Capitulo 5

Buenas a todos denuevo. Teniendo en cuenta de que todos sabemos de que va estecapitulo, no os doy la charla en estos momentos y os dejo con elcapitulo, que sé que estaréis esperando, como yo, el recuentro deSteve y Tony con muchísimas ganas.


CAPITULO 5


.................


Cuando llegó al lugar de la reunión, Steve le indicó a Wanda quese mantuviera en la parte de atrás del restaurante-cafetería dondeTony le había citado, diciéndole que permaneciera allí hasta queél la llamara, esperando unos minutos en la puerta hasta que seaseguró de que ella había hecho lo que le había pedido.


Después de eso, tomó aire, contemplando la puerta que tenía antesí, sabiendo lo que le esperaba en el otro lado, y, estirando lamano, la cual le tembló ligeramente, sujetó el pomo, la abrió y seprecipitó al interior.


Para su sorpresa, el lugar estaba desierto. Y no al nivel que habíaesperado cuando Tony le había dicho de que era un sitio pococoncurrido, con algún camionero en la barra y poco más, si no queno haba nadie en absoluto en el interior, ni siquiera una camarera oalguien trabajando en la cocina.


La única figura que había dentro era una que conocía muy bien yque estaba sentado de espaldas a él, con un traje oscuro de aspectocaro y que hizo que el corazón latiera aún más rápido solo converlo.


La puerta hizo un sonido de campanillas cuando se cerró a suespalda, haciendo que saliera de su ensimismamiento, y, echando unnuevo vistazo a su alrededor, asegurándose de que realmente no habíanadie más allí dentro, se acercó a la mesa donde Tony seencontraba sentado, poniéndose de cara a él.


Este había llevado unas gafas de sol hasta ese momento, pero cuandolo vio aparecer, se quitó estas y las dejó sobre la mesa, como sino quisiera que hubiera algo en medio entre ellos.


Si se hubiera encontrado dentro de la mente de Stark, se habría dadocuenta de que era realmente así.


-Buenas tardes- le dijo Tony.-¿Quieres un café?- le indicó,señalando la taza que ya estaba servida a su lado, tomando un sorbode la suya propia.


-¿Dónde está todo el mundo?- le preguntó Steve, sentándosefrente a él, teniendo que controlarse para que no le temblara lavoz.


Se encontraba tan emocionado por estar allí, de poder volver averlo, que apenas sabía como podía estar colocando bien laspalabras en la cabeza para decir sus frases. Su corazón estabagolpeando duramente contra su pecho, como si lo estuviera haciendointencionadamente para que Tony pudiera verlo a través de su camisablanca.


Lo que no sabía era que Stark estaba sintiendo algo parecido. Esteestaba completamente rígido en la silla, aunque quisiera demostrarlo contrario y parecer calmado, y sentía como si su propio corazónquisiera saltar sobre la mesa y dar un brinco hacía Steve paraabrazarlo.


-Me ocupé de que todos tuvieran el día libre hoy. Les paguégenerosamente para que me dejaran las llaves por un día.


-¿Eso quiere decir que este café lo has hecho tú?- le preguntóSteve, señalando la taza que tenía frente a él.


-No será la primera vez que preparo un café. Solo hay que encenderla máquina. Lo he preparado como te gusta- le dijo, dando un nuevosorbo a su taza para poder apartar la vista de él.


Tenía la impresión de que, si no se concentraba en otra cosa, noapartaría los ojos de Steve hasta que se aprendiera todos sus rasgosde memoria. En cuanto lo había visto de pie frente a él, ya lehabía costado un esfuerzo titánico no ponerse en pie y abrazarlohasta la eternidad.


-¿Qué ocurre con tus armaduras, Tony?- le preguntó Steve.


Si él tampoco se concentraba en el tema que les había reunido allí,tenía la impresión de que podrían pasar días uno sentado frenteal otro, sin decir nada, solo contemplándose.


-Alguien se ha estado ocupando de destruirlos. Pero no con métodosnormales. Han empleado una energía parecida a la que me daba elreactor. Visión ha analizado los restos y ha comprobado que todoslos ataques los ha llevado a cabo la misma persona.


-¿Y no tienes la menor idea de quién ha podido hacerlo?- preguntó,tomando un sorbo de su propio café.


Desde luego, Tony recordaba perfectamente como le gustaba. Y este aúnestaba caliente, como si lo acabara de hacer para él.


-Pues no. Uno de los problemas de mis trajes es que hay muchos quehan tratado de imitarlos. Incluso un hombre en la otra punta delmundo, con materiales pobres, me demostró que podía hacer algo.


