♡┆capítulo 15: cita de cortejo.
Yoongi mira el sobre en sus manos. Después de despedir a Minseok, el alfa sabía que tenía que empezar su trabajo, incluso se había cambiado al uniforme, pero también sentía curiosidad por lo que contenía el sobre. Incluso no se había movido del sofá en quince minutos tratando de leer toda la hoja de información.
Estaba emocionado por la oportunidad y por contarle a Jimin. Sin embargo, tenía que esperar a que se encuentren en el almuerzo. Y, aunque, la noticia era grandiosa, también era del conocimiento de Yoongi que, si aceptaba, debía buscar un trabajo diferente y que se adaptara al nuevo horario.
El alfa muerde su labio y niega. Un paso a la vez. No puede precipitarse. Yoongi maldice cuando los toque en la puerta lo asustan y sabes que es jodidamente tarde si lo vinieron a buscar. Dejando el sobre en la mesa, abre la puerta y le sonríe al supervisor.
—Treinta minutos tarde. —es el saludo de su supervisor en cuanto abre la puerta.
—Lo siento, señor. Me entretuve con...
—Basta, no me interesa saber lo que estabas haciendo —lo corta el hombre con voz chillona—. Solo necesito que vayas al maldito salón de eventos y te pongas a limpiar con los otros, se acerca un desfile y debe estar brillando el lugar.
—De acuerdo, iré enseguida.
—Si voy al salón y no estás, voy a reportarte por holgazanear, ya que no voy a tolerar tu irresponsabilidad solo porque mojas tu polla con el dueño de circo. —murmura dándose la vuelta.
El ceño del alfa se frunce y mordiéndose la lengua para no decir nada, sale del cuarto. Eso fue innecesariamente grosero, lo dice como si es que Yoongi tuviera un gran puesto gracias a Jimin. Honestamente, desde que se esparció el rumor de que era el novio del modelo, Yoongi había notado que muchos fueron más amables con él, pero otros seguían siendo iguales o más hostiles.
Yoongi saluda a la señora Im, quien ha sido la única en tratarlo amablemente desde el primer día y dispone agarrar el trapeador cuando hay un peso en sus hombros.
—Hola, Yoongi.
—Ah, hola, Jonghyun.
Claramente, este chico beta era uno de ellos. Mira al pelirrojo cuando comienza a balbucear sobre que el lugar está bastante sucio y les llevará tiempo terminar, Yoongi responde con tarareo, sin prestarle atención realmente. Le cuenta innecesariamente sobre que vio una paloma muerta de camino al trabajo. Hasta que llega al punto de su acercamiento, supone el alfa.
—¿Tienes planes para este fin de semana? Unos amigos y yo nos reuniremos el sábado en un karaoke —el beta pelirrojo se encoge de hombros con casualidad—. También puede traer a tus amigos. Entre más, mejor.
—Lo siento, tengo planes para este fin de semana —se lamenta falsamente.
Sabiendo que el beta no quiere entablar una amistad real con él. Jonghyun nunca le había hablado y ahora que estaba saliendo con Jimin y sus amigos, lo trataba como si fueran viejos amigos. Yoongi con los años ha aprendido a leer entre líneas, sabe la diferencia entre amabilidad sincera y la falsa.
Era obvio lo falso que era el tipo.
—Oh, por supuesto. Otro día será. —sonríe antes de alejarse hacer lo suyo. El alfa se queda viendo la espalda del beta con los ojos entrecerrados y cuando esté se voltea a mirarlo con una sonrisa, Yoongi se la devuelve ante de girarse a barrer el polvo.
A veces, el alfa se preguntaba en qué si él era intolerante o las personas eran muy imbéciles.
→ ☆ ←
Jimin observa cómo los números en el ascensor suben hasta el séptimo piso, acomoda su flequillo cuando las puertas están por abrirse y se detiene al escuchar un resoplido a su lado, voltea a ver a Jungkook.
