♡┆capítulo 08: sabor cereza.



Yoongi todavía se sorprende lo irritable que puede ser cuando su celo se acerca, hace que el alfa quiera evitar a la gente –más de lo que suelen evitarlo a él–, para no ocasionar malentendidos. Él siempre ha pensado en su lobo y él como uno, pero definitivamente en estas fechas su carácter e instintos alfa salen a relucir, desapareciendo el autocontrol que siempre mantiene.

El alfa acomoda la gorra, ocultando sus hebras naranjas y le sigue la capucha de su suéter negro. Y aunque el clima no está agradable y el calor de su propio cuerpo no ayuda, Yoongi oculta su rostro de las posibles cámaras. Tratando de pasar desapercibido como le indico el omega para que no tuviera que pasar por otro incidente como el de hace unos días.

Llegando al edificio, empuja las puertas giratorias y suspira cuando el aire acondicionado lo abraza, refrescando su piel caliente. Saca su tarjeta de acceso y la coloca en el sensor que toma la asistencia del día. Evitando el ascensor, Yoongi se mueve hacia las escaleras para subir hasta el piso donde se encuentra la sala de descanso, jadeando, sale en el piso correspondiente, quita su gorra para secar el sudor que se acumula en sus sienes y frente con el dorso de su mano.

Mierda, se siente caliente.

Cruzando el pasillo, Yoongi se detiene cuando el aroma de Jimin llega a él y luego nota la figura del omega, caminando hacia él, pero no está solo.

El peli naranja siente un nudo formándose en su estómago, sus cejas se juntan en confusión cuando ve a Jimin reírse y apoyarse del hombre a su lado mientras sus brazos se entrelazan. Sin siquiera tener la oportunidad de detenerlo, gruñe.

Jodida mier-

Queriendo ocultarse, Yoongi da un paso atrás; sin embargo, se detiene cuando las miradas de ambos chicos ya están puestas sobre él.

—Oh, buenos días, Yoongi hyung. —saluda el omega con una sonrisa.

—Um, sí... hola, Jimin-ah. —da un paso hacia la puerta del cuarto de descanso, dudoso de sí acercarse.

—¿Te encuentras bien? Estás bastante pálido y sudado.

Jimin se acerca sin pensarlo dos veces al alfa, que busca ensimismado la llave dentro de su mochila, por lo que cuando siente una mano cálida tocar su frente se sobresalta y siente desde el cuello hasta las orejas sonrojarse.

—Y-yo, sí... es sudor por subir las escaleras —explica tartamudeando el alfa.

—¿Seguro? —insiste—, puedes tomarte el día libre si te sientes mal.

—Estoy bien, Jimin-ah. No te preocupes.

Qué más quisiera el alfa de tomarse días libres ante de que su calor llegue, pero si quiere llegar a final de mes, no puede darse ese lujo. Solo sobrevivir con inhibidores.

Jungkook resopla ante el coqueteo obvio de su amigo omega y aunque el alfa parece no darse de cuenta, el sonido burlón atrae la atención del alfa y cuando cruzan mirada, el omega más joven levanta una ceja desafiándolo ante la mirada inquieta que le da Yoongi.

—¡Oh, sí! —de pronto Jimin parece recordar a su amigo y se voltea mordiendo el labio inferior, sin darse cuenta como la mirada del alfa se desvía, poco de segundo y medio, hacia el belfo atrapado entre los dientes—. Te presento a mi amigo, Jungkook. Es fotógrafo y uno muy bueno.

—Ah, sí. Mucho gusto. —hace una reverencia corta, sin muchos ánimos de conocer al joven. Yoongi todavía sin saber la jerarquía del hombre de cabello morado, es curioso, porque tiene facciones suaves y típicas de un omega, su aroma es nulo como un beta y si duda su cuerpo voluptuoso y tamaño es de un alfa.

El alfa no se encuentra seguro y su lobo lo ve como una amenaza.

