Capitulo 17

Buenos días a todo elmundo. Aquí os traigo el capitulo que vas después de los doscalientes capítulos que hemos tenido hasta ahora.¿Queréis sabercomo continua? Pues solo tenéis que empezar a leer.


CAPITULO 17


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Tras tomar una especie de cena-desayuno de madrugada, comprobando quelos encargados de mantener la casa tenían el buen tino de llenar lanevera, tanto Tony como Steve comentado lo que estaba ocurriendosentados los dos en la cocina, a penas con la ropa interior puesta ypoco más, demasiado hambrientos correo para haberse molestado envestirse un poco más, llendo al asunto que, en parte, les habíallevado allí.


-¿Dalias Negras?- preguntó Steve, tras haberle dado un sorbo a suzumo de naranja.-No me suenan de nada.


-Claro. ¿Cómo ibas a hacerlo? Eras un grupo callejero que apenasllamaba la atención más allá de la gente a la que ayudaban-comentó Tony, dando un mordisco a una de las tortitas que Steve sehabía tomado la molestia de hacer.


-Pero tú sabes quienes son.


-Yo lo sé todo- le dijo Tony, guiñándole el ojo.-Procuro queFriday se informe de esas pequeñas cosas. Nunca se sabe cuandopuedes encontrar a un aliado o cuando puede surgirte un enemigo.


-¿Lo dices por ese chico de Queens?- le preguntó Steve.-Parece unbuen chico y creo que en realidad no sabe en donde se está metiendo.


-Pues yo creo que sabe perfectamente donde se está metiendo. Tieneun poder y no quiere quedarse simplemente a un lado cuando puedehacer mucho bien con él.


-Bueno....eso era lo que tratábamos de hacer nosotros antes de lodel tratado.


Se hizo un breve silencio tras hacer mención al motivo por el que seencontraba separados y, por unos minutos, cada quién se concentróen su propio desayuno y no deseó hablar.


-Están buenas las tortitas- comentó Tony, cambiando radicalmente detema.-¿Desde cuando sabes cocinar, capi?


-¿Desde siempre? Mi padre murió y, con la guerra, hasta que mimadre también murió, estaba muy ocupada siendo enfermera. Elhospital estaba lleno y yo pasaba muchas horas solo.-Hizo una brevepausa.-Bueno.....solo no. Con Bucky.


Tony lo miró ante la mención de ese nombre, sintiendo un ramalazode ira correr por él, pero, viendo la expresión de Steve, supo queel capi había tenido muchas y buenas razones para luchar por suamigo con tanta fuerza, aunque ello hubiera significado suseparación.


-¿Desde cuando os conocíais?


-Desdesiempre. Vivíamos cerca y él siempre me había defendido de losmatones. Ya sabes que yo no era ni la mitad de lo que soy ahora enese tiempo y Bucky siempre estaba allí para ayudarme. No sé como mesoportó durante tanto tiempo. Era un desastre que no sabía nidefenderse.


Tony odió que hablara de ese modo de sí mismo, como si fueraalguien sin importancia.


-¿Cómo no iba a ayudarte? Haces que la gente te adore nada másconocerte. Seguro que Bucky estaba encantado de ir a todas partescontigo- le dijo Tony, queriendo parecer celoso, arrancando unasonrisa a Steve.


-Buen intento, Stark, pero, si me hubieras conocido en ese tiempo, lomás seguro sería que no me hubieras dirigido más de dos miradasseguidas.


-¿Con esa carita que tienes en un cuerpo pequeño?- comentó Tony,tomando el rostro de este entre las manos.-Lo más seguro es que tehubiera tomado como mascota y no hubiera dejado que salieras de mihabitación.


Steve no pudo evitar echarse de nuevo a reír ante aquellaafirmación, dicha con tanta confianza.


-Eres un pervertido. Lo sabes, ¿verdad?- le dijo este, aún entrelas manos de Tony.


-Puede ser, pero aún sigo siendo tu pervertido. Además, no hetenido nunca quejas de ello.


Steve volvió a torcer el gesto al volver a escuchar una referencia aantiguas amantes de Tony, pero, en aquella ocasión, ni se molestóen golpearle. Ya sabía de sobra que este iba a seguir con aquello logolpeara o no.


