CAPITULO 14

A la mañana siguiente, Hermione fue la primera en despertar. Abrió sus ojos, somñolienta, observó su alrededor ¿dónde se encontraba? Entonces recordó los acontecimientos del día anterior. Aún estaba en la enfermería. Intentó incorporarse, fue entonces cuando se dió cuenta de la mano que reposaba sobre la suya, buscó al dueño de la mano y lo vió. Theo se había quedado dormido en la silla, a su lado, con la cabeza reposando sobre la cama. ¡Y pensar que había estado así toda la noche! Hermione sonrió y le acarició la cabeza con su mano, despeinándole. Theo se movió ligeramente. Hermione amplió aún más su sonrisa, se veía tan tierno. Ella se incorporó un poco.

- Theo, despierta.-susurró Hermione mientras le revolvía el pelo dulcemente. El chico se movió un poco, al fin había despertado, pero la castaña no retiró su mano y siguió revolviéndole el pelo, él se dejó hacer, mientras la miraba dulcemente a los ojos.-Buenos días, Theo.

- Buenos días, Hermione.-contestó el Slytherin sin apartar su mirada de la de ella.

- Buenos días a vosotros también, tortolitos.-saludó Pansy, quien había estado viendo toda la escena. Hermione y Theo se sonrojaron por el comentario de su amiga.-Draco, despierta, cariño.-le zarandeó Pansy. Poco a poco, Draco abrió sus ojos grises.-Buenos dias, cariño.

- Buenos días, mi amor.-dijo Draco dándola un beso de infarto, que logró que Theo y Hermione se sonrojaran.-¿Qué tal estás, cielo?

- Mejor, cariño.-dijo Pansy sonriendo ampliamente.-Pero te has perdido una escena tierna de esos dos.-dijo señalando a Hermione y a Theo, quienes pasaron por diferentes tonalidades de rojo. Draco y Pansy se empezaron a reir descontroladamente de la reacción de los dos chicos, provocando que Blaise se despertara sobresaltado y los mirase confundidos.

- ¿Qué pasa aquí?-inquirió Blaise.

- No pasa nada, Blaise.-dijo Draco parando un poco de reir.-Es que Hermione y Theo se han sonrojado porque les hemos pillado en una escenita tierna.

- ¿Una escenita tierna?-inquirió Blaise con curiosidad.

- Así es, verás, Hermione...-empezó Pansy.

- ¡Por Merlín, que tarde es! Tenemos que llegar a clases.-dijo Hermione buscando una escusa para cortar la conversación.

- Es verdad, Herms.-dijo Theo.

- Pues entonces vamos.-dijo Hermione, pero se detuvo al instante.

- ¿Qué sucede, Herms?-preguntó Theo mirándola con curiosidad.

- Esque...necesito cambiarme de ropa.-confesó ella algo avergonzada. Theo se sonrojó y Blaise, Pansy y Draco empezaron a reir, descontrolados. Hermione les echó una fulminante mirada, pero ellos aumentaron el volumen de su risa.

En el despacho de Dumbledore, Snape le contaba la escena que vió anoche, de los tratos que Ronald Weasley le dió a sus compañeras Pansy Parkinson y Hermione Granger e intentaba convencerle, inutilmente, de que tomase medidas al respecto.

- Severus, tranquilícese.-respondía Dumbledore intentando calmar a un alterado Snape.-Por desgracia no puedo hacer nada.

- ¿Cómo que no puede hacer nada?-preguntaba Snape desesperado.-¿Y si lo vuelve a intentar?

- Pero Severus, escúcheme, comprendo que quiera proteger a un miembro de su casa echándole la culpa a otro, pero tanto Harry Potter como Ronald Weasley me han dado una versión muy diferente de la historia, donde la señorita Granger atacó como una posesa a Ronald Weasley. Y debo decirle que les creo a ellos.

- ¿Pero se puede saber qué tonterías está diciendo? Hermione Granger no ha atacado a nadie, ella ha sido la víctima, al parecer el señor Weasley le tiene manía, está completamente obsesionado con ella. La señorita Granger ha pasado toda la noche en la enfermería.

- Severus, se lo vuelvo a repetir, a los únicos que creo, son a ellos. Además, ellos ya me dijeron que después de que la señorita Granger agrediera como una posesa al señor Ronald Weasley, se autolastimó para hacer que pareciera que ellos la lastimaron.

Snape alucinaba en colores con las gilipolleces que decía Albus Dumbledore ¿porque no veía? ¿Esque ya estaba demenciado el hombre? Nunca en su vida habría dudado de las facultades mentales de Dumbledore, pero esta vez se estaba reeplanteando la situación. ¿Cómo se había podido dejar manipular por Potter y Weasley?

Durante la clase de pociones, Snape no le quitó la mirada de encima a Ron, quien se la devolvía desafiante. ¡Por Merlín! Ese mocoso insolente le estaba sacando de quicio, menos mal que la señorita Granger contestaba correctamente, ganando varios puntos para su casa, al menos eso hacía que su humor mejorase.

