♡┆capítulo 07: predestinados.



Minseok observa al alfa escribir en la hoja, resolviendo algunas sumas y restas. Cuando Jimin, su antiguo compañero de cuarto en la universidad, lo contactó para enseñarle a un alfa mayor, el beta pensó que no iba a hacer cosa fácil. Él era profesor de preescolar y no creía que enseñarle a un adulto fuera igual, sin embargo, Yoongi absorbía con tanto fervor lo que le enseñaba, que le resultaba gratificante y todo fluyo tan rápido en cada sesión de estudio.

—Creo que ya los hice, aunque no sé si estén buenos.

—Déjame revisarlos. —agarra la hoja de la pequeña mesa del café.

En la esquina, el alfa escribió su nombre en una letra bastante decente y Minseok no puede evitar en compararlo con uno de sus pequeños, ya que Yoongi está esperando a que le dé una felicitación al hacer su trabajo.

—Solo te equivocaste en una, pero eso está bien. Es tu segunda clase y lo has captado bien, Yoongi-ssi.

—Gracias a ti, Minseok-ssi.

—Ah, no es nada. Eres fácil de enseñar —palmea su mano—. Por cierto, la siguiente clase podemos hacerlo libre, o sea, sobre el tema de tu elección. Por ahora, me retiro.

—Ah, muchas gracias por la clase de hoy. —hace una reverencia.

—No hay de qué. Sigue practicando en casa la escritura junto al abecedario que te di.

—Lo haré. —se despiden y luego Yoongi se sienta de nuevo en el suelo. Mira la hoja donde resolvió los ejercicios y sonríe, totalmente feliz.

¿Debería llamar a sus padres para contarle todo lo que ha sucedido en su vida? Deben estar un poco preocupados por no saber nada de él durante el último mes.

Agarrando su celular y una pequeña libreta de su bolso, comienza a marcar el único número que anoto antes de partir de Daegu.

—¿Hola? —responde la voz de una mujer.

—¡Mamá!

—¿Yoongi? —la beta chilla a través de la línea y cuando el hombre confirma con un zumbido, grita al fondo de la casa:— Amor, Yoongi está en la línea, corre antes que tenga se caiga la llamada.

—No te preocupes, mamá, si se cae te vuelvo a llamar.

—Sabes que no te contestaré, no quiero que se acumule la factura por algo innecesario.

—No es innecesario, estoy hablando con usted y ya tengo un teléfono propio. —murmura lo último.

—¿Qué?

—Sí, debo contarte a ti y a papá lo que ha pasado últimamente. Madre, me topé con un ángel y gracias a él es que puedo hacer más cosas de la que me podía permitirme.

—Déjame llamar a tu viejo padre, seguro no me escucho por estar hablando con esas malditas flores —se queja la mujer y Yoongi solo ríe—, se volverá loco un día.

El alfa solo espera unos minutos, hasta que las voces de sus padres resuenan en la línea.

—Hijo, ¿cómo estás? ¿Estás comiendo bien? Sabes que si necesitas dinero, te enviaremos lo que necesites, solo dinos... —Yoongi sonríe ante la voz preocupada de su padre. Siempre ha sido el que más se preocupa por él, más de lo necesario piensa el alfa. Sin embargo, está agradecido y saben que es su manera de amar.

Se siente afortunado.

—Papá, estoy bien. El dinero me alcanza lo suficiente y no quiero que te estés preocupando de más... ¿Y ustedes, cómo están?

—Tu padre está plantando flores porque se le ocurrió la idea de trabajar con Moon en una floristería y le habla todos los días al regarlas. —se queja la beta con falsa molestia.

—Es necesario hablarles con amor, ellas escuchan. —se defiende el mayor.

Yoongi ríe, demasiado alegre de escuchar la pequeña discusión que tienen sus padres a través de la línea. Extraña verlos, desayunar con ellos o simplemente ver alguna película vieja que alquilen.

