Capitulo 46


Pues nada, gente. Aquíestamos de nuevo. Aunque para vosotros hayan pasado días desde elultimo capitulo, yo acabo de terminar el anterior. Ahora mismo estoyescuchando el rap de Deadpool, ese que sale en la peli cuando esteempieza a buscar a Francis entre los delincuentes, mejorando su trajecon cada encuentro. Sí, lo sé. Tengo un revoltijo de canciones.


En esta liste dereproducción que estoy escuchando ahora mismo tengo las cancionesque os he puesto que ellos han cantado en el fic, la de Deadpool, lasque me gustaron de Magic Mike XXL y tres del musical de losMiserables. ¡Oh! Y la que sale Robert cantando en un concierto conSting y la que canta en Allie McBeal por el cumpleaños de ella, unascanciones de videos de stony que me encantan y.....creo que ya esta.Eso estoy escuchando ahora mismo, en modo repetición. Cuando seacaba la lista, vuelve a empezar. La mayoría de ellas ya me las séde memoria de tanto oírlas y, cuando estoy sola en casa, las cantoen voz alta porque me encanta y para joder al vecino ¿para quémentir? Que nos ha estado haciendo goteras en casa y está tratandode escaquearse. Si vamos a joder, aquí jodemos todos.


En fin, me pongo con elfic porque como siga hablando de mi vecino, me enciendo a las malas yme posee el demonio. Disfrutadlo.


CAPITULO 46


.................


Aún en silencio, Steve hizo que Tony acabara sentándose en la camasolo acercando su pecho de nuevo contra el de él, empujándolosuavemente mientras aspiraba el aroma de su piel, haciendo que estecayera sobre la amplia superficie, dejando escapar un pequeñosuspiro, como si todos sus sentidos se hubieran intensificado.


Seguramente, así había sido, con aquella venda en los ojos,haciendo que tdo su mundo se redujera a sentir.


Sujetando sus piernas, Steve hizo que acabara tumbándose en la cama,viendo como Tony temblaba ligeramente. Tal vez por el hecho de que nosabía qué esperar y estaba con todos sus nervios en tensión,atento a cada cosa que él le hiciera.


Disfrutó como un niño cuando vio como el pecho de Tony se encogíacuando llevó sus manos a los pantalones, pero, para tortura delmultimillonario, no hubo caricias ni intentos de jugar mientras abríael cierre y solo se dedicaba a sacarle la prenda, dejándoletotalmente desnudo por fin sobre la cama.


Cuando tiró la prenda a un lado, Steve lo observó detenidamente; elmodo agitado en el que estaba respirando Tony, el modo en el que supiel parecía haberse oscurecido por la excitación, el modo en elque tenía la boca semi-abierta, como si necesitara sacar aire dedonde fuera, con las manos aferradas a las sábanas de la cama.


Podría pasarse toda la noche contemplándolo lucir de ese modo, perosabía que Tony acabaría matándolo si hacía eso.


Quitándose su propia corbata de un tirón, un sonido que hizo queeste saltara en la cama, jugó con esta entre sus manos, pensando quépodría hacer con ella. No tenía la experiencia que tenía Tony yquería que aquella noche fuera especial.


Al final, optó por coger las manos de este y, uniéndolas, las atóal cabecero de la cama, asegurándose de que el nudo no se soltaríaante algún tirón brusco.


-¿Qué.... estás haciendo?- murmuró esta, pareciendo nervioso.


Pero un mero vistazo a su parte baja bastó para saber que aquello nole disgustaba tanto como quería dar a entender.


-Solo estoy procurando que no te vayas a ir a ninguna parte- lesusurró Steve contra los labios antes de proporcionarle un leve besoque supo que dejó a este con ganas de más por el modo en queintentó seguirle cuando se alejó.


-No pensaba irme- fue la respuesta que le dio.


-Por si acaso.


