Día 6, octubre, a las 15:40

¿Subes?

Sí. Un placer volver a oírte.

Lo mismo digo. ¿Por qué subes ahora?

He estado pensando.

¿En qué?

No lo sé.

¿No lo sabes o no quieres decírmelo?

Un poco de ambas, supongo.

Ya empezamos.

Es mi esencia, no puedes quitarme eso.

Ojalá pudiera.

Me ofendes.

Sin comentarios.

Cambiemos de tema.

Si eso quieres.

¿Me puedes contar algo de mi historia?

Empezamos como esta mañana...

No es necesario detalles importantes, solo escenarios, por ejemplo.

Vale. Aparte de lo que me has dicho de tu pasado y que quieres mantener porque es parte de tu esencia.

Obvio.

Aparte de eso. Digamos que no transcurre en España.

¿Y mis trabajos?

¿Sorpresa?

...

No te puedo decir todo, si no pierde el misterio y la esencia.

Vale...

¿Quieres saber más?

Por favor.

Vale, va a haber islas y agua, mucha agua.

¿Mar?

En parte.

Perfecto.

No hay playas como tal, en algunas partes sí.

Me vale.

¿Qué más? ¿Qué más?

Eso solo lo puedes responder tú misma, si yo lo supiera seria un gran problema.

Perdón, estaba pensando en voz alta... ¿Esto se considera pensar en voz alta?

No lo sé.

¿Por qué te has parado?

Porque tú has parado de hablar.

No es motivo.

Para mí, sí.

Tú simplemente sigue subiendo, cuando me acuerde de que más contarte te lo diré.

Eso es aburrido.

¿Aburrido?

Sí, mola más avanzar mientras hablas, como si tus palabras me impulsaran a subir y llegar al final.

Señor. ¿Te aburres mucho, no?

¿Por qué siento que te has llevado una mano a la frente y has negado mientras suspirabas?

Primero, eso ha dado miedo. Segundo, a lo mejor me conoces demasiado bien. Tercero, espero que no me estés espiando.

Primero, eres una miedica.

Lo sé.

Segundo, puede ser que llevemos tanto tiempo juntos que ya nos conozcamos el uno al otro. Tercero, no puedo hacer eso o no sé cómo hacerlo. Cuarto, no me interrumpas.

Te me bajas los humos.

¿Y si no quiero?

Te hago caer en un vacío infinito, como le hizo doctor strange a Loki.

No por favor, que agobio. Me portaré bien, lo prometo.

Eso espero.

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Te gustan las estrellas.

Mucho.

A mí también, aunque en las capitales o grandes ciudades, no se pueden ver debido a la contaminación lumínica.

Te tienes que ir a lugares perdido de la mano de dios para poder disfrutar de ellas.

Sitios aislados como pueblos.

Por ejemplo.

Me gustaría saber las constelaciones.

Yo solo sé identificar dos, la estrella polar y la vía láctea, cuando se ve.

Yo no llego a tanto.

No.

No he dicho nada todavía.

Te conozco demasiado bien.

Pues vaya...

No tienes derecho a quejarte, teniendo en cuenta que te he consentido bastante.

Vale, pues dime más de mi mundo.

¿Estás intentando negociar conmigo?

¿No...?

Señor.

Jejeje

¿Qué más podría decirte?

No sé, dímelo tú.

Voy a hacer como que no he oído eso y que tú no lo has dicho.

Como quieras, pero dicho está.

Vale.

Mira como me ignora, alucino.

Cállate.

Señor, si señor.

Vamos a decir que van a aparecer criaturas interesante e inesperadas.

Eso me da miedo.

Eso no es lo que debería darte miedo.

Ahora sí que tengo miedo. ¿Qué cojones has hecho?

Dejar que la imaginación y tu personalidad influyeran bastante.

Al final sí que me vas a matar.

Serás...

No te quejes, que últimamente me estoy portando muy bien.

Discrepo.

Encima.

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Me tengo que ir ya.

¿Tan pronto?

Tengo cosas que hacer.

Mujer ocupada.

Vida adulta.

Ya... Si no te importa me quedaré un poco más.

Para nada. Te he subido la puerta para que no tengas que volver a bajar las escaleras y subirlas cada vez que quieras venir aquí.

Gracias.