♡┆capítulo 11: anhelo mutuo.



Jimin se acuesta en su mueble, soltando un suspiro cansado y aunque él no se siente agotado físicamente, su lobo se siente un poco emocional. Es como si estuviera llegando su celo y el omega estuviera de acuerdo si no supiera que falta mucho para que su celo haga presencia.

Sabe que sonara pegajoso y es precisamente como se siente; sin embargo, conoce porque se siente así. No vio a Yoongi es todo el día, sabe que su alfa está sufriendo su calor solo, cuando él está aquí sin poder hacer nada. Solo le entrego una cobija perfumada, lo cual Namjoon ya le advirtió las consecuencias de sus actos y, carajo, Jimin está de acuerdo en aceptarlas. Pero su omega quiere hacer más, quiere ceder a su instinto para que se haga cargo.

Mira la lampara que guinda del techo alto de su pent-house y la ama, por supuesto que ama su casa... pero en estos momentos se siente solitario, ni siquiera tiene una mascota para que le haga compañía.

¿Debe conseguirse una? Dejando ese pensamiento como una tarea para más tarde, Jimin se levanta hacia su habitación, cediendo un poco ante ese instinto omega, porque es cuando hace los mejores nidos y en este momento quiere estar en uno. Saca la camisa de su bolso y sonríe antes las feromonas fuertes de Yoongi que se aferra a la tela y sí, definitivamente, hurtó algo por primera vez en su vida.

Él le dio una cobija con su aroma, que tomara una camiseta de su casillero se puede considerar un intercambio justo. Disfrazando su almohada para abrazar con la camiseta holgada de Yoongi, la deja en el medio de la cama, saca del armario sus cobijas especiales para nido, los peluches perfumados y se acurruca en el medio; abrazando la almohada.

Se siente casi como el Yoongi real. Y con eso en mente, el modelo se duerme sin importar que todavía sea muy temprano.

No pasa mucho tiempo hasta que Jimin esté dormido por completo, soñando con grandes y pálidas manos recorriendo su cuerpo, sonrisa gomosa y mejillas sonrojadas, besos suaves en su rostro y hambrientos en su boca.

Cuando un dedo se hunde completamente dentro de él, se atraganta con un grito ahogado cuando el placer chispeante se dispara por su columna vertebral. Un cuerpo sólido está presionándolo, conectándolo a tierra mientras el dedo se mueve dentro de él, probándolo. Está rodeado por ese almizcle especiado, tan delicioso y abrumador que su cabeza da vueltas.

Jimin se despierta de repente con un gemido, todo su cuerpo palpitando de necesidad y un par de ojos gatunos en su consciencia. Volteando hacia su reloj, nota que solo durmió hora y media, no es hasta que vuelve a sonar su celular que se da cuenta de que el ruido fue lo que lo sacó del sueño.

—¿Sí? —Jimin susurra mientras cierra los ojos, se acurruca contra la almohada y olfatea la camisa. Una respiración pesada se escucha al otro lado y frunce el ceño cuando no responden. Mira el identificador y abre los ojos, llevándose el teléfono a la oreja otra vez—. Hyung, ¿estás bien?

Pero no obtiene respuesta por parte del alfa, solo su respiración constante y profunda.

—Yoongi hyung, ¿estás bien? Si necesita algo, dímelo y te lo haré llegar.

Hay movimientos de fondo, seguidamente de la línea cortándose y quedando en silencio. Jimin frunce el ceño, ¿qué fue eso?




→ ☆ ←




Si le preguntaran a Yoongi que tan mal se siente del uno al diez, definitivamente es diez. No había tenido un celo tan fuerte desde que se presentó y aunque había tomado medicamento para apaciguar sus síntomas, estas no le habían hecho ningún efecto.

Yoongi tenía la sospecha que era por el olor de Jimin. Sus aromas se mezclaban en el aire, una mezcla deliciosa y embriagadora de manzanas acarameladas con miel y el sutil aroma de la leche de coco con almendras.

Su rostro se frota en la suave cobija azul, revolcándose en las feromonas de Jimin y para este punto, el alfa no sabe si fue un regalo o castigo por parte del modelo.

El olor, realmente, ha vuelto loco a su alfa; ha intentado llamarlo y evitado pensar en Jimin mientras se libera a sí mismo. Spoiler: ha fallado épicamente.

