CAPÍTULO 5

"Inesperado"

Año nuevo había pasado. Eran los primeros días de un nuevo año y sin embargo me sentía estancada en la misma mierda de siempre. Se suponía que al comenzar el año todos mis problemas habrían quedado atrás y yo sería una nueva persona, pero no. Los problemas se habían incrementado atormentando mi existencia.

Los últimos días se habían complicado más de la cuenta. Josh... O Lucas, o Josh. Rayos. Ya no sabía cómo referirme a él. ¿Cómo se suponía que debía llamar a un espíritu que no tenía cuerpo propio sino que había invadido el cuerpo de otro ser humano, y que ahora se hacía pasar por la persona cuyo cuerpo ocupaba? Definitivamente no era nada fácil encontrar una forma de llamarlo, así que desde este momento sería simplemente "él". No era nada creativo, lo sé, pero sería mucho más llevadero para mí que tener que decir cualquiera de sus nombres.

"Él" había estado viniendo muy seguido a casa. De hecho nunca entró. Solo tocaba la puerta, pero Johnny no lo dejaba pasar. Sé que no le contaba a Johnny qué era lo que me estaba pasando, pero él lo sabía, siempre sabía. Y creo que era por eso que entendía que no quería ver a "él". Sin embargo, a pesar de las negativas de Johnny a dejarlo pasar, "él" seguía viniendo todos los días, sin falta.

Una de las tantas mañanas en que quedé sola en la casa luego de que Johnny fuera a trabajar, el timbre sonó otra vez. Me encontraba en mi habitación con el pijama todavía puesto, y la paranoia total me invadió. Cerré la puerta de mi habitación y corrí la cómoda contra ella para evitar que "él" pudiese entrar. Sí, sabía que se trataba de él. No importada la hora del día, "él" siempre se hacía presente para atormentarme.

Me quedé en la cama, temblando. De repente el simple hecho de pensar en verlo nuevamente me aterrorizaba. Me mantuve inmóvil en la cama rogando por que dejara de tocar el timbre, pero la insistencia con que lo hacía no cesaba. Puse mis manos contra mis oídos para el sonido parara, tan solo quería que parara. Y como por arte de magia, lo hizo. Me pregunté si se habría cansado de insistir y se habría ido, porque entonces sabía con certeza que volvería en cualquier momento, por mucho que odiara la idea. Sin embargo, mi pesadilla no acababa. Sentí unos pasos que se acercaban. Me aferré a mi almohada con la idea de que eso me protegería, aunque sabía que era imposible. Los pasos se detuvieron en la puerta de mi habitación. Ya no había escapatoria para mí. "Él" me había encontrado. Intentó abrir la puerta sin resultados. La cómoda que había estaba cumpliendo su trabajo a la perfección. No obstante, no se dio por vencido. Empujó la puerta logrando que la cómoda se corriera unos pocos centímetros y haciendo que todo lo que había allí, incluido mi preciado espejo, se tambaleara, al punto de casi caer. Rápidamente me incorporé y tomé el espejo, estabilizándolo y evitando su caída.

─Está bien. Está bien. Te abriré. No necesitas romper mi puerta ni mis cosas, ¿ok? ─No me sentía a gusto abriéndole. Mi corazón palpitaba frenéticamente pero no tenía otra opción. No iba a saltar por la ventar para escapar de "él". Había dejado mi costado salvaje atrás, al menos por ahora.

─Pues ya era hora. Siento que estuve tocando ese maldito timbre por años. ─Mi corazón bajó sus pulsaciones estrepitosamente, calmándose.

─Maldita sea Lenny, podrías haber llamado y avisarme que vendrías ─dije mientras corría la cómoda para permitirle el acceso a mi habitación─. Casi me matas del susto.

─Bien, tienes razón. Podría haberte llamado, pero entonces ¿cómo iba a sorprenderte? Quería que fuésemos de compras para sacarte de este encierro que tienes, y me pareció una buena idea venir sin previo anuncio.

─De hecho, no es una mala idea. Debería salir. Y debería bañarme.

─Mmm sí, estás empezando a apestar. ─Bromeó Lenny.

─Ja ja ja, no me simpatizas ─respondí irónicamente.

─Oh vamos Lya, sabes que no podrías vivir sin mí incluso si lo quisieras. ─Lenny me guiñó un ojo mientras sonreía. De cierta forma era verdad. Lenny se había convertido no solo en mi amiga, sino también en mi confidente.