-Pero, por lo que dices, sea quién sea esta vez, es poderoso.


-Desde luego. O, al menos, tiene los conocimientos y los medios parardar un paso más a mi tecnología.


Steve se quedó un instante pensativo, clavando la vista en la mesa.Instante que Tony aprovechó para contemplarlo a placer, observandoaquel rubio cabello suyo, que nunca dejaba crecer demasiado yaquellos intensos ojos azules. Cualquiera que lo viera, diría queera el ejemplo mismo de la belleza masculina y, con el poder delsuero, había adquirido un cuerpo de escándalo que apenas podía serocultado debajo de aquella simple camisa blanca y los pantalonesmarrones que estaba usando.


Había tenido momentos donde había podido contemplarlo brevemente,pero, por aquel entonces, sus sentimientos no estaban tan claros comoen aquellos instantes ni había llegado a imaginar que se iban aseparar de aquella manera.


Si alguien se lo hubiera advertido antes, al menos habría tomado unafoto.


-¿El gobierno no puede ayudarte con esto? ¿No tienen a nadie enmente?- le preguntó Steve, arrancándolo de su ensimismamiento.


Por un instante, Tony temió haber estado babeando mientras pensabaen el hombre que tenía justo en frente.


-No. Creen que es mi problema. No será ni la primera ni la últimavez que alguien tiene algo en contra de mis trajes o intentadestruirme- le indicó, tratando de mostrarse lo más calmadoposible.


-Y, si no parece que te afecte mucho este tema. ¿para qué me hasllamado?- le preguntó Steve.


Odiaba en cierta forma la manera arrogante que tenía Tony detomárselo todo, como si pocas cosas pudieran afectarle en realidadporque ya había pasado por mucho. Pero, por otro lado, tampoco podíanegar que él adoraba también esa parte de su personalidad. Cuandose mostraba así, como si pudiera llevar el control de todo, surespiración se aceleraba y su mente se iba hacía temas en los quenunca había pensado durante demasiado tiempo.


-Porque nos encontramos en un momento critico. El mundo entero avisto que los Vengadores, aquellos héroes que habían jurado estarahí para protegerlos, se han dividido y luchado entre ellos. Losmalos de todas las partes del globo se están flotando las manos enestos momentos, pensando el mejor modo de hacerse con el control detodo.


-Y tú quieres evitar eso.


-Es lo que trato de evitar desde que le dije al mundo que eraIronman. Ese momento fue mi promesa a la gente de que haría lo queestuviera en mis manos para mantenerlos a salvo, del mismo modo quehicisteis el resto de vosotros cuando aceptasteis participar en lainiciativa ''Vengadores''.


Steve dio un nuevo sorbo a su café.


Recordaba haber visto ese momento, el instante en el que Tony semostraba al mundo como Ironman en uno de los ordenadores deS.H.I.E.L.D. Al igual que le habían enseñado videos de losdestrozos de Hulk o de lo que le habían enseñado de los demás.


En su momento, Tony no le pareció un héroe. Solo tuvo la impresiónde que era un niño rico y aburrido que quería jugar a ser un héroe,dedicarse a ello hasta que encontrara otra cosa con la queentretenerse, con lo que no tuvieron el mejor primer encuentroposible. Pero las cosas habían cambiado mucho desde entonces. Ahora,parecía ser capaz de entregarle hasta su propio corazón si nollevaba el cuidado necesario.


-Pero no tenemos nada excepto el saber que alguien está destrozandotus armaduras- comentó, obligándose a hablar, dándose cuenta quehabía permanecido demasiado tiempo sumido en sus pensamientos,viendo que Tony había estado esperando a que dijera algo.


-Lo que temo es que no sabremos quién es hasta que haga un ataquemás directo.


-¿Contra qué?- preguntó Steve.


-Contra mí- le dijo Tony, observándole como si le dijera ''¿no esobvio?''.-Por ahora, va solo a por mis trajes, pero, en algúnmomento, cogerá el valor necesario para atacarme a mí.


-Tony, no me irás a decir que tenemos que esperar a que sufras unataque para saber de quién se trata, ¿verdad?- le preguntó Steve,sintiéndose inquieto.


Solo la mera idea de que Tony se encontrara en peligro y él nopudiera estar cerca para ayudarlo hacía que un nudo se le formara enla garganta y en el corazón. Habían estado a punto de perderlo enotras ocasiones. No quería tener que volver a pasar por lo mismomientras se encontraran separados.


-No nos queda de otro modo- comentó Tony.


Había notado que Steve se había puesto algo nervioso y tenía queadmitir que estaba contento con la idea que se encontrara así por sucausa, que estaría preocupado por su bienestar.


