Capítulo 13
Sí, me quedé a cenar en casa de Oliver; mirando a su padrastro por ser un falso y un hipócrita, además de ser un tipo tan nefasto; también tuve una pequeña discusión con él; acerca de por qué quería que Oliver pagara esa cerveza con su propio dinero (pésima idea porque Oliver me miró disgustado mientras me rogaba, con los ojos, y telepáticamente, que por favor cerrara la boca y no lo hice).
—¡Richard! —Oliver gritó tras un comentario que le hice a su papá por decirle que no era justo que el poco dinero, o mucho, que Oliver tenía, lo usara para comprarle bebidas alcohólicas a él. En serio, ¿no me podía callar la boca?—. ¿Ya te vas? ¿No es un poco tarde para que estés aquí? Puedo llevarte a tu auto, vamos.
—Sí, ya es algo tarde, tienes razón; mejor me voy a mi casa —llevé los trastes que usé al sink; y me dispuse a lavarlos, Oliver, junto a su padrastro, intentó impedirlo; pero lo hice de todos modos—. No importa si me dijiste que no lo hiciera; creo que es más importante mostrarle a tu padrastro que no soy un inútil que tiene sirvientes que le hacen todo el heavy lifting —él solo rio por lo bajo.
—Es que sí los tienes, Richard; eso es algo que no hay en esta casa —un comentario tan innecesario and so out of place—. Mi intención no es hacerte sentir incómodo, pero ¿era necesario que te pusieras a discutir con él? —le respondí con un poco de clemencia que sí, sí era necesario que empezara a discutir con él; su padrastro, porque no era justo que Oliver pagara por sus vicios—. No estoy tratando de defenderlo, simplemente quiero que entiendas que por él todavía podemos subsistir mamá y yo; ya que su sueldo no es suficiente para mantenernos con bienestar en esta casa; pero tu papá le paga bien a mi padrastro, entonces, con su sueldo y el poco salario de mamá: vivimos en paz.
—¿De qué trabaja tu mamá? —vi su cara de molestia en cuanto le solté la pregunta; sin aviso y sin permiso—. Don't look at me like that! Estoy tratando de ayudarte a que lo dejen, porque sí es muy injusto lo que te hace hacer a cambio de querer beber una cerveza; ¡es eso! No trato de que les vaya peor, solo quiero ayudar —su padre tenía unos ahorros en el banco; se tuvieron que gastar después de su partida de este cruel mundo, su madre no concluyó sus estudios y trabajaba a veces como camarera, mientras que otras veces tenía que ir a limpiar piscinas, hacer la comida o limpiar la casa de gente que trabajaba lo suficiente para poder pagar una mucama; alguien que ayudara en la casa—. Oh, damn!; no tenía ni idea, Oliver; trust me when I say I'm sorry! Entonces ¿tu padrastro qué estudio o qué papel desempeña en la compañía de mi padre?
—Él es ingeniero en sistemas; supervisa todos los aspectos de un proyecto o sistema en una variedad de campos ya sea software, transporte, desarrollo de productos y fabricación del mismo: eso fue lo que me explicó —la compañía de mi padre tenía muchísimos ingenieros en sistemas y papá sí les pagaba muy bien por toda la labor que desempeñaban en Vallaj Company; entonces sí, tanto su mamá de Oliver como él mismo necesitaban de ese haragán (que tal vez mi insulto no encajaba con la situación, debido a que no rechazaba el trabajo ya que él era quien brindaba el dinero suficiente para seguir manteniendo la casa)—. Así que no te metas en nuestros asuntos y, por favor, no lo insultes más.
—Hablaré con mi padre, le pediré que se aumente el sueldo; supongo que se lo merece ya que los ingenieros en sistemas deberían ganar algo más que solo ochenta dólares la hora —Oliver me pidió que no se me ocurriera ni pensarlo porque esa era la razón por la que justamente no quería que su padrastro nos viera juntos; después mencionó algo sobre no confiar en mí porque eso era algo que no quería que yo hiciera—. Déjame ayudarte o déjate ayudar; no me puedo quedar con los brazos cruzados sin hacer nada por ti, es lo único que me interesa hacer.
—Si lo haces, créeme que será una de las peores cosas que hayas hecho jamás y no te lo perdonaré por nada ni por nadie —no dejé que me pusiera en esa discusión de estar atorado entre la espada y la pared; así que le respondí despectivamente—. No lo hagas, Richard; por favor, estamos bien: nunca nos ha puesto una mano encima ni a mamá ni a mí; con su sueldo, y lo poco que ganamos mamá y yo, podemos vivir una buena vida en una buena casa.
—¿Una buena casa? —mi lado más clasista salió a flote—. Ni siquiera tienen azulejos en el piso y un lavavajillas -«no mencioné que tuviéramos tantos lujos», fue la respuesta que Oliver me ofreció tras poner los ojos en blanco—. Tienes razón, lo siento; solo que podrían vivir en una mejor casa si me dejaras ayudarles a tu mamá y a ti; no veo otra forma mejor que no sea subiéndole el sueldo a tu padrastro, tal vez pueda contratar a tu mamá para trabajar en la cadena de restaurantes que vamos a abrir.