—No parezco ser de tu gusto —se burla el omega mientras inclina la cabeza, provocando al alfa frente a él y frunce el ceño cuando el codo de Jimin golpea sus costillas—. Bueno, al parecer sobro aquí. Me voy con mis alfas y fue un gusto conocerte, Yoongi-ssi.

El nombrado no responde, simplemente mira a Jungkook invadir el espacio de Jimin, se inclina sobre su hombro y susurra algo que hace que las mejillas del omega se coloreen de rosa. Yoongi aprieta el picaporte y se traga el gruñido que intenta salir, entre tanto ve al hombre retirarse.

—Disculpa a Jungkook, su humor no es para todos.

—Ah, está bien... siempre lidio con idiotas —gruñe entrando al cuarto y luego se detiene, avergonzado por su actitud—. Lo lamento, no quiero insultar a tu amigo.

—No te culpo, también pensé que era un idiota cuando lo conocí.

—Igual, no está bien que insulte a las personas sin conocerla. No quiero ser como el resto, e-es que mi... —Yoongi detiene su plétora cuando escucha la risa de Jimin a su espalda—, ¿te burlas de mí, mocoso?

—Eres lindo cuando divagas. —se encoge de hombros mientras se sienta en único banco que se encuentra en el lugar.

Yoongi voltean hacia otro lado cuando siente su cara calentarse y de repente siente más calor, como si la sangre en sus venas se calentara y ¿por qué no siente el frío de aire acondicionado? Abanicándose con las manos, mira al omega.

—Almorcemos juntos en mi oficina, ¿quieres? —pregunta de repente.

—C-claro.

—Bueno, me voy para que puedas empezar tu día. —el omega vuelve a morder su labio y Yoongi clava las uñas en la palma de su mano para no perder el control y brincarle encima. Jimin sale por fin y toma una bocanada de aire haciendo que las aletas de su nariz se ensanche ante el aroma que deja Jimin en la habitación.

Mierda, odia esta mierda de los instintos alfas. El peli naranja se dirige al baño cuando termina de cambiarse, se inclina sobre el lavabo y observa destellos dorados en el iris de sus ojos, Yoongi salpica agua fría en su rostro y restriega, susurrando:

—Mierda santa, contrólate.

¿Por qué su lado animal actúa tan primitivo? No es la primera vez que cela, pero sin dudas en la primera vez que se comporta así sin estar en pleno celo.


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Jimin sabe que algo extraño ocurre con el alfa que dejo atrás, pero se retira sin querer parecer insistente o metiche al preguntar. El omega no pudo oler ni un poco de su aroma para tratar de llegar a una conclusión y el aspecto enfermizo que tenía Yoongi lo preocupa.

Aaah, ¿por qué no deja de preocuparse por ese hombre? Se reprende mentalmente y sale del ascensor tras lanzar un bufido.

—Hey, you. —saluda Namjoon apareciendo a su lado.

—Hola, Namjoon.

—Uy, no nos encontramos de buen humor —se burla el alfa siguiendo hasta la oficina principal—. ¿Quieres hablarlo?

—Estoy bien, eh... me preocupa Yoongi.

Yoongi, eh.

Se burla el mayor mientras se recuesta del escritorio y Jimin blanquea los ojos, pese al rojo que se acumula en sus mejillas.

—Yah, hablo en serio, estaba todo sudoroso y se ve cómo enfermo, pero tampoco quiero inmiscuirme en todo los problemas que tenga, pensará que lo veo débil o que es un acto de caridad c-cuando no es así.

—Puedo preguntar por ti, solo para asegurarnos que no es nada grave —consuela Namjoon y ante la mirada que le da el modelo, el alfa no puede retener la risita nasal. Dios, Jimin está jodido—, y tampoco creo que Yoongi piense eso de las cosas buenas que haces por él.

—Ah, gracias Namjoon. —el omega lo abraza junto con una enorme sonrisa en el rostro.

—No debes agradecer, Yoongi también es mi amigo. —palmea el muslo.

