3 | Desesperación
Droit.
Mi rostro es un desastre que ni siquiera el espejo entiende. Me saluda con lástima y tristeza, como si odiara en lo que me he convertido.
Cepillo mis dientes con cansancio. Siento mis músculos desgastados. Me duele el cuello y todas las extremidades.
Cuando alzo la cabeza y observo mi reflejo necesito más de un segundo en detallar las grandes bolsas bajo mis ojos, la piel más pálida de lo normal. Mi cabello es un desastre en direcciones distintas.
Parezco un demente.
Salgo del baño y, con mis piernas cansadas, me muevo a la cocina.
Mi estómago grita «¡Dame comida, bastardo!» desde hace unas cuantas horas. Es la razón por la que me siento tan débil, tan a punto de caer.
Es una estúpida excusa, pero hasta comer sin ella se siente un desafío.
Entonces, aunque no quiero hacerlo, empiezo a servir un poco de cereal en una taza y busco algo de leche que seguro debe quedar en la nevera. Si no ingiero algo pronto, terminaré muerto.
Y no es que la idea de la muerte me resulte mala. Sin Mary Kate, estos días he meditado mucho al respecto, a veces mi cuerpo desgastado pide a gritos terminar con mi existencia.
A veces... estoy a punto de hacerle caso.
Pooff salta sobre mis pies con tanta felicidad que tengo que hacer un esfuerzo por no tropezar y terminar aplastando una de sus patitas sin querer.
Caigo sobre el sofá solo para tomar el teléfono y empezar a revisar cada mensaje y llamada perdida que anoche ni me molesté en ver.
Hay dos llamadas de Tella y un mensaje de Óscar, mi hermano menor.
Pero hago lo mismo que ayer, alejo el teléfono de mis manos. Me dispongo a comer algo para que mi estómago me deje tranquilo por al menos una hora, así que sus llamadas pueden esperar mucho más tiempo.
Como un destello, el recuerdo de la chica misteriosa llega a mi mente, visualizo su cabellera café, la forma en que caía sobre su pecho. Cómo me miraba...
Y cómo desapareció. Recuerdo perfecto cuando lo hizo.
Es increíble. No puedo explicar qué pasó.
¿La imaginé? Tal vez, últimamente estoy volviéndome algo fuera de mí mismo, así que no me sorprendería saber que es solo un juego de mi imaginación, para no sentirme tan solo por las noches.
Así que, si vuelvo a verla cuando regrese al cementerio sabré que mi cerebro está buscando la forma de no estar en soledad.
La puerta empieza a ser golpeada, aunque me sorprende, no lo demuestro. Mi interior parece vivo en sentimientos, en cambio mi exterior... es otra historia.
Aun así, me pongo de pie para ir por quien sea que esté perturbando mi paz.
Solo la abro, tal vez con la esperanza de que sea algo importante.
Así que grande es mi sorpresa cuando veo a Thiana frente a mí.
Sonríe cuando entrecierro los ojos. Su presencia es completamente nueva para mí, ni siquiera sé qué pretende hacer acá. Que yo sepa, era amiga de Mary Kate, no mía.
—¿Qué haces aquí? —sueno tan brusco que da un pequeño brinco hacia atrás, pero su sonrisa no se inmuta.
—Óscar está preocupado por ti, así que le dije que vendría a ver cómo te encontrabas ya que él está ocupado en el trabajo.
Ah, cierto. También es la novia de mi hermano.
Eso explica mucho más.
Creo que ella y Mary se conocieron en secundaria. No lo sé, algo así me contó una noche cuando hablábamos de cualquier cosa para entretenernos. El punto es que ambas eran amigas desde muy pequeñas, hasta parecían hermanas. Una noche, Thiana conoció a Óscar en una fiesta y ellos nos presentaron a mí y a quien sería el amor de mi vida; Mary Kate Killtom.