Con calma, dejando que Tony le escuchara, se fue quitando las prendashasta quedar tan desnudo como él mismo.


Vio como este se removió sobre la cama, nervioso. Seguramenteestaría deseando poder ver, pero, estando como estaba, eraimposible. Hasta que Steve no quisiera, él seguiría así.


Sin embargo, ¿qué hacer a continuación? Lo tenía desnudo y atado,pero....¿qué más podía hacer? ¿Qué sería una experiencia nuevapara ellos? ¿Qué podía hacer para sorprender a Tony? Tenía quepensar en algo rápido.


Entonces su vista recayó sobre un jarrón, un pequeño jarrón enuna esquina del cuarto, sobre una pequeña mesa. Pero, en vez dellegar flores, como vendría siendo lo habitual, llevaba plumas devarios tamaños y colores, haciendo que Rogers sonriera para sí.


Cogió una pequeña, blanca, la cual acarició con cuidado,percatándose de lo suave que era.


-¿Qué estás haciendo?- le preguntó Tony, removiéndose sobre lacama, haciendo que sus ataduras le mordieran la piel.


-Ten cuidado- le dijo Steve, acercándose a él y acariciándole lasmuñecas con los dedos.-Te vas a hacer daño.


-Pues suéltame.


-Aun no. Todavía no- susurró.


Y, sin decir nada más, se subió a la cama y se sentó sobre laspiernas de este.


Tony se tensó por completo, conteniendo el aliento, sabiendo quefuera lo que fuera a hacer Steve, se había puesto en marcha,haciendo que le costara trabajo respirar, esperando cualquier cosa,cualquier caricia, cualquier toque....


Lo que no se esperó fue aquello, esa caricia suave que apenas pudosentir, acariciando su cuello de lado a lado, sintiendo unascosquillas por todas partes que le hicieron sonreír y que loexcitaron a un mismo tiempo. Fuera lo que fuera lo que estuvierautilizando era algo mucho más ligero que cualquier caricia quepudiera hacer con sus propias manos.


-¿Te gusta?- le volvió a preguntar Steve, empleando aquel tono bajoy susurrante, tratando de captar cualquier pequeño cambio en él.


-Hace cosquillas- le dijo este.


-Pero espero que sean de las buenas- le dijo Rogers, llevando lapluma hacía el pecho de Tony.


Tony jadeó entre dientes cuando Steve llevó esta sobre sus pezones,que, en contra de lo que él pensara, se endurecieran ante unaspasadas, como si fueran ajenas de su cuerpo, haciéndole aún másdifícil respirar. Como si no le costara bastante ya.


Steve procuró que aquellas pasadas fueran suaves, lentas, losuficiente para que hasta estas mismas rompieran los nervios de Tony,que gimiera cada vez que ganara una nueva porción de su piel, que nopudiera evitar temblar, que, llegado el momento, hasta le rogaraacabar con aquella dulce tortura con el poco aliento que le quedara.


Pero, de momento, este solo jadeaba y apretaba los puños, tirando desus ataduras.


No sabía qué tan fuerte sería el tejido de su corbata, pero, desdeluego, no podría aguantar eternamente si Tony se tensaba así.


Inclinándose sobre él, pasó la pluma por sus labios, viendo comoeste los entreabría, dejando escapar un gemido y alzando la cabezahacía él, como si hubiera creído que se tratara de sus propioslabios y no cualquier otra cosa.


-Debes relajarte- le susurró Steve.-Para eso estoy haciendo esto.


-Bueno....eso es fácil de decir para tí- le soltó Tony a suvez.-Tú no estás inmovilizado al cabecero de una cama.


Steve se rió, pero no continuó hablando. Parte del encanto de loque estaba haciendo se perdería si lo seguía haciendo.