Solo un par de horas más y esta tortura acabará, se anima mentalmente mientras enrosca en la parte superior de su cabello, el pecho subiendo y bajando para regular su respiración temblorosa mientras su otra mano está apretando alrededor de su pene. Con un gruñido, Yoongi deja caer su mano sobre su delgado muslo, abre los ojos para mirar el techo. Ha tratado de correrse durante veinte minutos, solo para sentirse frustrado cada vez que piensa en Jimin.

Ya lo ha hecho, claro, y se siente mal. Yoongi se siente sucio por estar pensando en su nuevo amigo, mientras se masturba. Y ha estado imaginando en su material habitual, imágenes que su mentalidad alfa le proporciona para pasar su celo; muslos temblorosos y labios hinchados, sin embargo, estas terminan distorsionado y su mente salta a "pero ¿y si los muslos de Jimin estuvieran temblando y los labios de Jimin estuvieran hinchados?" Cada vez que sucede, el alfa evita que su mano se acelere.

El peli naranja se sobresalta cuando su teléfono comienza a sonar, mira la pantalla de reojo y muerde su labio cuando ve la foto de Jimin. Honestamente, Yoongi no sabe que lo impulso a marcarle al modelo y se arrepiente de haberlo hecho ahora que ve a Jimin devolviéndole la llamada. Tal vez, lo preocupo y, aun así, Yoongi decide no contestar. Se disculpará cuando esté totalmente lucido.

Mira la pantalla apagarse y lo que parece una enternidad después para Yoongi, la pantalla parpadea, anunciando un nuevo mensaje. Bien, puede escuchar un mensaje de voz.

Yoongi agarra el celular, abre el chat del omega y sus ojos se abren con asombro y fascinación.

No es un mensaje de voz, es una imagen.

Jimin está acostado en el medio de la cama, cubierto a la mitad con una sábana rosa brillante y de aspecto suave, su rostro está sonrojado y aperlado por el sudor, el cabello negro esparcido en las almohadas, pero lo que envía al borde a Yoongi, es el grueso y hermoso muslo que sobresale.

La mano del alfa se envuelve alrededor de su pene, y esta vez no se detiene, se acaricia mientras mira la carne del muslo de Jimin, tan suave y se vería aún mejor con un conjunto de marcas de los dientes de Yoongi marcando la piel.

Yoongi traga con dificultad mientras observa toda esa piel lechosa envuelta por seda rosa, obligándolo a usar su imaginación. Se imagina a Jimin acostado en su cama, pensando en él mientras toma la foto, simplemente sabiendo cómo afectará a Yoongi y a su cerebro del tamaño de una nuez.

Cuando la mano de Yoongi está demasiado temblorosa, deja caer el teléfono en el desastre que llama cama y en su lugar muerde su labio mientras se permite pensar en Jimin con los labios resbaladizos e hinchados, su afrutado labial acompañado por la corrida del alfa. Lo imagina con sus regordetes muslos temblando alrededor de la cintura de Yoongi mientras tanto lo folla como si fuese su maldito trabajo.

Dios, el alfa no puede evitar preguntarse cómo sonaba el omega cuando está a punto de correrse, cuando está a punto de perder el control. Cuando comienza a sentir el familiar calor tenso en la parte baja del estómago, Yoongi acelera su mano, pensando en cómo Jimin podría sentarse en sus muslos y él apretaría ese hermoso trasero contra su pene-

—Oh, mierda —sisea, maldice contra el dorso de su mano mientras se corre, Yoongi muerde sus nudillos lo suficientemente duro para probar su propia sangre. Y solo puede pensar un exceso de Jimin, Jimin, Jimin, hasta el momento en que el calor de su estómago se desvanece y su respiración se regula.

Yoongi no está seguro de haberse corrido tan fuerte en toda su jodida vida.

Bueno, y ahora sabe se ganó un lugar en el infierno.

Cuando las réplicas de su orgasmo se desvanecen por completo, a Yoongi solo le queda algo en mente y es que le gusta Jimin.

Y más que sentirse nervioso o impresionado porque le guste el hermoso hombre con el que finge salir, el alfa está empezando a darse cuenta de cuánto. ¿Pero por qué no gustarle? Admira lo duro que trabaja el modelo, reconoce que Jimin se preocupa por sus amigos de manera tranquila, pero segura y más que nada el omega ha sido tan amable, atento con él, sin esperar mucho a cambio.

Como dice su madre, es material para marido.




→ ☆ ←




Jimin gira en la silla de su oficina, mira el techo oscuro y frunce el ceño. Es su día libre y en vez de estar relajándose en un spa, paseando o comprando cosas innecesarias, estaba ahí... acechando a Yoongi, o haciendo un intento de ello.

