CAPITULO 23

Catherine Nott había llamado a su hijo para hablar con él, mientras tanto, Hermione había decidido dar una vuelta por los jardines. "Harry...Ron...tantas cosas han cambiado desde que nos conocimos..." pensó y una lágrima se deslizó silenciosa por su mejilla. "Nunca creí que se volverían así. ¿Cómo he podido estar tan ciega? Hablé de moralidad sin conocer a las personas, y juzgué a las equivocadas."

- Vaya, vaya, vaya, señorita Granger.-dijo la voz de Barty sobresaltándola. Ella se llevó rápidamente la mano al bolsillo de su pantalón donde guardaba su varita.-Tranquilícese, no he venido para atacarla ni nada por el estilo.-la mano de Hermione volvió a su posición normal, pero seguía a la defensiva, aunque intentaba disimular.-Sólo he venido aquí para hablar con usted. Vi que estaba sola, y pensé en hacerla compañía. No tengo intención de dañarla.

- Bien.-respondió Hermione. Ella se sentó en el cesped, y él la imitó, después se sumieron en un incómodo silencio.

- Mi señor no es lo que todo el mundo piensa.-dijo Colagusano.-Él es un idealista, un general que se ha propuesto llevar a su ejército a la victoria y vengar el daño que los muggles nos hicieron en el pasado cuando condenaron, torturaron, mataron y asesinaron a millones de magos. Ellos son el verdadero problema de la Comunidad Mágica, pero el Ministro se niega a verlo y a aceptarlo, prefiere defender a quienes nos masacraron en el pasado en vez de vengarse y solucionar este problema de una vez por todas.

- Pero tu Señor quiere matar a Harry.-dijo Ron.

- Mi señor sólo se defiende.-dijo Colagusano.-La profecía dice que sólo uno de los dos puede vivir y que uno debe morir a manos del otro. Harry Potter también lo quiere matar a él.

- Porque él mató a sus padres-dijo Ron defendiendo a su amigo.

- Lily y James Potter están demasiado mitificados.-dijo Colagusano.-No son los santos que todo el mundo piensa. No puedes comprenderlo porque no los conociste, pero yo sí lo hice. James era el típico chulito del que todas las nenas están locas por él, se las llevaba a todas, me dejaba de lado continuamente...Lily, siempre estudiosa, creyéndose superior a los demás, haciéndose la santa delante de todos, mirándote con superioridad y restregándote sus conocimientos por la cara. Me sentía muy solo, siempre al margen de ellos.

- Sé lo que se siente.-dijo Ron pensando en Hermione.

- Un buen día apareció el Señor Tenebroso, me dijo que entrase a sus filas.-continuó Colagusano.-Me dijo que nadie me dejaría de lado, que en ese bando todos me aceptarían, me dijo que sus ideales iban a contracorriente de la sociedad, pero que si le apoyábamos, él se aseguraría de que nadie se volviese a meter con nosotros, que nos elevaría por encima de aquellos que nos despreciaron. Por eso acepté a unirme a él. Y no me defraudó, por él entregaría mi vida.

- ¿Y cómo sé que no me estás mintiendo?-preguntó Ron.

- Porque pude haberte matado hace muchísimo tiempo, cuando yo era una rata.-dijo Colagusano.-Sin embargo, te dejé vivir. Como ves, sigo siendo un Gryffindor, aunque me haya unido al bando de los Slytherins. Créeme cuando te digo que él te está concediendo una gran oportunidad, muchacho. Acéptala, te aseguro que no te arrepentirás.

- Recuerdo que hace unos años, me preguntaste por las maldiciones imperdonables.-dijo Barty rompiendo el incómodo silencio.-Siempre me he preguntado el porqué.

- Estarás de guasa.-dijo Hermione mirándole como si se hubiese vuelto loco.-¿Porqué crees que te pedí que me enseñaras las maldiciones imperdonables? Para defenderme de mortífagos, y de otras personas.-murmuró Hermione.