—No, no van a abrir una cadena de restaurantes para que mamá pueda trabajar ahí —habló con serenidad—. ¿Por qué eres tan insistente en ese tema? Hemos vivido bien los últimos meses y no creo que nos haga algo de repente como soltarnos un golpe o que nos falte algo como pagar alguna factura o yo qué sé; no puede estar tan mal —«déjame ayudarte, por favor; no quiero que vivas más con él y se aproveche de ti o de tu madre, es todo lo que pido, ¿tiene algo de malo acaso?», le mencioné—. No te pido que no me ayudes, solo que me dejes vivir esta batalla por mi cuenta.
—Está bien —por fin accedí—. Solo me gusta ayudar a mis amigos, eso es todo; no quiero incomodarte ni que pienses que no me lo estoy tomando en serio, si dices que no quieres que le diga a papá que les suba el sueldo a los ingenieros en sistemas, está bien porque no se lo diré —«Cindy se encargará de ello», musité en voz tan baja que Oliver no pudo escucharme; se lo dije y él no escuchó, entonces eso ya no era asunto mío—. Creo que ya tienes que entrar a tu casa o tu padrastro podría enojarse; ¿de verdad es tu padrastro?
—Lo digo porque es mejor que referirme a él como «la pareja de mamá» —miró hacia los costados—. Pero yo no lo considero mi padrastro; solo ha sido la persona que nos ha dado manutención los últimos tres meses, tal vez no sea mi padrastro y tengas razón respecto a eso —es que yo no mencioné que no lo fuera; aunque mi comentario pudo referirse a que de verdad no era su padrastro—. Ya no lo consideraré como mi padrastro; henceforth, y todo gracias a ti.
—¿Lo llamas por su nombre? —en ese momento, descubrí que el nombre de la pareja de su mamá era Ethan Cooper; su mamá había decidido no cambiarse el apellido por el debido respeto que se le debía haber guardado al difunto; eso fue lo que me comentó Turner—. ¿Cuál es el nombre de tu madre? Digo, si lo quieres compartir conmigo, claro está que con gusto te escucharé; puedes confiar en mí.
—Zoey Elizabeth Turner, ese es el nombre de mamá —sonrió mientras se miraba sus pies; ¡era tan hermoso, damn!—. Creo que haberse casado con él no ha sido un error del todo, porque tu papá le paga bastante bien; al menos lo suficiente para poder subsistir y darnos manutención, si eso es lo que te interesa —tal vez yo me había acostumbrado tanto a los lujos que no veía más allá de mi privilegio; chico blanco, alto, ojos azules, estudiado en las mejores escuelas del país; excepto que no estudié la universidad, siempre tuve sirvientes que ayudaban en las labores de la mansión; incluso me preparaban la ropa con antelación para que el día después me fuera a la escuela; uniforme lavado y planchado; por lo menos fue así hasta que cumplí quince años porque yo era el responsable de planchar mi uniforme; aunque no de lavarlo porque la servidumbre eran quienes se hacían cargo de esas labores; no podía ver más allá de mis privilegios de hombre blanco—. Así que puedes dejar de preocuparte por mí; yo juro que estaré bien.
—Juro que haré que valga la pena todo el dolor y sufrimiento que estás viviendo gracias a él —necesitaba decirle a papá que les diera un aumento a los ingenieros; en especial a él—. ¿Cómo dices que se llama la pareja de tu mamá? —pero necesitaba ser un poquito más cauteloso respecto a conseguir la información sobre la pareja de su madre; el sustento de sus vidas—. Quiero decir, si es que me lo puedes decir, claramente.
—Su nombre es Ethan, Ethan Cooper; por segunda ocasión —pero yo necesitaba más información sin verme tan obvio; no supe cómo decirlo—. Liam Jack Turner Morgan; that was my father's name —no hizo falta que se lo pidiera porque me lo contó sin habérselo preguntado; simplemente le agradecí por la información que me brindó sin siquiera habérsela pedido—. No vayas a hacer algo sin consultarlo conmigo primero, por favor.
—¿Crees que yo de verdad lo haría, Oliver? ¿De verdad crees que yo intentaría hacer algo así sin consultarlo contigo? —le espeté, pero no quise que me respondiera en absoluto—. No me respondas; pero no lo haría, créeme que no y mucho menos haré algo que te incomode. Trust me!
—Confiaré en ti, Richard; solo espero que Cooper no tenga un aumento de salario de forma inesperada —no había pensado en eso—. Y, sobre todo, que ese aumento de salario sea porque tú le hayas dicho al señor Zachary Vallaj; tu padre, que sería bueno que los ingenieros reciban un pago extra por el trabajo que hacen —eso sí lo había pensado; no fui yo quien le dijo a papá sobre el aumento de salario, ¡fue Cindy la encargada! Y yo le debía una muy grande a mi hermanita querida.
—No hay problema —inflé un poco mis mejillas y sonreí al mismo tiempo; Oliver me preguntó si era normal ese tipo de expresiones en mi rostro—. Sí, claro, son bastante normales; me gusta sonreír con mis mejillas infladas y hasta me siento bien al hacerlo, ¿sabes? —había llegado el momento de despedirnos, porque ya era demasiado tarde y nosotros seguíamos hablando; me despedí de él, subí a mi auto y esperé a que Oliver volviera a entrar a su casa, esperé unos diez minutos y no pasó nada; así que decidí irme.
Había llegado el momento de llamar a Cindy; le hice una videollamada por Face Time y durante la llamada, ella no entendió por qué de repente me entró la idea de querer que los ingenieros, e ingenieras, en sistemas ganaran más dinero; tuve que sacarme algo de la manga para que Cindy dejara de preguntarme ese tipo de cosas; aunque Oliver me hubiera dicho que todo estaba bien, no le creí nada de lo que dijo y necesitaba mi ayuda.