—¿Qué te causa risa? —espeta el omega, tomando las bolsas del suelo.
—Tal vez porque vi a Jimin; yo no me doy segunda vista por un alfa, dándose una segunda vista por Yoonie hyung.
Jungkook se ríe con sus propias bolsas de compra mientras explica con una sonrisa burlona.
Las mejillas de Jimin se calientan porque sabe que Jungkook tiene razón, pero no piensa admitirlo en voz alta; así que, se encoge de hombros.
—No le digas Yoonie, solo yo puedo —señala al omega. Ni siquiera el mismo alfa estaba al tanto que Jimin lo llamaba así.
—Por supuesto, por supuesto —asiente mofándose, aprieta el botón del ascensor mientras se despide lanzando un beso al aire—. Iré a ver qué Hoseok no haya hecho llorar a nadie, salúdame a hyung.
Jimin sacude la mano despidiéndose, saca el teléfono de su cartera y le deja saber en un mensaje a Yoongi para hacerle saber que lo estará esperando con el almuerzo en el cuarto de descanso. El alfa responde con una calcomanía de un gatito mostrando su pulgar al momento en que el modelo se adentra a la habitación.
Deja las bolsas que no contiene la comida en el piso, se quita los zapatos y pone la comida en la mesa cuando nota el sobre que Minseok le entrego esta mañana a Yoongi.
Los ojos de Jimin repasan rápidamente la hoja y cuando la palabra, inscripción y clases captan su atención, se agacha tomando el papel.
Oh, es un programa de estudio para culminar la secundaria y sus inscripciones serán pronto. ¿Esto es lo que quería hablar Minseok? Quiere que Yoongi tenga un título. El modelo deja la hoja en la mesa y vuelve a ponerse los zapatos.
Ya que su primera cita oficial es hoy y no la utilizará como excusa de celebración, debe comprarle un pastel para felicitarlo.
Recoge el pastel más bonito en la cafetería de la esquina y regresa justo a tiempo para ver a Yoongi salir de las escaleras de emergencia.
—Oh, Jimin.
—Hyung —saluda—. ¿Por qué subes las escaleras? Los ascensores funcionan bien.
—Estoy acostumbrado al silencio de las escaleras y subo a mi propio ritmo —se encoge de hombros—. ¿Qué hay en la caja?
—Ah, pastel de celebración. Dejaste el sobre que te entrego Seokie y lo vi, perdón.
—Está bien. No era un secreto —sonríe acercándose, Jimin entrelaza sus dedos y entra al cuarto.
—Almorcemos, traje jajangmyeon y luego podemos comer pastel para celebrar.
Comienzan a comer, el modelo jadea cuando se quema la boca y murmura un gracias al alfa cuando le tiende el vaso de jugo.
—No pensé que estuviera tan caliente todavía.
—Sopla antes de comer.
El resto de la comida transcurre en silencio y cuando el mayor termina, se vuelve hacia Jimin.
—No estoy seguro de entrar al programa. —informa Yoongi, mientras recuesta su cabeza del sofá. Había estado pensado toda la mañana en esa hoja y había hecho una lista entre pros y contra.
Los contras eran mayores, no iba a mentirse a sí mismo y ser hipócritamente positivo al respecto. Tenía que ser realista y esa era que no podía darse el lujo de tomar clases y trabajar.
—¿Por qué? ¿Qué pasa? —sorbe los fideos y deja los palillos de lado para voltearse hacia el pelinegro, prestándole total atención.
Yoongi alza la mano, limpiando debajo del labio del modelo restos de la salsa negra de los fideos.
—Comes como un bebé. —se burla el mayor.
—Gracias. Pero por favor explícame por qué no estás seguro de ir a la escuela. Es una buena oportunidad, hyung.