Pero prefirió alejas esos pensamientos por el momento. No era ellugar para perderse en sus fantasias, con Steve delante, con aquelgesto en la cara que le recordaba a un cachorrito herido.


-No puede ser la única opción que tengamos- se quejó este.-Tieneque haber algo que podamos hacer antes. Si alguien posee unatecnología similar a la tuya, tiene que haber registros de ello enalguna parte.


-El problema es que no sabemos por donde buscar. Esto no seríabuscar una aguja en un pajar. Es buscar el pajar donde esté la agujaantes de buscarla a ella- comentó, jugueteando con la taza de café.


-No hagas eso- le dijo el capi, pareciendo hundido en su asiento.


-¿Qué no haga el qué?- preguntó, alzando la vista hacía él.


-Arriesgarte de este modo cuando estás solo.¡No quiero volver aleer en las noticias que has vuelto a recibir un ataque, Tony!-gritó, apretando los puños sobre la mesa.


Stark se envaró un poco, ya que era raro ver al capi perder losnervios.


Si había alguien que parecía poder mantener el control en cualquierocasión, ese era el Capitán América.


-Eh- le llamó Stark, inclinándose en la mesa hacía él y tomandouna de sus manos entre las suyas.-¿Qué ocurre siempre con aquellosque intentan matarme?


Steve frunció el ceño.


Había esperado que Tony le dijera otras palabras paratranquilizarle, aunque su mero contacto hubiera hecho que un calorincendiario le subiera por el brazo y se instalara en su pecho. Perono entendía a qué venía aquella pregunta.


-¿Muerto o en la cárcel?- se atrevió a comentar después dereflexionar sobre ello.


-¡Exacto! Soy el hombre de hierro, ¿recuerdas? No soy tan fácil deliquidar. A no ser que fueras tú. Con una de tus peleas verbales, yame tendrías destrozado.


Steve dejó escapar una pequeña sonrisa ante esa idea y se aferróun poco más a la mano de Tony. Con diferencia, su mano era másgrande que la de Stark, pero deseaba aferrarse a esa mano y nosoltarla nunca. Y menos en un momento como aquel.


-Si quieres la mano, te la doy- comentó Tony cuando notó como Stevese aferraba.


Notar como este se mantenía sujeto a él hacía que su corazónhiciera caída libre hacía su estómago gritando el nombre de Steve,como si deseara gritarle al mundo entero quién era el dueño deeste.


-Lo siento- comentó el capi en un murmullo, con intención desoltarle, sintiéndose avergonzado.


No había pretendido que sus sentimientos tomaran las riendas de susacciones.


-No he dicho que me moleste- aseguró Tony, aferrando su mano con lasdos suyas, haciendo que Steve alzara el rostro hacía él.


Ambos permanecieron unos instantes en silencio, el uno perdido enlos ojos del otro, notando como si alguien hubiera arrebatado el airedel ambiente, notando sus pieles ardiendo allí donde entraban encontacto. La sensación de mariposas no era suficiente para describirel modo en el que sus cuerpos habían reaccionado.


-¿Qué estamos haciendo?- murmuró Steve, sin apenas aliento, aúnperdido en aquellos ojos marrones de Tony.


-Creo que agarrándonos de las manos y mirándonos.


-Debería irme- comentó el capi, tratando de liberar su mano de lasde Tony.


-¿Y por qué tienes tanta prisa? Ha pasado mucho tiempo desde laultima vez que nos vimos y no sabemos cuando nos volveremos aencontrar.


-Solo han pasado unas semanas, Tony- murmuró Steve notando como estele aferraba con más fuerzas.


¿Qué podía Stark hacer en una situación como esa? Estaba viendocomo las blancas mejillas de este se estaban coloreando rápidamentede rojo ante el contacto prolongado y, cuando alzó la vista hacíaél, diciendo esas palabras, aquellos enormes ojos azules parecíanestar esperando por algo.


Tony se quedó rígido un momento mientras lo contemplaba, con todoslos nervios de punta, preguntándose si no estaría imaginando cosas,si no anhelaba tanto a Steve que sus ojos veían cosas que no estabanhay. Pero, incluso aunque fuera así, incluso aunque estuvieraimaginándose cosas, ¿qué más daba? Lo tenía en frente de él,tenía sus manos entre los suyas y sus ojos clavados en los suyos.¡¿Cómo iba a poder contenerse?!


Se puso de pie en la silla, haciendo que esta cayera hacía atrás ySteve abriera aún más los ojos.


