Capitulo 23

Buenas a todos lospresentes. Por el momento, solo os desearé buen día y me pongo conel capitulo 23.


CAPITULO 23


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Sabiendo que era la única cosa que podía hacer, Steve contemplóaquella escena a través de las cámaras de seguridad del edificioStark, percatándose de que la policía, a pesar de estarapuntándoles con sus armas, no sabían bien qué hacer.


A pesar de que el Gobierno habría informado a toda la policía delpaís de que debían capturar a aquellos Vengadores que se habíannegado a firmar el tratado, la gente no olvidaba tan fácilmente loque los Avengers habían hecho por ellos, de como estos habíansalvado Nueva York cuando los extraterrestres aparecieron y comohabían tratado de ayudar de igual modo al resto del mundo, inclusocuando las cosas no salían bien del todo.


-¡Necesitamos que se retire a un lado y nos permita detener a ClintBarton, señor Stark!- exclamó el que parecía el capitán de lapolicía, el único que no había desenfundado su arma.


-¿Tengo que recordar que estos hombres han ayudado a salvar a lagente de este edificio en llamas?- le dijo Tony, aún con las manosen alto, como si se hubiera olvidado que las tenía ahí.


-Cumplimos órdenes- fue todo lo que le dijo este a su vez.


Aunque a Steve aquello le sonó a una disculpa. Dejando a un lado loque pensaran sobre los Vengadores, o lo agradecidos que se sintieranhacía ellos por lo que habían hecho, a ellos solo les quedabacumplir órdenes. Quisieran o no, no podían dejar escapar a Barton ya Sam así como así.


-Tal vez podamos llegar a un acuerdo- comentó Tony, bajando por finlas manos.


Y Steve se llevó una mano a la cara. ¿De verdad estaba tratando desobornar a toda una comisaria de policía? Por mucho que estosestuvieran a su favor, aquello era demasiado.


El jefe de la policía pareció que fuera a decirle algo, pero,oyendo como un helicóptero se acercaba, todos volvieron la vistahacía el sonido, al tiempo de ver como Máquina de Guerra llegabahasta ellos.


-¡No me jodas, Rhodey!- le gritó Tony en cuanto lo vió llegar.-¿Tehan mandado a ti a capturarlos?


-¡No estoy aquí para eso, Tony!- le gritó este hacía él,tratando de hacerse oír por encima del ruido del helicóptero, queestaba aterrizando en el suelo.-A pasado algo más grave y elGobierno está dispuesto a hacer una excepción con ellos en estaocasión!


-¿Qué ha pasado?- preguntó Tony.


-Stane acaba de atacar el Capitolio.


-¡¿Qué?!- exclamó Steve a través del comunicador, el mismo gritode incredulidad y sorpresa que exclamaron Tony y Clint y parte de lapolicía allí reunida.


-Seles concede un indulto a ellos y a aquellos Vengadores desaparecidospor una breve temporada si acuden en ayuda del país en estosmomentos- les informó Rhodey, mirando a la policía que lo rodeaba,haciendo que estos bajaran las armas en el acto.


-¿Has oído eso?- le susurró Tony al cap por lo bajo.


-Claro que lo he oído.


-Tenemos que irnos ya- les dijo Barton, con su arco preparado.


-Para eso hemos traído el helicóptero. Vosotros- les indicó a lapolicía.-Traed a Sam Wilson hasta aquí. A partir de este punto, suseguridad en cosa del ejercito.


Un par de policías no tardaron en salir corriendo cuando su jefe lesindicó que obedecieran, al mismo tiempo que Tony se acercaba aRhodey para que ninguno de los agentes les oyeran.


-¿Esto es real? ¿De verdad se ha producido ese ataque o es unengaño para poder sacar a los chicos de aquí?- le preguntó.


-¿Crees que bromearía con algo como eso?- le preguntó este a suvez, elevando su propio protector facial, dejando ver a Tony suexpresión, dejándole claro que no había lugar para bromas enninguno de los poros de Rhodes.


Tony supo que la cosa estaba llendo en serio, viendo como traían aSam sin unas esposas en las muñecas.


-Tengo que ir al complejo ahora mismo. Nos veremos en el Capitolio-le dijo este a Rhodes, preparándose para salir volando.


-¡¿Qué?!- exclamó este.-¡¿Para qué tienes que marcharte en unmomento como este?! ¡¿Qué es más importante que lo acaba depasar?!- le espetó.


-Encontrar a Visión y al chico araña e informarles de esto. ElCapitolio será un caos ahora mismo. Necesitamos a todos paratranquilizar al publico. Ezekiel no solo me está atacando a mí.También está atacando a Estados Unidos.


Rhodes lo observó con atención, pero acabó asintiendo, dándole larazón.