Hermione se había sentado con Pansy para ayudarla con la poción, y Theo se había sentado con Draco. La castaña sentía como alguien la observaba, se giró y vió que Theo no apartaba su mirada de ella. Ella se sonrojó, pero él no apartó su mirada.

- No me mires tanto.-susurró Hermione sonrojada. Theo sonrió y Draco se estaba destornillando de la risa. Blaise y Pansy sonreían intentando no soltar la carcajada que amenaza con escapar de sus gargantas, ya que ellos también estaban atentos a la escena. Ella hizo caso omiso de él y siguió haciendo su poción completamente sonrojada.-¿Sucede algo?-preguntó Hermione al ver que que Theo estaba delante suyo.

- Necesito que me prestes algunas hierbas.-admitió Theo sonriendo de forma provocadora.-Pero no te preocupes, puedo esperar si las estás utilizando.

- Ok.-dijo Hermione intentando que no le temblasen las manos de lo nerviosa que estaba. Intentó darse prisa en acabar la poción ya que él no dejaba de observarla.-Toma, aquí las tienes.

- Gracias.-dijo Theo cogiendo las hierbas. Pero al hacerlo, sus manos se rozaron, provocando que les recorriese una especie de corriente. Theo sonrió pícaro y se alejó. Hermione estaba completamente sonrojada. Al salir de sus ensoñaciones, se dió cuenta de que toda la clase se les había quedado mirando, incluido el profesor Snape, quien parecía que les sonreía con la mirada.

Por su parte, Theo también se había dado cuenta de que todo el mundo les miraba, dirigió su mirada hacia un pelirrojo que estaba sentado al lado de Harry Potter y lo miró con indiferencia y superioridad, al observar que el la comadreja Weasley lo fulminaba con la mirada, pero él no le tenía miedo a ese Gryffindor de pacotilla. Durante la noche, había intentado aclarar sus sentimientos por Hermione y había llegado a la conclusión de que la muchacha le gustaba lo suficiente para no dejar de pensar en ella todo el tiempo, y ya que sus padres la conocían, había decidido intentar ser algo más que un amigo para la castaña.

- ¿Theo?-preguntó Hermione pasando la mano por la cara del chico, quien parecía que estaba en la hipnopia.

- ¿Hermione?-preguntó Theo saliendo de sus ensoñaciones.

- Esque me acabo de dar cuenta de que necesito las hierbas de nuevo.-contestó ella sonrojada.

- ¿Estás segura de que no estás aquí sólo para verme a mi?-inquirió Theo, provocando que Hermione se sonrojase todavía más y que Draco estallara en carcajadas.

- No seas estúpido.-dijo la castaña.

- ¿Sabes, Herms?-preguntó Blaise guiñándola un ojo e intentando no carcajearse de la situación.-No deberías hablar así de tu futuro marido.

Hermione enrojeció hasta la médula. Ese tío no podía estar hablando en serio ¿verdad? Le dirigió una mirada fulminante a Blaise.

- ¿Y de quien se supone que estamos hablando?-preguntó Hermione.-¿Quién será mi futuro marido?

- Theo, por supuesto.-contestó Blaise.

Theo enrojeció de sobre manera en cuanto se imaginó la escena que había dicho Blaise, ser el futuro marido de Hermione, no sonaba nada mal, sobre todo porque eso implicaba verla despertar todos los días, besarla hasta la saciedad, tocar su piel...mal, esos pensamientos van muy mal encaminados. Aún no habían empezado a salir y ya se estaba imaginando...

Por su parte, Hermione también estaba teniendo demasiados problemas para controlar su imaginación, sin embargo, logró reaccionar, y lanzarle a Blaise una mirada fulminante, iba a reclamarle, pero en ese momento, la campana sonó y Blaise fue el primero en salir, por si acaso había tentado demasiado su suerte.

Poco a poco, los demás estudiantes también salieron y el aula quedó completamente vacía, salvo porque ni Theo ni Hermione se habían movido de sus sitios. Se habían quedado mirándose a los ojos.

- Bueno, ¿qué dices, Herms?-preguntó Theo rompiendo el hielo. Hermione no entendía la pregunta, por lo que decidió reformularla.-¿Tengo posibilidades para convertirme en lo que ha dicho Blaise?

- ¿Porqué lo crees?-preguntó Hermione sonrojada, pero con una leve sonrisa.

- Porque una vez que te bese, te será difícil olvidarme.

- Jajaja.-rió Hermione.-Eso no hay quien se lo crea.

- ¿Quieres apostar, castaña?

- Lo que quieras.

- Está bien, si te beso y no dejas de pensar en mi en lo que queda de día, quiero una cita contigo.

- Trato echo.-aceptó Hermione ya que de todas maneras ganaba ella. Porque aunque perdiera, tendría una cita con él, además de que la habría besado.

Hermione POV.