—Déjame ver si entendí —Cindy se aclaró la garganta a través del teléfono y se acomodó su cabello-. Entonces ¿quieres que las y los ingenieros en sistemas ganen más dinero simplemente porque te interesa que ganen lo que se merecen debido a que crees que papá les paga muy poco? -Cindy lo entendió muy bien a la primera-. Casualmente, no está Scott de por medio, ¿verdad? -¡me había olvidado de Scott; oops!
-¿Qué dices, Cindy? -había mucho nerviosismo; acompañado de un poco de narcisismo, en mi voz—. ¡No, Scott no tiene nada qué ver en esto! —Cindy no comprendía por qué yo le gritaba, así que tuve que inventar algo—. Perdona, creo que dije mal esa parte, realmente quise decir: no, Scott no tiene nada qué ver en esto.
—Así está mucho mejor, Richard; no entiendo por qué me gritaste y no me importa en lo más mínimo —puse los ojos en blanco—. Aunque después te calmaste y, hablando de él, cuéntame ¿cómo te va con respecto a Scott? —Scott y yo ya no frecuentábamos tanto como la gente creía porque él me estaba dejando vivir mi duelo en paz; o al menos eso fue lo que yo pensaba, él no sabía que yo andaba en planes de estar con Oliver porque pensé que era lo mejor para ambos. Así que le dije a Cindy que él y yo estábamos bien, en lo que a mí respectaba; pero eso no le interesaba en lo más mínimo a Cindy.
—Mejor hay que hablar de otra cosa —le cambié la jugada; no quise hablarle de cómo iban las cosas con Scott—. Necesito que le digas a papá que tenga especial consideración con el ingeniero Ethan Cooper, por favor y muchas gracias por todo, Cindy —así comenzaba mi plan; mi maquiavélico plan, para que el padrastro de Oliver pudiera tener un aumento de salario en su empleo; de una manera sumamente discreta.
—Espera solo un segundo, por favor —tal vez me descubrió—. ¿Estás saliendo con alguien que está trabajando en la compañía de papá? —me quedé estupefacto y con mi mandíbula casi tocaba el piso de mi mansión—. No he ido a ver cómo están las cosas por allá en Itaville; pero puedo imaginarme que ha de ser alguien muy guapo, alto, blanco y con barba; bastante sexy en verdad, Richard. Entonces solo puedo felicitarte por eso; ¿un ingeniero? Mi amiga Stacey me contó que los ingenieros tienen un no-sé-qué; pero los ingenieros saben besar muy bien.
—¡Cindy! —le gritaba para que Cindy dejara de hacer esas suposiciones—. No, no salgo con un ingeniero que trabaje en la compañía de papá y muchísimo menos con Ethan Cooper —«entonces ¿por qué te interesa tanto que le suban el salario a Ethan, Richard?», fue la pregunta que me hizo mi hermana Cindy; claramente yo estaba buscando una excusa, no le iba a decir que, en realidad, se debía a que fue porque su hijastro me enamoró, ya que ella preguntaría dónde diablos quedó Scott Robinson y yo le diría que Scott estaba perdido en el universo buscando a su madre; quien se fue y no había vuelto con Scott; Sandy, Sandy, Sandy..., ¿por qué le hiciste la vida tan complicada al pobre Scott al marcharte tan de repente y sin avisar a nadie?—. Es que es el papá de un amigo y últimamente no les va tan bien en la vida como uno creería que les va porque el hijo fácilmente podría buscar trabajo de modelo.
—El modelaje no es tan buen empleo; muchas veces tienes que sufrir porque te esfuerzas en no subir de peso, haces muchísimo ejercicio y te preguntas si lo que comiste en un día cualquiera estuvo bien —Cindy nunca había sido modelo o yo no lo recordaba—. Así que, entiendo que él no haya querido buscar un trabajo de modelo; créeme que lo sé muy bien porque, cuando estaba en la universidad, me ofrecieron un trabajo de modelaje y no podía pesar más de lo que yo medía; mido un metro con sesenta y seis centímetros, Richard, ¿te imaginas cuánto era lo que yo tenía que pesar? —esa era una parte de Cindy que no conocía y yo pensaba que, al menos, conocía bien a mi hermana; ¡mentira!, a veces Cindy ni siquiera me caía tan bien como cualquier persona lo pensaba.
—¿Me harías ese favor, Cindy? —Cindy me comentó que lo haría; pero también era mentira que a Oliver y a su mamá; acompañada de su asquerosa pareja, les iba bien (o eso fue lo que él mismo me dijo y por eso no quería que yo me metiera; pero la verdad era que yo no entendía de razones, porque necesitaba que Oliver y su mamá tuvieran los lujos que yo mismo tenía); quizás estaba en un error y no comprendía que no todo el mundo tenía las mismas oportunidades, ventajas y esos privilegios que Cindy y yo tuvimos, o gozamos, desde que nacimos—. Te lo agradezco demasiado: ¡muchas gracias, Cindy!
—No es nada, Richard —después tuve que preguntarle cómo estaba; ella, su esposo Peter y el pequeño Mike, mi sobrino, que conocí mucho tiempo después—. Mi esposo y mi hijo estamos bien; creo que nunca habíamos estado mejor, gracias —¿tanto tiempo pasó y yo seguía sin conocer a mí sobrino?—. Entonces ¿tú ya no estás con Scott? ¿Ahora con quién estás, Richard? Te pregunto todo esto porque es raro que tú estés soltero, ¿sabes?