-Pero no tardes. Esto le viene demasiado grande al Gobierno.


Tony asintió y, antes de perder más tiempo, viendo como Clint lecontaba lo ocurrido a Sam, salió volando de nuevo hacía el complejoa la máxima velocidad que le permitía el traje, necesitando llegarcuanto antes.


-¿Has oído todo eso, capi?- le preguntó Tony a este, apresurándoseen volver.


-¡Claro que lo he oído! Pero.....¡maldición!¡No tengo mi trajeaquí!


-Mira en el armario de tu cuarto- le indicó este a su vez.


El resto del viaje lo hizo en silencio, sabiendo que Steve habríasalido corriendo del despacho cuando le había dicho aquello,encontrando un nuevo traje del Capitán América dentro del armariode su habitación.


Tony siempre había creído que sería necesario, que, en algúnmomento, el equipo tendría que volver a reunirse, así que, en cadacuarto del lugar, en cada armario de cada uno de los Vengadores,había un nuevo traje esperándoles, esperando a que ocurriera algoque les volviera a reunir y fueran el equipo que el mundo ya conocía.


Cuando consiguió llegar al complejo, fue al despacho, tratando deponerse en contacto con Visión.


Aunque este hubiera apagado las cámaras de seguridad, habíateléfonos y otros medios de comunicación con el lugar, enviándolesa él y a Wanda un mensaje holográfico, indicándoles lo que habíaocurrido en el Capitolio, la tregua que el Gobierno quería darles yel hecho de que necesitaba que los dos salieran volando hacíaWashington lo antes posible y que recogieran al joven chico arañapor el camino.


Tras eso, sabiendo que les había llegado el mensaje y que los dosestarían viendo en aquellos mismos momentos la noticia, salió hacíael cuarto del capi después de hacer un pequeño parón en otrahabitación, observando como este terminaba de vestirse, habiendodejado la puerta completamente abierta por las prisas.


-¿Estás lista para volar?- le dijo Tony, haciendo que Steve sesobresaltara, no habiendo notado su presencia en absoluto.


-Sí, claro. Rhodes ya está llevando a Barton y a Sam al lugar,¿verdad?


-Sí, así es. Y Wanda y Visión estarán de camino para recoger alpequeño chico araña y saldrán hacía el Capitolio en estosmomentos.


-Tendría que ponerme en contacto con Scott también- comentó Steve,mostrándose nervioso.


¿Cómo se había atrevido a Stane a atacar un monumento como elCapitolio? Era el lugar donde los Senadores del país se reunían,donde cada Enero, el presidente en persona daba un discurso, donde elcuadro de la firma de la declaración de Independencia estabaexpuesto. Aquello no era solo para dañar a Tony Stark, si no queacababa de dañar a todos los Estados Unidos con aquel ataque.


-Tenemos que irnos ya- le dijo Steve a este, volviéndose hacía élmientras este seguía apoyado en la puerta.


-Sí, tendríamos que salir ya. Pero creo que necesitarás esto- leindicó Tony, sacando el escudo, que había dejado apoyado contra lapared, lejos de sus ojos, viendo como Steve abría estos con sorpresaal verlo.


-Pensaba que......no querías que tuviera el escudo.


-Digo muchas cosas en caliente- comentó Tony.-Pero, ¿qué seríadel Capitán América sin su escudo? Mi padre solo saldría de latumba para darme una patada en el culo si no te lo devolviera.


Steve caminó hacía él. Tratando de ver en los ojos de Tony queestaba haciendo aquello porque él realmente quería hacerlo y noporque las circunstancias le hubieran obligado a hacerlo, abriendo ycerrando los puños, sin saber si cogerlo o no.


-¿A qué estás esperando?- le espetó Tony, viéndole titubear,colocándole el escudo ante él.-Cógelo. Esto siempre fue tuyo.Nunca debí quitártelo.


-Tenias buenos motivos para querer quitármelo- le dijo Steve,tomando este lentamente, como si quisiera darle tiempo a Tony paraque pudiera arrepentirse de aquella decisión.


-Sabes que me comporté como un niño pequeño con una rabieta. Perono perdamos más el tiempo y volemos hacía Washington antes de queel Gobierno se arrepienta de haberos concedido una tregua.


-¿Tienes alguna nave que podamos utilizar?- le preguntó el capimientras seguía a Tony fuera de la habitación, colocándose elescudo en el brazo derecho, dándose cuenta de lo que había echadode menos aquel peso reconfortante.


-Capi, por favor. ¿Por quién me tomas?- le dijo este, volviendo unmomento la cabeza hacía él y dedicándole una amplia sonrisa.


......................