—Sé que es una buena oportunidad, pero es complicado. Minseok me explico que como no tengo un título de primaria, debo tomar un examen para medir mis conocimientos y la duración es de una semana por tres horas a cuatro horas al día. Seguido de eso, si me llegarán a aceptar el horario es más complicado y debo buscar un trabajo que se adapte y no es fácil conseguir uno porque al menos para ser mesero piden un título de secundaria.
—Yoongi, yo estaré feliz de ayudarte en lo que pueda. Podemos hacer un plan que sea conveniente, pero no te rindas sin haberlo intentado.
—No me estoy rindiendo, solo digo hechos.
—¡Yah! Apenas te dieron la noticia y las inscripciones son para después de año nuevo, así que piénsalo.
—Lo pensaré —los ojos de Jimin se entrecierran mientras ven al alfa, sin creerle del todo—. Hablo en serio, lo pensaré.
Le brinda una sonrisa al modelo que parece relajarlo. Jimin asiente satisfecho mientras toma la mano del alfa y le acaricia el dorso.
—De acuerdo y aun así quiero que tengas en mente en que yo puedo ayudarte, hyung. No es malo recibir ayudar de amigos y menos de mí.
El alfa asiente. —Pero me has ayudado mucho y de verdad odio sentirme como una carga.
—No, no. Hyung, en serio, no eres una carga. Me gusta ayudarte y... si quieres, puedes verlo como un préstamo. Regresarme cada ayuda que te brindé.
—Hmm.
—Bien, así que no te preocupes pedirme ayuda, contarme las cosas que te aquejan y, bueno, si quieres llorar también puedes usar mi hombro.
—También digo lo mismo. Quiero ser tu apoyo, tu lugar seguro.
—Ya lo eres, cariño —Jimin toma el rostro del hombre y une sus labios—. Lo has sido desde hace un buen tiempo.
Yoongi le da una sonrisa gingival, de las que tanto ha llegado a adorar y se recuesta del sofá atrayendo al pelinegro por el frente de la camisa, envuelve sus brazos en los anchos hombros de alfa y presiona su nariz al costado del cuello.
Y estos son los momentos favoritos de Yoongi, acurrucarse después del almuerzo mientras hablan de todo y nada, al mismo tiempo en que intercambian suaves besos.
—¿Estuviste de compras? —señala las bolsas en la entrada.
—Oh, sí. Tengo algo para nosotros —Jimin recoge las bolsas y se las muestra con una sonrisa—. Son unos bonitos trajes para el desfile de Hoseok la próxima semana.
—Yah, dijiste que no íbamos a usar trajes. Me siento asfixiado con corbatas.
—No hay corbatas para usar y está hecho a la medida, te quedará bien. — Jimin besa el puchero del alfa y la sonrisa del modelo se amplía cuando las mejillas de Yoongi se vuelven rosas.
Y Jimin sabe que ganó nuevamente, cuando escucha a Yoongi suspirar dramáticamente.
—Hice mal al decirte que soy débil ante las cosas lindas, eh.
—Por supuesto. Las debilidades siempre deben mantenerse ocultas.
Extiende la mano para pasar sus manos por el cabello del alfa hasta llegar a los mechones en la parte posterior de su cabeza, Jimin siente como el otro tiembla bajo el toque de sus dedos.
—También eres una cosita bonita.
Y antes que pueda responder, el modelo lo acerca y aprieta sus labios.
Y es como una bendición, así se siente besar a Yoongi. Tan natural, tan fácil. Simplemente, mueve sus labios contra los suyos, lame la parte inferior de su labio hasta que los abre y dejar que sus lenguas se rocen. Un equilibrio perfecto con el que Jimin puede sentirse adicto.
Estar cerca de Yoongi siempre ha hecho que el omega se sintiera en calma, cómodo y feliz. Pero besarlo provocaba que su interior se sintiera cálido, como si poco a poco se estuviera llenando de amor.
Separándose para llevar un poco de aire a sus ardientes pulmones, terminan respirando el uno en el otro, con sus bocas apenas separadas. Jimin arrulla cuando Yoongi hace esta cosa linda cuando se besan, suspirar entre besos y el omega podía sentir cuando se relaja, como si estuviera derritiéndose un poco más.