—Es que es un tema del que no me gustaría hablar en este momento, Cindy, y tal vez nunca —me rehusaba a hablar sobre cómo me iba en mi vida amorosa; que era tan desastrosa como un huracán cuando pasaba y dejaba a su paso todo un desastre—. Scott y yo ahorita nos dimos un ligero break porque creo que piensa que sigo sin superar su muerte; así que decidí aplicarle un ligero ghosting —al final sí opté por contarle mi situación con Scott porque, at the end of the day, ella era mi hermana y creí que de verdad merecía saberlo; aunque yo no quisiera—. Es todo lo que puedo contarte, Cindy.
—Ya entiendo lo que pasa, Richard —ella empezó a unir las piezas del rompecabezas que era mi vida amorosa y lo dijo a la perfección: «te tomaste un tiempo con Scott porque te encontraste con tu amigo al que vas a ayudar porque quieres que le suban el salario a su papá, Ethan; pero tú y yo sabemos que te enamoraste de él como nadie se imagina por ser tan hermoso que incluso duela, ¿no es cierto, hermanito querido?», tuve que asentir con la cabeza y preguntarle cómo es que se había dado cuenta tan rápido de mi situación en ese momento—. Es que tú no haces cosas si no tienes un interés; romántico o de amistad, por esa persona, hermano.
—Pues algo así, Cindy, no lo puedo negar, ¿sabes? —¡maldición! Ella lo sabía; pero Cindy era mi hermana y eso significaba que no podía pasarme nada malo, o algo del otro mundo, si ella lo sabía; nunca tuvimos la confianza de platicarnos sobre nuestras relaciones amorosas o sobre la persona que nos tenía con una flecha en el corazón (tal vez se debía a que yo estaba con Jessie Jones y casi nunca había problemas entre ella y yo; además de que estaba el hecho de que ella se fue a hacer su vida aparte con otro hombre)—. La verdad es que sí, Cindy; Oliver es un chico bastante atractivo; es bisexual y está muy guapo, es mucho más guapo que Scott; aunque yo pensaba que Scott era muy guapo, imagínate qué tan guapo tiene que estar él, ¿eh?
—No puedo argumentar nada contra eso que me estás diciendo, Richard —a Cindy le encantaba estar de acuerdo conmigo; eso pensé, o al menos eso me demostró, por el hecho de que casi nunca hablábamos de algo que no fuera la escuela (en mi caso) o el trabajo (en el caso de ella; siempre fue así)—. Debe de ser un chico bastante guapo, ¿tiene algún problema o hay algo de lo que tenga que preocuparme al respecto?
—Sí hay algo que es malo —no era un defecto; solo que Oliver tenía novia y eso era demasiado—. Es bisexual, como ya lo mencioné, y tiene novia; lo cual es malo porque me hace sentir celos de ella; aunque sí fuera soltero, sería peor, ¿sabes? —yo era demasiado guapo, ¿por qué no podía estar con él? ¿Qué era lo que me hacía falta para ser Richard Vallaj de Turner y Oliver Turner de Vallaj? Empecé a molestar un poquito.
—No deberías estar celoso de la novia de Oliver —Cindy me tranquilizó—. Si él no es para ti, no es para ti y listo; recuerda que los zapatos no entran a la fuerza y lo sé por Cinderella, Richard —ella tenía razón en que no debía forzar las cosas y que si estaba destinado a pasar, iba a pasar; si no, no iba a pasar—. También estoy segura de que lo quieres ayudar para que se sienta en deuda contigo y esté a tu lado forzadamente; así que lo voy a pensar mejor y un poco más con respecto a decirle a papá sobre el aumento de salario para los ingenieros en sistemas.
—No, no es cierto —casi le grité a Cindy por lo que dijo y mejor me puse a la defensiva; aunque sí era verdad—. No quiero que Oliver se sienta en deuda conmigo por ayudar a la pareja de su mamá a que le suban el sueldo —pero ella tenía razón; yo sí quería de verdad que Oliver se sintiera en deuda conmigo y se sintiera obligado a estar conmigo; era más conveniente hacer el amarre de una canción que recordaba que era de un género musical que yo no conocía del todo bien—. Siempre puedo hacerle un amarre para que esté conmigo.
—¡Estás enfermo, Richard! —tenía razón, eso no estaba bien—. Esta vez sí me compete decirte que no lo hagas porque un amarre es algo muy serio; es tan serio que casi nadie puede hacerlo, ten más consideración con respecto a ese tema o le voy a decir a papá que, no solo quieres que le suba el salario a Ethan, ¡quieres hacerle un amarre al hijo de la pareja de Ethan!
—Puede que tengas razón, Cindy —olvidé guardarme para mí mismo el detalle del amarre que había en una canción; no tan popular, de una artista; bastante popular en ves de habérmelo guardado para mí solito; ella no tenía que enterarse—. Olvida que dije eso, por favor —mi sobrino, el pequeño Mike, le preguntó a Cindy acerca de qué era lo que yo estaba diciendo y qué era un amarre-— Pues es cuando quieres que alguien te quiera de manera muy forzada; no puede ver a nadie más que no seas tú.
