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Cuando entramos a la cafetería, todo el mundo tenia su mirada puesta en mi. ¿Ahora que he hecho?

Espero que Tristán no se enoje o crea en cualquier rumor que está corriendo por la secundaria. Desde que la escuela se enteró que nosotros estamos saliendo, empezaron a crear rumores de que uno engañaba al otro y muchas cosas más, que no necesito recordar en estos momentos.

—¡Alice!—Gritan mis amigos desde la mesa que siempre nos sentamos a la hora de comer algo en el receso. Me hacen señas para que vaya en su dirección y me dirijo hacia allí con Michell y Peter detrás de mi. 

Nos sentamos juntos y agarro un paquete de galletas que me entrega London, una amiga de Michell y Peter. 

—Gracias.—le digo mientras saco dos galletitas y meto una en mi boca.-¿Que hay de nuevo? ¿Por que todo el mundo me mira como si hubiese cometido un crimen?-le digo con la boca llena, trago la comida y me limpio mis labios sin dejar ningún rastro de comida- ¿Han visto a Trist? Quería estar con él.

Mis amigos se miran entre ellos y luego me observan seriamente. 

—¿Qué sucede? No entiendo nada. 

London sonríe con ternura y una mezcla de lastima y abre sus labios para hablar, cuando todo el mundo se queda callado al entrar el grupo del equipo de fútbol, uno de ellos, mi novio. Tristán busca a alguien en la cafetería y cuando me ve, sonríe tiernamente. Me tira un beso y luego se dirige hacia donde estoy. 

—Hola. —susurra ante de plantar sus labios en los míos, me separo de él con una sonrisa ya que estamos en el colegio y todo el mundo nos presta atención.

—¿Cómo te estuvo el entrenamiento?—murmuro tomando otra galleta del paquete de mi amiga.

—Duro—contesta él con una sonrisa mientras me roba mi galleta robada y se la mete en la boca—¿Cómo te fue a ti en la biblioteca?—pregunta luego de tragar. Alzo mi ceja con confusión al escuchar su pregunta, él no sabía sobre eso.

—¿Como sabes eso?

—¿Que?— Trist se hace el distraído y roba otra galleta a London, esta sonríe con cansancio y le da el paquete de galletas- Gracias, Lon. 

—Eso, ¿Cómo sabes que estaba en la biblioteca?—sonríe con pesadez y deja de mirar el paquete de galletas para mirar mis ojos. 

—Confío en ti, nena. Lo sabes ¿No?—murmura antes de darme un pico en mis labios- No se que sucedió antes de que entraras a clase, pero sé y estoy muy seguro, que confío en ti. 

Asiento insegura sin saber de lo que está hablando, ¿Qué rayos? 

—No entiendo nada. —murmuro cansada de no saber lo que esta pasando, realmente me cansaba de no saber lo que esta pasando en mi mundo. 

Tristán suspira con pesadez y cruza una pierna en la silla y agarra mis manos, las cuales estaban heladas. Él se sorprende y empieza a frotarlas para que se calienten. 

— Estas helada. ¿Quieres mi chaqueta?—niego con la cabeza y le murmuro que deje de distraerme y me diga lo que esta sucediendo; él sonríe y entreabre sus labios para hablar. —Hay alguien, que esta comentando por los pasillos del colegio que esta tarde estuviste con un chico en una situación comprometedora, ya sabes-mueve sus cejas de arriba hacia abajo y hace una mueca con sus labios- confío en ti. Enserio. 

—¿Que? ¿Co..como?—dejo la frase a medias sin entender el motivo del porque lo están haciendo.- No lo entiendo.

— Créeme que no eres la única.—murmura él.—¿Cómo estas?

— Espera. — coloco una mano sobre su pecho y siento sus músculos, me ruborizo al sentirlos e intento alejar todos esos pensamientos pervertidos que están presentes en mi mente..— ¿Cómo sabías que estaba en la biblioteca? Yo no te dije nada. — él abre la boca para hablar pero me adelanto cortando su frase. — y ¿Cómo sabes que yo no estaba haciendo eso? ¿Y quien te contó "eso?

— Alto, son demasiadas preguntas. — ríe un poco y coloca un mechón de pelo detrás de mi oreja-Solamente lo se, ¿O acaso tengo que desconfiar?—pregunta él con una sonrisa. Exclamo un "no" como respuesta y suspiro cansada. — Y.. con respecto a quien me dijo, fueron los chicos, al principio me enojé con ellos por decir esas cosas tan tontas de ti, luego me puse pensativo y solamente me fui a entrenar. Confío en ti y sé que no hiciste nada con ese chico- — murmura. Se acerca a mi oído y susurra. — Aparte, sé que solamente eres mía y que no estuviste con nadie más aparte de mi. — Se aleja y alza sus cejas y sonríe triunfante— Por eso soy genial.