A Jimin le encanta, podía escucharlo el resto de su vida.
Cuando por fin se separan para tomar aire adecuadamente, el más joven no tiene idea de cuánto tiempo ha pasado. Sin embargo, su respiración está acelerada y siente sus mejillas sonrojadas, el alfa se encuentran en la misma condición. Jimin lo mira parpadear como si fuera un gran trabajo mantenerlos abiertos, la risita de Jimin rompe el silencio en la habitación y en el rostro de Yoongi se extiende una sonrisa perezosa.
Yoongi nota que sus posiciones en el sofá han cambiado, él yace medio de lado e inclinado sobre Jimin, sus piernas enredadas y la mano del alfa frotando la piel a un lado de su cuello.
El único pensamiento del alfa es que quiere estar así con Jimin. Para siempre.
→ ☆ ←
Jimin baja del ascensor y sonríe cuando Yoongi abre los brazos para recibirlo con un abrazo entusiasta, como si no se hubiesen visto hace un par de horas. El omega se aferra al cuello del alfa y acerca su nariz al cuello del alfa, donde suspira una vez que el familiar se ha infiltrado en sus sentidos, se separa.
—Hola, de nuevo, bebé.
—Hola, bonito.
Los brazos de Yoongi rodean a Jimin, fríos incluso con su capa de abrigo de manga larga. Se estremece cuando Jimin lo vuelve a oler, incluso inclina la cabeza hacia atrás para dejar más espacio: el mejor alfa, piensa Jimin mientras cierra los ojos. Tiene el mejor alfa.
—¿Por qué estás tan descubierto? Esta noche hará bastante frío.
Mira la vestimenta ligera que tiene el modelo; un suéter con cuello alto de color verde oliva, pantalón negro de bota suelta y un pequeño bolso de lado. Se ve bonito, por supuesto. Pero Yoongi se preocupa que el omega se enferme por estar expuesto al frío.
—No lo suficiente como para tener que ocultar mi bonito outfit con un abrigo largo —Jimin gira sobre sus pies y le sonríe —. Además, sí más tarde hace mucho frío, puedes ser un caballero y prestarme el tuyo.
Los hombros del alfa se sacuden en una risa silenciosa entretanto acaricia la espalda del omega.
—Y que sea mi trasero el que se congele —ante el asentimiento del modelo, Yoongi le da una sonrisa cariñosa para seguidamente entrelazar sus manos—. Bien, comencemos esa cita cuánto antes.
Yoongi le abre la puerta del taxi, ayuda a Jimin a entrar y le indica la dirección al conductor. Yoongi es demasiado inexperto y poco preparado en el campo de las citas. En todos los lugares elegantes a los que trató de reservar, estaban llenos o con muy poca antelación. Y aunque, estuvo tentando a reservar bajo el nombre del modelo, decidió que esta era su cita y no debería tratar de impresionar a Jimin con cosas en las que no tiene experiencia, cosas con las que Jimin está muy familiarizado.
Yoongi iba a darle una cita muy suya y no trataría de ser algo que no es.
—¿Qué haremos esta noche, alfa?
—No es nada sorprendente; así que, no establezcas tus expectativas demasiado altas. Solo una noche tranquila. Espero que esté bien.
—Hyung, si acepte tener una cita contigo, es porque estaré bien con lo que sea que hagamos. Y también porque me gustas. —Jimin le da una sonrisa al alfa para que se tranquilice, mientras se acurruca a su costado.
Yoongi no había preparado nada extraordinario, pero se había esforzado lo suficiente para que su cita no fuera mediocre. Había llegado a un acuerdo con Jimin sobre que todo corría por su cuenta, desde el transporte – porque no iba a hacer que el modelo que los llevará –, hasta el pago de la cena y demás cosas que fueran haciendo.
