Capitulo 9

Pues aquí estamos,niños y niñas, ante un nuevo capitulo de esta historia. De verdadque me alegra muchísimo ver la buena acogida que ha tenido lahistoria y espero poder seguir manteniéndoos interesados en ellahasta el final. ^^


Ahora, sin máspreámbulos, os dejo con la historia.


CAPITULO 9


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Salir hacía el edificio Stark era ya casi una rutina para Tony,haciendo acto de presencia de vez en cuando para motivar a sustrabajadores y para contentar a los pocos fans de los Vengadores queaún quedaban fieles y que solían estar por las cercanías,esperando ver a alguno de sus héroes.


Rhodes y Visión se quedaron en el complejo, uno siendo vigilado porel otro. Rhodey quería reincorporarse al ejercito cuando antes y,teniendo en cuenta que ya parecía tener absoluto control sobre lasprótesis, no parecía capaz de permanecer quieto por mucho mástiempo, necesitando la vida militar a la que estaba acostumbrado.


Aparcó el coche en la puerta del edificio, saludando a la multitudque había allí reunida, oyendo como algunos le aclamaban y otros loabucheaban, dependiendo si aún lo consideraban un héroe o un merohombre que arriesgaba la vida de millones cuando actuaba,recordándole los accidentes de Nueva York, Lagos y demás a gritos.


Lo que no se había esperado eran las cámaras.


Era cierto que no había hecho declaraciones desde que los Vengadoresse había separado definitivamente, pero no había esperado quequisieran entrevistarlo sobre ello.


Y, aún a pesar de ello, le dirigió una amplia sonrisa a la joven yatractiva morena que iba a ser la encargada de hacerle las preguntas.


-No sabe lo que le agradezco que nos conceda unos minutos, señorStark- le dijo la joven mientras se preparaban para la improvisadaentrevista.


-¿Y a dónde llegaría el mundo si yo ignorase a una atractiva mujerque desea hablar conmigo?


No es que quisiera coquetear realmente con ella. Lo hacía ya porcostumbre. Era lo que todo el mundo esperaba de él, que hiciera esastonterías y que, normalmente, se las llevara a la cama. Aunque, enaquellos momentos, a la única persona a la que deseaba llevarse a lacama estaba lejos de su alcance.


-Veo que los sucesos ocurridos con los Vengadores no aleja su buenhumor- le comentó la joven, iniciando la entrevista.


-El día en que pierda mi sentido del humor, le doy derecho al mundoentero para que me peguen un tiro- afirmó Tony, mirando a cámaradirectamente.


-Pero no conseguimos entender como puede estar de tan buen humorcuando su equipo se ha separado y más de la mitad de ellos están enbusca y captura. ¿Cree que es un buen momento para bromas?


-Muñeca, para mí siempre es momento para bromas. Y aún más si séque molesto a alguien. Y, desde aquí quiero enviar un mensaje,hablando de eso. Secretario Ross, ¿al final le gustó mi tono deespera o no? Aún no me ha contestado.


-Vemos que no tiene problemas para bromear incluso con altos rangos.


-Podría bromear con el mismísimo presidente si se me pusieradelante. Aunque creo que me sigue en Instagram.


-Estamos tratando de informar de hechos serios. Hemos llegado a saberque sus armaduras, a las que usted llama la Legión de Hierro, estánsiendo destrozadas por todo el mundo.


-Estamos investigando esos incidentes. Y, desde aquí digo a quiénlo haga hecho que, al menos, se moleste en dejarlos a un lado delcamino, que no moleste a los vehículos o a la gente.


-¿Hasta este tema se lo toma a broma?


-Considero que quien sea quién esté haciendo todo esto solo es uncobarde que quiere la atención del publico. Solo a atacado aarmaduras que eran enviadas para ayudar a la población. Solo uncobarde atacaría de ese modo.


-¿Está diciendo que ese atacante es un mero cobarde?


-Creo que ya lo he dejado bastante claro. Seguramente será otroenvidioso de mi tecnología que libera su frustración atacando a laLegión. No creo que se le tenga que conceder más publicidad de laque ya tiene.


-¿Tan seguro está de que su tecnología es la más avanzada delmundo?


-Bueno......no sé si del mundo, porque Wakanda está ahí y vaganando terreno a pasos agigantados, pero antes de que ni siquierasupiéramos que ese lugar existía, sí. Mi tecnología era la másavanzada del mundo. La prueba de ello es que nadie a conseguidoigualar mis avances en el traje de Ironman y todos aquellos que lointentaron, perdieron.


-Eres muy valiente, Tony- comentó una voz de hombre tras él.


-Gracias- aceptó este, sin percatarse que no había sido lapresentadora la que había hablado.


-No, yo....yo no he dicho eso- comentó la mujer, prestando atenciónal hombre que se estaba quitando una gabardina tras Tony.