Antes de que el capi pudiera replicar, Tony ya lo había montado enuna de las últimas naves en las que había estado trabajando,llevando consigo armas y aquello que creyó que podría hacer faltasi realmente Stane se habia atrevido a atacar el Capitolio, viendocomo Steve solo admiraba las nuevas mejoras que Stark había hecho ensu equipamiento durante su ausencia.


-¿Quieres intentar ponerte en contacto con Scott?- le preguntó,teniendo a este sentado a su lado.


-Podría intentarlo, pero, con lo sucedido en Washington, ¿noestarán las lineas saturadas?


-Capi, ahora ya no hay mujeres conectando cables desde unacentralita- le comento, pareciendo disfrutar con el hecho de podermeterse con el, incluso en medio de la situación en la que seencontraban.


Steve le dirigió una mirada molesta, ya que sabía de sobra loscambios que se habían producido en la telefonía desde que él noera más que un cubito de hielo. Pero, aún así, el asunto habríaremovido al país y, por muchos satélites que estuvieran volando, nopodrían enviar y recibir todas las llamadas de un país.


Confiaba en que Scott, encontrándose con Hank Pym, se enteraría delas noticias y que los vería a través de la televisión, acudiendoa su lado lo más rápido posible.


Incluso antes de llegar al lugar, el humo que ascendía desde elsuelo hizo que tanto Tony como Steve contemplaran aquel paisajeconteniendo el aliento, sin poder creerse realmente que aquellohubiera podido ocurrir de verdad.


-¿Cómo ha sido Stane capaz de esto?- preguntó el capi, hablando envoz baja, como si eso fuera a impedir que ocurriera un nuevoincidente.


-No tengo idea, pero lo vamos a averiguar- le aseguró Tony,aterrizando.


La cúpula del Capitolio ahora parecía casi inexistente y, a pesarde los equipos de emergencia que estaban trabajando allí, el alaEste del edificio estaba ardiendo con fuerza.


-Hay que empezar a trabajar- le dijo Stark a Steve antes de que estese dirigiera a un compartimento de la nave y pusiera a la Legión deHierro, que había llevado con ellos, en marcha.-Friday, ayuda con elincendio y aleja al publico de aquí.


-Sí, señor.


Y la Legión despegó y salió del lugar, seguidos por él y Steve.


En cuanto pusieron un pie fuera de la nave, el grupo llegó hastaellos. Visión, Wanda y Peter habían llegado y Rhodes acompañaba aSam y a Clint, que habían estado hablando con las fuerzas especialesque se estaban encargando de la seguridad de los presentes.


-Aunque parezca mentira, hay algo más grave que el Capitolio enllamas- les dijo Clint.


-¿Qué es lo que ha ocurrido?- preguntó Steve.


-Stane se ha llevado al ministro de defensa, que se encontrabahablando en el Senado- le informó Rhodes.


-¿Se ha llevado a Ross?- repitió Tony, sorprendido.


-Al parecer, este ataque era para asustar al Gobierno- les dijoSam.-Ese Stane les ha dejado claro que ningún gobierno que emplee aTony Stark podría ser un gobierno eficaz. Parece que Stane no se vaa detener hasta que tenga a Stark despellejado y colgado de su pared.


Este endureció la expresión del rostro, llevando la vista hacía elCapitolio en llamas, donde la Legión de Hierro ya estaba trabajandopara apagar las llamas.


-¿Aun queda alguien dentro del edificio?- preguntó Tony,prefiriendo no concentrarse en el hecho de que aquello parecía habersido causado por su culpa.


-Sí. Pero los bomberos no se atrevían a entrar por las llamas.Hasta que no tengan el incendio más controlado, no podrán accederal lugar- le informó Rhodes.


-Visión- lo llamó Stark.-Encargate de entrar ahí y sacar a toda lagente que puedas.


-Sí, señor.


Y el androide salió volando hacía el lugar.


-Yo también puedo ser de ayuda dentro. Con mis poderes, las llamasno me afectaran- le dijo Wanda al capi.


Este la miró fijamente, ya que un momento de titubeo, un despiste,podría hacer titilar los poderes de esta y hacer que el fuego laconsumiera. Pero, viendo la expresión de su rostro, solo pudoasentir.


-¡Pero, ten cuidado!- le pidió viendo como ella también saliavolando hacía las llamas.


-¿Y los demás qué hacemos?- preguntó Peter, con el traje deSpiderman ya puesto.


-Peter, tú vigila los alrededores del edificio. Puede ser que hayagente en las ventanas de los pisos superiores. Si es así, saca a lagente de allí y ayuda a la gente que Visión y Wanda consigan sacar-le indicó Tony.


El chico asintió.


-Yo también puedo ayudar con eso- les dijo Sam.


-Bien- convino el capi.-Pues ve con él y ayudálo en su tarea.