—¡Cállate, Richard! —he de admitir que entré en pánico—. No metas a Mike en esto, ¡él no tiene la culpa de que seas un lunático que quiere hacerle un amarre a alguien que no te ama! —«ignora al tío Richard; no tiene ni idea de lo que dice, amor»; eso fue lo que Cindy le comentó, yo entré en calor y sentí cómo el rubor se me estaba subiendo a la cara—. Por favor, no metas a mi hijo en esto, Richard; él es un niño todavía y no quiero que sepa lo que es un amarre.
—Eventualmente lo sabrá; cuando entre a la escuela, porque Mike va a hablar con sus compañeras y compañeros, lo buscará en internet o Peter se lo dirá cuando se lo pregunte —Cindy tomó su teléfono y comenzó a teclear una serie de palabras; le escribió a Peter que nunca jamás en la vida le explicara a Mike lo que era un amarre y que lo escuchó de parte mía—. De acuerdo, Cindy; pero Mike algún día lo sabrá.
—No quiero que sepa que su tío es capaz de hacer eso —en eso tenía razón, entonces se me ocurrió limpiar ni imagen con mi sobrino; para eso, grité que no era cierto y que mejor me callaba la boca antes de seguir metiéndole ideas—. Ok, eso estuvo bien, Richard: gracias y ¡no intentes hacer una estupidez como esa! Porque en serio que eso es horrible; es algo que no le desearía ni a mí peor enemigo.
—Está bien —resoplé—. No haré una estupidez de ese tamaño; ya me resigné y he decidido no hacer ese tipo de estupideces, porque sé que es algo bastante malo, gracias, muchas gracias por la retroalimentación —mi tono de voz no fue sarcástico; pero no sonaba que fuera cien por ciento sincero—. Espero que sepas que ya ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi; sí lo sabes, ¿no?
—Sí, ha pasado un tiempo; pero entiende que no puedo dejar mi trabajo y he tenido muchísimas, y muchísimos, pacientes COVID, no quiero ponerte en riesgo ni a ti ni a mamá o papá —le grité a Cindy que siempre era tan considerada, pero con un tono de dulzura—. Gracias, hermanito, oye: tengo que irme a darle de comer a Mike y todas esas cosas —era algo estúpido que Cindy no pudiera ir a verme a Itaville por miedo a contagiarme a mí, a mamá o a papá; pero que no tuviera miedo de contagiar a mi sobrino—. Hablaremos, te prometo que no será la última vez y nos veremos muy pronto; también te lo prometo.
Me despedí de Cindy, me preparé y empecé a hacer ejercicio en casa; había un gym en la mansión (que ya casi era mía), para disponerme a hacer ejercicio; ya tenía el cuerpo que tenía hacía un par de años (dos mil diecisiete a dos mil veintidós; empecé a ganar peso y a perder condición física en el año de dos mil veintitrés) y aun así yo seguía haciendo ejercicio para no perder mi condición ni el maravilloso cuerpo que tenía (también porque me costó muchísimo trabajo conseguirlo de vuelta). Who was I kidding? Lo hacía; todo el tiempo lo hice, para ganar la atención de Oliver y que empezara a verme como lo que yo era; un joven bastante sexy.
De repente, me entraron ganas de ver a Scott un rato; terminando de hacer ejercicio, entré a ducharme, me metí dentro de unos pantalones ajustados color negro, unos tenis blancos de una marca muy reconocida en los Estados Unidos, una white T-shirt y una chaqueta de cuero que era de un color negro; era el mismo outfit que Scott me había armado para que volviera a tener la seguridad y confianza que ya no tenía desde aquel horrible día. Se me ocurrió llamarle en cuanto iba en camino a su casa y Scott no me obligó a hacerlo; simplemente, lo hice porque quise y listo.
—¿Hola? —Scott se escuchaba aburrido, ay, no; eso se tenía que solucionar—. ¿Qué pasa, Richard? Es raro recibir una llamada de parte tuya últimamente porque te dije que me llamaras cuando estuvieras listo y supongo que ya estás listo —¡Dios, qué pesado era Scott!—. Supongo que ya estás listo para hablar conmigo por fin, a eso me refería.
—Ya cállate —ni siquiera lo dejé preguntarme el porqué decidí callarlo de mala manera—. Voy directo a tu casa en mi auto convertible, ¿lo recuerdas? Ese donde hicimos ya sabes qué cosas y estoy seguro de que sabes cuándo las hicimos; ese automóvil, y no tardo mucho en llegar a verte —se emocionó bastante cuando, después de varios meses, fui a verlo; Scott Robinson, solo era un año más grande que yo, nunca supimos a dónde fue su madre, su padre se volvió a casar y Scott se consiguió una casa para vivir él solo porque la nueva pareja de su padre era algo que no siquiera me atrevía a decir en voz alta; pero Scott me pasó su dirección para ir a visitarlo cuando yo quisiera; y eso hice.
—Está bien; sabía que por fin estabas reparado —¿«Reparado»? ¿Eso fue lo que dijo?—, sé que te dolió ya no estar más con Louis Gerald Train y me arrepiento tanto de lo que pasó; pero es bueno saber que volveremos a estar juntos, y tal vez sea para siempre; ¿no crees? —le comenté que nunca podría curarme del daño por haberlo perdido, pero que ya todo estaba bien en mi vida—. Tienes razón, pero ¿ya decidiste bien a quién quieres amar después de esto?
