Capítulo 10: "Puedes recostarte"
Mi razonamiento abandona mi cabeza para darle lugar a la furia, no lo pienso dos veces para abrir de golpe la puerta. Ellos se dan vuelta, pero sus expresiones son completamente diferentes a cuando me ven: uno, el castaño de pelo corto, sonríe y me mira de pies a cabeza; mientras que el pelirrubio con pinta de surfista y más alto se le desfigura la cara.
— ¿Qué haces por aquí lindura? Tendrías que tener cuidado, podríamos comerte— sentencia el más bajo, pero antes de que yo pueda soltar una carcajada por la estupidez que acaba de decir, él otro lo interrumpe.
—Imbécil, ella es Ellie...
—Ah... ¿Y qué?
— ¿No la conoces? ¡Dicen que es un monstruo inmortal! — me mira completamente aterrado y yo le sonrío levemente, irónica.
— ¿Y qué nos podría hacer una muj-?— Antes de que terminara su retrógrada pregunta, corro velozmente hacia él con un aro de fuego y lo golpeo de tal manera que sale disparado hacia la otra punta de la habitación, llevando consigo todos los pupitres y un estruendo gigante.
—Hermano, ¿En serio tan cavernícola eres? — le pregunto como si fuera un niño, trato de mantener la calma pero mi cuerpo entero está hirviendo y mis puños en fuego, fuego que se había esparcido débilmente en la ropa del recién golpeado y que este intentaba apaciguar entre grititos. Miro al asustado y el levanta las manos y se acuesta temblando en el piso, poniéndose a mi merced— buen chico— me río y dirijo mi vista hacia Any que apenas puede abrir los ojos y balbucea incoherencias.
La chica lleva tan solo un top triangular y una minifalda. Ahora mi mirada se centra en la persona acostada y temblando, me agacho para agarrar su cabello y despegar su cabeza del suelo bruscamente, tratándolo como la basura que es.
—Dame tu linda chaqueta— le ordeno y el lloriquea mientras se arrodilla y se la saca. Cuando me la da, lo levanto a la fuerza de su camisa y con un empujón de fuego (pero no lo suficientemente fuerte para quemarlo) lo envío hacia atrás con su amigo—Quiero que les quede bien claro que son una maldita escoria, y que si vuelven a tratar de hacer algo así me desharé de ustedes, no quedará ni una sola ceniza que limpiar— para demostrar la veracidad de mis palabras, me apoyo en un pupitre de madera, el cual automáticamente se prende fuego y en pocos segundos se incinera, pero sin que el fuego se esparza por todo el lugar, solo quedando allí y luego desapareciendo. Una técnica que he practicado hasta el cansancio estos días— Ustedes se quedan bonitos aquí, esperando por las consecuencias de sus actos ¿Si? — ellos me miran con miedo, yo envuelvo en llamas otra vez mi puño— ¡LES PREGUNTÉ SI LES QUEDABA CLARO!
— ¡SI! —respondieron muertos del pánico, el gusto que me da verlos así me gana y sonrío victoriosa, mientras agarró mi teléfono móvil y le envió un mensaje a Toma explicándole lo ocurrido y pidiendo que viniera para que los entregara a la dirección, porque yo, a mi pesar, debía ayudar a la persona que odio.
Me dirijo hacia ella, la cual esta desparramada en el suelo y se le alcanza a ver su ropa interior, por lo que me agacho y, muy difícilmente le coloco la chaqueta y se la cierro.
Me coloco a su lado y hago que su brazo rodee mi cuello, mientras yo la sostengo de la cintura y trato de levantarla. Después de unos intentos pude lograrlo, ya que comenzó a estar más consciente.
Empiezo a caminar con ella, pero con todo su peso apoyado sobre mí iba a dificultar el viaje rápido hasta la habitación de Toma, suspiró agotada ¿Qué más puedo hacer?
**
Cuando llegamos a la habitación lo primero que hice fue aventarla a la cama, lo cual ella respondió con un quejido pero a mí no me importó, por fin era libre y más liviana.
Y ahora ella se encuentra acostada en la cama, y yo tratándole a duras penas de dar agua. El ambiente es realmente incómodo y cortante, esta idiota hasta intentó matarme en varias ocasiones, pero aquí estoy yo sirviéndole como su enfermera.
—Mira quien se arregló— mis quejas mentales se interrumpen cuando Any logra emitir por primera vez algo claro, y yo la fulmino con los ojos esperando el insulto— que idiota, no puede ser que con tan poco maquillaje te veas bien...
Me quedo atónita ¿Acababa de decir un cumplido? ¿¡Un cumplido para mí!? ¿¡Hacia mi persona!? ¿¡La misma perra que me enlistó los mil y un defectos que tenía!?
—Wow— es lo único que sale de mi boca y comienzo a reírme sin comprender— de verdad estas muy drogada...
—Puede ser— se ríe débilmente y coloca su mano en la frente —Esos imbéciles de seguro pusieron algo en mi bebida porque sabían que lucida no iba ni a dirigirles la mirada... Y tú tuviste que venir a rescatarme como una heroína, justamente tú, que irónico.