—¿Cariño?

—¿Sí?

—Creí que se había cortado, estaba diciendo que me dijeras sobre ese ángel que conociste.

—Oh, sí. Se llama Jimin —calor sube por el cuello del alfa hasta acumularse en sus mejillas y las puntas de sus orejas—, y me ha estado ayudando, él pagó por este teléfono y bueno, uh, también me consiguió un profesor.

—¿Estás estudiando?

—Sí, ya sé escribir mi nombre y algunas que otras palabras. El profesor se llama Minseok y le da clases a cachorritos en el preescolar y me enseña a leer también. Mamá, papá, todo es tan increíble —relata el alfa con una sonrisa en el rostro—. Acabo de salir de una clase, me están enseñando matemáticas y no soy tan malo como suponía.

—Por supuesto que no, eres inteligente. Esa cualidad la sacaste de mí. —dice el hombre beta y todos ríen.

—Claro que sí, papá.

—Yoongi, cariño, sé que en Seúl nada es gratis... ¿Debes hacer un trabajo ilegal? Porque yo no...

—¿Qué? No, mamá —interrumpe el peli naranja ante el tono preocupado de la beta—, solo me hago pasar por su alfa y es solo por un tiempo. Te prometo que no es nada ilegal.

—¿Es un omega?

—Sí, uno dominante... pero es muy lindo y mi alfa se siente tan bien cuando estoy cerca.

—Solo ten cuidado, cariño.

—Lo tendré y s-sí ven algo en las noticias, no piensen mal.

—¿Noticias? Hijo, le dijiste a tu madre que no nada ilegal. —habla el beta y Yoongi sabe que ahora frunce el ceño, suspirando decide contarle más sobre Jimin.

—Padres, Jimin es un famoso modelo y es por eso que saldría en las noticias.

Y así, el alfa tiene la charla más larga, que ha tenido jamás con sus padres por teléfono.


→ ☆ ←


Yoongi suelta un suspiro exhausto. Hoy la agencia estuvo en un gran ajetreo, según lo que escucho es que una grandísima empresa estaba haciendo un casting para un comercial y todos los modelos se estaban preparando para ello, eso significa para el alfa; trabajo, ya que debe mantener todo impecable.

Las puertas del ascensor se abren y cuando intenta salir, tropieza con alguien y cuando la persona maldice recogiendo su chaqueta. Yoongi sonríe al reconocer la voz de Jimin, hoy no se vieron en todo el día. Verlo de espalda en un pasillo no contaba como verlo, según el pelinegro.

—Ah, lo sie- Yoongi hyung, hola. Siento mucho haberte tropezado, —se irgue y el alfa no puede evitar mirar la vestimenta del pelinegro. Hermoso e impecable. El omega viste una camisa manga larga blanca, pantalones claros y holgados, y esas botas de tacón que nunca falta en su outfif— ¿por qué sales tan tarde?

Pregunta el omega con ojos curiosos.

—Yo estaba hablando con mis padres por teléfono y se me fue el tiempo —se encoge de hombre y mirando que el omega entra al ascensor, el alfa se arma de valor—, ¿y tú que haces todavía aquí?, uh, ¿quieres que te aco-acompañe?

—Bueno, estuve cerrando el trato con otra agencia y una marca de joyas, así que; se hizo un poco tarde —sonríe—, y por supuesto que puedes acompañarme, hyung.

Yoongi entra al ascensor de nuevo y se coloca al lado del pelinegro, el aroma a almendras con miel fluctúa hacia el alfa, por lo que el mayor cierra los ojos para disfrutar de la esencia natural de Jimin.

—¿Te sientes bien, hyung? —pregunta desde el otro lado y abriendo los ojos con las mejillas un poco calientes, niega—. Si estás cansado pudiste irte, alfa Yoongi.

—Quiero acompañarte y no estoy cansado. —dice el alfa, lamiéndose los labios y en parte es cierto, no está cansado. Solo quería concentrarse en el delicioso aroma del omega.