Si está noche era esencial para empezar un cortejo oficial, lo haría bien.
Cuando el taxi frena dónde le indica, Yoongi le tiende una mascarilla al omega antes de bajarse del auto y caminan por la transcurrida acera del río Han. Esta noche había un espectáculo de fuegos artificiales y Yoongi nunca había tenido la oportunidad de asistir a uno, y aunque, no recordaba el motivo del evento. Había leído en las reseñas de eventos anteriores que era muy bueno para ir en pareja, ya que había un ambiente romántico e iba a aprovecharlo.
—¿Por qué hay tantas personas aquí, hyung? —pregunta mirando alrededor.
—Hay un evento de fuegos artificiales. Pero comenzará en treinta minutos, solo quería llegar un poco antes para verlo de cerca —explica el mayor—. Leí que es bastante popular.
—Lo son, pero no he asistido a uno durante años.
—Espero que te guste, Jimin.
—Me gusta, alfa. Mientras esperamos, vamos a caminar.
Jimin entrelaza sus dedos y se pega al costado del alfa, mientras pasan entre las personas. La noche estaba fresca y Jimin se alegraba de usar ropa ligera, así podía disfrutar bien de la noche. Estas épocas eran sus favoritas y poder compartirla con Yoongi lo alegraba mil veces más.
—¿Qué te tiene sonriendo de esa manera?
—Desde hace mucho tiempo no me sentía tan feliz y en paz, sin la necesidad de estar lejos de todos. Todo es gracias a ti.
—Me alegra saber eso, Jimin —susurra el alfa—. Honestamente, temía que te pareciera una cita aburrida.
—Hyung, no necesito algo caro o impresionante para ser feliz. Cuando has crecido rodeado de lujos y celebridades toda tu vida, se vuelve aburrido y superficial —se coloca frente al alfa y camina hacia atrás. Yoongi entrelaza ambas manos en caso de que el omega tropiece, así no caiga en piso frío—. Lo que la gente considera mundano para mí es algo genial, ya que no tengo muchas oportunidades de disfrutarlo.
—No lo había pensado de esa manera.
—Por supuesto que no, alfa. Siempre quieres hacer menos tus esfuerzos y yo no lo voy a permitir —niega efusivamente—. No cuando admiro la forma en que siempre das lo mejor de ti.
Yoongi sonríe ante las palabras de consuelo por parte Jimin y le agradece.
—Oh, quiero entrar ahí.
Siguiendo el dedo hacia donde señala el más joven, Yoongi nota el estudio de fotografía instantánea y aunque alrededor está lleno de gente, el interior parece casi vacío.
—¿No es algo muy cliché?
Jimin menea la cabeza.
—¿Qué importa eso? Es algo que siempre quise hacer con mi pareja, y puede ser un buen recuerdo de nuestra primera cita.
Yoongi asiente, de acuerdo con que puede ser un buen recuerdo y Jimin lo arrastra a una cabina, donde le coloca unos lentes amarillos traslúcidos y él se coloca una diadema de flores y pulsa el botón para que se tomen las fotos.
Cuando la primera foto es tomada; el omega se inclina para besar su mejilla.
—No parezcas tan rígido, hyung. Sonríe.
Yoongi quiere rodar los ojos. No es la persona más fotográfica del mundo, en cambio, para Jimin es más natural. Literalmente es su profesión. Así que, hace todas las poses absurdas que el omega le pide cada vez que se toma una nueva foto.
En la segunda foto; Jimin apoya su rostro en ambas manos y Yoongi apenas alcanza hace un signo de paz con sus dedos. Para la tercera; el omega decide ser más atrevido y se sube al regazo del alfa, rodea los fuertes brazos en su cintura y guiña un ojo mientras el rostro de Yoongi se calienta y mira al omega con sorpresa, y si Jimin siente su cara sonrojarse, ninguno dice algo. Después de la cuarta y última fotografía se toma; donde el modelo besa en los labios al mayor, lo lleva afuera de la cabina para editar las fotos. El ceño de Yoongi se frunce cuando observa al omega ponerles estampas de corazoncitos y otros detalles rosas.
