te prometo que te sacaremos, sólo que tendrás que esperar un poco.
- Os lo agradezco.-dijo Rodolphus.
Mientras tanto, no muy lejos de allí, una lechuza se posaba en la mesa de la Mansión Crouch. Traía una carta. Barty Crouch Jr se acercó a ella y cogió la carta.
Querido Barty:
Nos complace informarte de que hemos decidido invitarte a la fiesta que organizaremos el 5 de febrero con motivo de que nuestro hijo Theodore, ha decidido iniciarse como mortífago.
Nos agradecería mucho que asistieras.
Esperamos verte allí.
Atte,
Johnathan y Catherine Nott.
Barty releyó la carta varias veces. Todavía no podía creerse lo que estaba leyendo. ¿Theodore Nott había decidido unirse a los mortífagos? ¿Porqué? Si él estaba con Granger y parecían felices. ¿Acaso había sucedido algo de lo que él no se hubiese enterado? Pero lo que más le inquietaba a Barty era el hecho de que Ronald Weasley, que se había atrevido a violar a Granger y de quien sospechaba que no se llevaba muy bien con Theodore, según le habían contado; fuese el superior de Theodore. ¿Lo sabría Nott? Imposible, porque si así fuera, dudaba mucho que quisiese entrar en los mortífagos. ¿Sus padres no se lo habrían contado? Probablemente no. Ellos estaban demasiado ocupados resaltando el apellido y la honra de su familia como para preocuparse de los tratos que recibiría su hijo como iniciado.
De todas formas, tendría que vigilar al muchacho, porque si algo sabía Barty Crouch Jr de Theodore Nott, era que su astucia e inteligencia utilizadas en condiciones, podrían llevar a la ruina del ejército enemigo. Y Barty Crouch Jr pensaba aprovechar esto a su favor, para liberar a Rodolphus, a Regulus y a Evan.
Además de que el muchacho le caía lo suficientemente bien, como para preocuparse por él; y tampoco quería que Weasley y él se enzarzasen en una pelea, pues El Señor Oscuro castigaría duramente a Theodore por su desobediencia.
Barty Crouch Jr no sabía que era lo que había impulsado al joven Nott a unirse a los mortífagos, pero sospechaba que Granger había algo que ver, y tal vez, muy posiblemente, Ronald Weasley estuviese detrás de todo.
- ¡NO ME MIENTAS, ZORRA!-dijo Ronald abofeteando a una indefensa Hermione.
- ¡YO NO HE HECHO NADA!-sollozaba Hermione.
- ¡QUÉ NO ME LEVANTES LA VOZ, PERRA!-dijo Ronald acercándose hacia ella. Hermione buscó su varita, pero Ronald la interceptó y la dió una patada en las costillas.-¡HAS HABLADO CON ÉL! ¿VERDAD? ¿CÓMO HE DE DECÍRTELO? Para él no significas nada, ¡NADA! Porque sólo eres una Sangre Sucia. ¡UNA PERRA! No sirves para nada, por eso él no te quiere.
- ¡NO HE HABLADO CON ÉL!-respondió Hermione.
- He visto como lo mirabas.-dijo Ronald.-Sé que todavía le quieres. Pero ¿sabes qué? Él ya se ha olvidado por completo de ti, porque tú nunca significastes nada para él. Y si de verdad llegó a sentir algo por tí, aunque lo dudo mucho ¿de verdad quieres que volverá a quererte después de cortar con él para salir conmigo?
- Pero yo no te amo a ti.-contestó Hermione fríamente.-Y nunca lo haré.
- Puede que no.-respondió Ronald.-Pero no es amor lo que quiero de ti, no es cariño lo que te pido. Además.-dijo mostrándole su marca.-¿Te tengo que recordar el porqué estás conmigo? Más te vale que no me mientas. No hables con Nott, ya te lo he dicho, y empieza a controlar tus miradas. Te quedas embelezada mirándole. ¡Das asco! Y si sigues así vas a conseguir que la gente empiece a rumorear sobre nosotros ¿acaso quieres que crean que no somos felices? ¿Una parejita hecha el uno para el otro? ¿Quieres que a tu novio le pase algo uno de estos días?
- No.-contestó Hermione agachando su mirada.
- Por cierto.-dijo Ronald antes de salir por la puerta del aula vacía donde se encontraban.-Te informo de que me han comunicado de que tu noviecito, ha decidido unirse a la causa del Señor Oscuro. Sabes lo que eso significa ¿verdad? Ahora lo tengo en mis manos. ¿Y sabes lo que haré con él si no me obedeces? Sólo para que te lo imagines: pondré a todos los mortífagos que tengo a mi cargo, que por cierto son bastantes, en fila con las varitas levantadas, y a Theodore como diana de sus cruciatus. ¿Sabes el dolor que soportaría? Con un poco de suerte, saldría vivo, aunque no sano del todo, yo creo que se quedaría en coma, al igual que los padres de Neville. ¿Es eso lo que quieres? ¿No? Pues entonces, deja de mirarle con tanto anhelo, enfría tu mirada y pórtate con él de forma distanciada. ¡O él pagará todas las consecuencias!
Ronald salió del aula y Hermione se derrumbó en el suelo. ¡Maldita sea! Por su culpa Theodore había cometido una estupidez. Ella era fuerte, debía aguantar por muy difícil que fuese la situación, aunque se estaba empezando a rendir...
¡No! ¡Rendirse sería lo último que haría!
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