Dejo la puerta abierta y busco de nuevo el sofá, ella sabrá si pasará o no.
Cuando vuelvo a poner mi trasero sobre la almohada, la veo detenerse de nuevo frente a mí. Deja el bolsito en la pequeña mesa a su lado y acomoda su melena negra.
—Eres un completo desastre.
Alzo un poco la vista solo para detallarla. Cabello tan liso como su vestimenta. Sin ninguna mancha en su camisa blanca y tantas joyas tan extravagantes típicas de ella.
—Y tú un completo nudo de perfección, considerando que tu mejor amiga ha muerto.
—Ha sido hace mucho tiempo, Droit...
—¡Una semana! —me pongo de pie solo para observarla casi frente a frente, considerando los diez centímetros de ventaja que le llevo—. Lleva una semana muerta. No ha pasado el tiempo suficiente.
Me observa por un tiempo antes de contestar, parece buscar algo en mis ojos... por más ridículo que suene.
—Tienes razón, lo siento... —al parecer se da cuenta de que nada de lo que diga me hará cambiar mis pensamientos, pero la interrumpo en medio de su disculpa.
—Y si has venido aquí para darme una charla emocional de que debo seguir adelante así como parece que tú lo estás haciendo, llévatela. No vendrás a decirme cómo manejar mi dolor.
Ella abre la boca, sorprendida por mi actitud. Tal vez porque conoce cómo era hace una semana, despreocupado, tranquilo, sonriente.
¿Pero cómo podría ser esa misma maldita persona justo ahora?
—Ya te he dicho que he venido por Óscar.
—¿Estás segura? —las comisuras de mis labios se alzan, no puedo controlar la sonrisa que viene a mí—. ¿Solo por eso, Thiana?
—Eres un idiota. —da un paso atrás antes de tomar su bolsa e irse.
Pero no sigo escuchando sus tacones, por lo que sé que sigue aquí.
Hago todo para ignorarla. No la quiero cerca, no quiero a nadie cerca. Mucho menos ahora.
Observo a Pooff absorto de la escena en la esquina de la cocina, está durmiendo plácidamente.
Quisiera tener su calma...
—Bien, tienes razón. —se digna a hablar Thiana. Casi olvidando su presencia, la observo sobre mi hombro.
Ella está regresando a mí con pasos cortos, en sus ojos hay mucha pena, una que no me importa en lo absoluto.
—He venido por ti, Droit. Estoy preocupada.
—Qué considerada.
—Lo digo en serio, ¿crees que estos días han sido fáciles para mí? El saber que has estado tan solo... me destroza.
Cuando la observo, ella no parece importarle que la esté asesinando con la mirada.
—Creí que te importaba Mary Kate, si mal no recuerdo, ella ha sido la que murió, quien era tu mejor amiga. No yo.
Niega tantas veces que parece que en cualquier momento su cabeza se saldrá.
—Es que no lo entiendes... Droit, dame una oportunidad de ayudarte...
—Lárgate.
Sé que a ella jamás le ha importado Mary, jamás lo hizo. A pesar de que traté de hacerle abrir los ojos a mi amada, ella nunca puso de su parte.
Por eso es que ahora mismo no soporto su presencia.
—¿Por qué? —en su voz aparece un eje de desesperación—. Quiero estar aquí contigo, permíteme estar junto a ti...
Cuando se agacha y toma mi torso desnudo, agarro su muñeca con la fuerza suficiente para no lastimarla.
—Si no te largas ahora mismo le diré a Óscar todas las aventuritas que Mary Kate ocultó por ti.
Como si mi hermano fuera el mayor santo de todos. Tal vez ambos podrían competir por saber con cuántas personas distintas se han acostado estando juntos.
Pero es suficiente para dar un paso atrás y observarme con una enorme mueca.
—Espero que tu Mary Kate se esté pudriendo en el infierno.
No lo aguanto más.
—¡Lárgate de aquí!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top