Con cuidado, casi como si la piel de este pudiera romperse si notenía el suficiente cuidado, descendió de nuevo por sus labioshacía el pecho, pero esta vez no paró en ninguna parte. Descendiópor el centro de su pecho, oyendo el sonido de protesta de estecuando ignoró las partes de su cuerpo que parecían necesitar lascaricias.


-¿Tienes alguna petición que hacerme?- le preguntó Steve,deslizando la pluma por el ombligo de Tony.


Se había quedado a medio camino entre dos lugares que este deseabaque atendiera, viendo que su respiración se hacía más pesada.


-Estás disfrutando demasiado con esto- le soltó Tony.


-Esa era la idea; que los dos disfrutáramos.


-¿Y quién te ha dicho que yo lo estoy disfrutando?


-¿Esta parte de tu cuerpo?- comentó Rogers, pasando la pluma por sumiembro.


El silbido que escapó de los labios de Tony fue como un disparo querecorrió el cuerpo de Rogers, haciendo que se pasara la lengua porlos labios mientras sus ojos observaban como el miembro de estetemblaba ante él, totalmente endurecido.


Continuó acariciándole con la pluma en aquel lugar, viendo comoaquella parte de su cuerpo empezaba a llorar para él, solo haciendoque él mismo sintiera deseos de tirar la pluma a algún rincón yllevárselo entre los labios, saboreándolo en su lengua.


-Capi, vas.....vas.....vas a hacer que.....me corra- gruñó Tony,esperando que eso fuera suficiente para detenerlo.


Pero lo único que consiguió fue que las caricias se hicieran másinsistentes.


-¡Steve, en serio!- afirmó, tratando de levantar la cabeza de laalmohada hacía donde debía de encontrarse él.


-Pues hazlo- fue todo lo que le contestó.-Venga. Puedes hacerlo.Esto es para que tú disfrutes.


Tony gruñó. Ya era bastante difícil para él poder contenerse.Pero oír aquello de Rogers, con unos suaves susurros, como si esterealmente estuviera deseando verlo, estaba siendo demasiado para suautocontrol.


Dejó caer la cabeza de nuevo hacía la almohada, apretándola contraella mientras apretaba las manos contra sus ataduras.


Se mordió los labios, en un intento inútil de contención, peroaquello era demasiado para él, demasiado intenso,demasiado.....intimo, con sus ojos vendados y totalmente a merced deSteve, como para que pudiera resistirse a las sensaciones querecorrían su cuerpo.


Echando la cabeza hacía atrás, con todo el cuerpo tenso, el éxtasisle recorrió de arriba a bajo, incendiando sus venas y haciendo quesu piel ardiera, transformando su mente en un gran lienzo en blancomientras gruñía. El interior de sus muslos tembló sin control yrecordaba haberse sentido de aquella manera antes en toda su vida.


Cuando trató de recuperar el aliento, después de conseguir tomar elcontrol de sus propio cuerpo, sintió los labios de Steve sobre suabdomen, dándole un dulce beso, haciendo que Tony saltara, ya que nose lo había esperado.


-Muchas gracias por dejarme ver esto- le susurró Rogers contra supiel.


Pero este estaba demasiado sensible como para que ese simple beso nole arrancara un gemido desde el fondo del pecho.


-Ahora puedes soltarme- le dijo Tony, tirando de la corbata para quesupiera de lo que le hablaba.


-¿Por qué? ¿Crees que todo ha terminado ya?


-¿No?- soltó Tony.


A sus propios oídos, sonó entre un niño asustado y una mujeremocionada.


-Por supuesto que no. Es nuestra noche de bodas. No podría acabartan rápido.


Stark se mostró sorprendido, pensando qué sería lo siguiente quetendría pensado Steve para hacerle. Pero lo que no se esperó fueque le retirara la corbata que le tapaba los ojos, haciendo que Tonyparpadeara, adaptándose a la luz.


Sin embargo, vio que Steve no hacía intención alguna de liberarladel cabecero tras tirar la corbata a un lado.