—Abre la puerta de entrada, literalmente estoy afuera —no tardó mucho en ir hacia la puerta de entrada para recibirme con un cálido y fraternal abrazo; así mismo, me dijo que pensó que nunca volvería a verme, ¡pobre Scott!—. También me da mucho gusto verte bien, Scott; créeme que sí, ¿me dejas pasar a tu casa o quieres salir conmigo en una cita? —se emocionó; pero no demasiado porque Scott era un año mayor que yo y tenía que comportarse con alguien conforme a su edad, ¿cómo podía comportarse así conmigo si él juraba estar enamorado de mí? ¿Y quién no? Al entrar, estuvimos hablando de que regresé al gimnasio, cambié mi dieta a una más rigurosa; baja en calorías.
—Por lo que veo: ¡qué bien te ves! Me gusta muchísimo ese cambio que tienes, Richard, y, por lo visto, también cambiaste tu corte de cabello —sí se dio cuenta de eso, lo que no sabía era que ese corte fue idea de Derek, en un intento desesperado por dejar de verme como Thor en Avengers: End Game; ya que él me había llevado al salón de belleza de Elle; una muchachita gordinflona que me dio mucho miedo porque ya sabía qué tipo de corte usábamos papá y yo—. Yo también te había extrañado mucho y sí, tienes razón, igual yo creí que no nos volveríamos a ver jamás; pero aquí estamos otra vez. En serio me hiciste muchísima falta este año que dejamos de frecuentar tan seguido; tienes mucha suerte de que yo esté aquí hoy, porque ya conseguí empleo en una agencia inmobiliaria; me pagan bien, me gusta mucho ese empleo y con eso pude dejar la casa de mi padre, así como también pude dejar atrás el viejo, y amargo, recuerdo de mi madre que; por alguna razón, decidió abandonarnos y se fue a no-sé-dónde para empezar su vida desde cero; yo creo -no dejó de hablar en ningún momento, esa era una de las cosas que más me gustaban de Scott: nunca dejaba de hablar ni aunque se lo pidieran.
—En serio siento mucho lo de tu mamá; no me cabe en mi cabeza que se haya ido lejos y que nunca la hayan encontrado; supongo que ya han pasado años y por eso dieron el caso como cerrado —tal vez lo dije mal; no fue mi intención en ningún momento, aunque a Scott ni siquiera le había afectado mi comentario—. O sea: sé que se escucha mal y no fue mi intención decirlo así como si no importara nada; pero créeme que también me rompe el alma que no estés con ella o no sepas algo de la dulce Sandy.
—Basta de lloriqueos —declaró que ya había pasado el tiempo de llorar por su madre y que mejor nos dedicáramos a hablar de otra cosa más importante para ambos: nosotros—. Trabajo todos los días; tengo un día de descanso y ese día se va rolando; tuviste suerte de encontrarme hoy en casa; porque no suelo estar aquí, salvo para dormir —mencionó que tal vez lo explotaban; pero la paga era muy buena, así que valía la pena cada segundo que lo explotaban.
Yo le hablé sobre cómo me iba en la vida desde que había dejado atrás todo lo que me hacía daño; incluido el recuerdo de mi exnovio muerto, comer pasteles con muchísima azúcar y tomar alguna bebida gaseosa con exceso de azúcares o carbohidratos. También le dije que volví a ver a un viejo amigo de mi infancia; Derek (por evidentes razones no le platiqué nada acerca de Oliver; no porque no quisiera, sino porque Oliver era bastante importante para mí y el simple hecho de arruinarlo contándole a Scott sobre él y sobre su mera existencia, habría sido la muerte; un tema demasiado serio con el cual no debí haber jugado, para mí).
—Pero ¿estás bien? —le mentí al decirle que sí; porque no sentía mucho por él; pero sí sentia demasiado por Oliver—. Vamos, levántate y vamos a divertirnos; cerca de aquí hay un rancho en el cual nos dejan montar a los ponies que hay ahí; apuesto a que es bastante divertido y tal vez sea terapéutico —Scott se puso en pie, se cambió de atuendo y se preparo para salir a aquel rancho—. Sí quieres ir, yo lo sé.
—Está bien —hablé de dientes para afuera, porque él ni siquiera me preguntó si yo deseaba ir; solo planeó todo y ya—. Sí, vamos; estaré listo cuando tú estés listo y quieras marcharte, supongo —sí, me emocionaba ir; pero yo, honestamente, esperaba algo más: tener sexo o aunque sea habernos dado un beso;, tal vez así pudiera recuperar el sentimiento que Scott me hacía sentir.
—Ajá, sí, el detalle es que ya estoy listo y podemos irnos desde ahorita porque dan servicio hasta las diez de la noche —miré mi reloj para ver la hora; seis cuarenta y cinco, nos quedaban tres horas con quince minutos para llegar al rancho del que hablaba Scott—. No tengo nada de trabajo por ahora; así que ya vámonos, no tardamos mucho en llegar, trajiste tu auto, ¿verdad? —confirme con los ojos que sí llevaba mi auto—. Ya es hora, entonces. Come on, Richard!
Acepté, subimos a mi auto y Scott me fue dirigiendo por varias calles que no reconocí al instante (sí, viví en Itaville la mayor parte de mi vida; cuando estudiaba, y aun así no reconocí el rumbo que tomaba junto a él); no tardamos mucho en llegar (aproximadamente menos de una hora y media); era un rancho bastante verde, con caballos, vacas, gallos y gallinas; era el rancho de una vieja familia que llevaban viviendo mucho tiempo a las afueras de Itaville (que, en realidad, estaba a las afueras de Chicago), se trataba de la familia O'Ryan.