Coloco mis ojos en blanco y golpeo su pecho mientras que lo abrazo.

— Gracias.— susurro entre sus brazos. Mi lugar favorito. 

—Sabes que solamente estoy para ti. Eres mía. Y que cualquier cosa, siempre voy a estar para protegerte ¿Entendido?— coloca sus dedos en mi mentón y fija sus ojos en los míos.. Asiento comprendiendo y muerdo mi labio inferior tragando saliva.— Te amo.—susurra entre mis labios. 

— Sabes que yo también lo hago.

Mi relación con Tristán era más como un mejor amigo que un novio. Recuerdo que nos conocimos un día de lluvia y estaba entrando a una cafetería cuando él abrió la puerta y me golpeo en la cabeza. Recuerdo el dolor y que él empezó a reírse mientras se disculpaba y yo yacía en el piso. Me enojé mucho con él y luego, cuando me invitó un café con esa sonrisa que me cautivó desde el principio, mis defensas se debilitaron. 

— ¿Al final vamos a ir a la fiesta de fin de mes?— estaba jugando con sus dedos gruesos y sus manos tan blancas como la nieve, todavía me sorprendía su color de piel. Es como si fuera el único en su especie. 

Frunzo las cejas al recordar que el chico con quien choqué esta mañana, tenía el mismo color de piel que Tristán. 

Nota mental: Preguntar como se llama el chico desconocido.

Suspiro exasperada y sonrío con pesadez. 

-¿La verdad?-el asiente con su cabeza y sonríe emocionado- No tengo ganas de ir. Tengo un presentimiento muy feo, algo malo va a pasar. Y no quiero presenciarlo, Trist-murmuro con una mueca. 

Tristán empieza a refunfuñar y me mira molesto.

-Vamos, ven conmigo, sabes que eso puede ser una teoría. No siempre funcionan tus presentimientos-me dice entre besos. 

Miro sus ojos maravillada por ese brillo tan extraño que tienen. Eso es nuevo, desde hace un año que estamos saliendo, nunca tuvo ese brillo tan cautivador en sus ojos. Frunzo las cejas y arrugo mi nariz al verlos brillar fuertemente. 

Empiezo a temblar y siento mis manos más fría de lo normal y lo miro asustada. 

— ¿Que pasa?-comenta él mirando detrás de él. Luego su mirada cae en mi y me mira un poco asustado — Hey, ¿Qué sucede? ¿Estas bien? — me sacude por mis hombros y salgo de ese mundo tan astuto que se mantiene en secreto. — Dios, me asustaste, ¿Qué paso, nena?

Tardo en responder, algo dentro de mi me dice que no diga nada, pero mi cerebro y mis labios deciden hablar, por única vez. 

— Tus ojos.— murmuro cohibida.—Tenían un brillo raro.-observo de nuevo esos ojos azules, pero ese brillo no estaba, niego con la cabeza mientras me acaricio mi sien.-Olvídalo, debe ser por que no comí bien y por esos comentarios que me hicieron efectos. 

Tristán se remueve inquieto y sonríe nervioso. Me extraño por su reacción pero dejo pasarla por esta vez, solamente por esta vez ignoro todos esos pensamientos que me dicen que algo malo está pasando adelante de mis narices y yo no lo estoy viendo. 

— Voy a acompañarte a aquella fiesta, a pesar de mis instintos. — le digo mientras nos levantamos por que acaba de sonar el timbre de volver a clases. 

Trist sonríe felizmente y me abraza.

— Gracias, eres la mejor. Prometo no dejarte sola. — se separa de mi y vuelve a sonreír. — Tengo que ir a entrenar, luego te pido las cosas.— Besa mis labios por última vez del día y empieza a caminar de espaldas con su mochila. — Te veo esta tarde, luego del entrenamiento voy a tu casa. No me esperes, hoy salgo tarde. — me lanza un beso con un guiño y se da la vuelta desapareciendo. 

— ¡Alice! Vamos a clases.— Michell levanta sus manos y me hace una seña para que vaya junto a ella. 

Sonrío por última vez y agarro el brazo de mi amiga para ir a clases juntas. 

Trato de ignorar esos pensamientos que me dicen que no vaya a ningún lado, pero Tristán necesita que lo acompañe, y yo necesito despejarme un poco. 

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