Había pasado un día desde que Yoongi volvió al trabajo y, no era imaginación del modelo, el alfa había estado evitándolo. Cada vez que se lo encontraba en los pasillos, el alfa huía en dirección contraria y esa no-persecución estaba cansándolo.

Lo iba a emboscar y hacerlo hablar.

Por supuesto que Jimin sabía por qué el peli naranja le huía y le parecía un poco tierno que Yoongi se pusiera tímido, aunque tal vez si haya sido demasiado atrevido enviarle esa foto semidesnudo en su cama, pero se veía tan bonito sonrojado luego de su orgasmo y, viendo el lado bueno, era una ayuda para el alfa.

Cuando escucha como alguien se aclara la garganta, gira en su silla para mirar a Taehyung parado frente al escritorio.

—¿Hace cuánto estás ahí?

—Llevo cinco minutos viéndote hacer puchero y hablar solo —lo señala—. ¿Quieres hablarlo?

—¿Qué cosa?

—Lo que sea qué te tenga en ese estado.

Jimin parece pensárselo y ante la atenta mirada que le da el alfa, el modelo se rinde. Sabe que su amigo no se irá hasta que hable.

—Bueno... es Yoongi hyung.

—Vaya, es algo grande porque lo sacaste rápido —rodea la mesa de caoba y se recuesta frente a su amigo—. A ver, dile a papi lo que te aflige.

—Ew, no te llames papi tú mismo.

Taehyung se encoge de hombros con una sonrisa engreída.

—A Jungkook le gusta.

—Porque es tu pareja y comparten fetiches.

—De acuerdo, nada de papi. Cuéntame tus penas. —hace ademanes para que hable.

—Me gusta Yoongi hyung, así como en serio.

—Nada nuevo, nos dimos cuenta la noche del restaurante.

—Y hace poco fue su celo y puede ser que indirectamente me ofrecí a tener sexo con él. 

—¡Qué perra eres, Jimin! —el alfa actúa escandalizado y el modelo ríe, golpeando su pierna.

—Y no es todo —murmura mientras su cara se siente caliente—. ¿Recuerdas ese bonito y caro espejo que instale en el techo de mi habitación?

—Por supuesto, fueron como tres millones, pero ¿qué tiene que ver?

—Luego de masturbarme, me tomé una foto bastante provocativa al espejo y se la envié a Yoongi hyung. Así que ahora me evita y estoy pensando en emboscarlo.

—¿Estabas desnudo?

—Claro que no, estaba cubierto por la sabana, pero mi pierna se veía y claramente se puede dar cuenta que estaba sin ropa y mi aspecto no era nada disimulado —cubre su rostro—. No me avergüenza lo que hice, joder. Soy un adulto, solo tengo miedo de haber espantado a hyung y me considere vulgar.

—Cómprale un bonito regalo de disculpas y te ayudaré a cazarlo.

—Tae, no quiero esperar mucho para hablarle y a Yoongi no le gusta que le dé regalos caros.

—No tiene que ser caro ni llamativo, lo que vale es el significado y no esperaras mucho, te daré una hora para conseguir ese regalo y luego te mandaré la ubicación donde encontrar a Yoongi hyung y lo mejor es que estarán solos —se levanta y señala a Jimin—. Una hora.

Y con eso, Jimin se levanta para salir corriendo de su oficina.




→ ☆ ←




Yoongi come lo último de su almuerzo y se recuesta en el suelo mientras mastica, se siente cansado por el trabajo retrasado que tenía. Nadie había limpiado correctamente su sección y uso más fuerza de la que tenía, ya que su cuerpo no se recuperaba del todo.

Además, el huir de Jimin también era una tarea difícil.

Luego de que su celo termino, había lavado con mucho pesar la manta que el omega le había dado, el olor a almendras dulces y ylang había sido reemplazado fuertemente por su olor almizclado y especiado. La tenía dentro de su casillero, pero como había estado evitado encontrarse con Jimin, no había podido devolvérsela.

Honestamente, Yoongi no ha querido ver a Jimin porque se siente profundamente avergonzado de lo que hizo, ¿qué clase de persona era por masturbarse pensando en su nuevo amigo? Yoongi no quería ser como esos alfas que tenía a los omegas solo para tener sexo y a sus hijos. No fue criado de esa manera.