—Quedaron muy bonitas, ¿verdad? —pregunta cuando imprime las fotos.
Jimin observa las pequeñas fotos con una enorme sonrisa en los labios. En cambio, Yoongi no está seguro de que decirle al omega, no quiere herir sus sentimientos, pero cree que toda la decoración quita un poco el encanto de la foto. Un corazón tapa centímetros de la cara de Jimin, eso le parece una ofensa.
—No me gusta que el corazón tape tu cara, pero no se ve mal.
—Sacaré una versión sin dibujos y estampados para ti —Jimin le tiende la tira de fotos con una sonrisa orgullosa y mejillas sonrojadas—. Esta de aquí es mía y esta otra es para ti, ¿feliz?
—Por supuesto, mocoso. —replica guardándola en su abrigo, después de echarle un vistazo.
Aquí si se ve por completo el rostro sonrojado de Jimin, piensa mientras sale del local entrelazando la mano con Jimin.
Una hora más tarde, el omega abraza a Yoongi por la cintura mientras se dirigen al restaurante. Brinca sobre sus pies y el mayor se queja de dolor falsamente ante el apretón en su cintura.
—No sabía que los fuegos artificiales te gustaban tanto.
—¡Son increíbles, hyung! —chilla el pelinegro—. Me gustó cuando hizo la letra de la canción.
—Sí, no sabía que podía hacerse eso.
—Hay que volver para el próximo. Fue divertido. —exclama Jimin con una sonrisa.
—Es aquí —señala un restaurante de cartel amarillo en una esquina—. Conozco este lugar y te encantará la comida de aquí.
—Oh. —el omega asiente y mira alrededor cuando entran. Es más grande de lo que aparenta el exterior, hay pocos comensales y suena una canción suave desde algún lado del establecimiento y los olores de la comida flotan por todo el lugar provocando que su boca se haga agua.
—¡Querido Yoongi! —Jimin se exalta ante la voz estrepitosa de una anciana que sale de la cocina, pero se relaja cuando Yoongi le corresponde la sonrisa y se acerca para abrazarla—. Tenías tiempo sin pasar por aquí.
—Lo siento, el trabajo me ha mantenido bastante ocupado.
—Eso es una buena señal, ¿no?
—Supongo que sí. Quería presentarte a alguien —señala a Jimin, que se acurruca al costado del alfa—. Él es Jimin y es, uh, estoy cortejándolo desde hoy. La señora Choi, es dueña del lugar.
Jimin se sonroja por las palabras directas de Yoongi, mientras le tiende la mano a la mujer mayor.
—Es un gusto conocerla.
—Oh, es un jovencito muy guapo —toma la mano del omega y le da un apretón firme—. Siéntense dónde gusten y llamen cuando decidan qué pedir.
Yoongi asiente y toma la mano de Jimin para guiarlo hacia la mesa más despejada en la esquina, lo ayuda a sentarse y en vez de tomar el asiento frente a él, como acostumbra, se sienta a su lado.
—Pareces bastante cercano a la dueña del lugar. —señala el omega.
—Ah, lo soy —le tiende el menú al modelo—. La señora Choi fue quien me acogió el primer mes que me mudé a Seúl, es una vieja amiga de la secundaria de mi madre y cuando me contrataron en la agencia no tenía ni siquiera seguridad que me iba a contratar y le pedimos el favor a ella. Nos hicimos cercanos durante ese mes, es muy amable y me trató como a su propio nieto.
—Eso es lindo, hyung y muy desinteresado de parte de la señora Choi —cierra el menú—. Entonces, como ya conoces el lugar, ¿qué me recomiendas?