-¿Y esta?- preguntó, tensando sus ataduras.


-¿No quieres quedarte así un poco más?- le susurró Steve,inclinándose sobre su cuerpo y besando su clavícula.


Tony volvió a gruñir, echando la cabeza hacía atrás.


-¿Tanto te gusta esto?- le preguntó Steve, besando su pecho.


En un arrebato, hasta tomó los pezones endurecidos de Tony entre susdientes y tiró débilmente de ellos, viendo como este jadeaba ytiraba de las cuerdas mientras echaba la cabeza hacía atrás.


-¿Dónde.....has....has aprendido a hacer.....eso?- murmuró este,bajó los ojos hacía Steve, que aún estaba demasiado entretenido enjuguetear con su pecho.


-Yo leo- fue todo lo que este le respondió.


¿Y qué demonios había leído? ¿''Cómo volver loco a tu amante encinco sencillos pasos''? Porque, si seguía jugando con él deaquella manera, estaba seguro de que no tardaría en volver acorrerse. En aquellos mismos momentos, sentía como su miembro volvíaa endurecerse contra su bajo vientre, saltando ante cada nuevo beso ycaricia que Steve le regalaba.


Cuando este empezó a descender con aquellos demasiado dulces labiospor su abdomen, Tony volvía a tener las muñecas magulladas por elmodo en el que estaba tirando de sus ataduras, alzando la cabeza comobuenamente pudo para mirar a Steve.


Este estaba con los ojos cerrados, como si estuviera tan concentradoen aquellos momentos, tratando de hacerle disfrutar y disfrutando élmismo con aquello. Y ver a este de aquella manera tampoco servíapara que él se tranquilizara.


-Mierda, Steve- gruñó él.-Vas a hacer que me venga de nuevo. Para.


Pero este no levantó la cabeza mientras seguía descendiendo. Enrealidad, parecía que ni siquiera le hubiera escuchado.


-¡En serio, Steve! ¡Para!- gruñó Tony cuando este besó su caderay acarició con su lengua la piel sensible.-¡Para!


Por un segundo, creyó que Steve no le había vuelto a escuchar,pero, en el ultimo momento, este levantó la cabeza hacía él y loobservó con aquellos intensos ojos azules, como si se encontrara entrance.


-¿Y por qué debería parar por eso?


-Pues porque.....


Tony se vio incapaz de acabar la frase.


¿Por qué debería detenerse antes de que él volviera a dejarse ir?Le había dicho en la fiesta que tenía que agradecerle la sorpresamás tarde y que esperaba algún tipo de novedad. No con esaspalabras, pero algo así le había insinuando. Entonces.....si Steveestaba haciendo todo aquello para complacerle, ¿por qué deberíaparar?


-Porque.......tú aún no has tenido ningún alivio- le dijo alfinal.


-Yo no soy importante ahora mismo- le dijo este, haciendo intenciónde volver a descender la cabeza hacía su cadera, para poder tomarloen su boca.


-¡Claro que lo eres!- afirmó este, deteniéndolo.


En cuanto sus labios lo rozaran, sabía que no podría evitar dejarseir en él. Pero no quería que, de nuevo, todo el placer recayerasolo en él. Quería que Steve compartiera ese momento con él, quelos dos acabaran juntos.


-Si no te conociera, diría que el gran Tony Stark tiene miedo-comentó Steve, rectando por su cuerpo hasta quedar tumbado sobre él,con sus rostros a escasos centímetros.-¿Por qué temías que teacariciara allí abajo de nuevo?


-Yo he sido casi siempre el activo. E, incluso en los momentos en losque has tomado la iniciativa, siempre lo hemos hecho todo juntos.Pero....ahora, estoy atado y ni siquiera puedo tocarte.


-¿Eso es lo que te molesta? ¿Qué no puedes tocarme?


Tony frunció el gesto.


-¿Te molesta que sea eso?