Pero, aunque Tony no supo decir si lo que vió en sus ojos fueanticipación o miedo, le colocó una mano en la nuca para que semantuviera quieto y se inclinó hacía él.


Steve sintió como el corazón se congelaba en el acto al ver a esteinclinarse hacía él y sintió como, inconscientemente, sus labiosse entreabrieron.


Ya había notado y sido besado antes pero, cuando sintió los labiosde Tony sobre los suyos, el suelo bajo sus pies desapareció, elmundo entero se esfumó en un suspiro, que despareció en la boca deStark, y solo pudo permanecer inmóvil mientras aquella mano en sunuca lo mantenía totalmente quieto en el lugar, solo pudiendorelajarse contra él.


Intentó corresponder al beso del mejor modo posible, moviendo loslabios contra los de Tony. Pero, cuando hizo eso, este soltó ungruñido casi animal y, de repente, la lengua de Stark atravesó labarrera de sus labios y lo buscó, haciendo que este soltara ungemido por el inesperado acto, alzando una de las manos y colocandolacontra el pecho de Tony, necesitando anclarse a algo, mientras notabala exploración de este recorriendo cada parte de su interior,haciendo que se echara a temblar.


Aquel no era un beso normal, o, al menos, no era como ninguno de losbesos que había experimentado anteriormente. Era un beso hambriento,como si ninguno de los dos pudiera seguir respirando si no se perdíanen el sabor del otro.


Se aferró aún más fuerte a la camisa de Tony, haciendo que este seinclinara más sobre él y notó un atisbo de sonrisa contra suslabios por parte del moreno, como si se alegrara de sentir que Stevehabía anhelado tanto como él aquel beso.


De repente, un golpe en el exterior, contra las paredes delrestaurante hizo que ambos se separaran, volviendo la vista hacía allugar de donde había procedido.


-¿Qué demonios ha sido eso?- preguntó Tony.


-Yo....-murmuró Steve, aún notando que le faltaba el aire despuésde aquel beso. ¿Sus mejillas estarían ardiendo tanto como él losentía?.-No quise decírtelo por si te enfadabas, pero..... Wanda seempeñó en acompañarme.


-¡No puede ser!- exclamó Tony.-Visión se empeñó en venir conmigotambién.


Ambos se quedaron mirándose un momento, pero, cuando se dieroncuenta de que el golpe hubiera sido muy posible que lo hubieranproducido alguno de ellos, corrieron al exterior, esperando que nohubiera ocurrido nada malo.


Findel capitulo 5.


Ainsssss. No sé a , pero yo sigoanhelando a que se produzca un beso de verdad en cualquier momento delas pelís. Espero que a todos les haya gustado este capitulo tantocomo me ha gustado a mí escribirlo, esperando que los próximoscapítulos también os vayan gustando conforme los vaya subiendo.


Porcierto, sé que al decir esto, algunas personas se enfadaran conmigo,pero ahora mismo están dando en la tele la peli de los 4fantásticos, donde Chris Evans era la antorcha humana y ¡Madre mía!¡Era una excelente antorcha humana! Tenía ese aire de malote y,cuando sonreía, sabias que más de una caería enamorada a sus pies.¡Era perfecto! ¡Era el Robert Downey Jr de los 4 Fantásticos!


Noes que esté diciendo que no actué bien como Capitán América,pero......¡Vamos! ¡No podéis decirme que no era el p*to papel desu vida! Será muy difícil que haya otra Antorcha Humana como él.Eso no se aprendía, venía de serie.


Y,a todo esto, otra revelación que os hará odiarme. Acabo de ver ''elsoldado de invierno''. Aún no lo había hecho porque......no sé,no me llamaba. El Sbucky nunca me había llamado mucho y la historiadel soldado de invierno no era que me interesara especialmenteaunque, claro, luego se centraron en cualquier cosa menos en elsoldado de invierno en la película. Pero es que esa peli me hapuesto de los nervios. En cuanto se vio lo que pasaba con SHIELD,tendrían que haber llamado a Tony y la peli se hubiera acabado enuna hora. Osea, estaban buscándolos a él y a Natasha la red deespías más grande del país y.....¿a dónde van a refugiarse?¡Exacto! A la casa de un pobre ex soldado, que ya tenía bastantesproblemas para adaptarse a la vida civil, en vez de llamar a Stark,que, digo yo, se habría sentido bastante molesto al saber que Hydraestaba usando sus conocimientos.


Pero,en fin, antes de que queráis arrancarme la cabeza, mejor os dejo yme pongo con el siguiente capitulo.



Yasabéis. Como siempre, manteneos sanos y nos seguimos leyendo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top