─¿Sabes? Tengo una pequeña duda. ¿Cómo hiciste para entrar? ─pregunté intrigada.

─Pues por la puerta.

─Ja, qué graciosa. Estoy preguntándote en serio Lenny.

─Te estoy diciendo la verdad Lya. Después de insistir e insistir, simplemente abrí la puerta y entré.

─¡¿Quieres decir que estaba sin llave?!

─Pues... sí.

Estaba entrando en pánico.

─Le pedí específicamente a Johnny que cerrara con llave. No entiendo cómo pudo...

─Cálmate un poco Lya. Relájate. Nadie iba a entrar a hacerte daño.

─Él sí.

─¿Él?

─Ya no sé cómo llamarlo así que preferí decirle "él". Es más fácil para mí. Me ayuda a sobrellevar la pérdida. Al menos eso creo.

Lenny se quedó mirándome. Se había quedado callado, algo inusual en ella.

─Le tienes miedo ¿verdad? ─Me quedé muda porque Lenny se había dado una vez más de lo que me pasaba, sin siquiera haber hablado del tema con anterioridad.

─No sé por qué me sigue sorprendiendo la manera en la que me conoces. Pero sí... Le tengo miedo. Demasiado. ─Mantuve la mirada baja. No sabía por qué me costaba tanto admitir el temor que le tenía a "él", pero al fin lo había hecho.

─Galya, esta situación es muy difícil para mí porque no sé cómo hacer para aconsejarte. No encuentro la manera correcta para decirte algo que te ayude. Nunca antes me enfrenté a esto. Aunque... Estoy segura de que ambas vamos a resolverlo. Vamos a traer a Joshua de regreso.

Eso era algo que no me esperaba. Lenny había dicho lo que tanto deseaba. Tener a Joshua a mi lado.

─No sabes cómo agradezco que quieras ayudarme a recuperarlo Lenny, pero no sabes cómo y obviamente yo menos, y la última vez que intentaste algo peligroso como una sesión médium, Lucas te poseyó y quedaste inconsciente.

─Sí, es verdad. Pero la próxima vez que haga algo como eso estaré más fuerte. Estuve leyendo muchos libros al respecto y practicando algunas cosas para ponerme fuerte. Sé que llegado el momento podré hacer lo que se necesita para traerlo de regreso. ─La seguridad con la que Lenny hablaba me preocupaba. Ella estaba dispuesta a arriesgar su vida por mí, por Josh. No era justo que lo hiciera. No podía permitírselo.

─No quiero que lo hagas Lenny. No quiero que te arriesgues. Tengo que aprender a dejarlo ir. ─No estaba dispuesta a perder a mi amiga también. Ya había perdido a Josh y eso era demasiado. Si perdiese a Lenny no podría soportarlo.

─Es que no lo hago solo por ti. ¿Acaso te has detenido a pensar en dónde podría estar el espíritu de Josh? ¿Cómo podemos estar 100 % seguras de que ahora descansa plácidamente en el cielo? Yo no lo estoy Galya, no estoy segura de que descanse en paz. Deseo con todo mi ser que así fuese, pero no lo sé con seguridad.

Lenny tenía razón, una vez más. Yo no tenía elementos para confirmar que Josh estuviese bien, donde fuese que estuviese. Tendría que confiar en Lenny.

─Está bien. Dejo esto en tus manos Lenny.

─Bien. Solo necesito tiempo. Yo...

El timbre sonó.

─Es "él". ─La ansiedad comenzó a manifestarse en mi cuerpo, provocándome un dolor en mi estómago.

─Lamento decirte esto Lya, pero tienes que enfrentarlo. Ahora más que nunca. No pienses en el miedo que sientes, piensa en que lo necesitamos para traer de vuelta a Josh. Necesitamos su cuerpo. Así que si necesitas mentir y pretender que te agrada, lo harás. Debes mantenerlo cerca de ti para que acceda a ayudarnos.

Me quedé en silencio, sopesando mis posibilidades, pero no había otra opción, debía hacer lo que Lenny me decía.

─Está bien. Lo dejaré entrar.

Bajé las escaleras lentamente, con el miedo todavía recorriéndome. Me acerqué a la puerta y al tomar la manija, tomé una profunda respiración. Pero cuando abrí...

─¡¡¡Sorpresa!!!

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