Los ojos de Yoongi se cierran para el momento en que la puerta se abre abruptamente, Yoongi voltea para encontrarse con Jungkook.

—Gracias al cielo que te consigo, ¿estás en tu hora de descanso?

—Ah, sí —mira su celular—, termina en quince minutos, ¿paso algo?

—Bueno, somos amigos, ¿no?

—Supongo que sí.

—Bien. Necesito tu ayuda discreta en algo.

—Vale —se levanta del suelo.

—La cosa es que hice un desastre en el estudio de Hobi hyung y es delicado con su material de trabajo, te quería pedir el favor de que lo limpiaras y mantuvieses en secreto. Yo iré a comprar las cosas para reemplazarlas y si quieres te pagaré.

—No hace falta, Jungkook-ah —después de todo limpiar era su trabajo—. Dime donde es el estudio y lo haré todo discretamente.

—En el piso cinco, el 3-B. Reconocerás la puerta de arcoíris.

—Está bien.

—Muchas gracias, te invitaré una rica comida como pago.

Yoongi sigue las instrucciones que le da Jungkook, abre la puerta con la tarjeta que también le dio y su boca se abre ante el desastre que es el cuarto, hay brillantina de todo color por todos lados, rollos de telas manchados y algunos maniquíes sin ropa tirados al suelo. ¿Qué estaba haciendo Jungkook para dejar este lugar como una escena de crimen de la moda?

Suspirando, el alfa se pone a recoger poco a poco, adivinado el lugar de cada cosa o dejándolo donde se vea mejor, está tan concentrado en recoger todo a tiempo que se sobresalta en el momento en que la puerta se abre y deja de moverse cuando nota quien es.

Jimin entra con la elegancia que lo caracteriza y se recuesta de la puerta mientras le pasa el seguro. Yoongi lo mira como un ciervo atrapado entre los faros, el modelo sonríe cuando nota que el alfa está sonrojado hasta la punta de las orejas.

—Hola, hyung.

—Hola, Jimin. —se voltea para seguir aspirando la brillantina, aunque es no más una excusa para no tener que mirar al rostro del modelo y sentirse como una presa ante la exhaustiva mirada de un depredador—. ¿Cómo estás hoy?

—No muy bien, ya que me estás evitando —se acerca un paso—. No me gusta que me ignoren, hyung.

—N-no lo estoy haciendo, ah, yo...

—¿Es por la foto? —la voz del omega suena seria. La cara de Yoongi se siente caliente, bien, Jimin irá directo al grano al parecer—. Si te molesto o incómodo, lo lamento. Pero no me ignores, hyung.

—No es por eso, he tenido trabajo acumulado porque las personas que me reemplazaron no limpiaron adecuadamente y...

Guarda silencio ante la cara impasible del modelo.

—Bueno, la foto tiene que ver. —confiesa después de unos segundos.

—Entonces sí te molestó. —deduce Jimin.

El alfa niega.

—No lo hizo, Jimin-ah.

—Entonces... —ante el silencio del alfa, el modelo se acerca y lo lleva al sofá de dos plazas de cuero negro en la esquina de la habitación—, Yoongi, para que un vínculo sea sano entre dos individuos, la comunicación es clave.

—Me avergüenza lo que hice, pero entre el olor de la sabana y la foto... mi celo duró tres horas más de lo debido —explica viendo sus manos con sus mejillas tan rojas de vergüenza—. No es lo que se supone que hace un amigo.

Jimin lo mira en silencio, haciendo que se remueva incómodo en el mueble.

—Si te hace sentir mejor, la envié con ese propósito. —su voz suena comprensiva, pero el omega por dentro se regocija de orgullo por lograr su cometido—. Te compré un regalo como disculpa, antes que me lo rechaces, no es nada ostentoso y caro.

El omega miente, sacando una caja de terciopelo rojo y se la ofrece. Yoongi mira la caja unos segundos y luego la abre. Es una cadena delgada y dorada, y en el centro hay un pequeño dije de corazón con una piedra morada. Es bonito.

—Gracias, aunque no debías molestarte. Ya me has dado muchos regalos.

—Me gusta regalarles a las personas que aprecio y pensé que ya estabas acostumbrado.

—No del todo, me cuesta recibir tantos regalos cuando no te doy nada.

—Hyung, si quisiera algo lo consiguiera por mi cuenta. No te preocupes, ¿está bien?

Yoongi asiente, ya acostumbrado a no ganar sus pequeñas discusiones sobre Jimin comprándole cosas.