En ese momento la puerta se abre y la persona se detiene ante la vista del alfa y omega acurrucado en el sofá, se da la vuelta y aclara su garganta. Namjoon y Jimin miran la espalda de Jin a través del respaldo del sofá.

—A-ah, lo siento... —dice el gamma mirando sus manos que aprieta la tableta con fuerza mientras su entrecejo se arruga un poco—. Jimin-ssi, en tres horas es la sesión con Dior y debemos estar con antelación para ver vestuario y maquillaje.

—Cierto. Dile a Taehyung que va con nosotros y que elija a una estilista también.

—Por supuesto. —se voltea para hacer una reverencia y luego sale. Jimin ríe cuando percibe las notas amargas de la lavanda que deja su asistente atrás.

—Estás jodido. —dice con falto pesar al alfa, que frunce el ceño haciéndose el desentendido.

—No sé de qué hablas.

—¿Quieres jugar a eso conmigo? El día que los paparazis atacaron a Yoongi, Jin hyung estaba repleto con tu olor y su ropa no era prolija como siempre, simplemente no dije nada para no avergonzarlo, ¿quieres seguir negándolo?

—Bien, pero fue mi culpa y n-no lo vayas a despedir. —el alfa junta sus manos.

—Basta de esa mierda, Namjoon. No soy cruel y me vale un pito lo que hagas y con quien, solo no distraigas mucho a mi asistente.

—D-de acuerdo.

—Y ve a averiguarme lo de Yoongi.

Namjoon gruñe por la prisa del omega, levantándose de sofá y sale de la oficina encontrándose con Seokjin, pero el gamma pasa de largo, ignorándolo por completo.

—Seokjin hyung...

—Buenos días, director ejecutivo Namjoon. —la voz de gamma suena plana y el alfa suspira, tomándolo del codo cuando intenta seguir su camino.

—Necesitamos hablar, ven a mi oficina en veinte minutos.

—Acompañaré a Jimin-ssi a su sesión de hoy y nos vamos en... —mira el reloj de su muñeca—, quince, lo siento.

—Entonces, hablemos ahora. —ordena arrastrando a Jin del brazo, entrando a la oficina del alfa, el hombre jadea cuando su espalda se estrella con la puerta y Namjoon cubre la boca con la suya con rudeza.

El gamma se tensa bajo el agarre fuerte del alfa, sabe que sus dedos dejaran moretones en su cintura; sin embargo, Jin corresponde el beso segundos después con el mismo ímpetu y pasión que demuestra Namjoon. Abre la boca para recibir la caliente y suave lengua del alfa que roza su belfo inferior, cuando se separan ambos hombre respiran erráticamente y se sonríen, cómplices.

—Carajo, Namjoon — jadea Jin, respirando justo contra la boca del alfa mientras intenta mantenerlos unidos en los labios—, estoy seguro de que esto no es hablar.

—Pero es un tipo de lenguaje y tú me dijiste que tu tipo es de contacto. —sus dedos vuelven a trazar círculos en la piel expuesta de su cintura.

—Eres un idiota y traerme aquí es imprudente, si Jimin nos ve-

—A Jimin no le importa con quien salgo, menos si eres tú con tal de que no te acapare en tus horas de trabajo... —picotea sus labios—. Justo como ahora.

—Bien, eso quiere decir que debo irme.

—Yo también, tengo que hablar con Yoongi.

—Oh, lo vi subiendo a recursos humanos, revisa allí —se separa por completo y arregla la corbata del hombre—. Nos vemos más tarde.


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Yoongi mira la hoja de permiso que debe llenar y su boca forman una línea, quiere pedirle a la recepcionista el favor de que la llene por él, excepto que, ya la mujer beta se ve lo suficiente amargada por su trabajo.

—Llevas más de veinte minutos parado aquí, ¿piensas llenarlo o estás buscando alguna excusa para faltar al trabajo? —la mujer enarca una ceja.

—¿Puedo llenar esto en otro lugar?

—Tráelo antes de finalizar el día o no será válido tu permiso.