Stark tuvo un mal presentimiento de aquello, pero era lo que habíaesperado con sus declaraciones, que aquel quién estaba tras losataque se dignara a aparecer y enfrentarse a él.


Activando el maletín que tenía en la mano, dejó que la maquina loenvolviera mientras veía como la presentadora y el cámararetrocedían, contemplando a quién fuera que estaba tras él.


-¡Stark, se acabó tu maldito imperio!- gritó el hombre a suespalda antes de que él pudiera darse la vuelta hacía este, notandoun golpe potente en la armadura.


-Estructura dañada en un treinta y cinco por ciento- le avisóFriday en el acto.


-Empezamos bien- murmuró Tony, oyendo como la gente había empezadoa gritar y alejarse de allí.


Cuando se dio la vuelta, pudo ver a un tipo que llevaba una especiede traje ajustado, casi como si llevara unas mallas, de color gris yrojo. Y el casco que llevaba le hacía verse como alguna especie deextraterrestre.


-¿En quién te has inspirado para ese diseño? ¿En las pelis de losochenta? Ya veo que tú no tienes complejos- le dijó Tony.


El tipo le lanzó un rayo a través de la palma de su mano, pero Tonyno tuvo problemas en aquella ocasión para evitar el ataque.


Sin embargo, no podía decir lo mismo de la gente que aún no habíaconseguido alejarse demasiado. Los gritos de terror cuando el rayoimpactó en el suelo e hirió a varias personas se alzaron sobre elestrépito general.


-¡No peleamos aquí! ¡Hay ciudadanos inocentes!


-¡Cómo quieras!- le dijo el tipo que tenía delante.


Y salió despedido hacía la Torre Stark.


-¡La torre no, la torre no, la torre no!- exclamó Tony, saliendodespedido tras él.


¿Por qué a todo el mundo le daba por atacar a su pequeñín? ¿Tantoles molestaba que hubiera un edificio en mitad de la ciudad quellevara su nombre?


Vio como aquel tipo se posaba en la terraza de la planta donde estabasituado su apartamento en el edificio y se arrepintió un poco deponer un lugar tan fácil para aterrizar.


Había tenido que hacer bastantes obras después del paso de Loki porel lugar. ¿De verdad que iba a tener que pasar por eso otra vez?


-¡Este es uno de los malditos monumentos a tu ego, Anthony Stark!-exclamó el desconocido mientras él también se posaba cerca.-¡Nuncahas podido tener suficiente de ti mismo!


-¡Vaya! ¿Eres una de esas chicas a las que no volví a llamar?- lepreguntó Tony, lanzándole uno de sus rayos.


Lo que menos podía hacer en aquellos momento era perder el tiempo enconversaciones absurdas.


Pero, a pesar de que su rayo alcanzó al tipo de lleno, a este nopareció afectarle.


-Siempre tan prepotente- comentó el desconocido.


-Friday, ¿qué daños le hemos hecho?


-Parece que ninguno, señor- le dijo la inteligencia artificial.


-Sube la potencia de los rayos en un sesenta y tres por ciento. Coneso tendríamos que freírle.


-¿No lo entiendes aún, Tony? Eres una antigualla. Yo soy el futurode la tecnología- le dijo el tipo, lanzándole un nuevo rayo.


Tony trató de esquivarlo, pero el tipo siguió lanzándole uno trasotro y salió tras él cuando Stark alzó el vuelo, consiguiendoalcanzarlo en el pecho y estrellándolo contra las cristaleras de supiso, reventando estas y haciendo que se golpeara contra el sofá delsalón.


Oía un helicóptero de manera lejana, así que dio por sentado quelas cámaras ya estaban grabando la pelea.


-Daño estructurar del cincuenta y un por ciento. Algunas de lasfunciones se han visto afectadas- le informó Friday mientras Tonysolo trataba de ponerse en pie.


-¡Admítelo, Stark! ¡Ya eres parte de la historia antigua delmundo! ¡El futuro soy yo! ¡Y la gente como yo ya no necesitara anadie como tú!


-Desvía toda la energía a los rayos. Quiero frito a ese tío- ledijo Stark a Friday.


Y cuando la potencia de fuego estuvo al cien por cien, no dudó endisparar contra el tipo que estaba entrando tranquilamente a su casaa través de los cristales rotos.


Todo lo que había cerca de cristal se hizo añicos con lasvibraciones de la energía del rayo, pero Tony no le dio importanciamientras se concentraba en que el tipo recibiera el ataque directo.


Cuando consideró que ya no debía ser más que un agujero en elsuelo, se detuvo y esperó que el humo que se había formado tras suataque se despejara para poder ver qué había quedado del otro.


Quería analizar sus restos para ver como demonios había conseguidohacerle tanto daño con dos ataques.


