46 - Descubrimiento inesperado

—Entonces comenzaré con algo sencillo —expresó el mago sin dejar de mirarla fijamente, todavía analizando cada una de sus reacciones—. Tu padre, era un hombre paranoico. Al punto de inventar artefactos mágicos para ser usados con el fin de espiar a naciones vecinas, para anticiparse a cualquier conflicto o conspiración. Esta es una de sus creaciones —alzó su mano mostrando, en uno de los dedos, un anillo dorado con una gema roja adornando el centro—. Ha sido increíblemente útil para mantenernos en contacto con nuestros informantes. Así era como Bethel nos enviaba información sobre ti mientras estabas en la mansión. —Aunque parecía que el hombre solo estaba hablando de más, para Aylah todo esto era información totalmente nueva y muy valiosa. Así que escuchaba en silencio, mientras consideraba sus palabras, sin comprender todavía cuál sería la pregunta de este hombre.

—Creó la red de espías más grande del continente y también perfeccionó su magia a tal punto que era capaz de superponer hechizos complejos dentro de otros, engañándome incluso a mí con sus trucos. Estudió todo tipo de plantas, creando y perfeccionando venenos y antídotos. Aunque el mago seguía citando los logros de su padre de manera monótona, Aylah sabía que había una razón detrás de todo esto, solo debía esperar y escuchar un poco más, pues imaginaba qué tenía que ver con la pregunta que haría a continuación.

—Entonces, ¿no te parece extraño que alguien con semejantes habilidades falleciera en un simple accidente de carruaje? —inquirió Jens—. ¿Un hombre capaz de predecir los movimientos de sus enemigos murió de una forma tan normal?

Aylah se quedó paralizada mientras sentía su boca secarse. ¿Entonces no había sido un accidente? Según todo lo que el mago le había dicho, esta sería la manera más lógica de verlo. Su padre, un mago de sorprendentes y sobresalientes habilidades, y su madre, un caballero real con excelente destreza con la espada. Son dos personas que simplemente no morirían producto de algo tan insignificante como un accidente de carruaje. Era un hecho tan claro que le provocó un extraño escalofrío.

—Creo que ya vas entendiendo a donde quiero llegar —observó Jens al ver la expresión confusa en la cara de la princesa mientras tomaba un papel de encima de su escritorio y se lo extendía— Aunque mis dudas surgieron desde el día del accidente, no pude confirmarlas hasta recibir una carta del propio Serhem. Fue enviada antes de que salieran en el carruaje, junto con el anillo que te mostré antes. Él me había mostrado cómo funcionaba el primer prototipo que había creado, así que inmediatamente entendí lo que debía hacer.

Aylah tomó el papel y leyó el corto mensaje que apenas podía llamarse carta.

Hace mucho que no conversamos apropiadamente, mi querido amigo. Así que pienso visitarte muy pronto, la mansión está infestada de insectos y tengo planeado hacer una limpieza profunda. No me gustaría que mi esposa y mis hijos fueran afectados por semejante molestia. Te envío un pequeño regalo de compensación. Espero que seas capaz de entenderme.

Serhem

No logró encontrar nada extraño, así que solo miró al mago confundida. Este, comprendiendo sus dudas, acercó la gema del anillo al papel y un mensaje oculto con letras rojas brilló repentinamente, justo debajo. Escrito con la misma letra de su padre.

Vamos camino al palacio. Te explico todo cuando lleguemos.

Jens se quitó el anillo y se lo colocó a Aylah, invitándola a que lo imitara acercándolo al papel. Para su sorpresa, ningún mensaje oculto fue develado.

—Tu padre hizo este "anillo maestro" especialmente para mí, así que solo si yo lo uso el mensaje será mostrado. Para el resto, será solamente una pieza de joyería común y corriente. Serhem creó otro tipo de anillos, los "siervos". Estos sí pueden ser usados por cualquier persona, enviando información de un lado a otro. —explicó Jens mientras Aylah miraba ensimismada el anillo en su dedo, la extraña sensación de haberlo visto antes en algún lugar revoloteaba en su cabeza— Él jamás me consideró su "querido amigo" y la mención de insectos en la mansión se refiere a espías que podrían poner en peligro su vida y la de su familia. Entendí de inmediato el significado de las palabras en su carta y el mensaje oculto confirmó mis sospechas de que lo sucedido ese día no había sido un simple accidente.

—¿Qué es lo que quieres saber? —preguntó Aylah con voz inexpresiva mientras una familiar sensación de vacío comenzaba a crecer en su interior.

Supuestamente, no debería sentir absolutamente por una familia que no recordaba. Habían fallecido en un supuesto desafortunado accidente, algo producto de una horrible casualidad. Pero escuchar la verdad de la boca del mago, le había dejado una amarga y dolorosa sensación. Como si el hecho de que sus muertes hubiesen sido provocadas y luego enmascaradas como un accidente le causaran una desconocida impotencia.

El mago meditó en silencio por un instante, como si se estuviera arrepintiendo de haber sido tan directo. No solía tener en cuenta los sentimientos de los demás, así que tal vez esta vez había ido demasiado lejos. Maldijo internamente mientras veía los hermosos ojos violeta de la princesa perder el brillo habitual, siendo sustituido por una oscura expresión. No tenía intenciones de hacerle daño a propósito, pero necesitaba respuestas. Los enemigos de la corona revoloteaban cada vez más cerca, como sanguinarios buitres. Esperando el momento perfecto para abalanzarse sobre el animal herido y despedazarlo sin piedad. Esto era algo que no podía permitir de ninguna manera y menos aún después de todo el trabajo que había realizado oculto en las sombras. Siendo fiel al juramento que le había hecho a Kenán y a Dalyth. Sus sacrificios no podían ser desperdiciados, ni olvidados.

Confiaba en que ella siempre había sido una niña fuerte, apegada a la lógica. Que no se dejaba llevar por sentimientos innecesarios. La digna y especial hija de Serhem y Leydha nunca había estado por debajo de sus expectativas durante su infancia. Pero esta Aylah, aunque podía afirmar que se trataba de la misma princesa, era a la vez un poco diferente. Más libre y alegre que la niña que recordaba, incluso más atrevida. Pero a la vez parecía guardar más secretos que él.






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