Capítulo Séptimo.
Helery
El día de la fiesta era hoy, el señor Worthington había decidido que hoy nadie trabajaría, así habría más tiempo para descansar y estar listos para la diversión. Yo había tomado la decisión de no ir, no quería ver al idiota de Lance junto a su prometida, de tan solo pensarlo, me ardía la sangre, la verdad no sabía el por qué me sentía así y realmente no quería averiguarlo. Bueno, al menos eso era lo que había pensado, hasta que Kurt había terminado de convencerme para que fuera, realmente no sabía cómo lo había logrado, pero ahora me encontraba en el auto de Kurt rumbo a la fiesta más grande del año.
—¿Por qué una fiesta de disfraces? —pregunté tratando de acomodar mi mini falda o como le decía yo, culi falda.
—Mira el lado positivo Helery, podrás hacer lo que quieras y nadie sabrá que eres tú. —animó el chico con una gran sonrisa.
—Esto es absurdo, yo no quería venir —rebuzné—. Todo es tu culpa.
—¡Hey! Yo no te obligué, tú viniste y ya. —se defendió para luego guiñarme un ojo.
Yo lo miré fijamente con mi rostro enojado, Kurt era un tonto, pero tenía razón, no había puesto un arma en mi cabeza obligándome a venir, solo había encontrado los puntos adecuados para convencerme y lo había logrado. Poco a poco nos íbamos acercando a la fiesta, a leguas se podía escuchar la fuerte música del lugar y alguno que otro grito de felicidad, se nota lo bien que todos la estaban pasando.
Después de unos minutos, al fin habíamos llegado a la fiesta y lo único que podía observar era la gran multitud de gente al rededor y la fuerte música que opacaba los demás sonidos. Kurt se ofreció a traernos algunas bebidas, mientras yo me quedaba parada observando todo con detalle, realmente no reconocía a nadie, todos tenían muy buenos disfraces, Kurt tenía razón, aquí podríamos hacer lo que quisiéramos y nadie se daría cuenta, ésta noche iban a pasar cosas muy emocionantes.
—Toma. —musitó Kurt ofreciéndome una copa.
—Gracias. —agradecí con una sonrisa.
—Iré a bailar un rato ¿Quieres venir? —preguntó estirando su mano para que la tomara. Rápidamente hice una mueca y negué con la cabeza.
—Tal vez después. —él asintió para luego irse y perderse entre la multitud.
Una vez que estuve sola decidí subir al último piso, donde probablemente la música no estaría tan fuerte y no habría tanta gente, además, tendría tiempo de despejar mi cabeza y pensar sobre diferentes cosas de la vida. Mientras iba subiendo por las escaleras, me encontré con varias personas haciendo diferentes cosas; Algunas se drogaban mientras se reían como si estuvieran locos. Otros se besaban apasionadamente mientras se tocan por todas partes. Pocos solo charlan de la vida mientras bebían algo fuerte.
Seguí caminando hasta llegar a la parte de las habitaciones, decidí entrar a una de ellas para divisar en el balcón, pero inmediatamente me arrepentí al escuchar aquellos sonidos.
—¡Ah! Sigue, más rápido. —gimió la chica mientras el hombre tras ella la hacía suya.
—¿Así te gusta? —preguntó con descaro.
—¡Mierda! Me fascina. —jadeó.
La chica se encontraba encima de una mesa boca abajo, sus dos piernas estaban flexionadas a cada lado, dejando su hendidura totalmente expuesta hacia el hombre, quién la penetraba sin compasión. Rápidamente cerré la puerta sin hacer ruido y corrí hacia otra habitación, pero estaba tan distraída con lo que había visto, que choqué contra un chico cayendo encima de él. Mi falda se corrió hasta quedar en mi cadera, dejando a la vista mis bragas, el chico quedó en shock al tratar de levantarse y terminar con sus manos en mi trasero desnudo.
—Atrevido. —murmuré para luego levantarme y acomodar mi falda.
—Tú fuiste la que se lanzó hacia mí. —dijo con su voz temblorosa, estaba borracho, muy, pero muy borracho— en fin, soy irresistible.
—Imbécil. —dije para luego irme.