—Aunque es un lugar de parrilla, el menú es amplio y la sopa de buey es grandiosa, el bulgogi, japchae, bibimbap y los jjigae. ¡Oh y el samgyetang está para chuparse los dedos!
—Hyung, aunque me gustaría probar todo, no puedo comer tanto —Jimin sonríe ante el entusiasmo que muestra el alfa en su recomendación—. Podemos empezar con samgyeopsal, soju y cerveza, luego comeré japchae.
—Bien, pediré un sundubu jjigae. —Yoongi se levanta de la mesa para dar su orden.
Al final, terminan compartiendo de sus platillos y Jimin se permiten de pedir una ración más de panceta de cerdo marinada, y el alfa es quien se ocupa de cocinar la carne, Jimin se encarga de hacerle preguntas a Yoongi o contándole historias de su adolescencia como modelo y su padre omega.
—Suena como un padre cariñoso.
—Lo era. Soy como soy, por mi padre omega y no me malinterpretes, mi madre también es buena, pero estaba concentrada en hacer que la agencia fuera famosa —se encoge de hombres—. Aunque, se puede decir que su ausencia en mi infancia y adolescencia la compensa ahorita.
—Eso es bueno, Jimin. —apila los platos vacíos en la esquina de la mesa y se concentra en la carne que chisporrotea frente a ellos.
—Hyung, siempre tuve curiosidad por tu verdadera familia y perdóname, si es un tema sensible —Jimin evita la mirada del alfa, tomando un trago de soju—. Lo puedes ignorar si es muy invasivo.
—Ah, no es un tema que me afecte ahora —Yoongi sonríe mientras voltea la carne de la parrillera—. Y no es que me acuerde de mi madre, cuando entre al orfanato fue como a los 6 y me dijeron que mi madre había muerto de cáncer. No profundizaron el tema, deduzco que no lo vieron necesario porque la muerte es difícil de explicar a un mocoso y bueno, tampoco me quedé mucho tiempo. Para mí, era mejor vivir en la calle que ese lugar.
—¿Ellos no trataron de llevarte de regreso?
—Muchas veces, pero era solo porque cobraban un cheque del gobierno por cada niño que acogían. Hasta que un día se rindieron.
—La gente es tan idiota —se recuesta en el hombro del alfa—. ¿Y tu otro padre?
—Nunca supe de él y tampoco me esforcé en saberlo. Temía que fuera alguien violento o que hubiese sido concebido bajo otras circunstancias.
Jimin acaricia la mano desocupada de Yoongi cuando nota que su aroma se agria un poco y no hace más preguntas al respecto durante el resto de su cita. En cambio, cambia el tema sobre su futuro proyecto con una marca importante y de ahí salta de un tema para otro.
La barbilla de Jimin está descansando en su palma mientras mira a Yoongi, una suave sonrisa en sus labios carnosos y Yoongi se siente tentando en acercarse para besarlo.
—Los desfiles son rápido, lo más tardío es la entrada, la sección de fotos de los asistentes y preguntas de algunos paparazis sobre quién te viste, quien te maquilla.
—Suena aburrido. —se encoge de hombros, lamiendo sus labios y Jimin no pasa desapercibido el movimiento.
—Lo es. Créeme, si Hoseok hyung no fuera un socio no asistiría por nada del mundo y también que sus after party son geniales.
—Ah, por supuesto que hay una fiesta luego. —Yoongi rueda los ojos con humor.
—Cariño, una buena botella de champán es suficiente para hacerme lidiar con la mediocridad de las personas.
De repente, la anciana Choi está de pie junto a su mesa. La pareja le da una mirada confundida, haciendo que la mujer ponga los ojos en blanco y exhale un largo suspiro.
—Ustedes dos se dan cuenta de que estamos cerrando, ¿no?
Yoongi levanta la cabeza para mirar alrededor del restaurante y, de hecho, el lugar está vacío de otros comensales, solo quedan los dos camareros limpiando.
—Oh.
—¿Qué hora es? —pregunta Jimin, buscando su teléfono.