Steve lo observó un momento, pestañeando, como si estuvieraprocesando esa frase. Pero, tras unos breves segundos, este rompió areír mientras escondía el rostro en su cuello y lo abrazaba.


-Maldito seas, Tony- murmuró este.-¿Por qué puedes ser tansumamente encantador en un momento como este?


Sin embargo, este no le dio tiempo a responder a eso.


Steve se apretó aún más contra su cuerpo y fue hacía sus labios,devorándolo sin ningún tipo de vergüenza, pidiéndole a este conligeros toques de su lengua contra la boca de Tony, que lerespondiera del mismo modo.


Con un ligero suspiro, este abrió la boca y dejo que la lengua deSteve entrara en su boca, jugando con la suya propia, mientras sentíalas manos de este acariciando su cuerpo. Tony también quiso hacerlo,quería poder enterrar las manos entre aquellos suaves mechonesrubios, pero las ataduras mordieron de nuevo sus muñecas y gruñócontra la boca de Steve.


-¿Qué pasa?- comentó este, en apenas un susurro, apartando lacabeza apenas unos centímetros para verlo bien, con los labiosenrojecidos e hinchados por los besos.


-¡Suéltame! ¡Ya!- soltó Tony, tirando de nuevo.


Pero Steve supo que en aquella ocasión estaba hablando en serio,viendo como, ante sus tirones, el cabecero temblaba, como si, alseguir de ese modo, fuera a arrancar a este del lugar.


-¿Tanto deseas tocarme?


Tony no dijo nada, pero asintió varias veces con la cabeza,removiéndose bajo él.


A regañadientes, Steve asintió a aquello y alzó las manos,desatando el nudo y tirando la corbata a un lado. Las muñecas deeste aparecían enrojecidas y con la piel levantada en algunaspartes, así que Steve se llevó estas a los labios y se las besócon cuidado, tratando de aliviar el dolor que pudiera estarsufriendo.


Pero si Tony estaba sintiendo algo en aquellos momentos, no eraprecisamente de dolor.


Se lanzó contra él, obligando a Steve a caer de espaldas contra lacama, colocándose él encima mientras por fin podía tocar su rostroy enterrar los dedos en aquel cabello.


Adoró tanto la sensación, como si hiciera años que no lo hacía,que no pudo evitar suspirar de placer.


-¿Estás contento ahora?- le preguntó Steve, pasandole las manossuavemente por la espalda, acariciándole la piel con cariño.


-Aun no del todo- susurró Tony, inclinándose sobre él y besándolo.


Poder tocarlo mientras lo hacía, poder verlo, fue algo maravillosode sentir. Al haberse privado de la vista y del tacto, era cierto queotras cosas se habían intensificado, pero nada de lo que pudierasentir podía compararse al hecho de poder tocar aquel cuerpodemasiado perfecto para aquel mundo. O contemplar la sonrisa que sehabría camino en los labios de Steve cuando sabía que lo estabaadmirando y se lo comía con los ojos.


Ambos se fundieron en aquel beso, perdiéndose en el sabor y en eltacto del otro. Ninguno de ellos hubiera sabido decir donde terminabauno y empezaba el otro. Las caricias se sucedieron una tras otra,arrancándose suspiros y jadeos al otro. La temperatura del cuartopareció ascender, como si ellos fueran capaces de caldear elambiente. Y, para cuando uno consiguió entrar en el cuerpo del otro,ni siquiera pensaron quién era el activo o no. Simplemente sintieron el placer recorrer sus cuerpos como si fueran millones derayos que abrasaban todas sus terminaciones nerviosas hasta no dejarni una sin atacar.


Se perdieron en aquellas sensaciones, en los temblores que losembargaron, en los que recorrían el cuerpo de su compañero. Lasmanos de Steve acabaron enredadas entre los cabellos oscuros de Tonyy, cuando los ojos de ambos se encontraron, ambos supieron que nopodían alargar aquello más tiempo, que necesitaban esa liberacióncomo el aire que respiraban.