Scott saludó a toda la familia; quienes ya lo conocían por ir tan seguido a montar a caballo; no siempre eran ponies, preguntaron por mí y la relación que había entre Scott y yo. Fue una pésima idea el habernos preguntado la relación que manteníamos; ni siquiera él (y mucho menos yo) sabía lo que había entre nosotros, porque sí, había algo; aunque ni siquiera supiéramos qué era lo que nosotros dos éramos. Además de que Scott me comentó que eran muy homofóbicos, así que estuvo bien que hayamos dicho que solo éramos amigos y nada más.
—¿Cómo se llama tu amigo? —Kelly; la joven regordeta, con anteojos, brackets y su cabello recogido en una cola de caballo, era la hija menor de la familia O'Ryan; si fuera aún personaje ficticio: hubiera sido la chica de un video musical de una cantante norteamericana muy popular en el dos mil diez, sobre una fiesta donde todo el mundo va (estudiantes de la preparatoria); pero ella era muy estudiosa y jamás creyó haber terminado ahí en esa temible fiesta; después de dar el contexto tan largo, ella fue quien preguntó cuál era mi nombre.
—Kelly, familia O'Ryan: quiero presentarles a Richard Vallaj, él es mi no… mi no enemigo, ya que es un gran amigo para mí por todo lo que ha hecho —estuvo a punto de meter la pata, pero en su lugar mencionó que yo era su mejor amigo desde hacía un par de años y ya era hora de que conociera lo que a él le gustaba hacer en sus ratos libres; los cuales eran bastante limitados_. ¿Por qué no le damos una calurosa bienvenida a este joven tan guapo? —se arrepintió de haber reconocido mi belleza y cambió la palabra a otra que demostrara que realmente solo éramos amigos; tal vez así era: Scott y yo no éramos nada más que buenos amigos, ¡qué alivio, por Dios!
La familia entera me dio una calurosa bienvenida; con mucho cariño, cuidado y respeto, e incluso hicieron que me sintiera parte de su familia, Scott había escogido a las personas correctas para hacerme sentir querido y bien; ¡gracias, Scott! Aunque aún seguía la pregunta pendiente: ¿qué había pasado con Sandy Hamilton y por qué ya no estaba con Simon y Scott? ¿Por qué decidió abandonar a Simon, Scott y al resto de su vida que vivía en Itaville? Tal vez nunca sabremos la respuesta.
_Es un gusto estar aquí hoy con ustedes, familia O'Ryan —salude a la familia y, como pude, me deshice de preguntas que eran incómodas para mí, Scott y el resto de familiares que estaban presentes—. Scott mencionó algo acerca de montar ponies, ¿es cierto eso o me mintió el cara de mierda? —Scott se quedó perplejo después de haberlo llamado de esa forma tan despectiva; yo solo le guiñé un ojo y él de inmediato supo que no era verdad; todo era parte de la actuación.
—Lo que sea para el viejo Scotty; una de las mejores personas que he tenido el gusto y la dicha de conocer en esta vida; en serio —el rubor subió a la cara de Scott; se escuchaba tan sincero, y tan real, el halago que le dio el señor O'Ryan a Scott; sin titubeos, realmente era muy querido en la familia O'Ryan (aunque ellas y ellos no sabían que tuvo un pasado de acosador hacia mí exnovio)—. Este chico nos ha ayudado tanto a mi familia y a mí, que me es imposible no regalarle un paseo en un pony a él y a su amigo; su familia le enseñó a mis hijas a leer, escribir, sumar, multiplicar y dividir; les debemos todo a este hermoso jovencito, a su madre -se le rompió la sonrisa tenía tras recordar a Sandy y que no estaba—, y a su padre, han hecho mucho por nuestra familia —así fue como desgraciadamente terminó su discurso; tal vez el señor O'Ryan no sabía del tema acerca de su madre desaparecida, solo tomé a Scott para llevarlo apartado de la familia O'Ryan (así no nos pudieron escuchar lo que le dije).
—¿Conocieron a tu mamá, tu papá y no saben acerca de su Alzheimer o que se fue de tu vida a no-sé-dónde? —pensaba que era algo divertido hasta que vi la cara que Scott me mostraba disgusto por lo que pasaba y dije—. De acuerdo, lo siento mucho; no fue mi intención decirlo, solo que dime si en serio es verdad lo que pregunté; no vas a negar que hubo una pregunta de por medio y no me la has respondido.
—Sí, fue horrible lo que dijiste; pero no hay problema porque, hay que aceptarlo, mamá se fue y no hay nada que pueda hacer; ya ni siquiera llorar es bueno en este tipo de situaciones —Scott no derramaba ni una sola lágrima; por fin lo había superado, lo cual era bueno—. Sí la extraño; pero aprenderé a vivir sin ella, volveré a reír sin su amor y con todo este dolor.
—Creo que es lo mejor que puedes hacer; aunque siento que sería mejor si les dijeras que ya no está tu mamá contigo por lo que hizo —su serenidad en ese tema, me llenaba de calma; solo estaba el hecho de que le harían preguntas sobre qué pasó con la señorita Sandy—. Tienes razón, quizá sea mejor no decir nada acerca del paradero de tu madre; el cual no tenemos ni la más mínima idea de dónde podría estar.