—Medianoche. Y, aunque me gusta el aire romántico que aportan al lugar, debo dejar ir a mis trabajadores a tiempo.
—Sí, por supuesto. —Jimin se apresura a buscar su tarjeta para cancelar, sin embargo, Yoongi le detiene la mano.
—Todo va por mi cuenta, Jimin-ah.
—Ah, sí, sí. —el omega se sonroja y guarda la tarjeta en su bolso.
La señora Choi ríe mientras les cobra y se despide con un fuerte "ven más seguido a visitarme, jovencito" hacia el alfa. Cuando salen del restaurante, Yoongi nota que la temperatura ha bajado unos grados más desde que entraron al restaurante, así que se saca el abrigo y cubre los hombros de Jimin.
—Gracias, aunque no era necesario, hyung.
—No quiero que te enfermes y mi cuerpo está más capacitado para soportar temperaturas frías.
—Los alfas y su necesidad por presumir de sus fortalezas —Jimin vira los ojos con falso enojo, mientras se ajusta el suave abrigo. Se encoge de hombros y respira el aroma de Yoongi que quedó impregnado en la tela.
—Yah, dijiste que era uno de los propósitos para no traer un abrigo propio.
—Alfa, solo déjame quejarme —se lamentablemente el modelo con un puchero—. ¿Qué vamos a hacer ahora?
—Nuestra próxima parada es una tienda de convivencia —informa Yoongi, agarrando la mano de Jimin y apretándola—. Necesitamos hidratarte y comprar medicina para que tu resaca no sea horrible por la mañana.
Jimin sonríe balanceándose un poco y abraza a Yoongi.
—Tengo suerte de tenerte en mi vida.
—¿Eso crees?
—No solamente lo creo, estoy seguro. —afirma con convicción.
—¿Por qué estás tan seguro?
—Hyung, ¿crees en los destinados? O predestinados, como lo conozca.
—He escuchado historias sobre compañeros verdaderos.
—Bueno, creo... —Jimin cierra los ojos, sintiendo que su piel se eriza y, preguntándose por qué motivo, se siente tan nervioso—. No, estoy bastante seguro de que somos destinados.
Yoongi luce un poco confundido, si su ceño fruncido indica eso y en silencio, toma asiento en la parada del bus. No está de más decir que Jimin se siente ansioso, pensando en que posiblemente no tenía que decir nada y seguir su cita normal. El silencio parece durar muchísimos más de lo que realmente es.
—¿Todo el tiempo fue eso? —Yoongi se pregunta a sí mismo y mira a Jimin—. Debí saber que era lo que estaba sintiendo. Tal vez cada vez que lo sentiste, yo también pude; después de todo, estamos unidos.
Jimin asiente y habla en voz baja: —Aunque él que se dio de cuenta primero fue Namjoon y fue casi al principio de todo.
—Nuestros instintos ya lo sabían, antes que nuestro lado humano.
Complacido, pero ansioso, el modelo pregunta.
—¿Entonces si crees que somos destinados?
—No lo cuestiono en absoluto. De alguna manera, nos juntamos siendo nuestro amor verdadero —Yoongi suelta una risa suave, tomando la mano de Jimin y acaricia su pulgar en el dorso de la mano del modelo—. Entonces, también tengo suerte de tenerte en mi vida, Jimin.
El hombre menor se sonroja, asintiendo y sin importarle que estén en una parada de bus, rodeados de espectadores, besa al mayor.
Hola amores! ♡
¿Adivina quién no está muerto? ⊙︿⊙ así es, YOOOO.
Fue otra espera larga y lo siento. Por aquellos que se quedaron... GRACIAS, NO PUEDO AGRADECERLES LO suficiente (ノ^o^)ノ
Mención de agradecimiento especial a Gihory porque siempre me agradeces por actualizar y yo a ti te agradezco infinitamente por leerme ❤️🩹 muchísimas gracias 💕
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