—Claro, gracias. —hace una reverencia y sale de la oficina, sus nervios a tope hace que el alfa se quede a mitad del pasillo, ¿a quién puede pedirle ayuda? No quiere pedírselo a Jimin, ya es mucho lo que ha hecho por él.

—¡Yoongi hyung! —grita una voz a su espalda y el nombrado voltea encontrándose con su amigo alfa—. Qué suerte que te encuentro.

—Puedo decir lo mismo, Nam.

—¿Por qué?

—No es nada grave —responde ante el ceño fruncido—, pero necesito que me ayudes a llenar este permiso. Sigo aprendiendo a escribir.

—Con gusto, solo dime que es y lo hago en mi oficina. —pasa un brazo por los hombros del hombre mayor mientras caminan al ascensor.

—Es un permiso para faltar un día. Es que mi celo se acerca, pero no sé qué día y quiero que quede al menos un justificativo de permiso, ¿se puede hacer eso?

—Sí. Sí, por supuesto —el alfa asiente con una sonrisa, enseñando sus hoyuelos—. Entonces, ¿eso es lo que tienes?

—¿De qué hablas?

—Bueno, Jimin está preocupado porque dice que te vio enfermo, ahora deduzco que son síntomas de celo, ¿estarás bien?

—Sí, estoy tomando inhibidores cada ocho horas y eso funciona para mantenerme a raya.

—De acuerdo, pero si notas algún cambio, llámame o búscame en la oficina, hyung.

—Lo haré.

—Dame eso, ¿Cuántos días crees que falten para que llegue tu calor?

—Once días si no se adelanta.

Una vez que se despide de Namjoon comienza a trabajar en el área que le toca, Yoongi se toma el trabajo con calma, ya que las cosas parecen estar tranquilas en el edificio sin eventos o modelos despotricando en las esquinas. Cuando la hora del almuerzo llega, el alfa sonríe hasta que ve una llamada entrante con el nombre de Jimin.

—Yoongi hyung, lo siento. —lloriquea el omega a través de la línea provocando que sus mejillas se sonrojen, ¿por qué mi cuerpo reacciona a ese simple sonido?

—¿Pasó algo, Jimin-ah?

—Estoy atrapado en una sesión y no creo poder salir almorzar, tendrás que hacerlo sin mí —explica mirando su atuendo en el espejo y luego sonríe para bromear con el alfa—, y sé que suena egoísta, pero iba a pedirte que despejara toda tu agenda para la cena, estoy seguro de que llegaré.

—A-ah, puedo hacer eso. —murmura el alfa lamiendo sus labios. No es como si tuviera más cosas que hacer, solo ver el techo hasta que el sueño inunde su cuerpo.

—De acuerdo, entonces, nos vemos esta noche y haré que mi chofer pase por ti.

—Sí, está bien. —hace un puchero a pesar de que el omega no puede verlo. Estaba ansioso por comer en compañía del modelo y aunque ya lo había hecho muchas veces, para Yoongi seguía sintiéndose como la primera vez.

—Ve a comer, alfa Yoongi.

—N-no te saltes tus comidas —se apresura a decir el alfa—, dijiste que no es bueno trabajar con el estómago vacío.

—No te preocupes, si alguien intenta meterse entre mi comida y yo, les destrozaré el brazo de un mordisco. Adiós. —el omega cuelga y Yoongi mira su mochila con un puchero bastante pronunciado y nada característico en alfas.

Quiere ver a Jimin, no pueden culparlo, carajo.


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Observa su camisa blanca en el espejo que ha visto mejores años y muerde sus labios resecos, levanta el celular una vez que vibra sobre la cerámica y sonríe ante la foto del modelo posando mientras señala su edificio.

Sin querer que espere demás, Yoongi agarra lo más necesario y baja las escaleras del viejo edificio.

—¡Oh! Estás usando los zapatos que te regale. —Jimin aplaude mientras lo ve a través de las gafas que caen sobre la punta de su nariz.

—Sí, bueno... no quiero que se llenen de polvo cuando cuestan mucho dinero.