-Ven conmigo, chico araña- le indicó Sam, cogiendo a este por losbrazos antes de elevar el vuelo.


-Parecemos un totem- oyeron comentar a Peter antes de que ambosacabaran alejándose.


-¿Y nosotros qué hacemos?- preguntó Clint.


Tanto él como Máquina de Guerra estaban esperando instrucciones.


-Hay que tratar de encontrar la ruta que han usado Ezekiel y su gentepara huir- les dijo Tony, mandando algo a la armadura de Rhodes.-Tehe enviado el resto de su energía para que podáis seguirle elrastro. Y, si lo veis, si aún está cerca de aquí, no dudéis endisparar a matar.


A ambos asintieron, pero no parecía muy serio ver a Clint sentadosobre la espalda de Rhodes mientras este se elevaba, ya que Ojo deHalcón necesitaba las manos libres.


-¿Y qué hacemos nosotros?- le preguntó Steve a Tony, contemplandoel caos a su alrededor, los servicios de emergencia corriendo dearriba a bajo, la policía y las fuerzas especiales tratando decalmar los ánimos, las cámaras de televisión, que ya habíanllegado, grabando toda la situación, y el público que habíallegado de pie, contemplando con sus propios ojos aquel golpe a unode los monumentos del país.


-Será mejor que nosotros hablemos con los que estén a cargo deesto. Tenemos que asegurarnos de que la tregua se mantiene, calmar alos medios y asegurarnos de que el gobierno no la cague hablando conestos.


-¡Ese lenguaje!- le soltó el capi.


-Esto es un maldito infierno, cap. Creo que oirás cosas peores aquí.


Y se dirigieron hacía el centro de operaciones que habían montadoenfrente del Capitolio en llamas, donde los que tenían voz y voto enel país estaban intentado resolver aquel desastre.


-Ironman- le saludaron algunos a Tony en cuanto entró en la pequeñacarpa que habían creado en mitad de aquel caos.


Todos parecían haber dado por hecho que él iba a aparecer.


Pero cuando los ojos se posaron sobre el Capitán América, parecióque los hombres que tomaban las decisiones no sabían como debíantratar a este. A pesar de ser un fugitivo buscado por la ley, sehabía presentado allí, con la mitad de su equipo para ayudar enmedio de aquel desastre.


Sin embargo, el ministro de asuntos internos fue el primero enreaccionar.


Se dirigió hacía él y, mirándolo a los ojos, le tendió la mano.


-Lamento que las circunstancias del tratado hayan tenido queobligarnos a tratarle de este modo. Lo necesitamos, capitán.


Steve contempló aquella mano, pero, como no podía ser menos en él,Steve se la estrechó.


-Los Vengadores siempre acudirán allí a donde se nos necesite.


-Lo que me lleva a hablaros, caballeros, de resolver unos pequeñosproblemas que tenemos por culpa del tratado- comentó Tony,acercándose a la mesa en torno a la que se habían encontrado losdemás.


-¿De qué se trata?- preguntó el ministro, soltando la mano deSteve y volviéndose hacía este.


-Necesitamos algo más que una tregua temporal- les indicó Tony,dirigiéndoles una sonrisa de medio lado a todos los presentes.


Findel capitulo 23


Laverdad. Estaba muy atrancada con este capitulo. No tenía ni idea dequé hacer aquí, ni como solucionar las cosas. Me he tirado díasenteros sin escribir, releyendo lo ultimo que tenía hecho, tratandode inspirarme, pero nada me venía a la cabeza. Y no sabéis lo quetemo cuando me pasa eso, porque normalmente significa que mi mente meestá diciendo: ''hasta luego. Necesito unas vacaciones''.


Pero,inesperadamente, como siempre, me ha venido la inspiración y hepodido continuar con el fic, haciendo que por fín pueda respirartranquila. Iba escribiendo por aquí cuando me han llamado paratrabajar este verano. Será en la sección de panadería de un centrocomercial, así que será por turnos y no me pilla muy lejos de casa,así que no será problema para poder seguir escribiendo. Lo que nosé si hasta tendré que trabajar los domingos. Es muy posible que notenga días libres, pero, viendo como está la crisis en España,pienso agarrarme a ese trabajo y dar todo de mí. Hasta mis padres sehan emocionado y todo. Falta que me monten una fiesta o algo.


Enfin, volviendo con el fic, quería que, de una vez por todas, eltratado dejara de ser un maldito problema. Estaba alterando misnervios que este siempre se estuviera interponiendo entre nuestrossuperhéroes, así que he decidido hacer algo con ello en este punto.Ya todos veréis el qué en el siguiente capitulo.



Noos doy más por hoy la tabarra. Desearos que os mantengáis sanos ynos seguimos leyendo. Bye!!!!. ^^

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