- ¿Otras personas como cuales, señorita Granger?-preguntó Barty.

- Personas cuya cobardía les impide pensar con claridad y cometer acciones atroces mucho peor que el que comete un mortífago con un muggle, mucho peor que el que cometiste tú con los Loggbottom. Aunque no te juzgo, según la moralidad, en una guerra es mejor atacar que morir.-dijo Hermione. Ese era uno de los rasgos que había cambiado desde que se cambió a Slytherin, ya no veía las cosas de la misma manera, ahora las veía de manera mucho más objetiva, podía pensar mucho más las consecuencias de sus posibles actos y decidir cual sería la mejor solución a sus problemas. Antes también pensaba, pero se dejaba influir mucho por sus sentimientos, ahora sólo utilizaba la razón y la lógica, y el sentimiento cuando estaba con seres queridos.

- ¿Moralidad?-se carcajeó Barty.-¿Qué sabrás tú de moralidad? Si cada uno de nosotros pensamos totalmente diferente, no tenemos los mismos puntos de vista y la moralidad no es la misma para ti que para mi.

- Eso lo sé, señor Crouch.-dijo Hermione esbozando una sonrisa, vió por el rabillo del ojo como Barty se tensaba casi imperceptiblemente ante la mención de su apellido y sonrió para sí misma, estaba claro que mortífago o no, todavía conservaba algo de su comportamiento como Ojoloco Moody. Ella lo sabía, debía tener cuidado con él, porque era uno de los mejores manipuladores que había tenido el placer de observar. Y eso la divertía en cierta manera, porque la situación no podía ser más surrealista. Un mortífago y una nacida de muggles, uno sentado al lado del otro, hablando como si fuese lo más natural del mundo, como si por un momento hubiesen olvidado que estaban en guerra, que él era la mano derecha del Señor Oscuro y que ella fue la mejor amiga de Harry Potter, como si hubiesen olvidado todos los rencores que se tenían ambos bandos. Pero eso no había pasado, porque ninguno de los dos era estúpido, ella sabía a la perfección que él quería algo, sólo que no sabía el que. Y Barty sabía que Hermione sospechaba de él, que no se fiaba. Mas, sin embargo, esa posición en la que estaban, trajo a la mente un recuerdo en la mente de ambos, cuando ella cursaba cuarto año, y era el Torneo de los Tres Magos, cuando ella no sabía que él era Barty Crouch Jr que se estaba haciendo pasar por Moody.-Sé que la moralidad es diferente para cada uno y que todos tenemos diferentes puntos de vista, sé que no sólo existe el blanco y el negro, también existe el gris. Sé que la sociedad mágica está corrompida por el poder y sé que no a todos se nos trata igual, prueba de eso es que cuando me cambié de Gryffindor a Slytherin, antes me daban un trato más...como decirlo...caluroso, sólo por el mero hecho de ser leona, ahora la mentalidad popular ha predominado y las recepciones son más frívolas. Todo ha cambiado, personas que creía que eran mis aliadas se convirtieron en mis enemigas, y viceversa. Esto tiene algo de gracia ¿sabe? Siempre defendí los derechos de los seres que consideraba inferiores, pero nunca me fijé en los Slytherins. Ahora es cuando me doy cuenta de que el Ministro es el que quiere que pensemos de una manera y que todos lo hacemos sin darnos cuenta. No hay libertad de pensamiento.

- Vaya, señorita Granger, no sabía que pudiese ser tan franca conmigo.-dijo Barty escuchando atentamente el monólogo de la castaña. Hermione estaba tan concentrada en su monólogo, que había olvidado por completo que tenía audiencia.

- Hábleme de usted, señor Crouch.-dijo Hermione.

- ¿Qué quiere que le cuente, señorita Granger?