—Quédate tranquila que ellos seguramente ahora están siendo juzgados por el director y están amenazados de muerte por mí— trato de calmarla con mis palabras.
—Está bien— dice sin más, como si fuera algo común, lo cual hace que mi estómago se retuerza y me impulse, ignorando la voz en mi cabeza que dice que me vaya, a preguntarle:
— ¿Cómo te sientes?
—Estoy acostumbrada a que los chicos se aprovechen de mi desde pequeña— exclama desinteresada— por eso comencé a aprender a cómo usar eso a mi favor y manipularlos, pero no puedo hacer mucho si me drogan ¿No?
Me quedo muda ¿Cómo puedo consolar a alguien a quien parecer estaba acostumbrada a que abusen de ella? Mi cuerpo se siente descompuesto y por ese momento, solo por ese momento, me olvido que ella es Any y le agarro cálidamente la mano.
—No tienes por qué sentirte acostumbrada— le expreso firmemente mientras nos miramos a los ojos. Ella se sorprende de mi accionar, pero rápidamente sus ojos comienzan a cristalizarse, alertándome de que he dado justo en el clavo. Pero antes de que pudiera ver las lágrimas caer, ella se sienta rápidamente y me da la espalda. Veo como trata torpemente de limpiarse el rostro y yo sin decir nada más le doy su espacio—Cualquier cosa que necesites, ya sabes, estaré en el pasillo.
—Si...—murmura, y antes de que yo cierre la puerta susurra— Gracias— yo le sonrío aunque no pueda verme y salgo por fin de la habitación.
El momento justo para poder ver a Toma dirigiéndose hacia mí, y a juzgar por el tono irónico de sus cejas no iba a quedarse callado ante el acontecimiento.
—No sabía que eras la mejor amiga de Any, pero debí suponerlo, siempre se llevaron tan bien— me dice sarcástico mientras se cruza de brazos.
—Aunque sea una mierda en esos momentos no podía dejarla así— le golpeo algo fuerte el brazo, tratando de hacerlo razonar— además fue divertido ver tiritar de miedo a esos simios, ¿sabías que se difundieron rumores turbios de mí? — le proclamo orgullosa.
—Y como lo has dejado, imposible que no se propaguen más de ellos— me niega con la cabeza mientras ríe— se entregaron solitos, ni siquiera querían decir tu nombre.
— ¿En serio? Genial entonces, un problema menos— me deslizó por la pared para quedar sentada y se coloca a mi lado solo para hacer lo mismo.
— ¿No tendrías que estar en tu casa en estos momentos? Tus padres podrían preocuparse— Toma habla en un tono neutro, con su vista fija hacia algo en la pared, al parecer demasiado relajado para expresar algo más.
—Últimamente viajan mucho a mi ciudad natal— le contesto de la misma manera que él, sumergiéndome en la relajación de los pasillos vacíos— sé que ellos me dejan aquí porque ven que por fin tengo amigos, asique ni siquiera han insinuado de mudarse.
—Ya veo, debes sentirte sola— yo ante su respuesta encojo los hombros.
—Me paso todo el día en el instituto corriente o en este lugar entrenando, no tengo tiempo para sentir algo más que no sea dolor en mis extremidades y cansancio— ironizo con una leve risa, pero el castaño de mi lado se queda serio.
—Puedes recostarte.
— ¿Recostarme? Any está en la cama-
—Me refiero aquí— me interrumpe y señala con unos golpecitos de dedos su hombro. Yo lo observo por un momento: sus ojos verde-grises cansados pero neutros, sus largas pestañas levemente caídas, mirándome fijamente sin ninguna expresión, pero yo no pude evitar un revuelto en mi estómago. Su cara expresaba que había estado cargando conmigo este cansancio y estrés. Después de esos segundos en que los dos nos miramos sin emitir ningún ruido, poso mi cabeza en su hombro, y él hace lo mismo conmigo.
¿Cómo iba a sentirme sola con él a mi lado?
**
El silencio pacífico de los pasillos de pronto se vio interrumpido por pisadas toscas de corrida, lo que nos hace enderezar nuestras cabezas rápidamente y dirigirnos con la vista hacia dónde provenía: Alex, completamente agitado estaba corriendo hacia nosotros.
Al momento en que nos percatamos de su identidad nos levantamos angustiados. Un nudo en mi pecho empieza a abarcar todos mis sentidos mientras escucho la noticia que tan desesperadamente vino para contarnos.
—Es Tina, la han atacado.
Perdón por el capítulo tan corto :( y por no haber publicado el domingo pasado, justamente elegí volver a escribir en plena época de parciales (soy estúpida). Estos capítulos serán algo cortos ya que son solo un puente que se necesita pasar para llegar al siguiente destino, por favor se paciente :( yo trataré de publicar otro entre semana para recompensarte. Muchísimas gracias por leerme, también puedes darte una vuelta por Elected ya que estoy reescribiéndolo, me daba pena dejarlo así de mal. Espero que estés bien <3
CHAO CHAO :D :D
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