—¿Seguro?... ¿O es que tienes hambre? —el omega voltea a verlo por completo—, si todavía no cenas, puedo llevarte, yo tampoco lo he hecho.

—¡Estoy bien! Comí un emparedado cuando estaba con Minseok-ssi.

—Insisto —sonríe el omega, pero sus ojos muestran la misma determinación que el día de la tienda y ante eso, el alfa cede con un asentimiento—. Perfecto. Está aprendiendo, alfa.

Murmura el modelo saliendo del ascensor.

Y Yoongi lo comprende, ese es el poder de los omegas dominantes.

Jimin hace pasar al alfa a la oficina de reuniones y tratando de guardar las carpetas de manera rápida, no quiere aburrir a Yoongi por mucho rato. Cuando el alfa se acerca ayudarlo, niega.

—No, hyung, deja eso ahí.

—Oh, es importante. Perdón. —se disculpa retrocediendo y el omega gruñe internamente por su tono y palabras usadas. Yoongi pensará que rechaza su ayuda.

—N-no, bueno, si son cruciales, pero no por eso te digo que no lo agarres. Si no que puedo hacerlo solo, tú debes estar cansado y no quiero ponerte trabajo no deseado.

Yoongi relaja su posición tensa y luego le da una sonrisa a Jimin, quien parpadea un poco desubicado. Todavía no puede acostumbrarse a la bonita sonrisa gomosa del alfa.

Yoongi es tan lindo y el omega no está acostumbrado que lo alfa le parezcan lindo. Guapos o buenmozo, tal vez, pero no lindo. Y aunque debe tener algún efecto negativo en él, es todo lo contrario.

Le encanta que Yoongi sea lindo.

—Oh, no te preocupes, Jimin-ah. Me hace feliz ayudarte. —reanuda sus movimientos con las carpetas apiladas que dejo segundos atrás y con sumo cuidado sigue al omega hacia un estante donde comienza a ponerlo uno al lado del otro, y cuando Yoongi le pasa la última sus dedos se roza... ambos dejan caer la carpeta en el momento que siente un cosquilleo recorrer sus columnas vertebrales.

—P-perdón, no sé qué paso. —el alfa se agacha a recogerla y se rasca la punta de la nariz con una sonrisa.

—Yo tampoco, pero gracias por ayudarme y ahora vamos a comer... si aún quieres, claro. —se detiene de recoger sus pertenencias, esperando un poco ansioso la respuesta del alfa.

¿Está siendo demasiado insistente? No quiere agobiar al alfa con tantas solicitudes de salida, pero se siente tan bien con él... el omega no recuerda la última vez que se sintió así, como si el mundo desacelerara su giro solo para que pasaran juntos unos segundos más. Como en uno de esos dramas cursis que ve en secreto cuando se queda en casa los fines de semana. Y carajo, Jimin sabe que su vida no es una de esas películas.

—Pero esta vez quiero pagar yo, por favor.

El omega parpadea hacia la figura frente a él y asiente de acuerdo.

—Solo por esta vez dejaré que ganes. —acomoda un largo mechón naranja que cae por el costado del alfa y sonríe viendo directamente los ojos felinos del otro.

Cuando los mismos pensamientos que ha evitado durante los últimos días regresan a él, esta vez no se mortifica, deja que llenen su mente... ¿Puede este alfa ser mi destinado? Recuerda las palabras de Namjoon y en retrospectiva, analiza su comportamiento y sentir.

El omega no era de confiar en las personas tan fácilmente, sabía por muchas experiencias pasadas que la gente se acercaba con un interés de por medio y cuando fue engañado por su exnovio, Jimin se cerró por completo para el resto del mundo... sin embargo, con Yoongi, se sentía como conocerlo de por vida. Era fácil abrirse con él, bromear o simplemente estar sentado en el cuarto de descanso, así no estuvieran haciendo nada. El silencio era cómodo.