Yo estaba temblando de nervios mientras sentía su escrutinio. Resultaba imposible que a la vez no viera sus rasgos, esos ojos color almendra... el cabello sedoso y azabache. Sus ojos se suavizaron al ver como me esforzaba yo por sostenerle la vista. La ternura se apoderó de ellos.

Se acercó a mí con cuidado... Me paralizó por completo cuando descubrí lo que intentaba hacer. ¡Realmente iba a hacerlo!

Estaba sintiendo algo diferente que cuando me iba a besar con Ronald, Theo cada vez se acercaba más y más. Podía ver sus ojos más de cerca... sus labios... sus sensuales labios... Y no atiné a moverme.

Sus dos manos tomaron mi rostro con cuidado, apartaron el fleco castaño de mis ojos y lo recibí...

Por fin sus dulces labios se juntaron con los míos en un momento mágico...el primer beso con el hombre que amaba.

Su sabor era tan dulce... tan largamente acariciado... tan suave, tan perfecto.

Si, yo ya me había enamorado de Theodore... hace algunos días decidí aceptar mis sentimientos, pero tenía miedo de que él no los correspondiese.

Me besó con cuidado... con mucho cuidado, mientras sus brazos me rodeaban una vez más, acercándome a su cuerpo. Yo me desvanecía junto a él, y sin embargo quería hacerlo. Fundirme con él si eso fuera posible, y no despegarme nunca más.

Sus labios jugaron lenta y pausadamente con los míos, tomándose su tiempo para acariciarme, para conocerme... Su respiración era suave así como los movimientos de su cabeza al besarme. Cuidándome como si yo fuera una joya muy preciada.

Yo también lo besé...devolviéndole todo el cariño que me había dado durante todo este tiempo, expresándole con actos lo que sentía por él.

El aire se nos estaba acabando, pero ninguno de los dos quería despegarse de los labios del otro, si por mi fuera, estaría así todos los días. Nos separamos lentamente, y una vez lo hicimos, nos quedamos observándonos a los ojos. Su mirada expresaba ternura y cariño, la mía debía expresar lo mismo porque puedo asegurar que había sido el beso más hermoso que alguna vez me habían dado.

- Vaya.-dijo una voz a nuestras espaldas. Nos giramos rápidamente y descubrimos que Pansy, Blaise y Draco estaban apoyados contra la puerta, mirándonos con los ojos tan abiertos que parecían que se les iban a salir de las órbitas.-Lo sentimos, no queríamos molestar.

- No os preocupéis, chicos.-respondí sonriendo.

Durante ese día, no pude sacarme el beso de mi cabeza, es que ¡Merlín! Había sido impresionante, sus labios suaves y dulces sobre los míos, transmitiéndome ternura infinita, su lengua jugando con la mía, ¡Merlín, Merlín, Merlín! Me estoy volviendo completamente loca, no puedo sacarme de la cabeza a Theo, por mucho que lo intente.

Cuando tuvimos un minuto de tranquilidad entre clase y clase, Pansy me cogió y prácticamente me arrastró hacia una aula vacía para que le contase todos los detalles, por lo que le relaté el fantástico beso que había recibido de parte del Slytherin, Pansy me miraba emocionada y me preguntó que cuando íbamos a hacer pública nuestra relación, a lo que respondí que todavía no estábamos saliendo.

De eso hace ya varias horas, pues ahora es de noche. Estoy en la sala común de Slytherin esperando que llegue Theo ya que quiero hablar con él. He esperado unos cuantos minutos, y por fin lo veo atravesar el cuadro del Caballero Negro e ingresar en la Sala Común. Lo miro y él me devuelve la mirada, con un gesto le digo que se acerque y él lo hace sonriente. Es entonces cuando me doy cuenta de que sólo estamos nosotros dos, que no hay nadie más en la sala.

- Hola, Hermione.

- Hola, Theo.

- ¿Qué hay de nuestra pequeña apuesta?

- Tú ganas.-dije frunciendo un poquito el ceño ya que no me gustaba perder. Él sonrió arrogante. ¡Merlín que estaba sexy!

- Lo sabía.-dijo.-Asíque no has parado de pensar en mí en todo el día.

- Creido.-contesté sacándole la lengua.

- Pero acepta que quieres una cita conmigo.

- ¿Y porqué debería aceptar eso?-pregunté juguetona.

- Porque yo acepto que sí que quiero una cita contigo.-respondió él con una sonrisa sexy. ¡Merlín! Nunca lo había visto con tanta arrogancia, pero me encanta. No es esa clase de arrogancia que hace que te den naúseas y mandar a la mierda al tío, es una arrogancia muy distinta, fingida, puede ser la palabra correcta, más bien juguetona, nosotros somos así, nuestro carácter es así, pero sé que pese a todo, él estará a mi lado, por muy arrogante o por muy chulito que se ponga.

Él se sentó a mi lado en el sofá. No dijimos nada, sólo nos quedamos allí, en silencio, reposé mi cabeza en su hombro y él me rodeó con uno de sus brazos. Lentamente, comenzamos a caer rendidos ante Morfeo.

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