Todos en esta fiesta estaban locos, yo solo maldije el día en el que acepté ponerme un disfraz de Ángel donde mis pechos quedan expuestos y mi trasero quedaba al aire libre con la maldita culi falda.
¿Es un disfraz de Ángel o de puta? Maldita sea.
La noche estaba pasando rápidamente, ya eran las tres de la madrugada y el alcohol comenzaba a hacer efecto en mi cuerpo. Kurt había desaparecido desde que llegamos, por ahí había escuchado que se había ido a coger con una empleada de la empresa. Es un coqueto, realmente no entendía los celos de Carolyn, claramente no le interesaba en lo más mínimo a Kurt, qué tonta. Al final decidí salir de aquella habitación con balcón y adentrarme en una que no tuviera ni una sola ventana, quería descansar y dejar a un lado el mundo, pero por cosas de la vida, terminé nuevamente encontrándome con aquel chico extraño con el que había chocado
—¿Me estás siguiendo? —preguntó con cierta burla.
—En tus sueños, idiota. —dije para luego tratar de salir.
—Estás muy tomada, te puedes lastimar. —susurró cerrando la puerta delante de mí.
—Eso no te importa. —respondí tratando de abrir la puerta nuevamente, pero todo era en vano.
El chico me tomó de la cadera y me lanzó a la cama con brusquedad, mi falda nuevamente quedó a la altura de mi cadera dejándolo ver mis bragas, rápidamente mi corazón empezó a la latir con fuerza, sintiendo el miedo recorrer todo mi cuerpo.
—¡¿Qué mierda haces?! —grité con temor. ¿Acaso me iba a violar? Todo es culpa de Kurt, maldita seas Kurt.
—Mi prometida se está revolcando con casi todos los hombres de la fiesta, los demás creen que soy un imbécil que no se da cuenta —suspiró para luego continuar—, pero aunque quisiera, no puedo romper el compromiso, mi empresa depende de nuestra unión.
—¿Qué tiene que ver la zorra de tu prometida con esto? —cuestioné confundida.
—Que tal vez me quieras ayudar a vengarme un poco. —dijo para luego quitar su camisa, dejándome ver su hermoso y trabajo cuerpo— te propongo un trato, solo debes hacer algo.
—¿Q-qué cosa? —pregunté con la voz entrecortada mientras él se acercaba a mí.
—Abre las piernas. —susurró en mi oído.
Yo seguía en shock sin entender lo que estaba ocurriendo y sin darme cuenta, ya me encontraba debajo de él sintiendo como besaba mi cuello con desesperación, como si no hubiera estado con una mujer desde hacía mucho. Yo me dejé llevar por el momento y abrí un poco mis piernas para darle más comodidad, él aceptó mi invitación y empezó a mover su pelvis contra mi entrada, haciéndome suya por encima de la tela.
Su pene erecto y duro, golpeaba con brusquedad mi entre pierna, sintiendo como ambos sexos se chocan causandome una sensación deliciosa. Mi entrada empezaba a mojarse rápidamente, calentándose con facilidad.
—¿Puedo? —preguntó poniendo sus manos en el borde de mis bragas.
—S-sí. —murmuré con mi respiración echa un desastre.
El chico quitó mi braga con movimientos torpes, aún se notaba lo tomado que estaba, pero bueno, yo estaba igual o peor que él, estaba segura que nunca hubiera aceptado esto si hubiera estado en mi sano juicio, pero en este momento, no me quedaba ni una gota de cordura. Una vez que quitó mi braga, hundió su cabeza en mis piernas empezando a lamer mi clítoris mientras me penetraba con sus dedos, mi espalda se arqueaba sintiendo una corriente eléctrica traspasar mi piel. No tardé mucho en empezar a gemir, mientras me aferraba a su cabeza para que lo h más rápido.
—¡Oh, joder! —jadee sintiendo mis piernas temblar—. Lo haces muy bien.
—Solo espera a que lleguemos a la mejor parte, pequeña diabla disfrazada de Ángel.
Perdón por la demora mis amores, el trabajo consume 12h de mi tiempo, lo cual me deja sin ganas de escribir, pero bueno, aquí estamos nuevamente.
Gracias por los que se han quedado, esperando por un nuevo capítulo.
¿Quién cree que sea el chico extraño?
Los quiero mucho mis amores, nos vemos en un próximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top