Día 11, septiembre, a las 11:30

Luca, estoy de vuelta.

¡Hola mamá! ¡Cuanto tiempo! ¿Qué tal?

Mira que eres gilipollas un rato eh...

Quería ser majo.

Una cosa es ser majo y otra muy diferente es... Bueno, ser tú.

¿Eso es algo bueno?

¿Sí?

¡Genial!

Señor...

Por cierto, ¿Qué haces aquí tan pronto?

Me he tenido que despertar pronto por unas cosas y me aburría, así que he decidido entrar un rato.

Bien, justo me acababa de despertar.

Qué vida llevas, que envidia, yo también quiero.

De la mejor. ¿Por qué no la llevas?

La vida es muy complicada... Y más si eres adulto.

Menos mal que no estoy ahí.

Aprovecha de tu libertad.

¿Qué quieres decir con eso?

Nada, nada. No te quiero hacer spoilers.

¡Eso significa que has hecho algo con mi historia!

Pues sí, algo he avanzado.

¡Genial! ¿Me das una pista?

No tienes morro ni nada.

¿Eso es un no?

Como una casa.

Pues vaya mierda.

No te pongas de morros.

¿Y qué quieres que haga?

¿Disfrutar?

¿De qué...? ¿Qué cojones? ¿En qué momento?

¿Sorpresa?

¿Cuándo lo has hecho? ¿Cuándo te ha dado tiempo?

Antes de entrar y cuando estabas ahí, enfurruñado y de brazos cruzados en el sofá, dándole la espada al resto de puertas.

Mis dieses.

Gilipollas.

Un rato.

Al menos lo admites.

Solo lo admito cuando es verdad.

O sea la mitad del tiempo.

No me jodas, eso es mentira.

Lo que tú digas.

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¿Y bien?

¿Qué?

¿No vas a entrar?

Dejas un rato contemplar las flores azules, son las que más me gustan de momento.

Vale, te dejo contemplar las Delphinium todo lo que quieras.

Me gusta el nombre, casi parece decir delfín.

Me lo apuntaré para la próxima, después de ti.

Las mujeres primero.

¿Quieres entrar por las malas?

No, no, no, no. Ya voy, ya voy. Menudo genio.

Te he oído.

Lo he hecho a posta.

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Bonito puente de madera al aire libre. ¿Ahora a donde?

Hijo, solo tienes un camino posible a seguir.

Vale mama, obedeceré todo lo que quieras e iré a donde me digas.

¿Por qué estás fingiendo llorar tamagochi?

Porque me ha hecho muy feliz que me llames hijo.

Es una expresión.

Lo guardaré para siempre en mi corazón.

No volveré a llamarte así en la vida.

Voy a llorar.

No me estás haciendo ni puto caso, alucino.

Perdón ya me centro. ¿Cuándo me vas a explicar que es eso del tamagochi?

Camina y de paso te lo voy diciendo.

Vale.

A ver, un tamagotchi es como una mascota virtual bastante antigua y un juguete que tenía de pequeña y al cual no cuidaba muy bien y acababa muriendo...

No me hagas lo mismo, te juro por lo que sea que me portaré bien, lo prometo, por favor no me dejes morir.

Deja de suplicar y arrastrar por el suelo, anda. No te voy a abandonar.

¿De verdad?

Sí.

¿De verdad de la buena?

Que si coño.

Bien, bien, sigamos.

Tú tienes un trauma muy grande con eso de que te dejen solo.

Es parte de mi personalidad.

Tu personalidad mi pie. Tendré que solucionarlo.

No gracias, me quiero así, con mis traumas y todo.

Como quieras.

Por cierto, se está bien aquí, no hace ni frío ni calor.

Podríamos decir que esta puerta está ahora mismo en otoño.

Me gusta.

Algo que tenemos en común.

Guay.

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¡Que vistas! El agua del lago es tan trasparente que puedo ver las piedras del fondo y los peces que nadan en el agua. ¿Eso es una tortuga?

¿Te gusta?

Mucho. ¿Qué son esos peces?

Son muy famosas y típicas en Japón, allí las conocen como Koi. En el resto del mundo las llamamos carpas de colores.

Mola. Parecen vacas de agua.

¿Y esa tontería? La cual no me sorprende por cierto.

Oye, eso me ofende. En fin, lo voy a ignorar. Esa tontería, como tú la has llamado, es debido a que la mayoría so de color blanco con manchas naranjas o negras.

... No voy a decir nada.

Mejor.

Pero serás...

Voy a dar un paseo por la orilla.

Cuidado no te caigas al agua...

Tarde...

Antes hablo, antes pasa.

Perdón.

Sal y sécate al sol, no quiero que te pongas malo.

Sí mamá.

Solo por esta vez te lo voy a pasar.