Aferrados el no al otro,perdidos en los labios de su compañero,robándose el poco aliento que les quedaba, ambos se dejaron ir,abandonándose en el otro cuerpo, sin poder contener la liberación,la sensación de que todos sus sentidos se derretían y se fundían.


-Esto.....tenemos que.....repetirlo en otro.....momento- comentóTony, tras poder recuperar un poco de aliento.


Steve, por su parte, lo único que pudo hacer fue reírse mientraseste se abrazaba a él.


Después de todo, Tony siempre había sido un hombre muy peculiar. Sino hacía un comentario semejante después de todo lo que habíancompartido sobre aquella cama, no se quedaría a gusto.


Findel capitulo 46


Esperoque a todos os haya gustado este primer encuentro intimo de la parejacomo marido y marido. Tengo que reconocer que no me he sentido muyinspirada en este capitulo a parte de hacer que jugaran con la pluma(que me parece que he visto en alguna película, aunque no recuerdocual ahora mismo, la verdad), así que de verdad espero que os hayagustado como ha quedado, porque ni yo misma sabría decir si elresultado ha sido bueno o no. Eso lo dejo siempre a vuestra opinión.


Tampocohe querido decir claramente quién le daba a quién porqueconsideraba que en un momento como este, eso tampoco era lo másimportante de la escena. Quería que quedaran claro sus sentimientos,sus emociones, el amor que sienten el uno por el otro, el deseo queparece que no dejan de sentir, el perderse en los ojos del otro pormucho tiempo que pase, ya que considero que ese tipo de amor soloexiste en las historias.


Megusta el romance, uno que llegue a conmoverte el corazón, que teemocione, que te haga sonreír y llorar y gritar de felicidad. Peroconsidero seriamente de que ese tipo de amor solo existe en lasnovelas, en los libros y películas. Sé que el amor de verdad no estan perfecto ni que siempre hay tanta felicidad. Siempre hayproblemas, discusiones, incluso momentos donde se dicen barbaridadesque nunca se deberían de decir si realmente respetaras a alguien.


Algunospensaran que pienso de esta manera porque me he llevado algúndesengaño amoroso o algo así. Nada más lejos de la realidad. Nuncahe estado realmente enamorada y la única vez que he estado en algoparecido en una relación, corté yo cuando me di cuenta que solo leveía como un amigo. Lo digo porque veo a las parejas que me rodean ycomo se comportan y lo que les pasa. Los únicos que veo realmenteenamorados y que incluso cuando pelean la cosa nunca pasa a mayoresson a mi hermano mayor y mi cuñada. Llevan juntos más de 15 años yella aún se levanta corriendo del sofá cuando él llega de trabajarpara que le dé un beso.


Enfin, espero que entendáis lo que quiero decir.


Y,cambiando de tema, hoy, sábado ocho de octubre, han puesto lapelícula de CatWoman en la televisión, en la que sale Harley Berryo como se escriba. Y tengo que decir que me gusta la película. Noentiendo porque hay gente que se queje tanto de esta peli y que diganque fuera un fracaso para su franquicia. Es cierto que no conozco lahistoria del personaje porque nunca he sido muy fan de DC, pero parala época en la que se hizo, los efectos que tiene están bien. Senota el CGI, pero eso pasa incluso con películas de ahora y no mepodéis negar que a esta actriz le queda genial el cuero e ir deseductora ladrona. Sé que el personaje real no era negra, pero mirada Marvel ahora con sus últimos casting, sobre todo con el deSpiderman. Menos Peter, ningún otro personaje se parece a suhomologo del comic.


Peroen fin, ya os he dado suficiente la murga. Como siempre, me despidode vosotros deseándoos que os mantengáis sanos y nos seguimosleyendo. Bye.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top