-¿Y se puede saber porqué las Dalias Negras tienen algo contra tí?-le preguntó Steve, volviendo al tema que les ocupaba.


-Pues, teniendo en cuenta que antes eran mujeres normales y ahoratienes poderes, es posible que Ezekiel les haya hecho algo o hayaexperimentado con ellas. Llevan unos meses lejos de las calles.


-Osea que Ezekiel no solo se está preparando a sí mismo para pelearcontra tí, si no que está preparando a más gente para ello-comentó Steve con disgusto.


Aquel asunto cada vez le estaba gustando menos a Steve. Inclusoaunque Tony mantuviera cerca a Visión, parecía ser que Ezekielestaba formando un ejercito en su contra, un ejercito que,actualmente, Tony tenia muy complicado mantener a raya, cuanto menosdetener.


-¿Te has puesto en contacto con el chico de Queens para decirlesobre esto? Vas a necesitar toda la ayuda posible- le dijo, aunmostrándose disgustado.


-Me pondré en contacto con él para contarlo la nuevainformación, pero es frustrante no poder recurrir a vosotros.


-A mí tampoco me gusta esta situación- afirmó el capi.-Peronosotros tenemos que permanecer lo más ocultos posible hasta quesepas del escondrijo de Ezekiel. Cuando nosotros ataquemos, elejercito se nos echara encima.


-Dejame eso a mí- comentó Tony, poniendo en marcha esa cabecitasuya.-En esta situación, creo que podremos encontrar un modo dehaceros actuar sin que hayan demasiadas represalias.


Steve le miró con el ceño fruncido, pero no preguntó nadamientras veía como Tony le daba vueltas a algo. Sabia que seriainútil preguntarle por más información, así que ambos solo sededicaron a tomar su desayuno, sabiendo que el momento de ladespedida era inminente, por mucho que ellos quisieran retrasarlotodo lo posible.


Steve ya habia avisado a su equipo para que no se preocuparan porlos días que había pasado fuera. Teniendo en cuenta como teníanestos los ánimos y viendo los nuevos peligros que estabanapareciendo, lo que menos necesitaba era que él les diera motivospara mantenerlos aun más intranquilos. Si desparecía durante díassabiendo que habia ido a ver a Stark, bien podrían pensar que losnuevos enemigos que le habían ido a por Tony y les habían atacado aambos.


-¿Has avisado a los tuyos de donde estabas?-le preguntó Steve aeste cuando terminaron de desayunar, viendo como el capi se habiaempeñado en fregar por mucho que Tony le indicó que no hacia falta.


-Que va. Les dije que iba a estar unos días fuera y que notrataran de localizarme, que después de ese segundo ataque,necesitaba algo de tranquilidad-le dijo este, dedicándole unasonrisa juguetona.


-¿Y se lo tragaron?- preguntó Steve, incrédulo.


-Rhodey y Visión no, pero los del gobierno por entero. Pareceque no saben ya de qué pasta estamos hechos.


-Bueno, Tony. Has tenido dos ataques seguidos y uno de ellos fuemuy fuerte. No me extraña que creyeran lo que les dijeran.


-No hablemos del ejercito. Me deprime mucho- comentó este,poniéndose en pie del taburete donde habia estado sentado,desayunando, y,colocándose tras Steve, se abrazó a la cintura deeste.


Por poco, el rubio no mandó volando el vaso que habia estadosecando al suelo cuando sintió aquellas manos acariciando su pecho,sin camisa de por medio.


-¿Qué....qué estas haciendo?-le preguntó el capi.


-¿No queda claro? Meterte mano. No sabemos cuando nos vamos avolver a ver, así que tengo que aprovechar todo el tiempo posible.Después de lo que a pasado, no puedo quitarte las manos de encima.


Steve se sonrojó, pero no comentó nada a ello mientras sentíacomo Tony le depositaba un beso en la nuca.


-Tenemos que volver ya-le dijo este, antes de que su menteacabara de desconectarse con aquellas caricias y se dejara arrastrarpor este.


-Si, ya lo sé- comentó Tony con un tono que dejaba claro sudisgusto ante esa idea.-Pero, ahora que parece que tenemos bastanteclaro que....bueno....que nos....ya sabes- murmuró este, bajando eltono conforme más intentaba decir las palabras.


-¿Qué nos queremos?- terminó por él el capi, girándose ensus brazos hasta quedar de cara.