Sin embargo, cuando el humo se despejó, en vez de encontrar losrestos hirvientes de un hombre, siguió viendo a aquel desconocido depie, en mitad de su salón, totalmente intacto. Su ridículo traje nisiquiera parecía haber sufrido daños.


-Pero, ¿qué....?- murmuró Tony, sorprendido.


-¿Aun sigues sin querer entenderlo? No eres rival para mí.


-¿Quién demonios eres?- le preguntó Tony, sintiéndose irritado ycon cierta sensación de pánico.


Si su traje no le había hecho nada a máxima potencia, ¿cómo sesuponía que iba a acabar con aquel tipo? Que hubiera empezado aatacar sus armaduras le había hecho pensar que se trataba de alguienhaciendo pruebas, viendo hasta donde podía hacerle daño a él.


Pero, viendo aquellos resultados, quedaba claro que bien podríahaber destruido sus armaduras por mera diversión. Apenas le habríasupuesto alzar una mano y fundirlas.


-¿Quieres saberlo? Te lo mostraré- le dijo este, alzando las manosy abriendo el casco.


Dejó ver a un hombre que rondaría la edad de Tony, quizá un pocomás joven, de tez morena y rapado por completo, haciendo que Starkcontuviera el aliento sonoramente, haciendo reír al desconocido.


-¿Me has reconocido ya?- le preguntó.


-¿Quién eres?- le preguntó Tony a su vez tras unos instantes desilencio.


El tipo pareció transformarse cuando le oyó decir aquello, con lacara descompuesta.


-¡¿Tantas vidas has destrozado que no puedes reconocerme?!


-Esto sería mucho más fácil si me dijeras quién eres sin más- ledijo Tony.


-¡Soy Ezekiel, maldito egocéntrico de mierda!- exclamó el otro.


-Eh. Ese lenguaje, jovencito. Si el capi estuviera aquí, teregañaría de lo lindo.


-¡Aun sigues sin saber quién soy, ¿verdad?! ¡A pesar de quedecían que considerabas a mi padre como si fuera el tuyo, eresincapaz de reconocer a su familia!


-¿Zeke?- consiguió murmurar al final, notando como una lucecita seiluminaba en su mente.-¿Zeke Stane?


Recordaba vagamente al hijo de Obadiah Stane.


Al igual que Howard Stark había mandado a su hijo de internado eninternado durante toda su juventud, Obadiah había hecho algoparecido con su propio hijo, concentrándose de lleno en losproyectos que tenía con su padre y, más tarde, en cuidar de élcuando Howard se fue.


Aunque, claro, ya sabía porque había estado tan pendiente de él.Para poder hacer lo que quisiera bajo sus narices sin que él seenterara de nada. Si no hubiera sido porque el propio Stane le habíadicho que él había llamado a la junta para destituirlo, ni siquierase hubiera enterado de su traición hasta que hubiera sido demasiadotarde, cuando hubiera ido a su casa para arrebatarle el reactor.Aunque....espera. Prácticamente había sido así.


No entendía que tenía Ezekiel contra él. Apenas habían coincididoen alguna parte. Normalmente, cuando Tony regresaba a casa por algunafestividad, Obadiah había mandado a su hijo a algún curso intensivoo viceversa. Podía contar con los dedos de una mano los encuentrosque se habían producido entre ellos.


-¡Así es! ¡Soy el hijo de Obadiah Stane! ¡Ese a quién tú notuviste el menor reparo en asesinar!- le gritó este, lanzándole unnuevo rayo que Tony pudo esquivar por muy poco.


-¿Te recuerdo quién traicionó a quién primero e intentó matar aquién?- le preguntó Stark, volando por el piso, tratando de salir ymantenerse alejado del helicóptero.


Lo que menos necesitaba era que uno de sus ataques o los de Ezekielalcanzaran al helicóptero de la televisión y este cayera en llamassobre la ciudad.


Los Vengadores ya tenían suficientes desastres sobre sus espaldaspara añadir algunos más.


-¡Destrozaste a mi familia y nuestra reputación!- le gritóEzekiel, volando tras él y tratando de alcanzarlo con alguno de susrayos, iluminando aún más el cielo.


Pero, a pesar de que tuviera más potencia de fuego, no parecía sertan rápido como Stark a lo que volar se refería. Eso de surcar loscielos no parecía ser la especialidad de los Stane.


Tony trató de alejar a este de la gente, de los rascacielos y decualquier cosa que pudiera afectar a los ciudadanos, pero esquivaruna ciudad mientras se trataba de alejar a un lunático de todaspartes era una tarea complicada.


-¡Te recuerdo que tu padre me traicionó primero! ¡Vendía armas alos terroristas!- le gritó Tony.