- Su historia, desde el principio.-respondió Hermione.-Siempre me he preguntado que es lo que llevó a un mortífago a convertirse en profesor.-bromeó Hermione. La verdad es que con Barty no se sentía del todo incómoda, tal vez porque le "conocía" desde su cuarto año. O sólo tal vez, porque su forma de pensar había dado un giro tan radical, que ya había cambiado parte de sus creencias anteriores. Ahora no consideraba a Harry como a un héroe, desde que estaba en Slytherin, había aprendido que un personaje cuya inutilidad le ponía en constante peligro y cuya suerte le salvaba la vida, podía ser un auténtico peligro si no sabía combatir en condiciones.

- La vida es una mierda.-dijo Blaise con un vaso de Whiskey de fuego.-¿Porqué teneís que ser tan complicadas?-le preguntó a Pansy.-¿Porqué no podéis decir lo que os apetece y punto?

- Ya te digo, compañero.-dijo Draco pasándole un brazo por los hombros.-Dicen sí cuando quieren decir no, son posesivas, celosas y quieren tenerlo todo bajo control.-Pansy le dió un codazo.-No te enfades, Pansy, sabes que es la verdad, cariño.

- Bueno, ya está bien, sé acabó la bebida.-dijo Pansy quitándoles la botella de Whiskey de fuego de las manos.-¡Habéis bebido suficiente!

- ¿Ves lo que te digo, Blaise?-preguntó Draco.-Yo que tú no me hago novio de Lovegood. ¿O quieres perder tu libertad, y la oportunidad de follar todas las noches con una chica distinta para atender sólo a una? Eso es lo que me perdí yo...¡auch!-Pansy le había dado un rodillazo en la espinilla, mientras apretaba fuertemente las manos.

- Yo que tú no diría nada de lo que me pudiese arrepentir después, Draco.-dijo Blaise.

- ¿Ves lo que te dije?-preguntó Draco.-Pues ya verás cuando estemos casados. ¡Malditos matrimonios concertados!

- Theodore, esto no puede seguir así.-dijo la señora Nott.-Tienes que decidirlo y más te vale darte prisa en hacerlo porque necesito una respuesta lo antes posible. ¿Vas a unirte al Señor Tenebroso sí o no?

- No.-dijo Theodore.-Y mi decisión es definitiva.

- Supongo que eres consciente de que te desheredaremos y renegaremos de ti.-informó ella.

- Lo soy.-dijo Theo.

- ¿Y no te importa?-preguntó Catherine.

- No.-dijo Theo.-Porque no quiero desperdiciar mi vida defendiendo ideales en los que no creo.

- ¡Pero mirad quien tenemos aquí! Si se trata del mismísimo Ronald Weasley.-dijo Voldemort.-¿A qué se debe que nos honres con tu presencia?-se mofó Voldemort.

- Colagusano me ha dicho que usted me ha enviado una invitación para entrar en su grupo.-dijo Ron.

- Así es.-dijo Voldemort.-¿La aceptas?

- Sí.-respondió Ron.

- ¿Y puedo preguntar el porqué ese cambio tan drástico de bando?-preguntó Voldemort.

- Sólo quiero venganza-dijo Ron.

- ¿Contra quien?-preguntó Voldemort.

- Contra aquellos que me hicieron daño, que me humillaron, que me dejaron de lado...-dijo Ron.

- Bienvenido seas a los mortífagos.-dijo Voldemort.-¿Pero estarías dispuesto a darnos información sobre la Orden? ¿Traicionarías a Harry Potter, tu mejor amigo para ayudarnos en nuestros fines?

- Sí, lo haré.-dijo Ron.

- Espero que no me defraudes.-dijo Voldemort mirando a Colagusano de forma victoriosa.-Pero no sólo quiero que me pases información sobre Harry Potter, también quiero que arruines la vida de su joven brujita, la Sangre Sucia que siempre os acompaña en todas vuestras aventuras, una tal Hermione Granger.

- Será un placer, my lord.-dijo Ron.

- Bien, aprendes rápido.-dijo Voldemort.-Tu iniciación será dentro de unos días, ya te avisaré. Ese día te pondrás la marca y me servirás fielmente por el resto de tu vida.

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