-Eso- afirmó este, sonrojándose levemente mientras miraba unmomento al suelo.-Pues, ya que nos ha quedado bastante claro a losdos,¿por qué no tenemos un lugar secreto para vernos?- sugirió.


-Este lugar esta muy lejos,Tony- protestó Steve.


Por muchas ganas que tuviera de verse con este constantemente, nopodia perder cuatro días en la ida y a la vuelta.


-Ya. Ya sé que esta casa está muy lejos. Yo hablaba de vernosen otra que tengo un poco más cerca. En Virginia.


-¿Cuántas casas tienes?-le pregunté este.


Conocía a Tony desde hacia varios años ya y, aun así este parecíaseguir rodeado de secretos, aunque fuera en cosas tan nimias comosaber cuantas casas tenía.


-Bueno....tuve una temporada caprichosa, así que no sabríadecirte con seguridad.¿Cinco o seis? No sabría decir.


-Y, teniendo una casa en Virginia, ¿por qué nos has hecho venirhasta aquí?


-Pues, si te digo la verdad, es que acabo de recordarla. Ya te hedicho que tuve una época caprichosa. No puedo recordar todo lo quecompro cuando se me cruzan los cables.


-Pobre Pepper. Tendrías a esta de un lado para otro- comentóSteve, sintiendo verdadera lastima por la pobre mujer que Tony habiatenido para arriba y para abajo sin parar.


-¿Por qué me tienes que sacar a Pepper ahora?-preguntó Stark,haciendo un ligero puchero.


-¿Por qué ha formado parte de tu vida?


-Pero no creo que sea un momento propicio. ¿Y si te hablo ahorade la tía Peggy?- le dijo este, en su idea de venganza, aunmanteniendo a Steve abrazado contra él.


-¿La tía Peggy?- repitió Steve, creyendo que no habíaescuchado bien.


-Si, exacto. La tía Peggy, una de las pocas mujeres que podíanaguantar a mi padre durante tantos años y que también me hablaba deti. Pasaba mucho tiempo en casa y siempre fue amable conmigo. Inclusojugué de pequeño con sus hijos.


-Tú ganas-le indicó el capi.-No hablemos de las mujeres denuestras vidas mientras estemos juntos.


-Así me gusta- murmuró Tony, inclinándose hacia Steve con unasonrisa en los labios, besándole brevemente.


Brevemente porque el capi le colocó las manos en los hombros ylo apartó un poco, liberándose de su abrazo. Si hubiera sido porStark, la cocina era un lugar tan bueno como cualquier otro para darrienda suelta a su amor.


-Tenemos que volver- le recordó este.-Son unas buenas horas devuelta.


-Ya lo sé, ya lo sé- comentó Tony, apoyado en el fregadormientras la buena vista que le dejaba el capi de espaldas solo enropa interior lo despistaba brevemente.-Pero es tan duro despedirsede eso-comentó, con la vista en su trasero.


Steve se giró hacia él y cuando vió donde le estaba mirando,no supo si reírse o golpearlo de nuevo.


-Será mejor que nos vistamos- comentó, dirigiéndose al cuarto.


Y, a regañadientes, Tony se comportó como un niño obediente yfue tras él sin volver a protestar.


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La despedida en la puerta de la casa fueuna de las cosas más duras por las que había pasado Tony. Y, encuestión de momentos duros, él iba bastante bien servido en lavida.


Ver a Steve alejarse, sin saber bien cuando volverían aencontrarse ni en qué circunstancias hizo que se le hiciera un nudoen la garganta, pero, aun así, contempló desde su coche como Stevese dirigía a uno bastante más discreto de lo que habia creído, conla cabeza gacha para evitar que le reconocieran.


Como si aquel cuerpazo que poseía fuera algo fácilmenteolvidable. Cualquiera que hubiera visto las noticias sobre losVengadores, podría reconocer al Capitán América en cualquierparte, aunque solo fuera viéndolo de espaldas, vestido con ropas decalle.


Cuando vió que este se montaba el coche y arrancaba, supo queseria inútil seguir con aquello, así que, aunque sintiera que sucorazón se hacia un poco más pequeño, condujo, alejándose deallí.


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El camino de vuelta le permitió a Steve pensar sobre lo que estabaocurriendo y lo que sabían no era ni medianamente suficiente.