—Volvamos; van a empezar a sospechar que hay algo entre nosotros, lo cual no tengo ni la más mínima idea —decía la verdad; podría dejar de ser una de las personas favoritas de la familia O'Ryan y, aunque Scott haya hecho tanto por esa familia, le lanzaran su veneno homofóbico; eso no hubiera estado bien—. Si preguntan, diremos que hablamos sobre qué pony es el que queremos montar; ¿de acuerdo? —me extendió la mano para cerrar el trato, solo asentí y le di la mano de vuelta—. En marcha.
Nos acercamos de nuevo con la familia O'Ryan y todo marchó como Scott lo predijo; nos preguntaron por qué nos habíamos ido tanto tiempo y si estábamos bien, les respondimos que todo estaba de maravilla; solo queríamos discutir acerca de qué pony montar. Nos informaron que el pony favorito de Scott había muerto debido a que una víbora lo mordió; el pobre Scotty estaba deshecho; hubo un silencio en el que nadie dijo nada, era un silencio muy tenso, la tensión se podía cortar con un cuchillo y, por fin, Scott derramó una lágrima por la muerte de su pony. Tal vez tenía muchos sentimientos acumulados; el escape de su mamá, la muerte del pony, el hecho de que yo ya no me sentía ni cómodo ni seguro con él; fueron muchas cosas.
—Ya, no llores; seguro Silver está en un lugar mucho mejor y a gusto —el padre de familia le ofreció sus palabras de apoyo a mi «amigo» Scott; pero no intentó ni abrazarlo o algún tipo de contacto físico, ¿a esa altura llegaba su homofobia?—. Pero recuerda que puedes montarte en Pegaso, Estrella, Luna o Mae; si tu deseo es montar un pony hoy, claro.
—¿Por qué no nos vamos? —le sugerí a Scott; debió hacerme caso: no nos fuimos porque él de verdad quería montar un pony; no importaba qué hubiera pasado o qué pony fuera—. Está bien, no nos iremos; aunque yo sigo con mi pensamiento y seguiré con él hasta que decidas irte a casa o a algún otro lugar; menos aquí, me da mala espina este lugar.
—No debería darte mala espina; te juro que esa familia está llena de buenas personas; tan humildes, trabajadoras, amables y sencillas: no deberían darte miedo y no deberías desconfiar de la familia O'Ryan, al menos yo no lo hago —es que era más que desconfiar de esas personas, Scott; tenía un mal presentimiento porque eran tan amables con nosotros dos, pero ¿por qué tenía que ser así? ¿Por qué tenía que desconfiar automáticamente de la gente que se portaba amable conmigo?
Por fin, accedí a montarme en un pony; elegí a la pony nombrada Estrella y Scott eligió a Luna, estuvimos callados todo el recorrido por el rodeo, se debió a que Scott extrañaba mucho a su pony favorito; Silver. Pobre Scotty, su vida de verdad estaba hecha un caos; mamá desaparecida, su pony favorito muerto y yo ni siquiera sabía si estar con Scott o quedarme con Oliver; aunque él tuviera novia, eso lo tenía claro; pero si esperaba a que terminaran, tal vez una oportunidad se avecinaba.
—Es hora de cenar, chicos —nuestro paseo en pony había llegado a su fin—. Además de que ya es algo tarde y necesitamos mandar a descansar a Luna y a Estrella; la señora O'Ryan preparó algo muy especial de comer para ustedes dos; su mejor platillo, sin lugar a dudas —¿cuántas carencias tuvo la familia O'Ryan? ¿Y por qué me preguntaba eso si a mí no me interesaba en lo más mínimo; o no debió interesarme?
—Esta familia a tenido muchísimas carencias, Richard —sin siquiera haberle preguntado nada a Scott, él me contestó mi duda infernal; no tenía sentido, así que le pregunté de vuelta: ¿cómo estaba tan seguro de que yo me estaba preguntando lo mismo?—. Tu mirada lo dice todo, pedazo de mierda —puse los ojos en blanco por su insulto—; no me hagas esa cara, tú empezaste y necesitamos pasar desapercibidos por ahora; estoy empezando a creer que ha sido una mala idea haberte traído a conocer a la familia O'Ryan; ya es hora de que nos vayamos, por favor: hay que intentarlo, nunca he probado su comida; pero debe saber asombrosa.
—Está bien, vamos a comer lo que preparó la señora O'Ryan —el aroma era algo especial con un toque agridulce; ¿tal vez se trataba de arroz con pollo?; sonreí al pensar que se trataba de arroz con pollo, el arroz con pollo me gustaba—. Vamos, ya tengo un poco de hambre; no puedo esperar a engullir ese bowl de arroz con pollo casero.
—No es arroz con pollo lo que preparó la señora O'Ryan —el señor O'Ryan llegó de cierta manera; siendo algo despectivo con el tono en el que dijo cada una de sus palabras—. Pero no por eso deja de ser un platillo sumamente especial; les va a gustar, estoy muy seguro de ello, chicos. Vengan ahora dentro de la casa en compañía de Kelly, su mamá, sus hermanas y hermanos.
Sus hermanas y hermanos eran mucho mayores a Kelly; siendo la menor de toda la familia O'Ryan, sus hermanos eran de un tamaño enorme; muy musculosos y sus hermanas eran más bien delgadas; se veían frágiles a simple vista. Scott y yo nos asustamos al ver a toda la familia reunida, saqué mi iPhone y tecleé el número de seguridad privada; 911, por si necesitaba usarlo después. ¿Cuál era la mala noticia? No había ningún tipo de servicio. Entonces, caí en cuenta de que habían bloqueado la puerta. ¡Oh, mierda!
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