—¿Quieres ponértelo? —Jimin señala la caja entre sus manos. Mira la joya y asiente—. Lo elegí creyendo en que el morado es un color que va contigo.

Jimin se desliza hasta que sus muslos se rozan, toma la cadena con cuidado y rodea el pálido cuello hasta abrocharlo y el omega tiene que contenerse físicamente para no presionar su cara contra el hueco del cuello de Yoongi. Huele tan jodidamente celestial. Su mirada baja a la glándula odorífera, donde todavía quedan matices de su aroma almizclado por el celo y se aclara la garganta antes de hablar.

—Hyung, ¿puedo olerte?

—¿Uh?

—Es que hueles bien y... —niega alejándose un poco—. Olvídalo, estoy haciendo que esto sea incómodo otra vez.

—Sí puedes hacerlo. —susurra mirando al omega, que se mira sorprendido.

Abrumado por el olor, Jimin se sienta tan cerca del regazo de Yoongi, una de sus rodillas dentro de las piernas ajenas. Yoongi inclina la cabeza en respuesta y hace un ruido bajo de sorpresa, ante la bocanada de aire que toma el omega.

Jimin no puede resistirse a presionar su rostro contra el cuello de Yoongi y respirar profundamente, se retuerce ante el olor que lo rodea. El olor es mucho mejor directo de Yoongi. Acaricia con la nariz sin darse cuenta, olfateando al alfa mientras las manos de Yoongi se envuelven alrededor de Jimin, sosteniendo la cintura con timidez y suavidad.

Luego de unos minutos de frotarse contra la esencia del alfa, Jimin se aleja, aunque realmente no quiera hacerlo, tomando una última respiración profunda, sus ojos dilatados se encuentran con los de Yoongi.

El omega no sabe si es el olor que lo envalentona que hace que se acerque a Yoongi, sus rostros tan cerca que puede sentir el tibio aliento en su barbilla, se lame los labios con nerviosismo mientras corta la distancia. Apenas registran el sonido de la puerta desbloqueándose, hasta que se escucha una risa cantarina.

—De todos los lugares, ustedes vienen hacer cochinadas en mi lugar sagrado —Hoseok se cruza de brazos y arquea una ceja. Yoongi se levanta de sofá y corre a recoger sus cosas, mientras Jimin le da una mirada disgustada al recién llegado.

—Estamos hablando. —dice el modelo

—Claro, yo también práctico esa forma de hablar... en la cama —levanta las cejas de manera sugestiva y Jimin escucha a Yoongi toser.

—Ah, hyung no te tomes en serio lo que dice Hoseok, él solo busca molestarnos. —Jimin mira al sonrojado alfa y sonríe amable.

El alfa ríe desde la puerta. —Es cierto, pero salgan que debo ponerme a trabajar. La semana de la moda se acerca y yo debo tener todo listo.

Luego de recoger el equipo de limpieza, Yoongi sale siendo perseguido por Jimin.

—Ah, quería entregarte la cobija que me diste perfumada. La lavé varias veces y todavía queda mi olor, espero note moleste.

—Yoongi, acabo de olerte hace minutos —señala hacia atrás mientras presiona el botón del ascensor—, ¿crees que me molestaría recibir esa sabana? Aunque era un regalo, tengo muchas

—Oh

—Pensándolo mejor, creo que la tomaré y puedo darte otra —se encoge de hombros—. Intenta no quitarle el olor tan rápido. —bromea el modelo, haciendo que Yoongi se sonroje.

—No es como si pudiera controlar mis feromonas cuando estoy en celo.

—Cierto —murmura pensativo—. El día que te fuiste del estudio, tu olor quedo por unos minutos, es bastante fuerte

—Basta, estás avergonzándome.

Jimin tapa su boca mientras ríe jovialmente, inclinándose hacia el alfa, sus hombros tiemblan al ritmo del encantador sonido y sus ojos convertidos en formas de medialuna. La bonita vista hace que Yoongi se pregunte si su corazón se detuvo. Claro que había oído y visto a Jimin reír, pero nunca así de cerca y definitivamente se le hace una vista preciosa

—Solo para aclarar —Jimin se recompone cuando las puertas del ascensor se abren—, ¿estamos bien?

—Sí, estamos bien. —el alfa asiente con una sonrisa.

—De acuerdo, entonces ¿cenamos hoy? El resto de los chicos se nos unirán.

—Eso me gustaría.






1/3

Me esforcé mucho en estos capítulos, déjenme saber que es lo que piensan.

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