Con Yoongi era fácil y nada en su vida se sintió tan bien como esos pequeños momentos que compartía con el alfa.

Y la mayor parte del día sus pensamientos terminan traicionándolo, preguntándose en cómo se sentiría compartir un fin de semana con Yoongi, cómo sería dormir entre sus brazos, su lobo se emociona tanto con esas imágenes que hasta le añadía un pequeño cachorro a esas preguntas y esa mierda lo desconcierta tanto.

Jimin nunca pensó en tener cachorros, ¿es un síntoma de predestinados?

Ciertamente, Jimin no está en contra de los destinados... y si Yoongi resultara ser el suyo, tampoco se opondría. El alfa es su tipo, joder y es tan sumamente amable que hace que su corazón lata desenfrenado.

Esa misma noche, envuelto entre sus sabanas, Jimin escribe en el buscador de su computadora algo que ni su versión adolescente hizo.

"¿Cómo saber si un alfa es mi destinado?"


→ ☆ ←


Yoongi rasca su ojo izquierdo mientras bosteza. Se siente tan agotado estos últimos días y el alfa deduce que es porque su calor se acerca. Su calendario marcar que faltan dos semanas a partir de ese día y ya el peli naranja lo odia.

Sus celos son un tema estresante para él, doce horas donde agoniza por el toque de un omega y donde tiene que acariciarse tan repetidamente para queda insatisfecho y mierda, realmente lo odia.

No puede estresarte tan temprano, por eso, aún le quedan dos semanas más para pensar en qué hacer, concluyendo el tema de su celo Yoongi gira en la esquina, queda con la empresa y desacelera sus pasos cuando ve a varias personas con cámara en mano y parecen esperar a alguien.

¿Sigue el evento de ayer? Mordiéndose el labio, Yoongi avanza por el costado donde hay menos personas y se detiene cuando alguien lo señala, entonces después de eso es un desastre.

Una avalancha de fotógrafos corren hacia el alfa y comienzan a tomarle fotos y disparar preguntas incomprensibles, el peli naranja intenta cubrirse lo mejor de los flashes que lo ciegan mientras hace lo posible para avanzar, pero en vez de cederle el paso, todos se acercan más.

—¿Es cierto que eres el alfa de Park Jimin? —un micrófono golpea su brazo y Yoongi aleja a la persona.

—N-no hablaré de eso. —responde el alfa.

—¿Cómo te llamas?

—¿Qué cargo tienes en la empresa?

—¿Es cierto que solo eres un conserje y Jimin sale contigo por pena?

Yoongi frunce el ceño ante los comentarios llenos de malicia y niega hacia la nada... ¿La gente siempre ha sido tan cruel?

—Tienen tres segundos para alejarse de mi alfa o demandaré cada maldita revista y diario. —gruñe una voz al fondo y el alfa respira cuando todos se congelan ante la voz de omega. Jimin se abre camino entre las personas y se coloca frente a Yoongi, ocultándolo de las cegadoras luces intermitentes que se disparan con más rapidez.

—Jimin-ssi, ¿es cierto que ese alfa es tu pareja?

—¿Por qué debería importarte, cariño? —responde con voz plana, casi mordaz—, la relación es mía y solo debe preocuparme a mí.

—Anoche salió un artículo donde se menciona que le compras cosas costosas a ese alfa, a cambio de sexo. —Yoongi jadea en silencio ante eso y agarra la parte trasera de la camisa de Jimin. ¡Eso no es cierto!

Jimin quita sus lentes, los deja reposando en su cabeza y sonríe hacia el reportero.

—Son solo regalos. Así como ustedes le regalan a sus parejas en ocasiones especiales, yo lo hago porque quiero a mi alfa y tengo gustos caros, me gusta regalar lo mejor y si ustedes no pueden hacerlo, lo siento, pero dejen de inventar mierdas.