-¡Erais una empresa de armas! ¡No mirabais por el bien de nadieexcepto por el vuestro mismo! ¡Mi padre solo hacía lo que llevabahaciendo toda la vida, junto a tu padre!- le gritó Ezekiel,lanzándole un rayo tras otro mientras Tony trataba de perderlo porel cielo.


La armadura estaba seriamente dañada. No iba a poder volar por muchomás tiempo y aún no sabía como iba a poder acabar con aquel loco.Ya había comprobado que su potencia de fuego era inútil contra él.


Demasiado concentrado estaba pensando en un plan, pues no consiguióesquivar un rayo a tiempo, que dio de lleno en la espalda, afectandoa la armadura por completo.


-Daño estructural del setenta y cinco por ciento. Perdida depotencia de vuelo- le informó Friday mientras se veía cayendo hacíael suelo, tratando de no caer a plomo contra el asfalto.


-¡Utiliza los generadores de emergencia para no estrellarnos contrael suelo!- le ordenó.


Y, antes de hacerse trizas contra el pavimento de una calle, Fridayconsiguió obedecer la orden y pudo mantenerlo unos segundos en elaire, a un metro del suelo, antes de que los generadores deemergencia también fallaran y cayera contra el suelo con un pequeñogritito para nada heroico.


-¡Eres una maldita plaga en el mundo, Tony Stark!- le gritóEzekiel, aterrizando de pie a pocos metros de donde estaba Tonytirado en el suelo.-Nunca debiste crear la armadura de Ironman ni deescapar de aquel secuestro de las montañas.


-Lamento decepcionarte, chico- le dijo este, tratando de ponerse enpie.-Pero nunca llueve a gusto de todos.


Ezekiel volvió a lanzarle un rayo que, en esta ocasión, impactó delleno contra él, pasando más allá de la armadura, alcanzando sucuerpo y haciéndole gritar.


-Terminaré lo que mi padre inicio- le dijo Ezekiel.


Pero Tony se encontraba tan sumido en el dolor en aquellos momentosque no fue consciente de que le hubiera hablado siquiera, gritandosin control mientras notaba todo su cuerpo sufrir por el rayo.


Fue como si cada terminación nerviosa de su cuerpo se hubiera puestoa arder con un dolor insoportable y Tony supo en el acto que nopodría salir de aquella. No con vida, al menos.


Su corazón había comenzado a latir a un ritmo más rápido de loque su cuerpo podría soportar y, en cualquier momento, colapsaríasin más, sin que pudiera hacer nada para evitarlo.


-¡Señor Stark!- gritó alguien.


Y el rayo que lo estaba consumiendo se detuvo de pronto, haciendo queTony cayera de rodillas al suelo, echando humo por todos los poros desu cuerpo.


Aún dolorido, sin creerse haber sobrevivido a aquello, vio a Visiónacercándose a toda velocidad al lugar, en mitad de las calles de laciudad, con la gente tratando de alejarse del lugar lo más rápidoposible.


Ezekiel miró al androide que se acercaba, echó un vistazo altambaleante Tony, que apenas podía permanecer de rodillas en elsuelo, y, soltando una maldición bastante audible, se alejó volandodel lugar instantes antes de que Visión aterrizara en el lugar ycorriera en su ayuda.


-Señor Stark, ¿se encuentra bien?- le preguntó este, sujetándoleen sus brazos mientras le quitaba el protector facial.


Tony apenas podía mantenerse consciente, pero pretendió asentirmientras todo el mundo a su alrededor se volvía completamente negroy notando como la inconsciencia se lo llevaba.


-Tranquilo, señor Stark. Nos encargaremos de tratarle esas heridas-le dijo Visión momentos antes de que Tony se hundiera en unaplacentera y no dolorosa oscuridad.


FINdel capitulo 9


Vaya.Ni yo misma había esperado hacer un capitulo como este. En realidad,el día antes había empezado el capitulo, pero solo había puesto elsaludo y el número del capitulo porque no tenía ni la más remotaidea de qué escribir aquí, ya que había hablado de todos un poco yno sabía bien hacía donde tirar.


Pero,Dios, me dije que era hora de meter al malo más directamente y,desde luego, no me imaginé mientras lo escribía que iba a resultarasí. No sé si os habrá llegado la imagen que quería dar con estabatalla, pero yo me veía perfectamente a Robert Downey Jr volandopor los cielos, esquivando a este tío y burlándose como solo élsabe hacerlo, al igual que he visto perfectamente cuando leimpactaban los rayos. Espero haber podido haber llegado a vuestrasmentes de una manera tan vivida con esta escena de verdad.


¿Quépasará ahora? ¿Cómo se encontrará Tony tras este ataque? ¿Quéhará el equipo del capi cuando se enteren de esto? Todas esas dudaslas descubriremos en el siguiente capitulo (que ya tengo escritohasta la mitad).



Comosiempre, espero que os haya gustado. Manteneos sanos y nos seguimosleyendo.

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