—Buena decisión, ahora vayamos a cenar. —abre la puerta del auto y entra indicándole la dirección al chofer y luego sube el divisor.

—Eh, ¿crees que esos fotógrafos estén cerca?

—Siempre están cerca, pero no te preocupes porque el chófer es bueno perdiéndolos y les tomará horas encontrarnos —Jimin le da una sonrisa alentadora y Yoongi asiente, tratando de relajarse.

Yoongi mira de reojo el atuendo del modelo y aunque es sencillo, no deja de verse elegante y muy bonito ante sus ojos. Con una camisa blanca grande que muestra el cremoso cuello y clavículas, termina ajustándose en la parte delantera del pantalón blanco ceñido a los muslos y suelto en las pantorrillas. El rostro no tiene rastro de maquillaje, mostrando algunas pecas en la nariz del omega y el alfa aprieta los dientes cuando sus colmillos duelen.

—¿Tengo algo en la cara? Siento tu mirada, alfa Yoongi. —levanta la vista de su teléfono y, como ha sucedido muchas veces, la cara del hombre se vuelve roja de vergüenza.

—Y-yo... Estás bonito, Jimin-ah.

Los ojos del omega se abren con sorpresa y luego cubre su rostro caliente mientras ríe.

—Gracias, me da gusto parecerte bonito —guiña cuando el auto se detiene frente a un restaurante de comida tradicional—. Ven, espero que tengas bastante hambre.

Una vez que se encuentran sentados en una esquina, uno al lado del otro, Jimin llama a la cocinera y ordena varios platos de guarniciones, dos jjajjangmyeon y sopa de res. Mientras esperan, los dos se sumergen en una conversación de cómo fue su día, aunque, claro que el modelo tiene más cosas que cortar y Yoongi lo prefiere así.

—Oye, quería decirte que podemos dejar de llamar citas a nuestras salidas, sabes —Yoongi gira tan rápido que el omega teme por el cuello del hombro, suelta una risita—, y que sean salidas de amigos. Solo necesitamos que el resto crean que estamos en una relación; así que a veces hay que actuar cariñosamente.

—¿Somos amigos? —pregunta el alfa bebiendo a través del sorbete su cerveza de malta.

—Uh, te considero un amigo, ¿tú no a mí? —el omega hace un mohín, pareciendo mirarlo indignado y las esquinas de la boca del alfa se alzan.

—Por supuesto.

—¿No te duele?

—¿Qué? —arruga el entrecejo por el cambio de tema.

—Los labios —toca los propios—, desde que te conozco tus labios están resecos y sé que a veces puede doler, me pasa cuando voy a la playa.

—No es dolor que no pueda soportar, Jimin-ah.

—Uh, eso sonó como todo un alfa.

Bromea el menor golpeando su hombro y Jimin no va a admitir que su estómago se agita al ver la sonrisa suave y gomosa de Yoongi. Desvía la vista mordiendo su propio labio y para entretenerse comienza a buscar dentro del bolso su bálsamo.

—Usa esto, te servirá —enseña el tubo al hombre—. Es mi bálsamo favorito y tiene sabor a cereza, es para hidratar o aliviar los labios. Acércate.

Jimin le quita la tapa al producto y acercando su rostro al alfa, repasa los agrietados labios del hombre con la suave crema, Yoongi siente que deja de respirar ante la cercanía del omega, no sabe para dónde mirar sino más que la boca entreabierta del muchacho frente a él y sabe que comete su mayor error cuando toma una bocanada de las almendras con miel y la esencia floral.

Yoongi siente que puede saborearlo, mierda.

Y, ¿por qué de repente quiere besarlo?







continuará...

me tomo más tiempo de lo pensado pq mi hijo no quería dormir... pero al fin pude publicarlo y espero que lo hayan disfrutado. si se me paso algún error, corrijo después.

pronto subiré una guía sobre como manejo este mundo ABO porque siempre se me olvidan algunos detalles, como por ej; que los omegas pueden usar ropa "femenina", la duración del celo y la compatibilidad entre jerarquía.

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