El omega le hace una señal a su guardaespaldas y cuando este se para enfrente de los reporteros, agarra la mano de Yoongi y trotan hacia dentro, suspirando cuando el bullicio se queda detrás de las puertas de vidrios.

—Lamento que hayas tenido que pasar por eso, hyung.

Jimin busca la mirada del alfa y nota que sus ojos están brillosos, con lágrimas contenidas. Entrando en pánico, su omega actúa por instinto y lleva al alfa hacia el ascensor, ordena a todos que salgan una vez que las puertas se abren y los adentra a la caja metálica, completamente vacía.

—Hyung, ¿te lastimaron? —lo mueve de un lado a otro buscando alguna herida, pero se relaja cuando el mayor niega—, entonces, ¿qué pasó? Necesito que uses tus palabras.

—L-lo que dijo ese hombre es tan ho-horrible. Yo no me estoy aprovechando de ti, ¿o sí? Yo tampoco quiero sexo a cambio de regalos, y-yo no...

—Ey, todo está bien y no, no te aprovechas de mí. Recuerda que hicimos un acuerdo y te dije que personas inventarían cosas horribles, pero no por eso quiere decir que sean ciertas, alfa —Jimin consuela al pequeño hombre frente a él, acaricia sus hombros anchos y le da una sonrisa corta—. Tú y yo sabemos cómo funciona esto, al resto déjalos que hablen.

—De acuerdo, solo me asusté que creyeras lo que ellos dicen.

—Eso jamás, es solo mierda. —las puertas de ascensor se abren y Jin aparece frente a ellos, luciendo desarreglado, pero Jimin no dice nada porque su omega solo quiere que el alfa se tranquilice. En cambio, le hace una señal al alfa para que salga.

—Iba a bajar pronto, ya que jefe tu seguridad no me aviso que subías y el montón de fotógrafos están desde temprano y-

—No te preocupes, Jin hyung —le sonríe cuando percibe algunas motas de sándalo y romero contra la lavanda—. Sabes que no tienes que esperarme todo el tiempo abajo, no me perderé. Y tú, ven a tomar un descanso.

—Debo ir a trabajar, Jimin-ah.

—Dejaste todo limpio ayer y son las primeras horas del día, tampoco hay eventos... así que puedes salir y tomar un té conmigo, así tus nervios se calman, ¿mh?

Palabras amables, pero voz firme y Yoongi sabe que es una orden. Sonriendo, asiente y camina detrás del omega mientras saluda al gamma.

—Yo iré por el té, ¿alguna preferencia Yoongi-ssi?

—Ah, no. Creo que tomaré lo mismo que Jimin-ah.

—Perfecto, regreso en diez minutos.

Alfa y omega caminan hacia la oficina del menor, entran en silencio y Jimin suspira cuando quita sus zapatos y se coloca sus pantuflas, detesta cuando sus pies se ponen sensibles y no puede tener calzado ajustado.

—¿Debo hacer lo mismo? —pregunta viendo los pies de pelinegro.

Jimin ríe negando.

—Solo si quieres. —camina hacia el sofá y se recuesta, dejando un espacio en la esquina donde palmea con sus pies. Yoongi se sienta—. Tengo los pies hinchados y el médico recomienda que no estén ajustados por un tiempo, solo me coloco zapatos para venir aquí porque no quiero que la maldita prensa tenga una foto donde me vea desaliñado.

—Puedo darte un masaje en los pies, solía dárselos a mamá cuando les dolía.

—¿Harías eso para mí?

—Haces por mí cosas más grandes que un simple masaje. Puedo darte todos los masajes que quieras.

—Oh, me gusta esa oferta y ya no puedes retractarte... —el omega suspira cuando el pulgar del alfa presiona su puente— ¿Debería hacerte firmar un contrato?

—Por supuesto, Jimin-ah.






estaba estructurando escenas para el futuro y se me ocurrió una que les dejará lubricando litros, pero todavía falta.

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