Sabían que el atacante principal de Tony era Ezekiel Stane y queeste, de algún modo, habia conseguido modificarse a sí mismo y a ungrupo de chicas de la calle, a las cuales también habia puesto encontra de Stark. Conocían vagamente los poderes que algunas de ellasposeían, pero no sabían donde se estaban ocultando ni cuandopensaban volver a actuar ni como, lo que solo les obligaba amantenerse en una alerta constante para evitar más desgracias de lasnecesarias.


Soltó un suspiro de rabia mientras apretaba más fuerte elvolante, haciéndole sentir que, incluso conociendo la identidad delos atacantes, no tenían nada con lo que trabajar. A pesar de queClint y Tony estaban en ello, apenas sabían algo más que susnombres.


Estar así, sin saber que hacer, le ponía intranquilo. Era unhombre de acción, de pelear contra el enemigo cara a cara. Esperarpara ver donde golpearía a continuación no era algo que le gustaray le parecía de cobardes.


Tony habia tenido razón cuando había dicho en la rueda deprensa que no tenían que darle más publicidad de la que ya tenia. Apesar de que Ezekiel afirmaba de que quería acabar con Tony, no solobuscaba eso, si no que quería que el mundo entero lo viera, que seviera a través de las pantallas de todo el mundo como él habiadesbancado a la tecnología Stark. Era un actor que buscaba público,como habia hecho Loki en su tiempo.


Pero,a diferencia del dios, que había comprobado como las cosas sele iban de las manos con la presencia de los chitauri, este parecíasaber muy bien lo que estaba haciendo y como manejar las piezas conlas que contaba, haciendo que el capi se sintiera igualmentefrustrado.


Dudaba que Tony volviera a hacer más declaraciones televisivasy, si llegaba a hacerlas, se aseguraría de que no hubiera inocentescerca.


Pero, ¿estaría realmente seguro en el complejo? La seguridaddel lugar era excelente. Pero tambien lo habia sido en la Torre Starky esta ya habia sido atacada varias veces.


La intranquilidad se aferró a su pecho y la calma que había tenidocuando había estado junto a Tony en la casa de este se disipó,haciéndole que la sensación de temor se incrementara aún más,solo pidiendo en silencio que realmente no le pasara nada más a Tonyantes de que consiguieran averiguar donde se habían metido Ezekiel yesas chicas.


Findel capitulo 17


Bueno.....despuésde esta calma con la que hemos vivido entre Tony y Steve, hay quevolver a la dura realidad. Y la realidad que he creado es que Tonytiene un problema gordo con Ezekiel y las Dalias Negras y hay quevolver con el tema. Tendré que hacer más encuentros, másproblemas, que otros Vengadores tengan problemas y, seguramente,tendré que hasta sacar a Pantera Negra.


Sios digo la verdad, ni siquiera sé como voy a terminar esta historia,a parte del hecho de que sé que tengo que hacer que Tony y Steveestén juntos y que Wanda y Visión también. A parte de esos dospuntos, ahora mismo no sé nada más. Mi mente está completamente enblanco y solo escribo por mera inercia, dejando que mi mente le digaa mis manos lo que tienen que poner mientras yo solo veo la hojallenarse con palabras.


Deverdad os agradezco el apoyo que me estáis dando. Creo que, cuandoestaba haciendo este capitulo, acababa de subir el 7 y ya tengo comounos 40 reviews, 26 favoritos y 22 seguidores de la historia. Madremía. Si eso no anima a alguien a seguir escribiendo sin parar, no sécomo se puede animar alguien. De verdad que todas habéis sido ungran apoyo, incluso aunque haya gente que no tenga cuenta y no puedacontestarle personalmente a lo que me decís. Muchísimas gracias atodas.


Y,después de este momento de agradecimientos y dudas, me despido detodo el mundo hasta el siguiente capitulo, que estoy viendo la seriede Agente Carter y me está encantando. No pensaba que me fuera agustar tanto, pero sale Howard Stark y Jarvis, a los cuales adoro. YDaniel Sosua.....uffff....¿qué decir de Sosua? Que quiero a unocomo él en mi vida. ¡Universo, escuchame y mandámelo! ¡He sidobuena!



Manteneossanos y nos seguimos leyendo. Bye.

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